Capítulo treinta y seis.

23.6K 1K 92
                                    

¿Por qué aquí? El edificio estaba completamente oscuro, exceptuando la luz de la entrada, que le daba unas sombras siniestras al lugar.

Había tres autos negros polarizados estacionados en frente de este, que hubieran hecho que no entrara si no fuese que mi hermana estaba allí dentro. También estaba el auto de James...

No quería llorar ¡Este era su auto por Dios! ¿Cómo había sido tan estúpida?

James se había fijado en mi solo para hacerle la búsqueda más fácil a Daniel... y yo había caído.

Las puertas se abrieron lentamente delante mi, tomé una bocanada de aire antes de dar un paso dentro. Intentaría negociar, algo tendría que llamar su atención. Lo que sea para liberar a mi hermana.

Detrás de la puerta un hombre más alto que James apareció, agarrandome del brazo me entró bruscamente al lugar, el otro hombre que estaba detrás cerró la puerta mientras el me empujaba hacía el ascensor, marco el piso más alto. Cuando llegamos mis nervios estaban de punta, mis ojos intentaban buscar a James en la habitación, pero obviamente él no estaba. Cobarde.

Daniel estaba al final del salon sentado aparentando ser el dueño de todo esto.

-Buenas noches, querida Mia.

- ¿Dónde esta mi hermana?

- No se si a ti te enseñaron modales, porque a mi si. -él levantó el tono de voz lo cual me asustó- Y cuando una persona saluda, se espera lo mismo de la otra.

-Yo...

- Déjalo, pero no esperes que algo bueno pasé con tus actitudes... -él les hizo una señal a los hombres que estaban detrás mío y escuché pasos alejándose, unas manos me empujaron hacia abajo, sentándome en una silla-

- ¿Que estas haciendo? -mis muñecas estaban siendo rodeadas con cinta adhesiva detrás en mi espalda- ¡Daniel!

Él colocó su dedo índice delante de sus labios, callandome y entonces una cinta cubrió mi boca.

- Te lo dije -los pasos volvieron por el pasillo y dos hombres traían a James, yo no... no entendía. James estaba medio  inconsciente- Vamos a hablar un poco, pequeña Mia... ¿Cómo crees que estas aquí? ¿ Cómo crees que saliste viva ese día? ¡¿Eh!? -yo no lo recordaba, años de terapia habían bloqueado los recuerdos hasta que Daniel apareció otra vez, no podía recordar cómo salí de allí- No recuerdas ¿Cierto? Bien. Vamos a ver si puedo recobrar el momento - el colocó una mano en su mentón como si pensara - Si, si... estábamos todos en la sala, esperando cada uno su turno cuando uno, un chico, se levantó disculpándose para ir a no se dónde. Resulta que cuando uno de los otros chicos entra en la habitación tu ya no estabas. Ni él tampoco... Entonces...

Pero yo ya no lo escuchaba, todo se volvió negro mientras los recuerdos volvieron como una ola helada.

→→→→•←←←←

La puerta se abrió otra vez y mis ojos aguados anticipaban la tortura que se aproximaba... ¿Esto no iba a terminar jamas?

- Oye... ¿estas despierta? - yo abrí los ojos, en vano ya que la luz estaba apagada y solo veía sombras- Necesito que lo estes...

- Por favor, termina con esto...

- Eso haré -la voz que provenía de este chico era dulce y suave...- Pero te necesito despierta, te ayudare a salir de aquí...

Él se aproximó a la cama y me tendió una de sus manos... yo dude, ¿y si el no era bueno? ¿Y si solo era una trampa? Como si leyera mis pensamientos el se acercó quedando frente a frente.

- Necesito que confíes en mi, yo no te haré daño -podía ver el brillo de sus ojos en la oscuridad, que me miraban fijamente - Te llevaré lejos.

Su mano seguía tendida hacia mi. Luego de dos segundos la sujete firmemente y él me arrastro al borde de la cama, su mirada se aparto de la mía mientras su mandíbula se tensaba, supe que había visto las manchas en la sabana. Intenté empujarlo, pero me resultó imposible, y cuando volvió su mirada a mi pude ver el odio en ellos.

-Lo...

- Ayúdame -lo interrumpí - Por favor.

...

- Quedate aquí ¿Si? No hagas nada... estúpido y quédate en silencio -él cerro la puerta del coche y me quede en silencio como él había dicho, apoyé la cabeza contra el asiento y espere unos minutos hasta que la puerta del conductor se abrió abruptamente y él entro poniendo marcha al motor- Quedate abajo hasta estar lejos...

←←←←•→→→→

-¿Y adivina que? - Daniel se había acercado a James, quien estaba con la cabeza gacha- Cuando salimos a buscarlos, el hijo de puta había pinchado las ruedas de los autos. Ingenioso ¿Verdad? -él tiró del pelo de James obligandolo a levantar la cabeza. James abrió los ojos momentáneamente, su nariz y boca estaban sangrando.

Me sentía tan estúpida, él había sido el único que me había tendido una mano, yo lo había juzgado mal y ahora los dos estábamos atrapados.

- Obviamente los dos pagaran por eso... mejor dicho los tres -Daniel pego fuerte en el abdomen de James y él hizo una mueca de dolor al igual que yo. Uno de los guardias que estaban detrás mio me saco la cinta y me apresuré a hablar-

- Mi hermana no tiene nada que ver en esto, Daniel - exclamé- Dejala ir...

- No hablaba de esa zorra -apreté fuerte la mandíbula, mordiendo mi lengua para no mandarlo al infierno. Él sacó una navaja de su bolsillo y se acercó a mí, poniéndose en cuclillas- ¿O ya te olvidaste de él? Eso sería de mala madre.

Mi respiración se agito mientras Daniel pasaba la navaja por mi abdomen y subiendo hasta mi garganta. Sus ojos estaban brillando con el fuego.

- Llevenlo a la otra habitación, y a ella también.

...

Hola, mil millones de disculpas.

No tengo muchas escusas más que las de siempre que son: 1) Inspiración; 2) Colegio; 3) No tengo tiempo.

Esta noche o mañana, depende de la inspiración, les subo dos capítulos más.

Lamento la tarsanza.

No me maten.

Yo las amo.

James es re sexy. -mensaje subliminal-

Xoxo

El nuevo Jefe - James MaslowWhere stories live. Discover now