Siendo Konoha una aldea ninja, no era de extrañar que hubiera shinobi practicando en los distintos campos de entrenamiento distribuidos por toda su extensión.
Ese era el caso de dos kunochi que se encontraban realizando complicados sellos de mano, que dieron como resultado que ambas exhalaran de sus bocas una larga nube color purpura.
-Excelente, Sakura-chan. Tu dominio sobre el jutsu Niebla Venenosa ha avanzado muchísimo- dijo Shizune a su aprendiz Sakura.
-Lo que digas- le respondió la pelirrosa con desgano.
-¿Sucede algo?
-No es nada.
-Has estado bastante decaída últimamente. ¿Estás preocupada por el examen?- pregunto la pelinegra poniendo su mano en el hombro de la otra chica.
-Solo continuemos- dijo la Haruno algo cortante.
-Sabes que puedes decirme que te molesta. ¿Acaso no confías en mí?
-Por supuesto que lo hago. Es solo que no si lo que pienso es demasiado ridículo.
-Sea lo que sea, no es bueno que te lo guardes, vamos a mi apartamento a tomar el té y hablamos. ¿De acuerdo?
-Sí.
Ambas chicas entonces se desplazaron al centro de Konoha, a uno de los centros residenciales que había en el sitio. Allí vivía Shizune, en un modesto apartamento que era más que suficiente para su única residente y que contaba con el suficiente espacio para recibir visitas cómodamente.
-De acuerdo, ahora dime que tanto te molesta- dijo Shizune.
-¿Soy especial?-dijo con voz baja Sakura.
-¿Disculpa?
-¿Qué si soy especial?- dijo la chica, un poco más alto.
-¿A qué viene esa pregunta? Por supuesto que lo eres. No conozco a alguien más trabajadora y aplicada que tu.
-No me refiero a eso. Hablo en el aspecto shinobi.
-Es la misma situación. Eres una prodigio en el Ninjutsu medico y probablemente tienes el mejor domino de Chakra de toda tu clase. Sin duda te convertirás en una gran kunoichi.
-Son solo mentiras. De lo contrario no estaría como estoy.
-¿Ha pasado algo en una misión?
-Nada.
-Entonces porque la actitud.
-Ese es el problema. No he podido hacer nada en la misiones.
-Adivino. Tus compañeros intentan protegerte y no quieren que te involucres en nada peligroso.
-Si ese fuera el acaso, no tuviera tantos problemas. Pero no, el problema soy yo. Estoy llegando a pensar que no doy la talla para estar en el equipo.
-Sabes que Tsunade organizo los equipos específicamente para que todos funcionaran de maravilla. Tu valor es inapreciable.
-Pues debo hacer una queja respecto a un compañero. Es bastante egoísta, lo que pienso pero ¿sabes que es verdaderamente frustrante? Que no pueda aplicar casi nada de lo que aprendido porque Naruto, es una especie de hombre de hierro que no puede ser herido.
-Lo ideal es que un shinobi, aprenda a esquivar todo los ataques que vayan contra él.
-No entendiste bien. El no se molesta en lo absoluto en esquivar lo que le lancen. Solo se queda parado como si nada estuviera pasando. Le he visto ser atacado por flechas y él se las quita como si fueran mosquitos. Un bandido decapitarlo con una katana en una emboscada y lo siguiente que recuerdo fue que el sujeto se puso a implorar piedad porque el arma se partió al tocar el cuello de Naruto.
-Entonces los rumores son bastante ciertos- dijo la pelinegra con una gota de sudor en la sien.
-El casi quita todo el trabajo al equipo. Al menos Asuma sigue dirigiendo y Sasuke puede atacar a distancia con una excelente puntería, pero yo solo puedo quedarme a mirar esperando a ver si puedo hacer algo.
-Conoces bien las reglas de los ninja medico.
-Las escuchado muchas veces y ahora me doy cuenta que no me gustan. ¿Acaso debo renegarme a esperar que haya un herido para poder actuar, solo porque no conozco un estúpido jutsu que nadie sabe aparte de su creadora? No voy a poder cumplir mis metas si sigo a este paso.
-Entiendo tu frustración, pero poco puede hacerse- dijo la pelinegra algo nerviosa.
-¿Entonces debo esperar que Tsunade se vuelva de repente la peor medico del mundo para que yo tenga una oportunidad de superarla? Es bastante ridículo que alguien que hizo tanto, no haya pensando en que harían sus sucesores.
-Sí lo es- dijo Shizune, sudando aun más nerviosa.
-Te ves demasiado extraña-dijo Sakura viendo a Shizune temblar. ¿Acaso estás ocultando algo?
-Nada, nada- repitió la mujer indicando que obviamente escondía algo.
-Eres pésima mintiendo, Shizune-nee.
-No lo entiendes, es algo que sin duda hará que nos terminen matando o algo peor.
-Si lo pones de esa forma, me causas más curiosidad. Dime de qué se trata.
-No debo. Es muy arriesgado.
-Hey, tu dijiste que debía confía en ti. Eso es algo que debe que funcionar en ambos sentidos. ¿Acaso tú no me tienes confianza?
Con ese argumento, la pelinegra bajo la cabeza derrotada y le dijo que esperara en el sitio mientras iba por algo en su habitación. Luego de unos minutos, Shizune regreso con un pergamino en mano, temblando un poco.
-¿Qué es eso?- pregunto la pelirrosa curiosa y a la vez nerviosa.
-Esto es....-Shizune trago saliva buscando la forma de articular las palabras. –Esto es el pergamino del Sello Fuerza de un Centenar.
-¿¡Qué!? ¿¡Cómo es que tienes eso!?
-Digamos que pude sacárselo a Tsunade en una de sus noches de bebida.
-Pensé que ella tenía una resistencia muy fuerte al alcohol.
-No lo es mucho cierto día del año.
-¿Por qué?
-No es necesario hablar más del tema - dijo la mujer algo cortante. - Mira lo he estudiado y creo que con el podrás adquirir una buena mejora de tus habilidades. Tal vez el sello es bastante difícil para que lo domines de una, pero al menos puedes empezar con el jutsu de Fuerza Amplificada que es el inicio para dominar el sello.
-¿Si tenias esto, porque no me lo dijiste antes?
-¿Acaso no tienes temor por tu vida? Cuando Tsunade se entere, nos va a matar.
-Bien podemos decirle que lo aprendimos por mera observación.
-Esta técnica no se aprende así de fácil. Además de que son pocas las veces en que la ha usado en público en los últimos años, no se tragaría una mentira así.
-Supongo que entonces debo usarla con cuidado.
-En mi opinión, di que lo aprendiste de Naruto. El sello y jutsu no es la única forma usar una gran fuerza.
-No creo que sea tan fácil. Aun no entiendo porque Naruto es tan fuerte.
-Sera solo momentáneo. Tsunade se dará de cuenta pronto del engaño, pero tal vez pueda acertar entrenarte, si muestras dominio con la técnica.
-Daré lo mejor de mí para lograrlo. Gracias.
-No te preocupes. Sabes que puedes contar conmigo.
Desde ese momento, la pelirrosa empezó su entrenamiento para dominar las técnicas secretas de Tsunade. De ninguna forma iba a permitir quedarse atrás frente a sus compañeros.
El tiempo siguió su curso y antes de que alguien se diera cuenta, ya el plazo de entrenamiento de los genin había acabado.
Una vez llegado el día de la prueba, el equipo 7 y sus homólogos fueron convocados a las cercanías de de la zona de entrenamiento 44, cariñosamente llamada el bosque de la muerte.
Al final los únicos novatos presentes fueron los equipos del 7 al 11, ya que los sensei de los otros equipos consideraron que sus estudiantes no estaban listos para tan exigente labor. Su ausencia fue subsanada con la presencia de otros tres escuadrones genin, quienes exigieron que el derecho de participar por el hecho de tener mayor experiencia que los novatos. Debido a naturaleza de la prueba terminaron siendo aceptados y puestos con los demás.
El Hokage se puso delante a los presentes en un pequeña tarima, en donde a sus espaldas se encontraba el Consejo, quienes como era obvio querían tener sus narices metidas en todo el proceso.
-Sean bienvenidos, jóvenes shinobi-dijo Hiruzen para empezar su discurso. -Agradezco que se hayan presentado el día de hoy. Como ya saben, pronto será llevado a cabo un examen chunin de carácter colectivo. En condiciones normales esto sería no raro, pero en esta ocasión el evento no será efectuado por dos o tres, sino por las cinco grandes aldeas elementales, siendo implícito que el evento tiene una gran importancia. Por desgracia las condiciones no dan para que todos nuestros equipos participen en el examen y es necesario que hoy realicemos una prueba que determinara quienes son los genin mejor preparados para representarnos.
A los ojos del Consejo, toda la prueba era un teatro innecesario. Homura, Koharu, Fugaku y Hiashi confiaban en que el equipo 8 y el 11 aprobarían sin dificultades y que el primero podría aliviar las pequeñas flaquezas que pudieran percibirse en su equipo perfecto. Aunque ese era un escenario improbable, ya que no veían como las otras naciones elementales podrían lidiar con dos shinobi que no solo tenían el poder del Bijuu con más colas, sino también contaban con los doujutsu de mayor habilidad.
Por esa razón no se molestaron en observar a los otros participantes que se encontraban presentes, quienes mantenían conversaciones entre sí a la espera de instrucciones para la prueba. La mayoría solo hablaba con sus compañeros de equipo, pero Naruto decidió romper el esquema y se acerco a uno de sus conocidos.
-Hey cobarde-san. ¿Qué cuentas?- dijo Naruto a cierto peliplata, que inmediatamente guardo el libro naranja que estaba leyendo.
-Diría que bien, pero estaría mintiendo- dijo Kakashi carraspeando "inocentemente" para las molestia de sus alumnos.
-Que cruel es Kakashi-sensei. No estaríamos así, si tomara en serio nuestros entrenamientos- se quejo una rubia vestida con un revelador atuendo morado.
-Usualmente no estoy de acuerdo con ella, pero es bastante molesto que no sepamos si tenemos una oportunidad para la prueba- dijo un chico con peinado de piña.
-A mi molesta, que me este perdiendo de la oferta de barbacoa del restaurante- dijo el chico castaño con una bolsa de papas en sus manos.
-Siempre pensando en comida, Choji. No deberías entrenar más en serio. Estas algo esférico- le cuestiono Naruto.
-No tengo ningún problema con eso- le respondió el chico comiendo sus papas.
-Ahora Naruto-kun-dijo Ino tomando un brazo del rubio. –Sera que por fin aceptaras invitarme a una cita.
-No lo creo.
-Oh vamos. Que tengo que hacer para que entiendas que tú y yo somos uno para el otro.
-Tal vez centrarte más en tu labor como kunochi- dijo Sakura.
-No te metas cuatro ojos. No es tu asunto.
-Es mi compañero, por lo que lo es.
-Te tomo la razón. Debido a que lo único que tendrás vistiendo de esa forma es un montón de compañeros.
-Es un uniforme estándar. Tú no deberías estar enseñándote como una...- y así empezó una fuerte discusión entre las kunoichi.
-Ella me va a sacar canas antes de tiempo- dijo Kakashi al ver a la rubia mofarse de Sakura.
-Tranquilo, no creo que se noten mucho- bromeo Asuma. –Además no eres el único. Mi equipo también sus detalles.
-Me lo imagino.
-Escuche que saludaste a Naruto. ¿Acaso se conocían de antes?
-Por supuesto. Tengo que estar atento a los hijos de mi antiguo sensei.
-Es extraño. Si ese fuera el caso, su estilo se parecería un poco al tuyo.
-El y yo tenemos nuestras diferencias.
-Supongo que el "cobarde-san" viene por eso. ¿A qué se debe?
-¿Has peleado con él?
-Mi odontólogo me lo recuerda constantemente- dice el hombre de barba sujetándose la mandíbula.
-Bien. Unas costillas rotas son suficientes razón para que siempre tuviera preparado un Kawarimi para cuando "jugaba" con él.
-Y a él no le gusta esa técnica. Creo que ya entiendo la razón.
-Es correcto. Pelear contra el con Taijutsu es casi como un suicidio asistido.
-Pensamos igual- dijo Asuma suspirando. -¿Qué piensas de la prueba?
-Ambos sabemos cuál será el resultado, pero será interesante que los genin aprendan un poco de lo vendrá-dijo el jounin para luego retirarse con su compañero, ya que la prueba estaba a punto de empezar.
Los encargados seria Ibiki Morino y Anko Mitarashi, en donde el primero empezó a explicar en qué consistía y cuales era sus reglas. Comenzó diciendo lo que ya todo el mundo sabía, que solo habría dos seleccionados para realizar el examen chunin. La forma de ganar consistía en obtener cuatro de los ocho pergaminos que llevarían los equipos participantes. Eran dos juegos de pergaminos señalados con los cuatro puntos cardinales y la condición para aprobar era que los equipos llevaran un juego de cuatro pergaminos diferentes. No se valían pergaminos repetidos.
La forma para obtener los pergaminos no era otra que a través de la lucha y el robo de los objetos en cuestión. Todo en el interior del bosque de la muerte, lo que implicaba que también tendría como contrincantes a las letales criaturas que allí se encontraban.
Entre las otras cosas que complicaban el hecho, serian las posibles alianzas entre los equipos y que algunos enfrentamientos podían tornarse inútiles si los participantes cuentan con pergaminos iguales.
Los equipos fueron dispersados alrededor del recinto y una vez marcada las 12 del día, se les permitió el ingreso al bosque y en el cual se dispersaron a la espera de obtener ventaja tácticas sobre los otros participantes.
El equipo 7 recibió el pergamino "Norte" y como los demás, avanzo un par de kilómetros antes de detenerse a planear una estrategia. Aunque era claro que el rubio del grupo solo tenía una cosa en mente.
-Simplemente avancemos hasta toparnos con alguien y le quitamos su pergamino. No importan cual sea-dijo Naruto, provocando distintas reacciones en sus compañeros.
-Yo sugiero que esperemos a que los demás equipos peleen entre si y acumulen los pergaminos. Así evitaremos conflictos innecesarios -dijo Sakura.
-Si nos ponemos a esperar, solo nos toparemos con oponentes equipo ya estaría débil y de ninguna forma peleare con alguien en esas condiciones.
-Pero....
-Sin peros.
-No tiene caso, Sakura. Ambos sabemos que tenemos que hacerlo a su manera- dijo Sasuke.
-De acuerdo- dijo la chica molesta. -¿Alguna idea de adonde ir?
El rubio medito un momento y señalo hacia el este de su posición. –Puedo sentir una pequeña señal de Chakra en esa dirección. Lo mejor es que vayamos hacia allá.
-¿Has aumentado tu rango de detección?
-Sí. Ahora cubre al menos dos kilómetros. Ahora en marcha.
[En la costa sur de País del Fuego, horas antes]
-¡Que aburrimiento! – expreso Tsume Inuzuka, una mujer de cabello alborotado castaño con un par de marcas rojas en su rostro y estaba acompañada por un perro negro de gran tamaño.
-Ya no lo has dejado bastante en claro las ultimas cien veces- le dijo con molestia Yugao Uzuki, una mujer de cabello largo y morado.
-Y no lo dejare de decir hasta que terminemos con este ridículo trabajo. ¿Ya no están hartas de perseguir a esa estúpida criatura o lo que sea que estemos buscando?
-Estoy tan agotada como tú, pero quejándonos no haremos que aparezca milagrosamente frente a nosotras- dijo Kushina.
-Solo es cuestión de tiempo para que lo encontremos. Se está volviendo descuidado al dejar tantas evidencias, por lo que tal vez le veamos pronto- dijo Mikoto Uchiha, una mujer de cabello largo color negro.
Todas las kunoichi portaban el uniforme estándar de Konoha con chalecos tácticos color verde, con excepción de Yugao, que lo portaba de color gris. El equipo continuaba con su misión de conseguir al culpable de los ataques en los alrededores del País del Fuego.
Los últimos avistamientos comprobaban lo descubierto por el equipo 7, ya que el atacante había hecho numerosos ataques distintas minas a lo largo de la región. Ya les quedaba claro que lo que buscaban no era humano sino más bien algo como una criatura de invocación. La cuestión era saber si estaba siendo controlada por alguien
Era una cuestión que debía solucionarse inmediatamente, ya que el cualquier momento podría un ataque podría ser dirigido contra la capital del País del Fuego o la misma Konoha.
Luego de una larga caminata, Kushina y las demás llegaron al País de la Olas, cuyo pueblo aun estaba en labores de reconstrucción. Ahora bajo la protección del País del Fuego, muchos de los antiguos pobladores volvieron a su antiguo hogar con la intención de recuperar lo que les había sido robado. Haciendo uso de los restos del emporio de Gatō, dígase embarcaciones y mercancía legitima, pudieron iniciar rápido el proceso de recuperación.
Una mujer de nombre Tsunami fue quien recibió a las kunoichi. Ella fue la solicitante de la misión a Konoha y si bien recibió un regaño del Hokage, también recibió sus más sinceras disculpas por ser indirectamente culpable de todo lo ocurrido al pueblo.
Debido a todo esto, los demás pobladores le nombraron como la jefa de la aldea, ya que fue gracias a su fe que se logro recuperar las tierras. Fue cargo difícil de asumir debido al hecho de que tanto su padre como su ex-esposo estaban muy cerca de alcanzar el puesto debido al trabajo que realizaban, pero Gatō término mermando esos deseos. No obstante, se tenía que pasar la página y asumir los nuevos retos que se tenían por delante.
Las kunoichi no duraron mucho en la aldea, puesto que su objetivo estaba un poco más adelante y desean montar su campamento cuanto antes. El lugar en cuestión era una mina, la cual había sido descubierta luego de que el bosque cercano a la aldea fuera talado por los bandidos.
A Nami solo le faltaba mano de obra para pasar de ser un pueblo pesquero a uno minero y no uno cualquiera, ya que aquellas tierras albergaban un metal extremadamente valioso por su valor militar.
-Y pensar que aquí hay Metal Chakra- dijo Tsume levantando un trozo del mineral que sobresalía del suelo. -Resulta ridículo que nadie se haya dado cuenta antes
-Tal vez es mejor que haya sido así. Por un yacimiento así, puede desencadenarse una guerra- dijo Mikoto.
-Me pregunto a que sabrá- dijo Kuhina viendo el metal.
-¿¡Por rayos querrías saber eso!?- le grito la Inuzuka.
-Disculpen, pensé en voz alta. A lo que me refiero, ¿es que porque la criatura que perseguimos estará atacando las minas? Asuma y nosotras hemos visto marcas de garras y colmillos en las paredes de las minas indicando que busca los minerales en ellas, pero no creo que este comiendo metal ¿O sí?- dijo Kushina dejando a las otras algo perturbadas.
-Este metal es muy valioso por su habilidad de permitir el Flujo de Chakra y se crean excelentes armas a partir de él. Que algo pueda consumirlo, no puede significar nada bueno- dijo Yugao.
-No es como si todas las minas que visitamos fueran de Metal Chakra. No hay de qué preocuparse- dijo Tsume.
-Pero tomando en cuenta que sabemos que esa cosa puede volar, existe la posibilidad de que haya visitado más lugares de los que tenemos alcance- dijo Kushina.
-Pues solo queda esperar para comprobar nuestras pesquisas-dijo Yugao.
El grupo de kunoichi dispuso las cosas para levantar un campamento y montar guardia. Además ella podrían tomar la ocasión para descansar, ya que su misión le había llevado a recorrer una buena extensión del País de Fuego, una tarea que estaba demás decir que fue agotadora.
Actualmente no tenían forma de saber si su objetivo vendría al lugar. Las corrientes de aire traían una variedad de olores muy extensa como para que Tsume y su canino pudieran detectar algo y carecían de ninja sensor para percibir al posible invocador de la criatura.
No obstante, un repentino cambio climático en la zona les llevo a pensar que sus suposiciones no estaban del todo erradas.
De un momento a otro, las nubes blancas en el cielo fueron reemplazadas por unas grises de tormenta. Una fría brisa empezó a soplar helando a la presentes, pues daba la impresión que empezaría a nevar en cualquier momento.
Mikoto emitió una alerta de evacuación a los pocos trabajadores del lugar y les pidió que avisaran a la aldea sobre un posible ataque. Las otras kunoichi se prepararon para la inminente lucha, pues eso era lo que estaban esperando, o al menos eso creyeron.
De entre las nubes surgió un objeto que se abalanzo hacia el suelo con una velocidad abismal, golpeando el suelo con una fuerza considerable. Apenas las kunoichi tuvieron una correcta vista de aquella cosa, se preguntaron si era una especie de sueño o Genjutsu.
El aparente responsable de todos los ataques era una especie de lagarto de cinco metros de largo y tres de alto, cuyo andar era de cuatro patas. Su condición de lagarto quedaba en duda por el par de alas que se extendían sobre su espalda, siendo estas el doble de grandes que la misma criatura. Toda su piel era de color plata con textura metalizada, desde su cabeza hasta la punta de la cola, dándole un aspecto brillante. Sus ojos eran completamente azules y se encargaban de analizar cuidosamente a las personas que tenían en frente.
La criatura entonces no dio espera a sus intenciones y profirió un rugido que provoco que una amasijo de vientos violentos le envolviera, mostrando en efecto era el tornado viviente que describían las víctimas de los pueblos atacados.
-No puede ser. ¿Acaso eso es un...?- dijo Mikoto impresionada.
-¡Dragón!- dijo Kushina, también asombrada por la visión de una criatura que se consideraba legendaria.
A Tsume ya les entraban los nervios, específicamente debido a que Kuromaru se encontraba temblando. Nunca, sin importar lo feo de una situación, su compañero había tenido una reacción así ante un enemigo. Era obvio que sus instintos animales le indicaban que el enemigo era muy peligroso.
Fue Yugao quien tuvo la determinación de enfrentar a la criatura y lanzarse en ataque hacia ella. Desenvaino su katana y avanzo creando un par de Bushin que corrieron junto a ella llevando armas similares.
Todo el grupo se abalanzo sobre la criatura, en donde las primeras desaparecieron antes que Yugao pudiera saltar dar un tajo descendente.
-Danza de la Luna Creciente-fue lo que expreso la pelimorada antes de golpear a la cabeza del dragón con la espada.
Como si se golpeara una campana con un cuchillo, el arma reboto para el desconcierto de la kunoichi. Las fuertes ráfagas de aire amenazaban con desestabilizarle, pero Yuago rápidamente mando chakra a sus pies para mantenerse firme y evitar quedar vulnerable.
El dragón entonces lanzo un zarpazo contra la kunoichi, el cual ella se dispuso a detener con su arma. Una vez más la resistencia de la criatura sobrepaso la de la espada y rompió el objeto sin mayores complicaciones. Luego el dragón arremetió contra la kunoichi con un cabezazo que le rompió un par de costillas antes de empujarla una distancia considerable.
Molesta por el ataque a su compañera, Tsume se recompuso y ordeno a su perro que prepara para atacar. Si bien Kuromaru no se veía muy dispuesto a hacerlo, este realizo el Jūjin Bunshin (Clon Hombre-Bestia) para asumir la figura de su pareja. Acto seguido ambos ejecutaron el Gatsuga (Doble Colmillo Destructor), el consistía en que ambos se lanzaran girando sobre sus ejes para golpear con sus garras y colmillos.
El dragón realizo un salto para evadir la técnica, pero este de todas formas le atrapo cuando sus usuarios extendieron su alcance para lograr atinarle al enemigo. La criatura fue golpeada en múltiples ocasiones por Tsume y su compañero, pero para cuando detuvieron su ofensiva, esta se veía completamente ilesa. Más bien era el par de Konoha quienes se veían magullados y lastimados por intentar atravesar la solida defensa de su oponente.
Pero eso no sería suficiente para detener a la orgullosa Tsume, quien se prepararía para volver atacar con otro Gatsuga. Claro que una cosa eran sus intenciones y otras eran las de su enemigo, quien entonces exhalo una potente bala de aire contra la kunoichi mandándola a ella y compañero contra una pared piedra.
Mikoto constató con su Sharingan que su oponente estaba cubierto por una fuerte capa de Chakra Fūton, por lo que decidió tomar ventaja de la situación usando una de la técnicas distintivas de su clan, el Katon: Gran Bola de Fuego, a la espera de que la ventaja elemental hiciera su labor.
Las llamas entonces envolvieron al dragón en un intenso torbellino de fuego, que se alimentaba con todo el viento presente. Situación que no era tan buena como sonaba, ya que la criatura no se vio para nada afectada por las altas temperaturas.
Ella en cambio se dispuso a usar las llamas a su favor para disparar de nuevo su disparo de viento contra la Uchiha, el cual paso a ser una llamarada mucho más potente que el anterior jutsu de la mencionada.
Una cadena fue la encargada de jalar a la pelinegra y evitar que fuera carbonizada junto a una extensa porción de tierra. La autora de esta acción fue Kushina, quien luego desato sus temidas Cadenas de Diamantina para retener al dragón.
La criatura levanto vuelo para esquivar las cadenas que surgieron del suelo y se lanzaron sobre como si fueran lanzas. El dragón entonces contraataco con sus proyectiles de aire comprimido. Estos eran fuertes, pero las cadenas contaban con la suficiente resistencia para atravesarles y entonces lograr atrapar a su presa.
-Suiton: Misil Dragón de Agua- dijo Kushina para entonces reunir la humedad ambiental y lanzar una potente columna de agua que golpeo a la criatura voladora con gran contundencia derribándola en el suelo. -¡Rápido, Mikoto! Debemos acabarle mientras esta aturdido-dijo la pelirroja a su compañera.
-De inmediato-dijo la Uchiha, para entonces preparar un manojo de kunai equipados con sellos explosivos y posteriormente arrojarlos contra el dragón derribado.
Intensas detonaciones sacudieron el paraje, las cuales debían ser lo suficientemente fuertes como para derribar un pequeño edificio.
-¿Acabamos con esa cosa?-pregunto la pelinegra.
-No lo sé, pero debemos verificar como están las demás-dijo Kushina.
Un rugido más violento sacudió el lugar y alarmo a las kunoichi. El dragón había sobrevivido al ataque y aunque no se veía muy lastimado por las explosiones, si se veía extremadamente molesto. Prueba de ello era el viento oscuro que ahora le envolvía.
El dragón entonces tomo vuelo y se elevo muy alto en el cielo, luego se lanzo empicada, a la vez que empezaba a girar sobre sí mismo. Provocando que fuera cubierto con un torbellino de aire cortante.
-De ninguna forma- dijo Mikoto analizando muy bien el ataque. Esa técnica no podía ser una casualidad. Básicamente estaba realizando la versión individual del Gatsuga, el Tsuga (Colmillo Seguido), revestido con las cualidades cortante de Chakra Fūton.
Kushina no tuvo que pensarlo dos veces para levantar una de sus técnicas más fuertes. –Hijutsu: Barrera de Cadenas de Diamantina-dijo la pelirroja para entrelazar un gran número de cadenas en una red que uso para cubrirse.
El dragón golpeo la barrera con una potencia que hizo que el suelo se estremeciera y las cadenas se agrietaran levemente. Ambos oponentes lucharon por imponerse, pero al final quedo claro quién era más fuerte y la criatura destruyo por completo la barrera.
Mikoto estaba prácticamente paralizada por aquella demostración de poder. Sin dudas el poder de esa cosa que suponía ser solo una leyenda era algo de temer y hacia palidecer a aquellas técnicas elementales que tenían como base a dichos.
Se encontraba en un punto donde muchos shinobi se quebraban. ¿Tenía que ir ayudar a sus amigas y enfrentar una muerte segura o abandonarlas y avisar a la aldea de aquella amenaza?
Independientemente de su decisión, Kushina yacía tirada entre los trozos de la barrera, que para su fortuna se había llevado la peor parte del ataque. Viendo que aun estaba en condiciones de seguir luchando, Kushina intento levantarse, pero fue detenida por el dragón.
La criatura había vuelto a levantar su barrera de viento regular y ahora se encontraba casi sobre la mujer, amenazándole con una de sus garras.
La Uzumaki pensó que resultaba ridículo que todo terminara de esa forma. Peleando contra algo que no parecía de su mundo. No debía ser as. No antes de cumplir una meta que tenía pendiente.
El dragón levanto sus garras para hacer el golpe fatal pero entonces se detuvo antes de acabar.
. -¿Acaso esa cosa era sádica o qué?- pensó la Uzumaki no entendiendo la repentina acción. La criatura entonces acerco su cabeza y la olfateo. -No es un pervertido- se lamento ella.
Para enrarecer más las cosas, el dragón se alejo de ella y emprendió vuelo. Tomando altura rápidamente, perdiéndose entre las nubes las cuales volvieron a la normalidad poco después.
Kushina no sabía que había pasado y no salía del asombro de lo sucedido. Solo fue cuando escucho los lamentos de Yugao cuando reacciono. Fue cuando ella y Mikoto se dispusieron a atender a los heridos.
-¿Qué ha sucedido?- dijo una aturdida Tsume.
-No lo sé con exactitud. Parecía querer matarnos al principio pero luego retrocedió luego de oler a Kushina- le dijo Mikoto.
-Siempre he pensado que ella huele raro, pero no es para tanto- dijo la Inuzuka.
-No es momento para bromas. Tenemos que avisar a la aldea. Esto definitivamente tiene que ser tratado por el Hokage- dijo Yugao convaleciente por sus heridas.
-Necesitamos recuperarnos primero, de lo contrario empeorarías tus heridas-dijo Mikoto.
-De acuerdo, pero tenemos que apresurarnos. No sabemos qué fue lo que hizo que se retirara.
-Ha sido demasiado extraño. No entiendo que pudo oler que provocara esa reacción- pensó la Uzumaki hasta que la respuesta obvia llego a su mente. -¡Naruto!