Dedicado a HyunIncidio_ 💜
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JungKook y Tae habían llegado a la frontera sur del Reino Lobuno con el Reino León.
JungKook ya tenía 16 años y Tae cumpliría los 18 en tres días.
Ya había llegado la hora.
Khal estaba al lado de la pareja, que miraba a lo lejos el primer pueblo cerca de la frontera del Reino Lobuno.
-desde que recuerdo, en todo el Reino, celebraban varios días antes de mi cumpleaños y después de este mismo -comenta Tae- ahora solo veré a la gente ajena a mi vida. Seguir como si fuera algo insignificante.
-piensan que estás muerto.
- sigue siendo muy extraño verlo de este modo.
Comenzaron a caminar, JungKook pudo notar el cambio de clima, comenzando a sentir mucho calor.
-no lo hagas. -dijo Tae al entrar al pueblo y notar que Kook quería quitarse su capa y la capucha- te van a reconocer y llamarás la atención.
Kook se quejó y siguió caminando tras de Tae, miró curioso a un par de cachorros, transformados en leones, jugando y correteando. Hasta ver a Khal.
Kook rió al ver que el León se asustó de ver a un cachorro subirse a su lomo y otro tirar de su cola.
-oh! Niños!!! -una señora mayor llegó hasta nosotros- dejen al León en paz!
-tranquila, no hay problema.-comenta Tae riendo, al ver a Khal girar en círculos tratando de bajar a los cachorros de él-
Kook notó que para las personas del pueblo no era algo extraño ver a un león domesticado.
-HyunKhal! Tenemos que irnos. -le llama Tae luego de un rato, tomando la mano de Kook quién se distrajo un momento con unas artesanías. -
Fueron a la salida del pueblo, siguiendo su camino a la Capital. Era muy probable lleguen el día del cumpleaños de Tae y Kook estaba algo nervioso.
Jamás había estado en el Reino León. Mucho menos en la Capital.
-allí es increíble. -admite Tae, leyendo los pensamientos de Kook- está la biblioteca más grande que hayas visto, artesanos en todos lados, telas de seda preciosas de colores brillantes, graneros y hostales, demasiadas casas para contarlas al igual que las casas de putas. Que no te sorprenda, ellas ni se inmutan de ir caminando por la calle solo con una tela de seda en sus cinturas y sus joyas de oro. Pero el Castillo, es enorme, sus jardines inmensos y llenos de color. El granero del Castillo tiene tantos animales como podrías pensar y los gustos que te dan a la hora de comer.
Kook sonrió al ver la emoción de Tae al decir todo aquello de su hogar.
-hay muchos sirvientes, tanto como para ordenar los cuartos, personas de compañía o para la estar en la cocina.
-tu extrañas eso....??
-que? No. Yo siempre odié el tener que ser superior a alguien, todos somos personas y con sentimientos. Me escapaba a la cocina a ayudar a cocinar, ordenaba mis aposentos antes que los sirvientes, interrumpía mis entrenamientos y clases por cualquier cosa que sucedía a mi alrededor.
-sigues siendo muy amable.
-siempre dijeron que mi forma de ser era lo que más encantaba a la gente del Reino. Pero..... JinKi nunca soportó el hecho de que yo sea Bastardo...... No fué mi culpa nunca conocer a mi madre, él siempre dijo que debía ser una puta cualquiera con la cual Jonghyun se metió un día.
Kook detuvo su andar de golpe, Khal rugió y Tae volteó a ver el menor mirar el suelo. TaeHyung sonrió levemente, acercándose a el, levantando su rostro con una mano en su mentón, quedó petrificado de lo maravilloso que era JungKook, nunca desearía perder a ese hermoso niño de su lado.
-yo nunca podría soportar eso. Todo lo que tuviste que soportar, es algo inimaginable. Tan doloroso, que no sé que hacer al oírte decir esas cosas.
Kook subió su mirada conectadola con la de Tae, iba a agregar algo más pero TaeHyung no soportó, unió sus labios, en un ansioso beso. Khal los miró y se adelantó un poco en el bosque para buscar un lugar donde quedarse y salir a cazar.
El lobo no se reprimió, tiró del cabello rubio del mayor, uniendo más sus cuerpos, extinguiendo todo espacio que los separaba, profundizando su beso de manera desenfrenada, llena de sentimientos que Kook aún no podía describir.
-te deseo como nunca antes había deseado estar con alguien. Generas tanto en mi que asusta. Anhelo que el sol baje a todas horas, añorando el momento en el que te recuestas a mi lado a dormir.
Sollozó sobre sus labios al oír esas tan delicadas palabras de TaeHyung, mientras esté acariciaba sus mejillas.
-adoro la manera en la que me haces sonreír, dejando atrás todo el dolor que alguna vez tuve.
Tae lamió sus labios, riendo de manera nerviosa, causándole una tierna sonrisa a JungKook.
-no importa si los Dioses unieron nuestros destinos, si la vida los hizo emprender este viaje o si alguna fuerza sobrenatural influyó en nosotros. -susurra Kook- siento que jamás amaré a alguien como te estoy amando a tí a tan temprana edad y no quiero que con el paso de los años eso cambie.
-te prometo JungKook, lo que siento por ti jamás cambiará.
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TaeHyung miraba en silencio el rostro de JungKook dormir a su lado, habían hecho una pequeña tienda en el bosque, cerca del próximo pueblo, no quisieron arriesgarse al ver guardias reales pasar por las calles, por lo que decidieron quedarse entre unos árboles a dormir.
Pero, apesar de todo lo que han tenido que pasar y lo que se les viene adelante, Tae aún no comprendía, él porque el menor siempre estuvo ahí para él. Aún sin conocerse, el menor había llorado y pensado en él.
Era un ángel a los ojos de TaeHyung.
Y el pensar en alejarse de ese niño, tan solo dos años menor, se le hacía un infierno interminable de miseria. Pero ese era el problema de Tae.
Su Alfa interior lo amaba, lo marcó y lo quiere a su lado.
Pero Tae no quería, lo que estaban por pasar es algo de vida o muerte, no quería que el menor esté junto con el y sufra una guerra que no es suya.
Daría su vida por mantener a salvo su sonrisa tan inocente.
Las noches que pasaron, las veces que reabrió esa bella marca en su cálido y lechoso cuello, los te amo que ambos se dijeron, los momentos y las promesas atrapadas en su boca. TaeHyung seguía sin creer lo afortunado que era y de lo horrible persona que se sentía al atar a JungKook a él.
-Khal.-se levantó lentamente, sacando su cabeza de la carpa, mirando a Khal a un metro de esta, sentado contra un arbol- t-tenemos que irnos....
Khal frunció el ceño, sin entender el porqué de sus palabras, no podían irse en la madrugada, JungKooi aún dormía y había que guardar la carpa, la comida y apagar el fuego de su fogata.
No se movió de su lugar, viendo a Tae colocarse su capa, tomando su bolso. Tae volteó y sintió un nudo en su garganta al ver la carpa.
- p-por favor amigo, no lo hagas más difícil para mí.....-le rogó al león, quien gruñó-
TaeHyung se alejó, esperando que Khal lo siguiera, pero este se negaba, manteniéndose al lado de donde JungKook dormía. El rubio estuvo a punto de usar su voz de mando hasta que escuchó algo.
Ambos voltearon rápidamente al escuchar el sollozo, JungKook estaba frente a ellos, con los ojos llenos de lágrimas. El había sentido su lazo, el dolor de su Alfa al intentar dejarlo.
- te dije que no te dejaría, ¿p-porqué te esfuerzas tanto en alejarme? -TaeHyung tembló cuando Kook se aferró a el, abrazando su cuerpo, mojando con sus lágrimas el cuello del mayor- nos vamos ahora, iré contigo pase lo que pase, hayan muertes, haya dolor, lo soportaré, estaré contigo hasta el final, Mi Alfa.
TaeHyung dejó caer todas sus cosas y rodeó a Kook con sus brazos, inspirando su exquisito aroma.
-t-tienes que volver con tus Padres.... no puedo permitir que te pase algo. Nunca has estado en este lugar.
-Khal. -le llamó Kook y el León caminó hasta el- vámonos, llegaremos a la Capital antes de que amanezca. Depende de tí si nos volvemos a ver allí, Kim TaeHyung. No necesito tu ayuda para enfrentar a ese idiota de tu primo.
Tae quedó con las palabras en su boca, vió a Kook tomar sus cosas, colocarse su capa y subirse a Khal, ambos se fueron, dejándolo solo.
-no te dejaré ir solo.-dice Tae a si mismo- si quieres pelear, pelearé contigo, Niño irritante.
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Todos miraban a JungKook, no era común ver a un adolescente Lobo con un león domesticado vagar por la Capital.
-Niño!! -Kook volteó y su brazo fué jalado rápidamente a un callejón, TaeHyung tapaba su boca evitando que haga ruido, los guardias y soldados Reales pasaron rápidamente por sus costados- me tenías estresado, te busqué por todas partes!!, al parecer JinKi mandó una orden de buscarme, al aparecer el cree los tantos rumores sobre mi.
-¿c-como?
-"todo aquel que sepa del paradero o haya visto al Bastardo perdido, avisará a los guardias y el será ejecutado públicamente por no cumplir las reglas del exilio impuesto hace 8 años" -Tae recitó el cartel que había visto en la puerta de una de los tantos hostales- tratan de asegurarse de que muera, si o si. A pesar de que yo supuestamente estoy "muerto".
Kook abrazó a Tae.
-eres un idiota. Y pensabas que hacer esto solo saldría bien.... -le reprocha Kook y Khal se acerca a ellos, avisándole a Tae que los guardias de habían ido- ¿lo notaste?
-que cosa?
Salieron del callejón y tomados de las manos siguieron caminando. Kook sonrió bajo las sombra de su capucha.
-aún con guardias buscándote solo a base de rumores, el Reino celebraba tu cumpleaños. -Tae miró a cada una de las puertas de todos los lugares, habían rosas rojas adornando en todas partes y velas- te honran aún sin saber que sigues vivo.
Tae se detuvo de golpe al reconocer una carroza al otro lado de la calle, justo en frente de una tienda de artesanos.
-mierda, mira ahí Kook. -susurra y Kook voltea, abriendo la boca y sin pensarlo salió corriendo hacia la carroza- espera joder!!!
Khal vió al par correr y suspiró cansado, caminando detrás de ellos.
A unos metros de la carroza, había un chico dándoles la espalda, observando en silencio, con ambas manos reposando en su espalda.
-le está quedando hermosa.... -comenta, elogiando la pintura que en ese momento la mujer estaba haciendo-
Pero no era cualquier pintura. Era TaeHyung.
-el rostro del Príncipe sigue en mi mente, ¿que mejor manera de celebrar su cumpleaños que revivir sus facciones en una obra de arte? -Kook y Tae se detienen, admirando la bella pintura- El Príncipe seguirá en las mentes de todos aquí, él era alguien tan noble y adorable.
Así es, el pequeño Tae era exactamente como lo describe.
En la hermosa pintura, era él cuando niño, sentado en la fuente de agua de la plaza central de la capital, frente a la biblioteca, leyendo un libro bajo los rayos del sol. Con la belleza natural que todos observaban al verlo salir de las paredes del Castillo para recorrer el Reino.
Y era por eso que JeonGyu al salir a comprar un regalo para Tae y no pudo evitar bajar de su carroza al ver a esa humilde mujer con su lienzo.
-admiro su bello talento. -comenta Kook de la nada, JeonGyu y la mujer voltean sorprendidos de su reciente presencia-
El Príncipe JeonGyu abrió la boca sin saber que decir, al ver al par bajo sus capuchas con aquel León detrás de ellos.
- l-llegaste..... -la voz del menor de los Kim tembló, acariciando la mejilla de Tae- mañana es tu cumpleaños y ya llegaste.......
Tae lo abrazó dulcemente, sonriendo.
-que haces aquí? Yo suponía estarías entrenando -su voz grave hizo estremecer a la mujer frente al lienzo, que miraba al par de encapuchados sin poder ver sus rostros-
-salí a escondidas a buscar un regalo para ti y dartelo cuando llegaras -comenta riendo- que te parece esa pintura?
JeonGyu le quita la capucha descuidadamente, dejando su cabello rubios a la vista de todos ante la luz brillante de los potentes rayos de sol. La mujer quedó petrificada al tener esas brillantes joyas verdes mirarla con cariño.
-agradezco su esfuerzo, quedó hermoso.-la mujer se tambaleó, acercándose a Tae con estupefacción, acarició sus cabellos dorados con suavidad y sonrió- aún recuerdo verla en esta esquina, pintando los paisajes y personas que pasaban.
-siempre aparece usted en esas obras Mi Pequeño Principito.-la mujer miró con adoración al muchacho, ahora más alto que ella, cuando la última vez que lo vió le llegaba al codo- todos estuvimos de luto cuando anunciaron su muerte, fué horrible.....
JungKook pudo notar el resto de las miradas sobre ellos, todos sonreían con dulzura, el menor se sorprendió de ver que unos guardias pasaron pero nadie fué capáz de llamarlos, todos miraban a Tae.
Siempre lo amaron. Y deseaban su regreso.
El regreso el pequeño y adorable Principito con cabellos dorados del Reino.
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