El Plan de la Azotea | Ariste...

By typingmarmog

394K 40K 31K

// Fake dating AU que sigue la línea básica de la novela // "Miré a mi amigo en la luz tenue del atardecer, s... More

1. La banca del parque
2. ¿Amigos?
3. Confesión
4. Moretones y raspones
5. ¿Te cae?
6. Como en la primaria
7. Agua de limón
8. De su mejilla
9. ¿Por y para quién?
10. Tan cerca
11. Valentía de ebrio
12. En la oscuridad
13. ¿El último?
14. Ardor de estómago
15. Helado de cereza y chocolate
16. Una mano diferente
17. Si no lo eres
18. La respuesta equivocada
19. La palabra con "J"
20. Labios
21. Momentos inesperados
22. La noche en el bosque
23. El color rojo
24. Sala de espera
25. El paso de las horas
26. Recuerdos
27. El tiempo que se agota
28. Impulso
29. Opuestos
30. Verdades y preguntas
31. Esconderse
32. Evento escolar
34. Chat
35. Noche estrellada
36. Segunda vez
37. Afuera del colegio
38. Entre palomitas y helado
39. Comenzar de nuevo
40. A la luz del sol
41. Llamada
42. Antes
43.El segundo plan de la azotea
Epílogo
EB: El beso del baño
Secuela: El Plan del Vestíbulo

33. Enfermería

8K 924 1.6K
By typingmarmog

En realidad no había pasado mucho tiempo desde que nos habíamos encontrado en esa situación, con mis labios presionados contra los suyos, pero en ese momento sentí como si hubieran pasado meses desde la última vez que lo había besado.

Mi cuerpo había actuado motivado por mis instintos al tomarlo de la nuca, y en el momento en que mi boca tocó la suya, mis deseos aumentaron y mi mente se desconectó por completo.

En un inicio se quedó quieto y me vi tentado de alejarme de su contacto para no presionarlo u obligarlo a hacer nada que no quisiera, pero de pronto con su brazo saludable me tomó de la cintura y me apretó contra su torso con fuerza, provocando que un escalofrío recorriera mi espalda.

Comencé a mover mis labios lentamente, disfrutando del deje de sabor a canela en los suyos, restante del agua de horchata que había bebido.

Esa vez no había nada de por medio, no había espectadores con los cuales excusarnos ni alcohol corriendo por nuestras venas y eso solo lo hizo mucho más especial.

Con mi mano libre lo tomé de la cadera, encontrándome con un pedazo de piel descubierto entre su pantalón y su playera. Se sentía tibio y suave al tacto y no me resistí a colar mis dedos debajo de su ropa, encontrándome con los huesos que sobresalían y recorriéndolos lentamente, provocando que el chico presionado contra mí soltara un suspiro a mitad del beso.

Mi corazón se aceleró aún más al escucharlo; todo Temo era una maldita obra de arte.

Me aventuré a pasar mi lengua por su labio inferior y él separó los suyos casi de inmediato para darme acceso. Apreté su cadera sin poder evitarlo; ese beso se sentía muy diferente a cualquier otro que hubiéramos compartido, mucho más intimo y carnal de cierta forma.

Después de todo teníamos que deshacernos de toda la tensión acumulada en algún momento, ¿no?

Nuestras lenguas se encontraron y apreté su cadera inconscientemente mientras Temo recorría mi espalda con su mano, llegando hasta mis rizos y revolviéndolos lentamente, mandando otra corriente eléctrica por mi cuerpo, por lo que fue mi turno de suspirar.

Nos separamos un segundo para tomar aire y cuando estaba a punto de reanudar el beso, su voz me detuvo:

-Ari, espera.-dijo contra mi boca, con la respiración irregular.

Abrí los ojos poco a poco. Nuestras narices rozaban y él aún mantenía los parpados apretados y el ceño ligeramente fruncido; se veía precioso.

-¿Qué pasa?-respondí en un susurro con la voz entrecortada, mirando lo bien que el rojo de sus mejillas combinaba con sus labios.

-¿Qué chingados estamos haciendo?-murmuró molesto, dando un paso hacia atrás, sacudiendo la cabeza y provocando que lo soltara.-Tengo novio, no mames.

Mis manos abandonaron su cuerpo y respiré hondo. Esa conversación no presagiaba nada bueno.

-Pues no pareces muy cómodo con él.-le respondí simplemente, encogiéndome de hombros.

-¿Qué?

-Temo, te conozco y se nota a a kilómetros que no te gusta que te toque, que te abrace... Él no te gusta.-dije, recorriéndolo con la mirada, analizando su expresión ofendida.-Los vi afuera, y así no es como se tratan dos personas enamoradas.

Su rostro mostraba muchas cosas, desconcierto, enojo, sorpresa, frustración; probablemente porque en el fondo sabía que tenía razón.

-¿Qué pinche derecho crees que tienes para decirme eso, Aristóteles?-me reclamó con la mandíbula apretada.-Después de todo lo que pasé por ti, de intentar superarte de...

-No sé, tal vez el mismo derecho que tu creías tener cuando besaste a Diego en la azotea.-lo interrumpí, levantándome de la camilla y dando un paso decidido hacia él con molestia.

Temo abrió los ojos y alzó las cejas con confusión al mismo tiempo en que sus labios se separaban por la sorpresa.

-¿Él te dijo?-preguntó, pasando una mano por su rostro.-Puta madre.

-No, él no me dijo nada.-contesté, recordando el inmenso dolor que me había causado encontrarlos en aquella situación.-Los vi.

Mi amigo se pasó la lengua por los labios enrojecidos y levantó su mano sana frente a él.

-Pues no sé que derecho crees que debo tener para besar a mi novio donde quiera.-respondió, fulminándome con la mirada.

-No mames, Temo.-le dije mientras mi voz temblaba sin que pudiera evitarlo.-La azotea es nuestro lugar y lo sabes.

Él siguió viéndome con una intensidad que en cualquier otro momento me hubiera acelerado la respiración.

-¿Nuestro lugar?-dijo él con un tono que delataba que no estaba siendo honesto ni consigo mismo ni conmigo.-¿De qué hablas?

-Hablo de la azotea, del lugar donde empecé a darte clases de piano, donde me regalaste tu dinero cuando me sentía desesperado, donde empezamos con este pinche plan y te agarré la mano por primera vez, donde me consolaste cuando mi familia se separó...-le conté, sintiendo como una lágrima amenazaba con resbalar por mi mejilla.-¿Le sigo?

Temo negó con la cabeza y suspiró, poniendo su mano sana en mi clavícula.

-Está bien, es nuestro lugar.-admitió, mirándome a forma de disculpa.-Pero no es lo que crees.

-¿Entonces?-dije, tomando su muñeca.

-Diego me besó a mí, me agarró por sorpresa y le dije que parara. -explicó, respirando hondo.-Y seguro te fuiste muy rápido, porque si no hubieras visto que ese beso no duró ni un segundo, Aristóteles.

Fue mi turno de sorprenderme y abrir la boca; nunca me había planteado la posibilidad de que ese beso no fuera mutuo.

-Está bien, te creo.-dije, soltando su muñeca.-Pero te la volaste trayéndolo aquí cuando se suponía que íbamos a pasar el día juntos, no mames.

Temo me soltó de los hombros y puso los ojos en blanco.

-Si te explico te vas a emputar.

-Igual ya estoy emputado.-concedí, encogiéndome de hombros.

Mi amigo soltó un bufido y se rascó la barbilla, evitando mi mirada.

-Diego se dio cuenta de que regresamos el otro día juntos al edificio, escuchó lo que dijimos.-explicó él, mordiéndose el interior de las mejillas con nerviosismo.-Y pues... cuando le conté que me habías invitado aquí, quiso venir.

"Pinche Diego, pendejo y celoso".

-¿Es neta?-dije con incredulidad, arrugando la nariz.-Que buen noviazgo... ni siquiera confía en ti.

-No mames, Aristóteles.-contestó Temo con molestia.-Nos acabamos de besar, ¿no crees que tiene sentido que se haya puesto así?

-Sigue siendo rídiculo.-dije, quitándole importancia con un movimiento de mano.-Somos mejores amigos.

-Los mejores amigos no se besan así.-espetó Temo con el ceño fruncido.-Menos cuando se supone que a uno ni le gustan los hombres.

-Yo...

-Hablando de eso...-interrumpió él apretando la mandíbula.-¿Qué haces aquí reclamándome de haber besado a Diego en la azotea cuando tú te estabas dando a la tipa esa cuando fingíamos ser novios?

-No es lo mismo.-balbuceé, poniéndome nervioso sin poder evitarlo.

-¿Ah no?-dijo Temo.-Tú me estabas haciendo quedar en ridículo, nadie sabía que era mentira que estuviéramos juntos, ¿qué tal que alguien los hubiera visto?

-Nadie nos vio.-me excusé, bajando la mirada a mis zapatos.-Tuve cuidado.

-Pues entonces Gabriela y Carla, ellas sí sabían.-espetó mi amigo, comenzando a ruborizarse del enojo.-Además, no entiendo para qué chingados me sugeriste lo del plan si tanto te urgía tener novia.

-Que no es mi novia, puta madre-respondí con frustración, pasando una mano por mi rostro hasta mi cabello.-Solo fue esa vez, ya te dije.

-Pues con más razón, sigo sin entender por qué lo...

-¡Porque estaba confundido, Cuauhtémoc!-exploté con el pulso acelerado.-Necesitaba saber si todos los besos eran iguales.

-¿Confundido de...?

-Confundido por ti.-lo interrumpí, y mi boca comenzó a expulsar las palabras sin que pudiera detenerla.-Porque acabábamos de besarnos esa noche en la fiesta de Carla y nunca me había sentido así, confundido porque pensaba que lo que me pasaba era solo porque eres mi mejor amigo, confundido porque no me había dado cuenta de que me encantas, ¿está bien?

Los ojos de Temo se abrieron inconmensuradamente al escucharme, sus cejas se alzaron y sus labios se separaron con sorpresa, mirándome con desconcierto.

-¿Que yo te qué?-balbuceó con la voz entrecortada.

Yo tomé aire y lo miré de regreso, admirando lo bonito del color chocolate de sus iris, los lunares de su rostro y sus pestañas largas para armarme de valor. Si él había tenido suficiente coraje para decírmelo meses antes en aquella banca del parque, yo también podía hacerlo.

-Soy gay, Temo.-dije suavizando mi tono de voz hasta casi convertirlo en un murmuro.-Y dije que me encantas.

Mi amigo me observó por unos segundos, provocando que mi pulso se acelerara y que sintiera los latidos de mi corazón por todo mi cuerpo. Fue el instante más largo que había experimentado.

De pronto, él dio un paso hacia mí y me abrazó con su mano saludable, presionando nuestros torsos y acomodando su barbilla sobre mi hombro.

Yo tardé un poco en reaccionar, pero finalmente lo rodeé con mis brazos y lo apreté contra mí mientras sentía como un peso se levantaba de mi pecho: al fin se lo había dicho.

-Gracias por decirme que eres gay, sé que debió haberte costado mucho trabajo.-dijo, acariciando mi espalda con una intención diferente a la de cuando nos besábamos, de una forma que me transmitía su cariño y generaba confianza en lugar de erizar mi piel.-En serio.

De alguna forma había logrado hacerme pequeño y mi rostro quedó en su cuello, oliendo su loción y el jabón de manzanilla que usaba.

-Perdóname.-le pedí con la voz temblorosa, apretando su playera con los dedos.-Por haberme tardado tanto en darme cuenta, por lastimarte, por haberte hecho llorar todas esas noches, por confundirte... por todo.

-Eso ya fue.-dijo Temo, moviendo su cabeza de tal forma que su cabello me hizo cosquillas.-Te perdono.

-Gracias.-contesté, y nos separamos poco a poco, dejando nuestras manos en el torso del otro.

Nos miramos por unos segundos sin movernos, solo escuchando el bullicio que venía del patio de afuera y dejando que la tensión creciera a cada instante.

Acerqué mi rostro al suyo lentamente y nuestras narices rozaron, dejando que nuestras frentes se presionaran la una contra la otra, provocando que sintiera su respiración sobre mis labios. Después de un segundo de duda, moví mi cabeza para besarlo, pero cuando estaba a punto de llegar a su boca, él sacudió la cabeza.

-No, Ari,-dijo, manteniendo los ojos cerrados.-Diego es mi novio y lo quiero; tú y yo no podemos ser nada más que amigos.

Y dio un paso atrás, provocando que lo soltara. Tenía el ceño fruncido, y una expresión llena de dolor.

-Tal vez lo mejor sea que nos alejemos un tiempo.

Continue Reading

You'll Also Like

9.1K 833 40
hola..me llamo facundo tengo un amigo llamado gaston,el es el mejor siempre me ha apoyado y dandome consejos sobre chicas"nunca tube un noviasgo est...
177K 8.2K 41
Un día, dos chicas se encuentran en el metro. Violeta, que acaba de ser abandonada, se está recuperando de un corazón roto, y Chiara está lidiando co...
46K 2.9K 38
Te presentaré distintos temas, tips o descripciones sobre el YAOI! Este libro esta creado para personas que no esten 100% orientadas en el tema.! Dis...
34.4K 5.3K 33
Karim es un alma noble oculta dentro de un corpulento chico de un metro ochenta. Su peculiar forma de ser lo ha puesto en situaciones comprometedoras...