El nuevo Jefe - James Maslow

Capítulo treinta y siete

*No esta más bueno porque no puede*

Nos empujaron por un pasillo oscuro hasta parar en una de las puertas abiertas, allí me empujaron con brutalidad y caí en él frío suelo de la habitación. Había un colchón tirado allí, aparte de eso la habitación estaba vacía. Empujaron a James contra el colchón y luego cerraron la puerta.

Mis manos seguian atadas detrás mio así que me levante como pude y me acerqué a James. Él estaba de espaldas en el colchón lo que no me permitía ayudarlo o verle la cara siquiera.

No llores, me dije a mi misma. Lo que menos necesitaba en este momento era ser debil, tomé una bocanada de aire para tranquilizarme y me apoye junto a él pensando en lo estupida que había sido.

Ahora James estaba aquí por mi culpa y mi hermana parecía no estar acá.

¿Dónde estaba mi hermana? Tal vez estaba en un lugar peor que este... rodeada de hombres que la torturarian y...

- Mia... -giré mi cabeza para ver a James, quién me miraba como si estuviese medio dormido.-

-James, oh dios. James lo siento mucho -me incliné un poco para mirarlo a los ojos- Esto es mi culpa... si yo te hubiera escuchado hoy en la tarde esto no...

- ¿Estas embarazada? - él me interrumpió. Y aún en esta situación extrema supe que estaba enojado conmigo. Mi rotundo silencio le dijo todo. - Mia ¿Por qué no me lo dijiste?

- Po... por... James no... no hay tiempo para hablar de eso -respondí. - Tengo que sacarnos de aquí y buscar a mi hermana.

- Tu hermana no está aquí, Mia.

- Lo sé, debe de estar en un lugar peor -él se dió la vuelta como pudo y ahora parecía culpable, con un ojo cerrado por la hinchazón aún me parecía el hombre mas sexy del mundo.- Y...

- Daniel no tiene a tu hermana, Mia -él me volvió a interrumpir- Tu hermana esta lejos de aquí. Sabía que Daniel estaba planeado algo. Vino a buscarte a mi casa y me dijo que estaba asustada, la ayude a irse momentáneamente.

- Pero... -recordé que Daniel me había mostrado una foto de ella, parecía inconsciente,- él me la mostró.

- Obviamente él uso eso a su favor y no pude predecirlo. Tu hermana no pudo avisarte porque las lineas estan pinchadas, él iba a recibir y recibió cualquier llamada que llegara a tu teléfono -a medida que él hablaba yo meditaba las cosas- Y ella no podía arriesgarse a que en serio tuviera una razón para amenazarte.

- Si, pero ahora los dos estamos atrapados -le dije mordaz.- Las dos personas que lo arruinaron todo...

La puerta se abrió repentinamente y no tuvimos tiempo para reaccionar. Daniel apareció junto con uno de los matones.

- ¿Qué tenemos aquí? - Daniel miro a James, luego a mi abdomen y por ultimo a mi- La familia feliz...-nos sonrió falsamente y luego hizo una seña hacia James- Saquenlo.

El guardia se acercó a nosotros y agarró a James del brazo sacándolo a la fuerza ya que él luchaba por quedarse.

...

Momento único en sus vidas, perras (?

Lo siguiente lo va a relatar James *---*

...

El silencio en la otra habitación era abrazador. Había pasado media hora y los nervios estaban matandome. Solo esperaba que Mia este bien. Porque él llegaba a hacerle daño y aunque me costara mi propia vida iba a matarlo.

Estaba intentando desatar las cuerdas que me ataban en la espalda. Estaba por conseguirlo cuando Daniel volvió por el pasillo sonriendo maliciosamente, lo que me advertía que no había sido bueno con ella. Intenté saltar de la silla para agarrarlo del cuello, pero uno de los hombres me agarro de los hombros.

-Tranquilo, Maslow. No le eh hecho daño físico -el arrastro una silla por el suelo colocándose enfrente mio- ¿ Recuerdas las épocas en las que eras mi mano derecha, mi compañero en las travesuras? Y de más grandes... bueno empezamos a compartir mujeres... Hasta que lo arruinaste.

- No iba a permitir que acabes con su vida, Daniel. Ni lo haré ahora -ataqué.- Así que si le tocas un pelo, como sea ¿Me oyes? Como sea te voy a matar.

Él levantó las manos en gesto de rendición.

- Veamos quien termina muerto primero ¿No es así? - él sonrió otra vez. Me levantaron de la silla y me arrastraron por el pasillo hacia la habitación.-

Vi a Mia tirada en el colchón de espaldas a la puerta y espere lo peor. Cerraron la puerta detrás mio, terminé de desatar la soga que me estaba atando y me apresuré hasta ella.

...

Algo es algo, me suena raro comentarlo como él. Sigan leyendo

~Narra Mia~

Sentí a James sobre el colchón y me apresuré a abrazarlo, sin dejarle tiempo para nada. Apoyé mi cabeza en su hombro mientras las lágrimas empezaban a salir. Sentí sus manos rodeandome fuerte, preocupado.

- ¿Te hizo algo? -intente tranquilizarme antes de susurrarle un "no" como pude, no podía dejar de pensar en las palabras de Daniel. -

Automáticamente pensé en el bebe que estaba en mi vientre y abracé más fuerte a James.

No podía entender como una persona como Daniel estaba libre y caminando tranquilamente por las calles, su amenaza me había dejado completamente perpleja. Era James o el bebe.

No podía sopesar la idea de estar sin uno de los dos. Me resultaba imposible imaginar una vida sin uno de ellos.

Debía haber otra salida, esto no podía terminar así.

Aspiré el perfume de James y me encontré imaginando un futuro juntos, como una familia. Los tres.

Sin Daniel ni Peta para arruinarlo.

Sonreí imaginado a James con un niño en los brazos... o una niña.

Pero debía tomar una decisión.

...

Abrí los ojos rápidamente, pestañando para adaptarme a la oscuridad de la habitación. Y cuando lo hice vi a James sentado en frente mio, mirando fijamente la pared.

-¿Qué estas haciendo? - pregunté mientras me paraba e iba a su encuentro. - ¿James?

- Quisieron engañarnos, Mia. - él se levantó y comenzó a caminar cercando las paredes- He estado aquí antes. Este edificio tiene ventanas.

-No creo que haya una ventana aquí James. -le dije quedándome en el centro de la habitación mientras lo veía caminar- La luz de afuera se filtraria por esta.

- Es obvio que no quieren que la... encontremos -vi como empezó a golpear a la pared- Pero nos lo están haciendo fácil.

Me le acerqué y vi como él intentaba tirar hacia arriba algo negro. Entonces la esperanza volvió a mi cuerpo e intenté ayudarlo.

Los dos tirabamos hacia arriba como si nos fuera la vida en eso, y luego escuchamos un crujido en la parte superior de la ventana. James me miró con los ojos iluminados y cuando estaba por abrirla, escuchamos pasos por el pasillo y ambos nos alejamos de nuestra vía de escape.

Uno de los hombres de Daniel entró a la habitación seguido de otro detrás. El más grande agarró a James de los brazos mientras el otro me levantaba hacia arriba bruscamente.

-Vamos, apresurate -me empujo hacia la salida- Tienes una visita.