Al llegar a mi escritorio vi a Abby sentada frente al computador anotando algunas cosas muy concentrada, hasta que me vio y se paró inmediatamente. Seguramente mi estado no era el mejor en ese momento.
-Dios, ____ - ella rodeó el escritorio y me envolvió la cintura con un brazo- ¿Estas bien?
- No... no creo -me tomé mi tiempo para hablar, me dolía la cabeza. -
-Si lo veo, estas muy pálida -ella me ayudó a caminar hasta el asiento y me senté- ¿Qué paso?
- Nada... solo... ¿Podrías traerme un vaso de agua?
Cerré los ojos intentando olvidar a Daniel y todo respecto a él. La charla que tuvimos no había sido del todo alentadora.
- Claro, enseguida vuelvo.
La vi desaparecer cuando doblo en la esquina y entonces me levante. Sabía que Peta ya se había ido y que él seguramente estaba allí preocupado por mi. Así que me pare, caminando decidida hacia su despacho, pellizque mis mejillas para darles color y luego de una respiración toque la puerta. Espere unos segundos y al no recibir respuesta del otro lado cogí el picaporte para abrir, pero la puerta se abrió repentinamente tirándome hacia adelante. Haciendo que choque con él. Mierda.
- ¿Dónde estaba? -Dios este hombre pasaba de preocupado a totalmente demandante- Si me permite recordarle usted trabaja aquí y no puede andar haciendo lo que quiere en horas de trabajo...
- Con todo respeto, señor Maslow, fui a tomar un poco de aire fresco -su mirada intensa me quitaba toda la decisión que había tenido hace unos minutos, haciéndome sentir pequeña e insegura- Y sobre mi empleo quería hablarle.
Su cara cambio repentinamente, no había expresiones en el.
-¿Qué sucede con este?
- Yo...He estado pensando acerca de... que yo no podría seguir aquí cuando usted se case con Peta -mantenía la mirada baja sabiendo que no podría resistirlo- Que debería buscarme otro...
- Eso no pasará -me asombre cuando escuché la puerta al cerrarse firmemente. Luego los pasos de James atrás mío y su aliento cerca de mi nuca- Esto no debe ser así.
- Señor Maslow, yo no...
- ¿Haz pensando bien en esto?
- Sí. Y vengo a presentar mi renuncia. - Piensa en Christa, me repetí a mi misma-
- Esta bien - él mantenía aprerada la mandíbula como si dejarme ir en serio le doliera, pero yo sabía que no era así. - Su renuncia estará lista dentro de dos semanas.
-¿Qué? - pregunté sorprendida- No, tiene que ser ahora.
-No puedo, señorita Dawrer. Yo no soy quien controla todo ese papeleo, vaya a la oficina de empleos y reclame -él estaba abriendo la puerta, mientras con la mano en mi espalda baja me empujaba hacía la puerta- pero nada cambiará.
- Entonces me puedo retirar... -él me interrumpió -
-Mandaré su renuncia yo mismo, pero hasta la fecha usted seguirá trabajando para mi -una sonrisa se dibujo en su rostro y yo no hice nada más que odiarlo y querer besarlo.- Puede empezar ayudando a Abby para que entienda como nos manejamos aquí.
Yo lo miré mal y sali de la oficina, Abby estaba allí con el vaso de agua y una pastilla.
...
- ¿Y aquí se encuentran las citas? -Abby confirmo medio preguntando y yo asentí - Entonces ya entendí.
- Y apenas el señor Maslow llega se las recuerdas. - Me acerqué a la pantalla para ver las citas justo cuando James salió, acomodando su saco- Tiene la reunión con los...
- Lo sé -el se acercó, demasiado, tanto como para que pueda oler su perfume- Debe acompañarme.
- Esta bien -me incliné para decirle algo a Abby y luego lo miré - Iremos a almorzar y cuando vuelva lo acompaño.
- Nos vamos ahora -su tono era autoritario. - A Abby le servirá conocer al personal de la empresa durante el almuerzo.
- Pero la reunión no es hasta dentro de una hora y media... hay tiempo de sobra -recrimine.-
-Un consejo, Abby - Él apoyo las manos en el escritorio y se inclinó hacia delante, yo gire los ojos- Nunca me lleves la contra.
Ella sonrió encantada con él y la situación que habíamos creado. Pero yo no quería caer en eso.
-Esta bien, señor Maslow - cogí el bolso del suelo y di un paso para estar a su lado.- Vayamos.
El me guió con su mano al ascensor y yo caminé decidida y enojada con él.
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El nuevo Jefe - James Maslow
FanfictionSu mirada me dejaba sin respiración... me miraba de tal forma que se me hacia imposible dejar de mirarlo. Sus labios me volvían loca, fuese donde me tocara... era como si hiciera magia. Pero esto era imposible, estaba fuera de todas las reglas... ¿...