Clyde estaba en la bañera de Token. Había colocado un baño de burbujas. Tomaba algo de espuma y jugaba con ella.
- Esto es tan relajante... -Decía Clyde mientras soplaba la espuma que tenía en su mano.
Token tocó la puerta del baño.
- ¡Clyde! ¿Cuánto te falta? -Preguntó Token.
- ¡Ya voy! -Gritó Clyde y luego sonrió- ¡Pasa si quieres!
- ¿Seguro?
- Sí.
Token entró. La espuma colapsaba la bañera. Solo se veía el cuerpo de Clyde de los hombros hacia arriba.
- Oh, usaste el baño de burbujas... -Rió Token.
- Usé tres. -Dijo Clyde.
- Eso explica toda la espuma.
Clyde colocó sus brazos en el borde de la bañera. Miró a Token a los ojos.
- ¿Te gusto? -Dijo Clyde apoyando su cabeza en uno de sus hombros.
- ¿Por qué preguntas eso? -Dijo Token, bastante nervioso.
- Quiero oír la respuesta...
- Claro que sí -dijo Token-, no pensé que seria necesario aclararlo.
- ¿Y no crees que es una pena haberme mentido como lo hiciste?
Token bajó la mirada.
- Pensé que ya habíamos hablado de eso... -Suspiró Token.
- No -rió Clyde-, cuando me lo dijiste estaba sensible y me hiciste compañía, lo cual te lo agradezco mucho, pero luego casi no hablamos... Hicimos como si nada hubiera pasado.
- De verdad lo siento, no pensé que querrías hablar conmigo para serte sincero.
- Bueno, tienes toda esta noche para hacerlo. -Clyde suspiró- ¿Le dirás a tu novia todo lo que pasó?
- Quiero hacerlo, pero cuando vuelva de Hawaii.
- ¿Y sabes que hacer luego de eso?
- No lo sé, no tengo idea de como reaccionará, aunque supongo que no muy bien...
- ¿Tu crees? -Dijo Clyde- ¿Así que sabrás que hacer solo cuando ella te lo diga? ¿Aún no tienes nada en mente?
Token negó con la cabeza. Clyde rió.
- Sabes que pienso que yo la he cagado mucho peor en toda mi vida, pero eso no quita que tu lo hayas hecho...
- Lo sé... -Dijo Token.
- Por eso, ahora que me siento mucho mejor gracias a este lindo baño de burbujas, creo que podré comenzar a reclamarte ciertas cosas...
- Hazlo, lo merezco.
- Te advierto que puedo ser muy cruel cuando quiero, querido.
- No lo dudo, una de las cosas que más me llaman la atención en ti es tu carácter.
- Oh, pensé que eran mis piernas.
- Eso me gusta, pero no eres un par de piernas.
- No, también soy un culo ¡Oh, y una boca! ¡Casi lo olvido!
- No te trates así... -Dijo Token, casi en susurro.
- Discúlpame, tal vez así tu me hiciste sentir, ¿no lo crees?
- Perdón... -Token suspiró-. Volveré al comedor, te espero allí.
Token se acercó a la puerta del baño.
- Deberías saber que hacer cuando tu novia vuelva -dijo Clyde-, si tus acciones solo se guiarán por la reacción que ella tenga, significa que aún no estás seguro de nada.
- Claro que no lo estoy. -Dijo Token.
- ¿Aún sientes algo por ella?
Token se quedó en silencio por unos segundos.
- Ya te dije que no lo sé. -Dijo Token.
- ¿Sientes algo por mi?
Token bajó la mirada.
- Tampoco lo sé... -Suspiró Token- ¿Tu que sientes por mi?
- ¿En estos momentos? -Dijo Clyde-. Sí, me siento bastante molesto contigo, pero me caes bien, ¿si? Por eso esta noche tendremos una linda salida como amigos.
- ¿Sabes que no me refería a eso?
- Claro. -Sonrió Clyde-. Saldré de la bañera, ¿me dejas vestirme o quieres verme?
- ¿Puedes dejar de tirar indirectas? Me confundes.
- Solo quiero recrear un poco como me confundiste a mi todo este tiempo. -Clyde rió-. Me parece interesante que a esta altura te sigas confundiendo... ¿Cuándo tendrás la seguridad para decidirte por algo?
Token abrió la boca pero la cerró al instante.
- Lo supuse. -Dijo Clyde, rodando los ojos.
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Damien tocó la puerta de la casa de Pip. Butters le abrió.
- ¡Damien! -Sonrió Butters.
- ¡Hola Butters! -Dijo Damien.
Damien entró a la casa, Butters cerró la puerta.
- ¿Fuiste al psicólogo? -Preguntó Butters.
- Algo así... Era nuestro consejero escolar, pero dijo que atendería a Pip. -Dijo Damien.
- ¡Genial! -Sonrió Butters- ¿Le preguntaste sobre pastillas para los ataques de pánico?
- Oh, lo olvidé por completo. -Dijo Damien-. No sé si sabrá, además de que supongo que las debería recetar alguien para comprarlas.
- Entiendo... -Dijo Butters-. Por cierto, Tweek está en su casa con Craig.
- Cool, ¿cómo está la puerta?
- Según Tweek mañana un cerrajero irá a arreglarla, pero solo para que la casa esté en condiciones al momento de irse.
- ¿¿Irse?? -Dijo Damien- ¿¿Se irá otra vez??
- A vivir con Craig. -Sonrió Butters.
- ¿De verdad? -Damien no pudo evitar sonreír-. Que bien por ellos...
- ¡Sí! -Sonrió Butters-. Oh, por cierto, Pip está en su cuarto.
- Gracias.
Damien comenzó a caminar.
- ¡Damien! Una cosa más... -Dijo Butters.
- Dime.
- ¿Crees que es buena idea lo de su cumpleaños?
- ¿Por qué no lo sería?
- Si Pip no recuerda su cumpleaños... ¿Crees que se sienta bien teniendo uno?
Damien se quedó en silencio.
- Me parece muy tierno lo que quieres hacer, Damien -dijo Butters-, pero prefiero que te asegures de que no le hará mal a Pip... Lo siento si te molesta...
- No para nada, solo que nunca lo había pensado. -Dijo Damien.
Butters abrazó a Damien.
- Eres muy bueno con Pip -dijo Butters-, solo te pido que pienses si él estará de acuerdo con esto.
- Entiendo... -Suspiró Damien.
- Cuando creaste el grupo y explicaste la situación me recordaste un poco a Kenny...
- ¿¿A Kenny??
- Sí, yo lo quiero mucho... -Butters se rascó la cabeza-. Pero a veces parece que piensa que todo se solucionará a su manera.
- ¿Lo has hablado con él?
- No en profundidad, ya lo haré. -Sonrió Butters.
- Es porque comenzó a prostituirse, ¿verdad?
- Sí... -Dijo Butters-. Sé que lo hizo por mi, y que sus intenciones eran buenas y lo siguen siendo, pero habría preferido resolverlo yo, ¿entiendes?
- Por supuesto... -Damien dejó de abrazar a Butters-. Me aseguraré de que esta es un buena idea.
- Gracias. -Sonrió Butters.
Damien le sonrió a Butters y entró al cuarto.
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Clyde y Token estaban en el auto, camino al cabaret de Denver. Clyde tenía puesto unos lentes oscuros Token lo miraba de reojo, mientras cantaba las canciones que pasaban en la radio.
- If you don't like the way I talk, then why am I on your mind? -Cantaba Clyde-. If you don't like the way I rock, then finish your glass of wine... ¡We fight and we argue! ¡You'll still love me blind! If we don't fuck this whole thing up guaranteed, I can blow your mind...
Clyde le tiró un beso a Token, este rió.
- ¿Por qué quisiste traer lentes oscuros si es de noche? -Dijo Token.
- Para verme más cool, dah. -Rió Clyde.
- Entiendo. -Rió Token-. Te queda muy bien mi ropa.
- Gracias, es lo menos pelele que vi en tu armario.
- ¿Crees que me visto como un pelele?
Clyde se bajó un poco los lentes y miró a Token.
- Solo diré que no tienes tanto estilo. -Rió Clyde.
- Eso es cruel. -Dijo Token-. Igual, ¿qué importa la ropa?
- Creí que te importaría, todo lo que tienes es de marca.
- Ñe, suelen comprármela mis padres.
- ¿¿Qué?? -Rió Clyde- ¿¿A tus 21 años??
- Sí... -Suspiró Token-. Una vez quise llevarlos de compras a una tienda más barata, y ellos quedaron en shock...
- Oh, pobre niño rico. -Rió Clyde.
- Aunque no lo creas me solían molestar por eso.
- ¿Y tu te limpiabas las lágrimas con billetes?
- Idiota. -Rió Token-. Me habría gustado que mi familia no tuviera tanto dinero.
- ¿Por qué? -Dijo Clyde- ¡Muchas personas querrían tu casa!
- Sí, lo sé, por eso me preocupa... -Token suspiró-. Sentía que había personas que solo se acercaban a mi por mi dinero.
- Oh... Claro. -Dijo Clyde.
- ¿Sabes que es lo más extraño?
- ¿Qué cosa?
- Que en secundaria conocí a otros chicos negros, pero no tenían tantos ingresos como yo... Y siempre eran los primeros en llamar cuando había algún problema en la escuela, o a Kenny por ser pobre, pero a jamás a mi...
- No puedo entender como al día de hoy sigue habiendo personas racistas.
- Bueno, al día de hoy también sigue habiendo personas homofóbicas. -Dijo Token-. De veras lo siento por como te trató mi padre cuando estuviste en mi casa.
- ¡Ya te dije que no hay problema! -Rió Clyde.
- Yo creo que sí lo hay -dijo Token-, si mi padre hubiese tenido otra situación económica habría personas que lo mirarían mal, estoy seguro de que hay quienes lo siguen haciendo... Pero él se cree con el derecho de mirar mal a otras personas, idiota.
Clyde sonrió.
- Si te consuela yo nunca pensé en tu situación económica, ni siquiera la sabía cuando te conocí. -Rió Clyde.
- Sí lo sé, y esto me gusto... -Sonrió Token.
- Y por ser negro solo pensé en tu pene. -Rió Clyde.
- ¡Clyde! -Rió Token- ¡Eso también es un estereotipo!
- ¡Oh, pero uno acertado en tu caso!
Token se sonrojó. Clyde se mordió los labios.
- Gracias por compartir esto conmigo. -Dijo Clyde.
- ¿Por qué lo agradecerías? -Dijo Token.
- No lo sé, siento que finalmente te estoy conociendo...
- Agh, como un negro mentiroso.
- No, como un negro mentiroso pero con inseguridades. -Rió Clyde.
Token sonrió.
- De todas maneras, para ser rico no tienes estilo. -Dijo Clyde.
- ¡Hey! -Rió Token- ¿Quién eres? ¿Edna Moda?
- Edna Moda es mi espíritu. -Rió Clyde.
- Se nota. -Dijo Token-. Una pregunta, ¿cuántas novias o novios has tenido?
- Nunca tuve novio, y novia... Supongo que la relación más seria que tuve fue con Bebe, las otras no duraban ni media semana.
- Que casanova. -Rió Token.
- ¿Tu has tenido otra novia?
- No. -Dijo Token-. Estuve con un par de chicas antes que Nichole, pero ella fue la única novia de verdad que he tenido.
- ¿Cómo se conocieron?
- Bueno, Nichole se mudó hace un par de años a Denver y, en una fiesta en casa, Kenny me la presentó. Esa noche bailamos un poco y luego nos quedamos hablando, siempre fue una chica muy simpática, aunque me chocaba el hecho de que fuera negra.
- ¿¿Qué?? ¿Por qué?
- Ya sabes, la ley de "los negros con los negros". No quería seguir ese estereotipo pero a su vez si me fijaba en su color de piel, no estaba viendo a ella como persona... Luego de unos meses comenzamos a salir. Sus padres nunca me quisieron, pero ella no les dio importancia.
- Oh, que tierna. -Sonrió Clyde.
- Sí, lo es. -Token suspiró-. Nunca pensé que nuestra relación terminaría así...
- ¿¿Terminaría así??
- Ya sabes, yo yendo a un cabaret y... No necesitas que te cuente la historia. -Rió Token.
- ¿Por qué lo hiciste? -Dijo Clyde.
- Por idiota. -Dijo Token-. Antes de estar contigo no había tenido sexo por dos meses, ella siempre ponía excusas y eso... Pensé que ya no le atraía, pero luego me dijo que lo hizo para que yo me concentrara en mis estudios.
- Bueno, salió mal definitivamente.
- Sí, pero sus intenciones fueron buenas.
- Creo que el único error que ella cometió fue no habértelo dicho antes. -Dijo Clyde-. A veces las personas piensan que los demás siempre actuarán como ellos creen.
- Muchas veces. -Suspiró Token.
Clyde rió y se acercó a Token.
- Esto realmente me sorprende, mi pene ha estado en más orificios que el tuyo. -Dijo Clyde.
- Ni lo dudes. -Dijo Token.
- Y esto sacando mi trabajo en el cabaret. -Dijo Clyde-. De todas maneras, el único cliente que tuve que ha querido "cambiar de roles" fue Kenny.
- No me sorprende. -Rió Token- ¿Se siente bien que te penetren?
Clyde abrió los ojos.
- ¡A la mierda! -Dijo Clyde- ¿Estás curioso?
- Solo es una simple duda. -Dijo Token.
- Sí, claro... -Rodó los ojos Clyde.
- ¡Hey! Ni siquiera había pensando en estar con un hombre antes de ti, nunca pensé en tener sexo siendo pasivo.
- Bueno, si la otra persona sabe como hacerlo sí, se siente bien. -Sonrió Clyde-. Tu lo haces bien...
- Gracias... -Sonrió Token.
- Pero yo lo hago mejor. -Rió Clyde.
- Clyde, el experto en sexo.
- Pensé que ese era Kenny. -Rió Clyde.
- Solo tengo anécdotas de él, a ti te conozco en acción.
- ¡Y soy fantástico!
- Por supuesto. -Rió Token.
Clyde se sacó los lentes. Se quedó en silencio por unos segundos. Estaba pensativo. Token lo notó.
- ¿Estás bien? -Dijo Token.
- Sí, solo que, hablando de esto... -Clyde hizo una sonrisa forzada-. Estuve con Kyle.
- Oh... ¿Hace mucho?
- Hace dos noches...
- ¿¿QUÉ?? -Dijo Token.
- Estábamos muy borrachos y tristes. -Suspiró Clyde.
- Oh... Bueno... -Dijo Token, bajando la mirada- ¿Stan sabe esto?
- No lo sé, ¿y qué importa? -Rió Clyde-. Stan está a punto de casarse, si le reclamara algo a Kyle sería un idiota, ¿no lo crees?
Token se quedó callado.
- Sí, lo sería... -Dijo Token- ¿Por qué me lo contaste?
- No lo sé, me pareció buena idea que lo supieras.
- Claro... -Token rió- ¿Al menos estuvo bien?
- ¡De maravilla, hace años que quería estar con Kyle! -Dijo Clyde- ¡Es tan lindo y tiene unas nalgas perfectas!
- No sé que decir al respecto. -Rió Token.
- Deberías felicitarme, ¡estuve con Kyle! -Rió Clyde.
- Bien, te felicito. -Sonrió Token-. Me alegra si eso te hizo feliz.
Clyde sonrió. Token notó que a unos pocos metros había un lugar gigante, repleto de luces de colores.
- Debe ser allí. -Dijo Token.
- Eso parece. -Sonrió Clyde.
Token estacionó el auto.
- Nunca pensé que iría a un cabaret sin trabajar ahí. -Dijo Clyde.
- Realmente espero que nunca más debas trabajar en uno. -Dijo Token.
Clyde sonrió y le dio un beso en la mejilla.
- Gracias, Token. -Dijo Clyde.
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Pip estaba sentado en el piso de su cuarto, haciendo una torre de cartas.
- Hola... -Dijo Damien, entrando.
- ¡Damien! -Sonrió Pip.
- Mierda, esa cosa es inmensa. -Dijo Damien.
- Gracias. -Sonrió Pip-. Había olvidado lo relajante que era hacer torres de naipes.
Damien pasó por al lado de la torre con el mayor de los cuidados. Se sentó en la cama. Pip colocó las últimas cartas y fue a sentarse al lado de Damien.
- ¿Cómo estás? -Sonrió Pip.
- Bien -dijo Damien-, hablé con mi consejero escolar sobre ti...
- ¿¿De verdad?? -Sonrió Pip.
- Sí, no es psicólogo pero es algo así y se ofreció a atenderte.
- ¡¡Oh, muchas gracias Damien!! -Dijo Pip abrazándolo.
- De nada... -Suspiró Damien-. Por cierto amor, ¿a cuántas personas les has dicho tu problema de memoria?
- Solo a ti. -Dijo Pip-. No es que me moleste que las personas lo sepan, pero sé que es una situación incómoda y no quiero...
Damien besó a Pip.
- No incomodas carajo, y te lo repetiré las veces que sea necesario. -Dijo Damien.
- Oh, Damien... -Sonrió Pip.
Damien y Pip se recostaron en la cama, abrazados.
- Según el señor Mackey, el consejero escolar, tus recuerdos pueden recuperarse con terapia. -Dijo Damien.
- ¿¿De verdad?? -Sonrió Pip.
- Sí, pero probablemente sea un proceso difícil.
- ¿Por qué?
- No sabes que cosas ha bloqueado tu cabeza. -Dijo Damien-. Tengo miedo de que recuerdes algo muy malo.
- Si eso hace que recuerde otras cosas buenas no me importa. -Sonrió Pip.
- ¿Como tu cumpleaños? -Sonrió Damien.
- ¡Sí! ¡Tal vez por fin podría tener una fiesta de cumpleaños!
- Oh, ¿¿eso te gustaría?? ¿¿No te sentirías incómodo??
- Para nada -sonrió Pip-, pero sé que por el momento no se puede realizar debido a que no recuerdo la fecha.
- Pero... ¿Te gustaría una algún día? -Dijo Damien.
- ¡Claro! -Sonrió Pip.
"Ay, que alivio maldita sea", pensó Damien.
- ¿Mañana a la mañana estás libre? -Dijo Damien.
- Sí. -Sonrió Pip.
- Bien, iremos a Denver y el señor Mackey te verá.
- ¡Genial!
- ¿Y tienes algo que hacer el sábado a la noche?
- Eh... El cabaret. -Dijo Pip.
- Oh, tu no lo sabes. -Dijo Damien-. El cabaret cerrará el sábado.
- ¿¿De verdad?? -Sonrió Pip- ¿Por qué?
- Al parecer el mierda de tu jefe tiene una reunión de chulos, o una cosa así. -Dijo Damien- ¿Quieres pasar esa noche conmigo?
- Me encantaría. -Dijo Pip-. Gracias Damien, por todo, gracias, gracias...
Pip comenzó a darle besos a Damien en toda la cara, este sonreía.
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Clyde y Token entraron al cabaret. Al llegar unos guardias revisaron sus ropas. El lugar era amplio, tenía dos pisos, había luces que se movían al ritmo de la música, colapsaba por todas las personas que había, la barra de tragos tenía unas cinco personas atendiéndola, tenía algunas mesas, muchos sofás y en el medio del lugar un escenario donde mujeres realizaban pole dance, mientras que hombres, de todas las edades, le arrojaban billetes.
- Mierda, esto es un descontrol. -Dijo Clyde.
- Sí... -Dijo Token-. Ahora entiendo por qué Kenny pudo pagar el cabaret de Cartman.
- Los tragos aquí deben salir una fortuna -dijo Clyde-, no me quiero imaginar las empleadas.
Una chica se acercó a ellos, tenía una bandeja con bebidas en su mano. Les sonrió.
- ¡Hola bonitos! -Les dijo.
- Hola... -Dijeron Token y Clyde.
La chica apartó a Token y se puso frente de Clyde, comenzó a acariciarlo.
- Que lindo eres -le sonrió-, ¿cómo te llamas?
- Clyde... -Contestó.
- Mi nombre es Lexus, un placer. -Le susurró al oído- ¿No te interesaría algún servicio?
- No, gracias...
- Ay, vamos... -Dijo Lexus mordiéndose los labios-. Me gustas mucho...
Lexus comenzó a besar a Clyde. Token se quedó boca abierta. Clyde la apartó, delicadamente.
- De verdad, muchas gracias. -Dijo Clyde-. Pero estoy aquí para hablar con tu jefe.
- ¿Con él? -Contestó extrañada-. Oh, no habla con los clientes en persona...
- No somos clientes, venimos a pagar una invitación para la fiesta del sábado.
- ¡Ay, la fiesta se hará aquí! -Sonrió-. Bien, si es así camina hasta el fondo de la pista, hay una puerta azul, ahí estará él.
- Muchas gracias. -Sonrió Clyde.
- De nada, bonito.
Lexus le guiñó el ojo y se fue. Token y Clyde comenzaron a caminar hacia la oficina.
- ¿Por qué dejaste que esa chica te besara? -Dijo Token.
- Ñe, la entiendo, así es el trabajo. Yo hago lo mismo... -Clyde rió-. En teoría hice algo parecido contigo.
Token bajó la mirada.
- Sí, tienes razón. -Dijo Token.
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Clyde y Token hablaron con un guardia que custodiaba la puerta. Le dijeron que venían de parte de Eric Cartman. El guardia los miró por unos segundos y les abrió la puerta. Cuando entraron notaron que la oficina era muy lujosa. Había cuadros y fotos en las paredes, sillones estampados con terciopelo rojo, y una alfombra parecida a la que tenía Token. En un escritorio, al fondo de la habitación, se encontraba Keyshawn, un hombre negro que vestía ropa color verde y tapado blanco. Los miró. Se sacó las gafas que tenía.
- ¿Quiénes son ustedes? -Les dijo.
- Hola -dijo Clyde-, venimos a pagar la entrada para la fiesta de este sábado.
- ¿¿Ustedes chulean?? -Dijo el hombre, frunciendo el ceño-. Nunca los he visto...
- No, venimos de parte de Eric Cartman. -Dijo Clyde.
- ¡Oh, Cartman! ¡Ese! -Rió Keyshawn-. El del cabaret gay... ¿Por qué no vino él?
- Soy su empleado. -Dijo Clyde.
- ¿¿QUÉ?? Pareces más un cliente que un empleado.
- Como sea...
Token sacó el dinero y se lo dio a Clyde, este lo agarró y fue hasta el escritorio de Keyshawn.
- Espera un momento, hermano. -Dijo Keyshawn sacando una gran carpeta-. Dime tu nombre.
- Clyde Donovan. -Contestó.
Keyshawn abrió la carpeta. Token y Clyde notaron como buscaba algo en ella.
- Bien... ¿Y el tuyo? -Le preguntó Keyshawn a Token.
- Ehh... Token Black. -Contestó.
Keyshawn volvió a mirar la carpeta. Frunció el ceño.
- ¿Tienes un apodo o algo? -Preguntó Keyshawn.
- Eh... No. -Dijo Token, extrañado.
- Ya veo.
En el escritorio había un pequeño aparato negro, con algunas teclas numeradas. Keyshwan apretó el 0. El aparato prendió una pequeña luz roja. Keyshawn se acercó a este y dijo "Dos". Clyde y Token se miraban sin entender la situación.
- ¿Me aceptará el dinero? -Preguntó Clyde.
- No tan rápido... -Dijo Keyshawn.
Se escuchó un golpe. La puerta se abrió. Dos hombres, de casi dos metros y armados con pistolas, entraron a la oficina. Tomaron a Clyde y Token por la espalda y les colocaron las pistolas en sus cabezas.
- ¿¿QUÉ?? -Gritó Clyde.
Token no podía hablar, Clyde miraba a Keyshawn con los ojos llenos de lágrimas.
- No quiero policías encubiertos aquí. -Dijo Keyshawn-. Llamaré a su "jefe" para que me dé una explicación, y si no la hay, no llegarán a arrepentirse...