Capítulo dieciocho.

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Al llegar al aeropuerto me di cuenta de que no iríamos en un avión. James fue directamente hacia un lugar alejado de todas las personas y los aviones. Donde había un jet privado.

Abrí los ojos, sorpendida por el lujo que había dentro. Sillones de cuero. Una pequeña cocina en frente y una habitación privada en el fondo.

-Esta bien darse pequeños lujos de vez en cuando -susurro James detrás mio- Deje que llevo su maleta.

Yo estiré mi maleta en dirección hacia él, esperando que la agarre. Pero el cogio mi mano y me guió hacia la habitación.

-Se ve cansada ¿No quiere descansar? - preguntó mientras abría la puerta-

Era una pequeña habitación, modesta pero moderna. Una cama matrimonial en el medio y una cómoda.

- Pongase comoda en seguida vuelvo..

James me dejó sola en medio de la habitación. Realmente aún tenía sueño. Me acerqué a la cama y me senté lentamente.

Se sintió tan comoda que no dude y me acosté. Miré hacia el techo. ¿Qué demonios estaba haciendo? Mi mente empezó a pensar muchas cosas sobre mi nuevo jefe. Pero la pregunta principal era ¿Por qué me resistía? Lo deseaba, no tenía dudas de ello.

Tal vez tenía miedo.

...

- Bien, los franceses son un poco... difíciles de tratar, con respecto al trabajo -James me explicaba mientras caminábamos rápido hacia una de las juntas- Así que intentaré persuadirlos para que dejen mi empresa aquí en el lugar en el que esta.

- ¿ Y si ellos no ceden? - él freno de golpe y me miró-

- Tendremos que intentar que si lo hagan, _____- me sonrió y siguió caminando-

Unos hombres de mediana edad salieron de la puerta al final del pasillo, riendo y charlando.

- Ah, James -un hombre canoso y narigon de traje gris se nos acercó- 'Collège'

-Señor Lambertville -James estrecho la mano con el mientras le sonreía- Ella es mi secretaria, la señorita ______ Dawrer.

- Mucho gusto señor Lambertville -estiré mi mano para estrechar la suya pero el la cogio y le dio un beso-

- El gusto es mio, belle dame -el señor Lambertville se enderezó y nos sonrió a ambos- James Maslow me ah surgido un inconveniente pero os invito a usted y a la belle dame a la fiesta de caridad que mi esposa hace todos los años. Allí podremos hablar sobre el negocio, pero no se preocupe, todo esta resuelto.

Y dicho eso el señor Lambertville se retiró. James me miró detenidamente antes de agarrar mi mano y guiarme a la salida.

- El señor Lambertville se trae algo entre manos.

-¿Qué? ¿ Por qué lo dices? - James me abrió la puerta de la limusina en la que antes habíamos llegado y luego de dejarme pasar se acomodó a mi lado-

- Por la forma en la que nos miro a ambos- dijo James. Yo quede confundida. De repente me encontré con su mirada penetrante que me examinaba de arriba abajo.- Tiene algo que ponerse en la noche.

Yo hice memoria de lo que tenía en mi maleta, pero antes de que pudiera decir nada el dijo.

- Bien. La llevare a la boutique y la dejaré para que compre un vestido, y todo lo que necesite. -hablaba sin parar sin dejarme tiempo a nada- Yo debo arreglar unos asuntos más. Le dejaré la limusina para que luego vuelva al hotel -sacó su teléfono y dijo unas cuantas palabras en Frances, tan fluido que no tuve tiempo para entender mucho-

La limusina paró en frente de un edificio blanco con luces doradas y maniquíes de exhibición. James bajó rápidamente y dio la vuelta para abrirme la puerta, antes que el chófer.

- No se preocupe por el precio, lo que necesite comprelo. Como vera tiene la tarde libre. En el hotel hay un spa. Pase ahí su tiempo. La recogeré en el loby a las siete en punto. - camino seguro hacia un auto negro que lo esperaba continuo a la limusina, se subió en el y me dejo parada en frente de la boutique como una Idiota-

El nuevo Jefe - James MaslowWhere stories live. Discover now