31. Esconderse

6.9K 811 794
                                    

En realidad no sabía qué era lo que esperaba que sucediera con Temo aquella tarde en el café, quizás que habláramos de lo que sucedió en el bosque de una vez, o que admitiéramos que la letra de nuestra canción era evidentemente romántica, pero escuchar las palabras "¿Crees que beso bien?" no formaba parte de mis planes.

Mi amigo comenzó a darme palmadas en la espalda cuando me atraganté con el chocolate tibio, y yo comencé a toser.

-¿Estás bien?-me preguntó con un tono nervioso.

-Sí...eh... estoy bien.-contesté aún tosiendo.-Gracias.

Temo dejo su mano entre mis omóplatos por un segundo y luego la regresó a su regazo, bajando la mirada.

-¿Entonces?-preguntó en voz baja, refiriéndose a lo que había dicho unos segundos antes.

Yo subí las cejas y pasé los dedos entre mis rizos, incapaz de encontrar las palabras correctas en ese momento porque, ¿cómo podía decirle que no solo besaba bien, sino que sus labios incluso me habían quitado horas de sueño de lo bonitos que eran? ¿Cómo explicarle que aunque solo lo había besado cuatro veces, estaba seguro de que nadie podría hacerme sentir como él con un simple beso? ¿cómo hacerle entender que literalmente había soñado con besarlo sin romper mi promesa de no entrometerme en su vida y su relación?

-¿Por qué la pregunta?-dije, recorriendo el contorno de mi vaso con un dedo, a pesar de que sabía que lo más probable es que se debiera a lo que había presenciado en la azotea.

-Es que... No, olvídalo, está muy raro hablar de esto.-respondió sacudiendo la cabeza.

Su lenguaje corporal denotaba lo tenso y nervioso que estaba, así que por más que me incomodara e hiriera que me hablara de besar a Diego, no iba a dejar que se sintiera así.

-Eres mi mejor amigo, Temo, la persona que mejor me cae, de las que más me importan.-le aclaré, poniendo mi mano en su hombro.-Puedes confiar en mí.

Él esbozó media sonrisa y suspiró, echando la cabeza hacia atrás.

-Tú sabes que mi primer beso fue contigo.-dijo, mordiendo el interior de su mejilla ansiosamente, y no pude evitar pensar en aquella noche en el suelo frío del baño.-Y pues... Diego tiene más experiencia. Me da miedo que no le guste o no sé. Es que... cuando lo beso a él se siente diferente a como era contigo.

"Sería un pendejo si no le gustaran tus besos." pensé, bajando mi mirada sus labios entreabiertos sin darme cuenta, recordando lo bien que se había sentido tenerlos entre los míos. "Todo lo que haces lo conviertes en una pinche obra de arte, Temo."

-Yo tampoco tengo mucha referencia, solo... solo he besado a otra persona.-respondí con una risa nerviosa.-Pero si lo que me estás preguntando es si me gustó besarte, la respuesta es sí.

Sus ojos se abrieron mucho al instante y sus mejillas comenzaron a enrojecerse poco a poco.

-Ah... pues gracias, creo.-dijo con la voz ligeramente temblorosa, rascándose la punta de la nariz y soltando una risita.-A mí también me gustó.

Fue mi turno de ruborizarme, y el calor en mis mejillas se vio acompañado de mi corazón latiendo como loco, ¿acaso era posible que hubiera sentido lo mismo que yo esas cuatro veces?

-Pero espera, ¿dijiste que besaste a alguien más?-preguntó con el ceño fruncido.-Pensé que tu primer beso también había sido conmigo.

"Puta madre".

-Sí, lo fue.-contesté, carraspeando.-Eso... pasó después.

Temo me lanzó una mirada de confusión y frunció los labios como si quisiera decir algo pero estuviera aguantándose las ganas.

El Plan de la Azotea | AristemoOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz