"Aaron"
Un par de días bastaron para asimilar que todo lo que había pasado no era parte de un sueño o una alucinación a causa de que verdaderamente me había vuelto loco en ese infierno. Mi vida había dado un giro total en simplemente tres días y ahora me encontraba en una casa de lujo, en un cuarto de en sueño jugando Play Station con un hermano que nunca en la vida me había imaginado que tendría.
-No se me ocurre nada para matar muchos pájaros de un tiro y hacerles saber a todos que somos hermanos en vez de ir uno a uno- Dijo Dominic para tratar de desconcentrarme y poder ganarme en la lucha que teníamos.
Dominic y yo nos habíamos quedado solos esa tarde ya que papá tenía juntas pendientes por todo el tiempo que pasó cuidándonos, hasta mañana regresaríamos a la escuela y queríamos aprovechar nuestro último día de descanso antes de que mi hermano se vaya a Washington todo el fin de semana. Físicamente ya estábamos completamente bien, para mi fortuna los golpes se habían acabado y empezaría a ir al psicólogo una vez a la semana para erradicar todos los traumas.
-Pues solo sería anunciándolo en Facebook, tal vez con una publicación o algo así- dio como alternativa.
-No, todos pensarían que es una broma y además tú tienes muchísimos más seguidores que yo- respondí.
-Y si subimos la foto que nos tomamos aquel día en el Yankee Stadium y solo pongo un mensaje motivador para que de una vez por todas cada individuo en la escuela sepa que somos hermanos.
-Me parece una idea excelente y además puedo cambiar todas mis fotos de perfil por esa, así ya no habrá ninguna duda de que lo que decimos es verdad.
Dominic le puso pausa al juego y rápidamente sacó su teléfono y se la pasó escribiendo un par de minutos, borraba y volvía a escribir buscando las mejores palabras para dar este mensaje tan importante que verían sus casi cinco mil seguidores de Instagram.
-Listo, puedes ver el mensaje.
Abrí la aplicación para encontrar esa foto tan especial como la primera de la pantalla, le había puesto un filtro que hacía ver el cielo de Nueva York de un rojo atardecer precioso y el estadio de veía imponente, tanto que era capaz de hacernos lucir como unas pequeñas hormiguitas y ahí estábamos los dos, él bastante más alto que yo pero con ese mismo pelo castaño y los mismos ojos, como nunca me había dado cuenta de nuestras similitudes, seguido de un hermoso mensaje:
"La vida a veces te da sorpresas inesperadas, a veces te enamoras de quien menos te imaginas, a veces te enteras de la muerte de una persona que creías moriría un día muy lejano a ese o hasta un regalo especial que nunca imaginabas y eso es lo que me llegó hace tres días. Hace unos meses conocí a un chico increíble que de inmediato se convirtió en un amigo especial sin saber que en realidad este individuo es realmente mi hermano de sangre, no se trata de ninguna broma y me siento muy feliz de poder decir que Aaron es mi hermano, no tienes idea de la felicidad que me da saber que ahora tengo un hermano a quien molestar, un hermano a quien contarle mis problemas o un hermano a quien puedo defender de cualquier cosa, te quiero demasiado niño de mal humor."
Ese había sido un mensaje muy emotivo para mí, el simple hecho de saber que siempre tuve una familia hacía que mi corazón explotara de alegría después de muchos meses de sufrimiento, meses que fueron ablandándose con la llegada de nuevos amigos y un amor por el cual luchar.
-Esto es lo más bonito que me han dicho en mucho tiempo, gracias.
-Mira...- se levantó y se posó junto a mí- Todo esa mierda que viviste estos meses se acabó Aaron, ahora todo va a estar bien, nos vamos a cuidar el uno al otro, ya no tendrás que ir en camiones o pasar hambre, ni siquiera usar esa ropa desgastada, ahora todo lo mío es tuyo y todo lo de papá es tuyo y siéntete en la libertad de usar la casa como quieras.
-Sigo creyendo que esto es un sueño.
-Pues no lo es, ven y abrázame.
Me levanté y le di el abrazo más fuerte que le había dado a alguien en mucho tiempo, sintiendo un peso menos en mi espalda, sabiendo que ahora podía descansar en las noches, que mis preocupaciones se reducían al máximo.
-Además tengo un regalo para ti- dijo al soltarme y salió rápidamente de la habitación, a los pocos segundos regresó con una pequeña bolsa- ábrelo.
Abrí el regalo y saqué una caja que contenía un iPhone X completamente nuevo, no podía creer que Dominic había gastado dinero en esto solo para mí.
-No era necesario.
-Claro que sí, tómalo como regalo de todos los cumpleaños pasados.
-Esto es increíble, muchas gracias- y le di otro abrazo.
-Por cierto, tenemos otro asunto pendiente.
-¿Si?
-Tenemos que idear un plan para que tú seas novio de Charlotte.