13. ¿El último?

8.5K 878 486
                                    

A la mañana siguiente yo iba en una camioneta con mis primos, camino al edificio Córcega para juntarnos con el resto de la familia para la primera comunión de David.

Tenía unas ojeras enormes por la falta de sueño, pero ni siquiera tenía tiempo para preocuparme por ello porque estaba demasiado ocupado pensando en lo que haría cuando viera a Temo y pudiera hablar con él a solas.

Estaba aterrado de lo que significaba lo que estaba sintiendo, porque de pronto descartarlo como algo que sienten todos por sus mejores amigos comenzaba a parecerme poco acertado, sin embargo tampoco estaba seguro de que significara algo más, porque yo no era gay, y entonces eso quería decir que todos mis sentimientos se debían a algo más, ¿verdad?

Llegamos al edificio y entramos al departamento de mis tíos Blanca y Eugenio, donde ya estaba la mayoría de los invitados, exceptuando a los López.

Conversé un rato con mi mamá y mis sobrinos, que por suerte no preguntaron por mi supuesto novio, porque no tenía ganas de mentirles en ese momento.

Unos minutos después Temo entró por la puerta, y aunque nos sonrió a todos había algo extraño en su mirada.

-Mírate, ¿Quién te vería tan galán?-le dije como saludo, poniendo mi mano en su espalda e intentando tratarlo como siempre.

Él volvió a sonreír, pero antes de poder contestarme mi abuela nos interrumpió:

-Ah no, eso sí que no.-dijo con un tono ponzoñoso.-Este es un evento religioso y no voy a permitir que ustedes vayan juntos sabiendo lo que todos ya sabemos.

-A ver abuelita, Ari es tío de David y Temo fue invitado por nosotros.-intervino Juan Pablo con un tono imponente.

Yo tomé el brazo de mi novio falso en un intento de reconfortarlo aunque su padre ya lo abrazaba de modo protector.

-Las parejas no deberían atentar contra las buenas costumbres.-contestó mi abuela apuntándonos con el dedo índice a forma de amenaza.-A Airstóteles lo dejamos estar aquí porque es familia, pero a ese muchachito no lo quiero aquí.

-Dísculpeme doña Imelda pero éste es un evento de mi hijo y yo sí quiero que tanto Temo como Aristóteles estén aquí.-interrumpió Julieta antes de que yo pudiera decir todo lo que se me pasaba por la cabeza.

Volteé a ver a mi amigo y me encontré con una expresión herida, llena de dolor en la mirada.

-Pues si ellos van a estar, yo no.-anunció mi abuela, y en es momento supe que todo estaba punto de irse al diablo, porque aunque parecía que la mayoría de mi familia pensaba a nuestro favor, sabía que no iban a dejar que mi sobrino estuviera sin ella en un día como ese.

Temo se soltó de mi agarre y del de su padre y salió corriendo. Mi mente comenzó a trabajar a toda velocidad, intentando averiguar si sería una mejor idea seguirlo para hacerlo sentir mejor o quedarme para enseñarle a mi abuela que no iba a conseguir que yo me doblegara ante ella.

Pancho y yo nos miramos como decidiendo quién debía ir a ayudarlo, pero él salió detrás de mi amigo antes de que pudiera decir nada por lo que opté por la segunda opción, ya que sabía que mi amigo entendería que enfrentarme a mi familia era parte de nuestra lucha, y porque sabía que su padre podría reconfortarlo.

Julieta comenzó a reclamarle a mi abuela mientras que mi madre se acercó a mí para abrazarme. Mis emociones comenzaron a mezclarse, sentía enojo contra mi familia, impotencia por Temo y miedo por alguna razón que me era desconocida pero que comenzó a llenar mis ojos de lágrimas, ¿cómo era posible que pensara de esa forma? ¿si yo fuera gay realmente me tratarían así?

El Plan de la Azotea | AristemoWhere stories live. Discover now