5. ¿Te cae?

9.3K 995 964
                                    

Llevaba quince minutos en la azotea sentado con las manos apretadas en un par de puños y el ceño fruncido. Le había mandado mensaje a Temo pidiéndole que subiera hace tres minutos, por lo que no debía tardar en llegar.

Ya estaba oscureciendo y el cielo del atardecer se veía hermoso con sus tonos anaranjados y dorados, pero yo no podía concentrarme en eso, estaba demasiado enojado.

De pronto escuché cómo se abría la puerta y subí el rostro para ver a Temo entrar.

-¿Ari?-dijo, caminando hacia mí con una expresión consternada-¿Qué pasó? ¿Estás bien?

-Sí... No.-contesté.-Agh, no sé.

-¿Qué tienes?-me preguntó, sentándose junto a mí, bastante cerca pero cuidando no tocarme.

-Mi papá se puso a decir pendejadas.

-¿De qué?

Me mordí el labio sin estar seguro de si debía decirle o no. Subí la mirada y me encontré con sus ojos marrones directamente en los míos, viéndome con confusión y preocupación. No podía mentirle.

-De ti.-contesté, bajando el rostro con vergüenza.-Que no quiere que seas mi amigo y que por llevarme contigo me voy a... contaminar o algo así.

Escuché que mi amigo suspiraba y cuando volteé a verlo tenía una expresión conflictuada.

-Pero si ya sabíamos cómo piensa Ari.-contestó encogiéndose de hombros.-Está cerrado de la cabeza.

-Ya lo sé, pero no podía dejar que hablara así de ti.-dije, frunciendo el ceño por un segundo.

-¿Y entonces?

-Pues...-comencé, seguro de que me diría que estaba loco. Me rasqué la nuca, y bajé la mirada a mis pies.-Le dije que también soy gay.

-¿Qué?-preguntó Temo con incredulidad, tomándome del hombro para que volteara a verlo.

-Le dije que soy gay.-contesté, mirándolo con miedo, sabiendo que lo que había hecho era mentir.

-Pero ¿por qué?-dijo él sacudiéndome del hombro.-Tu no eres gay, nada más vas a hacer que te lastime, Ari.

-No podía dejar que se expresara tan mal de ti.-expliqué.-Pero de todas formas no sirvió de nada, no me creyó.

-¿Cómo?

-Sí, literal se echó a reír y dijo que no me creía ni una palabra.-contesté, azotando mis manos contra mis piernas con frustración.

-Pues menos mal.-respondió Temo, soltándome del hombro y recargándose contra la pared, hablando con alivio.-Te hubiera ido pésimo.

-No Temo.-dije, frunciendo el ceño.-No sé cómo le voy a hacer, pero lo voy a obligar a que me crea.

-¿Como por qué?-preguntó mi amigo con un tono sorprendido, enarcando las cejas.-Ya déjalo así Ari, nada más te va a traer problemas.

-No, no lo voy a dejar. Tengo que hacer que cambie a como de lugar.-dije, firmemente.

-Pues hazlo sin fingir que eres gay.

-¿Tú crees que va a intentar ser más tolerante si se lo digo? Claro que no, pero si lo vive con su propio hijo es diferente.

-¿Y cómo piensas hacerle para que te crea?-preguntó Temo con un tono escéptico, entornando los ojos.

Yo me quedé en silencio. La idea había estado rondándome la cabeza desde que salí de mi casa, pero una cosa era pensarlo y otro decirlo.

El Plan de la Azotea | AristemoWhere stories live. Discover now