34. Chat

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N/A: Inicia maratón! 

"¿Cómo pudo decirme que nos alejáramos cuando acababa de besarme de esa forma? ¿Qué significa alejarnos un tiempo, habla de días, semanas o meses? ¿Eso quiere decir que dejé ir mi oportunidad con él? ¿Ya no está enamorado de mí?"

Esas fueron algunas de las preguntas que se repitieron en mi cabeza una y otra vez después de aquel día en la enfermería de esa escuela para niños con dinero, y no había obtenido respuesta para ninguna de ellas.

Ya habían pasado tres semanas y cada día que transcurría lo extrañaba aún más. No es como que no hubiéramos hablado en lo absoluto, después de todo seguíamos viviendo en el mismo edificio y yendo a la misma escuela, pero las cosas habían cambiado entre nosotros.

Eso era lo que más me temía, una de las razones por las cuales no le había confesado lo que sentía antes: que dejáramos de ser amigos; y es justo lo que había logrado.

Nuestras interacciones se habían reducido a conversaciones cortas y banales en persona, pláticas efímeras por mensaje cuando era necesario ponernos de acuerdo para los trabajos en equipo que habíamos formado antes de todo lo sucedido y sonrisas amigables en la escuela cuando Diego estaba presente.

Por suerte, como aún no había pasado mucho tiempo desde que supuestamente nos habíamos separado, todavía no anunciaban su noviazgo y por lo tanto no tenía que soportar ver que se trataran como novios, pero me dolía el corazón al verlos reír juntos en el colegio y saber que yo no podía ser parte de su vida de esa forma.

Las únicas dos personas que sabían por lo que estaba pasando eran mi mamá y Carla, las cuales de vez en cuando intentaban mejorar mi humor distrayéndome o asegurándome que las cosas pasarían pronto, pero yo solo pensaba en lo mucho que me hacía falta Temo.

En parte lo extrañaba de forma romántica a pesar de nunca haber formalizado nada, extrañaba abrazarlo, tomarlo de la mano, acariciar su rostro y su cintura, besarlo y sentir cómo jalaba mis rizos con sus dedos; pero más que nada extrañaba a mi amigo, a la persona que mejor me caía en el mundo y la que me conocía más que nadie, a quien más le tenía confianza, con quien más me divertía y a quien más quería. 

Sentía su ausencia cada día y no podía hacer nada al respecto porque sabía que tenía razón, que merecía darse una oportunidad real con Diego, con su novio, y si yo estaba ahí revolviendo sus sentimientos no iba a lograrlo. Quizás aún no lo quería como sabía que me había querido a mí, pero si había decidido estar con él era por algo.

Incluso había soñado con él algunas veces, aunque casi nunca recordaba lo que sucedía en ellos, solo fragmentos de nosotros riendo en la azotea, él tocando el piano mientras se mordía el labio, nosotros caminando por el patio de la escuela y evidentemente un par de besos, es decir, básicamente en mi memoria solo quedaba que me sentía feliz con su presencia. 

Cuando me di cuenta de que ya no había nada que hacerle a la canción que habíamos compuesto juntos, simplemente le ajusté un par de cosas y después de no encontrar más excusas me decidí a grabarla. 

Me tomó mucho más de lo normal debido a que se suponía que era una canción alegre sobre enamorarse y luchar por lo que sientes, sin embargo una vez que despejé mi mente y me concentré en los recuerdos que teníamos juntos en lugar de que me hacía falta a todas horas, terminé una de las mejores canciones que había creado hasta el momento. 

Así que tres semanas después desde que Temo y yo nos distanciáramos, ya con el archivo titulado "Amor Valiente" en mi mano, decidí que si había un buen momento para intentar hablar con él era ese.

Redacté, eliminé y reescribí el mensaje una docena de veces, siempre intentando encontrar las palabras correctas y fallando, hasta que me di por vencido y envié lo primero que se me vino a la cabeza.

El Plan de la Azotea | AristemoWhere stories live. Discover now