Craig caminaba por las calles de South Park. "No puedo dejar esta mierda", pensaba mientras se encendía un cigarrillo. Eran las 04:00 p.m. En un principio caminó sin rumbo, ya que no se atrevía a realizar lo que venía pensando desde hace tiempo. Recordó cuando estaba en el auto con sus amigos dijo: Yo no sé que hacer para ayudar a Tweek. Él quería hacerlo, y ahora que veía a Tweek mucho mejor pensó que era el momento. Aunque a su vez se sentía culpable por no haberle dicho nada a Tweek sobre su plan. Pensó en la noche anterior...
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Craig se despertó debido a un sobresalto por parte de Tweek. Ambos estaban en la casa de Tweek, habían pasado todo el día armando cajas con lo que él quería llevarse a casa de Craig. A la mañana comenzarían la mudanza. Craig miró a Tweek.
- Cariño, ¿estás bien? -Preguntó Craig.
- ¡GHA! Sí... -Dijo Tweek refregándose los ojos-. Solo tuve... Un sueño.
- ¿Quieres contármelo?
- Soñé que volvía a casa de mis padres... ¡GHA! Y ellos se sentían felices de verme.
- Oh... Tweek.
Craig lo abrazó.
- Quiero comenzar una vida nueva, Craig ¡GHA! -Dijo Tweek-. Una en la que pueda dejar de sentir culpa y odio hacia mi, pero me cuesta ¡GHA! Siento que necesito su aprobación...
- No Tweek, no la necesitas. -Dijo Craig, acariciándole la mejilla.
- Ya te lo he dicho muchas veces ¡GHA! Pero me encantaría ser como tu... No me has hablado de tu padre desde que me fui.
- Ñe, es porque es un idiota y si no le gusta que salga contigo bueno, que se joda. -Rió Craig.
- ¿Cómo haces? -Dijo Tweek- ¿Cómo haces para que no te importe?
- Nunca tuve una gran relación con él a decir verdad -dijo Craig-, es mi padre pero en realidad nunca me importó.
- ¿No te gustaría que te quiera y te acepte tal como eres? ¡GHA!
- Ya me quiero y me acepto yo mismo, eso es suficiente.
Tweek abrazó a Craig.
- Quiero ser como tu Craig, pero no puedo ¡GHA! -Dijo Tweek-. Cuando fui a tu departamento me sentí orgulloso de mi porque lo hice para ser feliz contigo, y no por ti... Disculpa si sueno cruel.
- Para nada Tweek, me encanta que pienses así. -Sonrió Craig.
- Aunque ahora que lo pienso, tal vez lo hice porque ya sé que me amas ¡GHA! Y mis padres... Ya no me aman, a veces los extraño, a veces quiero volver al café y visitarlos pero no puedo... Quiero dejar de pensar que fue mi culpa, pero es tan difícil ¡GHA!
- No lo es...
- ¡Sé que es muy fácil para ti! -Dijo Tweek- ¡GHA! ¡Pero yo soy diferente, y no puedo ser tan lógico, necesito que me quieran, lo necesito!
Tweek comenzó a llorar en el hombro de Craig, el cual lo besaba en el cabello mientras pensaba.
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Craig estaba frente a la cafetería Tweak. Tiró su cigarrillo y entró. El lugar era pequeño pero bien iluminado. Tenía algo que le hacía recordar a Tweek. Fue hasta una mesa individual y se sentó. Tomó su celular y revisó sus mensajes. Tenía uno de Tricia.
Tricia: Craaaaaaaaaaig, ya terminaron de ordenar todo el departamento. Podemos jugar con Tweek al Just Dance???
Craig sonrió.
Craig: Sí.
Tricia: Graciaaaaaaas
Tricia: Y hoy iré al cabaret
Tricia: Te guste o no ;)
Craig: Agh, bueno.
Craig guardó el teléfono en una pequeña mochila que Tweek le había obsequiado. Buscó en la mochila un libro llamado "Rebecca". Craig lo tomó y comenzó a leerlo, pero no llegó ni a la mitad de la primera página que una mujer se acercó a él y le habló.
- Bienvenido a la cafetería Tweak -dijo la mujer-, ¿qué va a pedir?
Craig se quedó impactado al verla. Su nariz y su boca eran muy parecidas a las de Tweek.
- Un café pequeño. -Dijo Craig.
- Bien, ahora se lo traigo. -Le sonrió.
La mujer se fue. "¿Qué le diré?", pensaba Craig.
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Tweek estaba en el departamento de Craig junto con él acomodando sus cosas.
- ¡GHA! Que bueno que los muebles eran alquilados. -Sonrió Tweek.
- Sí, no quiero imaginar cuantos viajes deberíamos haber hecho. -Sonrió Craig.
- Hoy le avisé a la dueña de la casa que me iba, ¡GHA! Dijo que le pague el próximo lunes, por fortuna aún no sabe nada de la puerta...
- Quedo bien, el cerrajero hizo un buen trabajo. -Sonrió Craig.
Ambos escucharon tres golpes en la puerta.
- De seguro es Tricia. -Dijo Craig.
- ¡GHA! Seguro. -Sonrió Tweek.
Craig fue a abrir. En efecto era Tricia que, por primera vez, saludó a su hermano antes de entrar.
- Hola, Craig... -Dijo Tricia- ¿Cómo estás?
- Hola, bien, ¿y tu? -Contestó Craig.
Tricia miró detrás de Craig. Tweek estaba ahí, corrió a abrazarlo.
- ¡¡TWEEK!! -Gritó Tricia.
- ¡Hola, Tricia! ¡GHA! -Dijo Tweek.
- Disculpa por lo de la otra noche -dijo Tricia abrazándolo-, ¿¿cómo te sientes??
- ¡GHA! Bien. -Sonrió Tweek.
- Agh, de verdad disculpa, mi padre es un idiota. -Tricia suspiró-. Ayer mamá y yo estuvimos discutiendo con él todo el día y el idiota no puede cambiar de opinión.
- Que se joda. -Dijo Craig, cerrando la puerta.
- Mamá está preocupada por ti, Craig. -Dijo Tricia-. No le contestaste sus llamadas.
- Estuve ocupado.
- Bien, ahora le mandaré un mensaje y le diré que ambos están bien... -Tricia sacó su teléfono y miró las cajas que había por todo el piso- ¿Y estas cajas?
- Tweek se mudará aquí. -Sonrió Craig.
- ¿¿QUÉ?? -Gritó Tricia- ¿¿De verdad??
- ¡GHA! Sí... -Sonrió Tweek.
- ¡¡Ay, felicidades chicos!! -Dijo Tricia- ¿¿Y la boda??
- ¿Siempre harás el mismo chiste? -Dijo Craig.
- ¿¿Crees que es un chiste?? -Rió Tricia-. Oh, estoy tan feliz por ambos, ¿¿no puedo mudarme con ustedes??
- ¿¿Qué?? ¡¡No!! -Dijo Craig.
- Ay vamos, soy bastante limpia y...
- Mentira.
- Bueno, intentaré ser limpia y les daré su espacio personal. Dormiré con Stripe si quieren.
- Agh, Tricia... -Dijo Craig.
- ¡Vamos, vivir en casa es un infierno!
- Seguro que papá estaría muy feliz si vives con tu hermano el "pervertido". -Dijo Craig.
- Si papá se interpone mamá le pegará con una sartén en la cabeza. -Dijo Tricia.
- De todas maneras no, ni lo sueñes. -Dijo Craig.
- Que cruel eres... -Dijo Tricia cruzándose de brazos- ¿Al menos podré ir al cabaret hoy?
- ¿¿Otra vez?? -Dijo Craig.
- Sí, Ike irá y se ofreció a llevarme.
- Ike tiene un hermano en el cabaret.
- ¡Yo tengo un cuñado! -Dijo Tricia, rodeando a Tweek con el brazo.
- ¡GHA! Si vas al cabaret hoy quédate con Ike o con Craig -dijo Tweek-, puede ser un lugar peligroso y tu eres una chica...
- ¡Ay, pero si la última vez me cuidé super bien! -Sonrió Tricia.
- Eso es porque Kenny te estuvo vigilando. -Dijo Craig.
- No te hagas Craig ¡GHA! Tu también lo hiciste. -Rió Tweek.
- ¿¿De verdad?? -Sonrió Tricia- ¿¿Acaso te preocupas por mi??
- No. -Dijo Craig, sacándole el dedo.
Tricia abrazó a Craig.
- Carajo, suéltame. -Dijo Craig.
- Me amas y no quieres admitirlo en frente de Tweek. -Dijo Tricia.
- Si no estuviera Tweek aquí habría dicho lo mismo. -Dijo Craig.
- ¡Me amas, me amas y piensas que soy la mejor hermana del mundo!
- Agh, Tricia...
Tweek estaba mirando los libros que había traído de su casa.
- ¡GHA! ¡MIERDA! -Dijo Tweek.
- ¿¿Qué pasó?? -Dijo Craig.
- Olvidé mi libro favorito, carajo... -Dijo Tweek.
- Oh... -Dijo Craig-, ¿quieres que vaya a buscarlo?
- Ay, Craig ¡GHA! No tomarás un pasaje a South Park solo por un libro.
- Hey, es tu libro favorito. -Sonrió Craig-. Aunque primero deberíamos terminar de ordenar todo esto...
- ¡Yo lo hago! -Sonrió Tricia- ¡De paso traigo mis cosas y me mudo aquí!
- Tricia, no. -Dijo Craig, frunciendo el ceño.
- ¡GHA! Oh, me encantaría que nos ayudaras. -Sonrió Tweek.
- ¡JA! ¿Lo ves Craig? ¡En tu cara! -Dijo Tricia sacándole el dedo.
Tweek se acercó a Craig y lo besó.
- ¿De verdad buscarías ese libro por mi? -Sonrió Tweek.
- Claro... -Sonrió Craig- ¿Cómo se llama?
- Rebecca. -Contestó Tweek.
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Craig terminó de beber su café. Había avanzado bastante en el libro, le estaba gustando. El rasgo que más le interesó a Craig fue que no se revelara el nombre de la protagonista. "Interesante manera de resaltar lo insignificante que se siente...", pensaba. La mujer del café volvió a acercarse a Craig.
- ¿Disfrutó su café? -Le preguntó con una sonrisa.
- Sí, muy rico. -Dijo Craig.
La mujer miró el libro que estaba leyendo Craig.
- ¡Oh, Rebecca! -Dijo la mujer-. Es mi libro favorito.
"Definitivamente es ella", pensó Craig.
- Sí, comencé a leerlo hoy, parece interesante. -Dijo Craig.
- Lo es. -Le sonrió-. Ahora le traigo su cuenta.
La mujer comenzó a girarse.
- ¡Espera! -Dijo Craig.
- ¿Que necesita? -Preguntó la mujer.
Craig suspiró.
- Mi nombre es Craig Tucker y soy el novio de su hijo Tweek. -Dijo Craig-. Quisiera hablar con usted.
La mujer se quedó muda. Craig notó como sus manos temblaban. Miró a su alrededor. Su esposo estaba distraído en la caja registradora.
- Ahora te traigo la cuenta. -Contestó la madre de Tweek y se fue.
Craig se quedó en silencio. Frunció el ceño y se sacó un cigarrillo que fumaría cuando se vaya. A los minutos la madre de Tweek volvió. Le dio un papel con la cuenta.
- Aquí tienes. -Le dijo entregándole el papel.
- Bueno. -Dijo Craig, frunciendo el ceño.
Cuando Craig vio el papel no solo tenía anotado el costo del café. La madre de Tweek había escrito "Espérame en una hora en la plaza de la otra cuadra". Craig se quedó sorprendido. Miró a la madre de Tweek que se notaba muy nerviosa. Sacó su billetera y le pagó.
- Muchas gracias. -Dijo Craig.
- No, gracias a ti. -Le dijo.
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Craig estaba sentado en uno de los columpios de la plaza. Miraba su reloj cada cinco minutos. A las 05:30 p.m., la madre de Tweek, llegó. No lo miró a los ojos, simplemente se sentó en otro columpio al lado de Craig. Agachó la cabeza.
- Solía venir aquí a jugar con Tweek... -Dijo su madre.
- Lo sé, me lo dijo. -Dijo Craig, prendiendo un cigarrillo.
- ¿Él te habla de mi? -Lo miró.
- Pocas veces, solo me dicen que lo echaron de su casa. -Contestó Craig, comenzando a fumar.
- Sí... -La madre de Tweek cerró los ojos, contenía sus lágrimas.
- ¿Por qué lo hicieron? -Dijo Craig, frunciendo el ceño.
- A Richard, su padre, no le gustaba que Tweek fuera... Bueno, ya sabes.
- ¿Y eso es razón suficiente para echarlo?
- Claro que no...
La madre de Tweek se tomó sus manos, comenzó a moverlas para tranquilizarse.
- Señora, quiero que sepa que estoy muy molesto con usted y con su esposo -dijo Craig-, pero Tweek, por alguna razón que no logro entender, aún quiere verlos... Así que por favor al menos explíqueme por qué tomaron esa decisión de mierda.
- Bueno... -Suspiró la madre de Tweek-. Verás, con Richard siempre quisimos formar una familia. Quedarme embarazada fue muy difícil, hasta que un día lo logré. Cuando Tweek nació era un bebé hermoso y sano. Con Richard ya teníamos la cafetería hace un tiempo, él siempre tuvo la obsesión de encontrar el café perfecto. Le gusta mucho la perfección. Los primeros años de Tweek dejó de buscar esa fórmula para pasar tiempo con él...
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Richard escuchaba la radio. Estaban pasando "Influenza" de Todd Rundgren. Bebía su café mientras cantaba.
- I can feel, I can tell, I can feel, I can tell, I can see... Something is changing... -Sonreía Richard-. To me change is no stranger...
El pequeño Tweek de cuatro años se acercó a él. Estaba completamente manchado con temperas y sostenía un dibujo.
- Papi... -Dijo Tweek-. Hice un dibujo.
- Oh, a ver... -Dijo Richard tomándolo.
El dibujo era manchas verdes sobre azules.
- Que lindo Tweek, ¿qué es? -Preguntó Richard.
- Un elefante. -Dijo Tweek.
Richard no pudo evitar reír. Dejo el café y el dibujo a un lado. Tomó a Tweek en sus brazos y lo sentó en su regazo.
- Está hermoso. -Dijo Richard.
- ¡Sí! -Sonrió Tweek.
Richard comenzó a mover a su hijo al ritmo de la música.
- I can feel, I can feel, I can feel, I can feel... My will slip away, from a strange influenza...
Tweek sonreía al escuchar a su padre cantar.
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- Sé que pensarás que no tiene ningún sentido lo que te estoy diciendo -le dijo la madre de Tweek a Craig-, pero Richard de verdad adoraba a Tweek.
- ¿Y por qué ese uso del pasado? -Dijo Craig.
- Porque ahora no sé que siente por él. -Dijo su madre.
- ¿Y qué siente usted?
- Amo a mi Tweeky... Pero no merezco amarlo por lo que sucedió, y estás en todo tu derecho de molestarte conmigo. Soy una madre horrible, disculpa...
- Señora -le dijo Craig-, por favor no se disculpe. El perdón no sirve para nada. Simplemente siga contándome la historia.
- Bien... -Suspiró la madre de Tweek-. Cuando Tweek cumplió siete años comencé a notar sus ticks y su falta de atención. Además se despertaba todas las noches, dormía muy poco. Decía que los gnomos se iban a llevar sus calzoncillos...
- ¿De verdad? -Dijo Craig, sin poder evitar reír un poco.
- Sí. -Dijo ella-. Yo me preocupé y lo llevé al psicólogo, dijeron que tenía un déficit de atención. Claro que no iba a cuestionar al médico, pero luego me di cuenta de algo extraño. Tweek siempre olió a café, ya que nuestra casa entera huele a él. Pero me acercaba a su boca y tenía ese olor...
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La madre de Tweek fue hasta la cocina. Había hecho dormir a Tweek hace unos minutos. En la mesa estaba Richard, leyendo el periódico.
- Richard... -Le dijo la madre.
- ¿Qué sucede? -Le contestó.
- Amor... ¿Le estás dando café a Tweek?
- Oh, sí, y le gusta. -Sonrió Richard-. Creo que él me ayudará a encontrar el café perfecto.
- Richard, Tweek es muy pequeño, podría hacerle mal.
- Es café de calidad cariño, no debes preocuparte.
- ¿No crees que esto está influyendo en sus ticks?
- No, eso es por su déficit de atención.
- Richard, por favor, no lo hagas. Estoy preocupada... Tweek se ve muy nervioso.
- Bueno, eso es cierto, yo también lo he visto bastante nervioso, ¿no crees que debería empezar algún deporte?
- Bueno, tal vez eso sería bueno para él... Pero por favor, no le des más café.
- Solo quiero que Tweek siga con el negocio, y prefiero que entre ahora.
- Está bien... -Dijo la madre bajando la mirada-. Al menos dale poco.
- Por supuesto amor, no te preocupes. -Sonrió Richard.
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- Richard llevó a Tweek a practicar boxeo, era muy bueno en eso. -Dijo la madre de Tweek-. Se sentía orgulloso de como su hijo le patearía el culo a los demás. De seguro fue porque el jamás se atrevió a meterse en una pelea, aunque nunca se lo dijo a Tweek. Quería que él fuera un hombre rudo y esas cosas... Cuando Tweek comenzó la secundaria empezó a interesarse por la música. Yo lo inscribí en clases de piano y le gustó tanto que dejó el boxeo para ir más seguido a sus clases. A Richard no le gustó esto, decía que Tweek podía ser músico, pero no debía dejar el boxeo. A sus 14 años, Tweek presentó una obra de teatro en el colegio. Yo quedé maravillada, mi hijito actuaba muy bien. Le pidió a Richard tomar lecciones de teatro y ahí comenzaron los problemas...
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- ¿¿Teatro?? -Se rió Richard- ¿¿Estás loco Tweek??
La familia Tweak se encontraba cenando.
- ¡GHA! Sí, papá. -Dijo Tweek-. Me gusta mucho y mis profesores dicen que tengo potencial...
- Tweek, hijo, el teatro está repleto de afeminados. -Dijo Richard-. Claro que tu no te convertirás en uno, pero el problema es lo que piensan las demás personas, ¿conoces es dicho "dime con quién andas y te diré quien eres"? Bueno, si haces teatro lo primero que pensarán de ti es eso.
- Richard... -Dijo la madre de Tweek-. El teatro es un arte...
- No me interrumpas, cariño -dijo Richard-, Tweek de verdad, ¿por qué no vuelves a practicar boxeo o algún otro deporte?
- ¡GHA! Porque... No me interesan los deportes ahora.
- ¡Agh! -Richard de cruzó de brazos-. Tweek, los deportes te ayudan a superar tus ticks.
- ¡El teatro también puede hacerlo! ¡GHA!
- ¡NO HARÁS TEATRO JOVENCITO Y ESTA CONVERSACIÓN SE ACABÓ! -Gritó Richard.
Tweek bajó la mirada. Se levantó y fue corriendo a su cuarto. Richard rodó los ojos y miró a su esposa.
- ¿¿Qué le está pasando a Tweek?? -Dijo Richard.
- Debe ser la adolescencia... -Dijo la madre de Tweek en voz baja.
- En mi adolescencia solo quería salir con chicas, no hacer teatro.
- Bueno, Tweek es un chico diferente...
- No digas eso. -Dijo Richard-. Mi hijo es normal.
- No me refería a eso...
- Por favor cariño, cállate. -Dijo Richard-. Agh, necesito un café.
Richard de levantó y fue a buscar su café. La madre se quedó en silencio, mirando la comida que Tweek había dejado.
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- A partir de ahí -dijo la madre-, comenzaron sus ataques de pánicos. Richard estaba molesto por eso y solía culparme a mi por no haberle insistido que siguiera boxeo. Decía que Tweek solo estaba exagerando. Nos llamaban al menos una vez por semana del colegio por un ataque de Tweek. Yo siempre quise hablar con él de por qué le sucedían, pero Richard se metía y decía que debía dejar de tenerlos. Que era muy joven para estar tan estresado.
- Agh... Carajo. -Dijo Craig.
- Yo lo empecé a notar, ¿sabes? -dijo la madre. Veía como Tweek se sentía incómodo y tenía más ticks en las reuniones familiares cuando Richard hacía chistes sobre gays, pero nunca dije nada... Richard no quería que Tweek fuera al psicólogo porque decía que no servía y que "las cosas se tenían que hablar en la casa con tu familia". También estaba muy preocupada porque Tweek no tenía amigos. Cuando salía del colegio trabajaba en el café, trabajaba todo el día, más que un adulto muchas veces. No le pagábamos porque Richard decía que debía acostumbrarse a trabajar para luego, cuando crezca, conseguir un empleo. Aunque él siempre quiso que se quedara en el café. Tweek limpiaba mesas, probaba café, el cual cada vez era más fuerte, y atendía la caja. No era mozo porque solía tener un pulso muy malo, siempre estaba temblando.
- Lo sé... -Suspiró Craig.
- Tweek se graduó a los dieciocho años, no fue a su baile de graduación porque decía que no tenía amigos y la música tan fuerte lo ponía nervioso. Ya hacía un par de años Richard le preguntaba todas las semanas si había conocido a una chica y él lo negaba. A veces prendía la televisión y buscaba programas donde salieran mujeres con pocas ropas y opinaba de ellas frente a Tweek y a mi. Yo nunca dije nada, Tweek tampoco. En el verano, cuando Tweek debía entrar a la universidad fue terrible... Tweek le dijo a Richard que quería hacer teatro. No te imaginas como Richard se puso. El ahorraba para los estudios de Tweek, y le dijo que si hacía teatro no estaba valorando todo el esfuerzo que hacía por él.
- ¿Y usted que dijo?
- Nada... -Dijo la madre de Tweek-. Yo solía quedarme callada, a Richard nunca le gustó mucho que yo hablara. Ni siquiera me dejaba dar discursos en las presentaciones del café, nunca pude anunciar un nuevo sabor, apenas agarraba el micrófono para decir mi nombre y Richard me lo sacaba.
- Ya veo... -Dijo Craig, prendiendo otro cigarrillo.
- Querido, ¿sabes que eso te hará mal? -Dijo la madre de Tweek.
- Lo está haciendo, ya lo sé.
- Bueno... -La madre de Tweek bajó la cabeza.
- Oiga, no se ponga así. Tiene razón en lo que dice. -Dijo Craig.
- Yo nunca tengo razón...
- Señora por favor, tranquila... -Dijo Craig.
- Lo siento... Bueno, volviendo al tema, Tweek aún quería estudiar teatro. Era verano cuando llegó ese día...
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Tweek estaba en el comedor. Bebía su taza de café como todas las mañanas. "Hoy lo haré", pensaba Tweek. Sus padres se despertaron, ambos estaban con una taza de café en la mano.
- Buenos días, Tweek. -Le dijo su madre, dándole un beso en la mejilla.
- ¿Ya desdiste que estudiarás? -Preguntó Richard, sentándose junto a su hijo.
- ¡GHA! No... -Dijo Tweek.
- Bueno, apúrate, las inscripciones cerraran en todas las carreras.
- Bueno... ¡GHA!
La madre de Tweek notó como temblaba más de lo normal.
- Tweek, ¿te sucede algo? -Le preguntó.
- ¡GHA! -Tweek cerró los ojos-. Sí...
- ¿Qué te pasa ahora? -Preguntó Richard- ¿Vas a decirlo o ocultarás todo como siempre?
Tweek se levantó de la mesa. Miró su café y luego a sus padres.
- Papá, mamá... ¡GHA! -Tweek hizo una pequeña pausa-. Soy gay.
Richard soltó su taza de café, la cual cayó al piso rompiéndose en pedazos. Su madre se tapó la boca por el asombro. Richard se levantó.
- ¿¿ERES QUÉ?? -Gritó Richard.
- Soy... Gay. -Dijo Tweek, intentando no llorar.
- No, no lo eres.
- ¡Sí! ¡GHA! ¡LO SOY!
Richard estiró la mano y le pegó una cachetada a Tweek.
- ¡¡Richard!! -Gritó su madre.
Tweek se arrodillo en el suelo, llorando. Comenzó a temblar, a arrancarse el cabello y a golpearse.
- ¡NO! -Gritó Richard- ¡NO ME VENGAS CON TUS ATAQUES DE MIERDA! ¿¿CÓMO CARAJO ERES GAY?? ¿¿QUÉ MIERDA HICE YO PARA QUE FUERAS ASÍ??
- ¡GHA! ¡NADA! -Gritó Tweek.
- ¿¿Sabes lo qué significa ser gay en South Park?? ¿¿Sabes como nos mirarán a tu madre y a mi si todos se enteran de esto?? ¿¿ACASO ERES TAN EGOÍSTA?? ¡¡EL CAFÉ PODRÍA QUEBRAR SI ALGUIEN SE ENTERA, QUEBRARÍAMOS POR TU CULPA TWEEK!!
- ¡¡LO SIENTO!! -Gritaba Tweek.
- ¡¡NADA DE PEROS, NO PUEDES SER GAY, NO PUEDES SERLO, MIERDA!! -Richard empezó a llorar, miró a su esposa- ¡¡ESTO ES TU CULPA TAMBIÉN, YO TE DIJE QUE EL NIÑO DEBÍA SEGUIR BOXEO, TU LO MIMASTE DEMASIADO Y AHORA TENEMOS ESTO!!
La madre bajó la mirada.
- ¡¡No tendré un hijo gay!! -Gritó Richard.
- ¡¡Lo siento papá, lo siento!! -Dijo Tweek.
- ¿¿Lo único que sabes decir es lo siento?? -Dijo Richard- ¡¡Al menos sé un poco hombre y acepta la culpa, maricón!!
Tweek seguía pegándose. Richard lo tomó del brazo y lo llevó hasta la puerta.
- ¿¿QUÉ HACES?? -Gritó Tweek.
- Te vas de casa, no expondrás a tu madre y a mi a esta situación. -Dijo Richard.
- ¡¡No papá, por favor no me eches!!
- ¡¡Te di todo Tweek, tu madre y yo te dimos todo y así nos lo pagas!!
Richard abrió la puerta.
- ¡Tienes cinco segundos para arrepentirte y decir que es una broma de mal gusto! -Dijo Richard.
Tweek bajó la cabeza.
- No... No lo es... -Dijo Tweek.
- Entonces te vas ahora mismo, sigue con tu vida -dijo Richard-, pero quiero que sepas que no tienes derecho a hacernos esto a tu madre y a mi.
- ¡¡Lo siento!! -Dijo Tweek.
- ¡¡VETE, CARAJO!! -Dijo Richard- ¡¡Ya verás como volverás arrepentido viendo como yo tengo la razón!!
Tweek apretó los puños.
- ¡¡NO, LO LA TIENES!! -Le gritó Tweek.
- ¡¡ENTONCES SIGNIFICA QUE PUEDES VALERTE DE TI MISMO!! ¡¡VETE AHORA Y NO NOS CAGUES A TU MADRE Y A MI!! ¿¿SI?? -Dijo Richard.
- ¡¡Por favor papá, piénsalo un poco!! -Dijo Tweek.
- ¿¿Qué mierda tengo que pensar?? ¿¿Qué mi hijo es un maricón?? ¿¿Que todos en la ciudad nos verán como los raritos por tu culpa?? ¡¡No, me niego!! ¡¡Yo siempre te eduqué bien, Tweek!! ¿¿Por qué mierda haces esto?? ¿¿Por qué??
Richard empujó a Tweek hacia la salida y le cerró la puerta. Se sentó junto a ella y comenzó a llorar.
- ¿¿Por qué no hice algo antes?? -Lloraba Richard- ¿¿Por qué?? ¡¡Lo sabía y no quería aceptarlo!! ¿¿Qué hice mal?? ¿¿Qué hice??
La madre había quedado a unos metros. Vio toda la situación.
- Richard... -Dijo, intentando contener las lágrimas.
- ¡¡Y TU CÁLLATE, ES TU CULPA TAMBIÉN!! -Gritó Richard.
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Ya habían pasado unos meses desde que Richard había echado a Tweek. Su madre no podía dormir. Una noche despertó y se dio cuenta de que Richard no estaba a su lado. Bajo hasta la cocina y lo vio. Estaba con fotos de Tweek.
- Richard... -Dijo su madre.
- Mira, aquí estaba en el campeonato infantil de boxeo. -Dijo Richard mostrándole la foto.
- Richard, por favor -dijo la madre intentando no llorar-, debemos buscar a Tweek y resolver estos problemas hablando juntos. Hace meses no sé nada de nuestro hijo...
- ¡¡ÉL NO ES MI HIJO!! -Gritó Richard y abrazó las fotos- ¡¡Mi hijo es él!!
Richard miró las fotos. Se mojaban con sus lágrimas.
- ¡¡Mi hijo hacía boxeo, pintaba elefantes y me ayudaba a buscar la receta perfecta!! -Dijo Richard- ¡¡Mi hijo no es ese maricón!! ¡¡Este es mi hijo y me voy a quedar con él!! ¡¡DÉJANOS SOLOS!!
La madre de Tweek comenzó a lagrimear. Se dio la vuelta y volvió a la cama, aunque no podría dormir, otra vez.
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- Fui la peor madre del mundo. -Le dijo la madre a Craig-. Sí, yo también me decepcioné cundo Tweek lo confesó. Yo quería que se casara y tener nietos... Pero prefiero que él este conmigo ahora, sea como sea...
- Agh... Señora, a usted le vendría muy bien una charla con mi madre. -Dijo Craig-. No puede dejarse pisar así por su marido...
- ¡Pero yo no valgo nada y no hice nada por Tweek ni por nadie! -Dijo ella- ¡Soy la peor de todas! A veces estamos cenando con Richard y el me cuenta anécdotas de Tweek, anécdotas que yo ya conozco... Pero las repite una y otra vez. Solo habla de su infancia, está encerrado en eso. Yo amo a mi hijito, pero si él ya no quiere verme nunca más, lo entenderé porque fui una mierda ¡Y FUE TODO MI CULPA!
Craig bajó la cabeza.
- Usted me hace acordar demasiado a Tweek... -Suspiró Craig.
La madre le tomó las manos a Craig.
- Por favor cuida a mi hijo, protégelo de personas como yo... -Le dijo la madre.
- Señora, amo a su hijo y siempre voy a protegerlo -dijo Craig-, pero, al contrario de lo que usted piensa, creo que sería bueno que hable con Tweek.
- ¡NO, NO PUEDO! -Gritó la madre- ¡¡No puedo después de lo que le hice!!
- Señora, por favor... -Craig sintió como se le humedecían los ojos.
- ¿¿Qué es lo que hace Tweek ahora?? ¿¿Trabaja o estudia?? ¿¿Cómo hizo para estar estos años sin nosotros?? ¿¿Al menos logró hacer teatro??
Craig se quedó callado. La mirada de la madre de Tweek mostraba desesperación por una respuesta. Pensó en mentirle, pero, ¿para qué? Si quería que la mujer se reencontrara con su hijo tenía derecho a saber la situación.
- Señora... -Dijo Craig, comenzando a llorar-. Tweek... Se prostituye.
La madre de Tweek se quedó helada. Bajó la mirada.
- No, no, no... -Dijo tapándose la boca.
La madre de Tweek comenzó a llorar muy fuerte. Craig salió del columpio y la abrazó.