Butters se encontraba sentado en uno de los inodoros del cabaret. Lloraba. Damien le sostenía la puerta.
- ¿Quieres papel, Butters? -Dijo Damien.
- No, gracias... -Decía Butters, en susurro.
- Bien...
Kenny entró al baño, miró a Damien. Se llevó el dedo a la boca.
- Shhh... -Susurró Kenny.
Damien asintió y se fue del baño. Butters escuchó los pasos.
- ¿¿Quién está ahí?? -Dijo Butters.
- Hola... -Dijo Kenny, rascándose la cabeza.
- Vete. -Dijo Butters.
- Bien... -Suspiró Kenny.
Kenny caminó hacia la puerta. La abrió y la cerró, pero él se quedó en el baño.
- Sigues ahí, ¿verdad? -Dijo Butters.
- Me descubriste. -Rió Kenny.
Butters abrió la puerta del sanitario y miró a Kenny, el cual se acercó a él. Butters se cruzó de brazos. Miró al piso.
- ¿Por qué lo hiciste? -Dijo Butters.
- Bueno, varias cosas... -Sonrió Kenny-. Pero tu fuiste la principal.
Kenny acarició la mejilla de Butters.
- Lo siento si te hice sentir mal... -Suspiró Kenny.
Butters levantó la cabeza, tenía los ojos rojos de tanto llorar.
- Oh, Butters... -Dijo Kenny, abrazándolo.
- No lo hagas nunca más, por favor. -Dijo Butters-. Yo debería hacerme cargo de todo esto...
- No, no deberías. -Dijo Kenny-. Y quiero ayudarte hasta que todo esto se termine...
- ¿¿Cuándo se terminará, Kenny?? -Dijo Butters-. No quiero que me remplaces, quiero... Quiero...
Butters se recostó en el pecho de Kenny.
- Quiero que mis padres me acepten... -Dijo Butters.
Kenny le quitó la peluca a Butters y comenzó a acariciar su cabello.
- Ellos se están perdiendo la oportunidad de estar contigo. -Dijo Kenny.
- ¿¿Qué oportunidad?? -Dijo Butters-. Yo solo les traía problemas, y ahora los sigo trayendo...
Butters se apartó de Kenny y se recostó contra una pared. Kenny le sonrió y se acercó hacia él.
- ¿Quieres decirme cuales fueron esos "problemas" que trajiste? -Sonrió Kenny.
- Existir es el principal. -Dijo Butters.
- Ay, Butters, no digas eso... -Dijo Kenny acariciándolo.
- ¡Es que ellos siempre me decían que todo lo que yo hacía estaba mal!
- Bueno ellos estaban, y están, muy equivocados.
- No lo sé... -Suspiró Butters-. Nunca cumplí con sus expectativas. Querían que me case, que tuviera "una vida normal" y lo más cristiana posible.
- ¿Son muy religiosos?
- No, no tanto. Pero la religión da "buena imagen", según ellos. Me llevaban a la iglesia todos los fines de semana y casi siempre me aburría allí. Excepto cada dos meses, un cura de Denver venía a la ciudad y daba una misa especial. Creo que él es la única persona por la cual sigo creyendo en Dios.
- ¿De Denver? -Dijo Kenny- ¿Cómo se llamaba?
- Maxi. -Sonrió Butters.
- ¿¿El padre Maxi?? -Sonrió Kenny-. Oh, el casará a Wendy y Stan.
- ¿¿De verdad?? -Dijo Butters con una ligera sonrisa-. Creo que solo iría a esa boda para verlo a él, pero tengo miedo de que vea en lo que me convertí.
- ¿En un chico adorable? -Dijo Kenny, acariciándolo.
- Vamos, Kenny, tu me entiendes. -Butters hizo una pequeña pausa-. Volviendo al tema, mis padres siempre me castigaban, por todo. Nunca entendí si ellos exageraban o yo realmente era un desastre.
- La primera opción. -Rió Kenny.
- Ni siquiera sabes como yo era antes.
- No necesito saberlo, pero si quieres contármelo...
Butters juntó los puños y comenzó a frotarlos, mientras agachaba la cabeza.
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Butters tenía 14 años. Regresaba del colegio. Fue hasta la cocina, para prepararse un sándwich de queso. Cuando se lo estaba preparando, su padre entró a la cocina. Tenía el ceño frunciendo.
- ¡¡Butters!! -Le gritó.
- ¿Qué pasó papá? -Dijo Butters, bastante preocupado.
- ¡¡Otra vez pusiste la sal en el lugar donde se coloca el azúcar!! -Le gritó su padre- ¡¡Y LE PUSE SAL A MI CAFÉ!!
- Oh, lo siento papá... -Dijo Butters, agachando la cabeza.
Su padre fue hasta el refrigerador. Abrió la puerta y sacó una taza de café. La colocó frente a Butters.
- Pruébalo. -Le dijo su padre.
- ¿Lo-lo guardaste? -Dijo Butters.
- ¡¡QUE LO PRUEBES!!
Butters tomó la taza de café. Cerró los ojos y tomó un sorbo. Lo escupió al instante y comenzó a tener arcadas.
- ¿¿LO VES?? -Le dijo su padre- ¡¡Es la segunda vez en el mes que me haces esto!!
- Lo siento, papá. -Dijo Butters, comenzando a toser.
La madre de Butters entró a la cocina.
- ¿Por qué están gritando? -Preguntó su madre.
- Butters, otra vez, puso la sal donde va el azúcar.
- ¡¡BUTTERS!! -Gritó la madre- ¿¿Acaso no sabes que tu padre ordena la alacena todas las semanas?? ¿¿Cómo puedes ser tan desconsiderado??
- Lo siento, mamá... -Dijo Butters.
- ¡Nada de perdón! -Dijo su madre, cruzándose de brazos.
- ¡¡Estás castigado!! -Gritó su padre.
- Pe-pero... -Butters comenzó a temblar.
- ¡¡Nada de peros!! -Gritó su padre-. Te quedarás todo el día encerrado en tu habitación.
- Papá, yo...
- ¡¡Deja de quejarte, yo tuve que tomar un maldito café con sal!!
Su padre lo agarró del brazo, apretándolo con fuerza, y lo llevó hasta su cuarto. Butters no puso resistencia. Una vez allí lo empujó y le cerró la puerta en la cara. Butters suspiró y fue hasta su cama.
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Kenny tenía los ojos tan abiertos como podía.
- ¿¿QUÉ?? -Gritó Kenny- ¿¿Te hicieron eso por un simple café??
- No era un simple café -le dijo Butters, mirándolo a los ojos-, era el café de mi padre y...
- ¡¡Butters!! -Le dijo Kenny, tomándolo de los hombros- ¿¿No ves que fueron demasiado lejos??
Butters agachó la cabeza, una vez más.
- ¿¿Te han hecho otras cosas?? -Dijo Kenny.
- Sí, pero realmente ninguna tiene mucha importancia...
- ¡No minimices tus problemas!
- ¡Pero yo jamás estuve al nivel que ellos querían, tenían razones para estar así! -Butters se pasó una mano por su cara-. Debería haber sido más responsable...
Kenny lo abrazó. A Butters comenzaron a caerle lágrimas.
- ¿Sa-sabes lo que más odio de ésta situación? -Dijo Butters.
- ¿Qué cosa? -Dijo Kenny, limpiándole las lágrimas.
- No recuerdo la última vez que vi a mi mejor amigo, y creo que nunca lo volveré a ver... -Suspiró Butters.
- ¿Cómo se llama? -Preguntó Kenny.
- Dougie. -Dijo Butters-. Lo extraño...
- ¿Vive aquí?
- Sí.
- ¿Por qué no lo visitas?
- No me atrevo, y probablemente ya se olvidó de mi. -Butters suspiró-. Al menos tengo a Pip...
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Butters entró al aula. Era el primer día de clases. Tenía 16 años. Sus compañeros lo miraban y susurraban a sus espaldas. Butters encontró un lugar en la última fila, lo más lejos que podía estar de sus compañeros. A los pocos minutos, un chico nuevo se sentó a su lado. Butters lo miró, pero no le dijo nada. El chico le sonrió.
- ¡Hola! -Le dijo el chico.
- Hola... -Dijo Butters, sin mirarlo.
El chico le extendió la mano. Butters, esta vez, sí lo miró.
- ¡Mi nombre es Philip! -Sonrió Pip-. Soy nuevo en el colegio, ¿cómo te llamas?
- Leopold... -Dijo Butters estrechándole la mano-. Pero me dicen Butters...
- ¡Oh, yo también tengo un apodo! -Sonrió Pip-. Me llaman Pip.
- Interesante apodo...
- Sí, me lo pusieron porque me odiaban. -Rió Pip.
- Eh... ¿Eres extranjero? -Preguntó Butters.
- Sí, soy de Inglaterra. -Sonrió-. Y tu eres el primer chico de aquí que me estrecha la mano.
Butters sonrió.
- Bueno un placer, Pip. -Rió Butters.
- ¿Por qué aquí nadie se saluda? -Preguntó Pip.
- No nos presentamos así. -Dijo Butters.
- Oh, ya veo... -Pip sacó una pequeña libreta-. Lo anotaré.
Butters notó que Pip realmente había sacado un lápiz y había escrito: "No se saluda estrechando la mano".
- ¿Hace mucho vives aquí? -Dijo Butters.
- No, me trasladaron a South Park este año. Es un pueblo muy bonito.
- Sí, lo es. -Sonrió Butters-. Aunque supongo que, en Inglaterra, tienen lugares mucho mejores.
- No lo creas. -Rió Pip- ¿Tu eres de aquí?
- Sí.
- ¿Podrías ser mi guía? -Dijo Pip-. Mis tutores me pidieron que consiga uno.
- Bueno... -Sonrió Butters.
- ¡Genial! -Sonrió Pip.
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Pip estaba en el cuarto de Butters, tomando el té en su cama. Butters estaba junto con él, usando su computadora portátil. Tenía sus auriculares puestos. Pip le tocó el brazo, con el dedo. Butters se sacó uno de sus auriculares.
- Gracias por el té, Butters. -Sonrió Pip.
- No hay de qué. -Sonrió Butters.
- ¿Realmente no tienes problema con que beba en tu cama?
- No, tranquilo.
- ¡Bien! -Sonrió Pip- ¿Sabes? En este pueblo hay muchas vacas.
Butters rió un poco.
- Me agrada como te fijas en esas cosas. -Dijo Butters-. Y sí, el ganado es nuestra principal exportación.
- Genial, luego anotaré eso. -Sonrió Pip.
- ¿Por qué anotas todo?
- Para saber de qué hablar con quienes se me acerquen.
- ¡Que bien! -Sonrió Butters- ¿Eso te ha funcionado?
- No realmente -rió Pip-, pero sigo intentando. Al menos pude hablar contigo.
- Creo que eres una de las pocas personas que quiere hacerlo... -Dijo Butters.
- ¿Por qué? -Dijo Pip- ¡Eres muy amable!
- ¿De verdad lo crees?
- Por supuesto. -Sonrió Pip.
Butters sonrió. Pip terminó su té.
- ¿Dónde dejo la taza? -Dijo Pip.
- Oh, dámela. -Dijo Butters-. La llevaré a la cocina.
- Bien. -Sonrió Pip.
Butters tomó la taza de Pip y se levantó de la cama. Sin embargo, había olvidado que aún tenía un auricular y al levantarse, el cable, se desconectó. De la computadora comenzó a sonar la canción de la serie "Los ángeles de Charlie". Butters se quedó helado. Bajó la cabeza y se sonrojó al instante.
- Lo-lo siento... -Dijo Butters.
- ¿Esa es la canción de "Los ángeles de Charlie"? -Preguntó Pip.
- Ehh... -Butters estaba cada vez más rojo-. Tal vez... Por favor no lo dig...
- ¡Amo los ángeles de Charlie! -Sonrió Pip.
- ¿¿QUÉ?? -Dijo Butters- ¡¡Oh, por Dios!! ¿¿Conoces la serie original??
- Sí, mi hermana la adoraba y yo la miraba a escondidas. Mi favorita era Kelly. -Sonrió Pip.
Butters sonrió y se sentó al lado de Pip.
- ¡La mía también! -Dijo Butters-. Jaclyn Smith nació para ese personaje.
- ¡Exacto! -Dijo Pip.
Butters miró la taza que aún tenía en sus manos.
- ¿Sabes? -Dijo Butters-. La única persona que sabe que me gustan "Los ángeles de Charlie" es mi mejor amigo.
- ¿Él también la mira?
- No tanto, creo que solo lo hace por mi. -Rió Butters-. Luego de que deje la taza en la cocina, ¿quieres ver la serie conmigo?
- ¡¡Por supuesto!! -Sonrió Pip.
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Kenny reía.
- ¿Los ángeles de Charlie? -Dijo Kenny.
- Sí. -Rió Butters-. Hubo un tiempo en el que Pip me decía Kelly y yo le decía Sabrina.
- ¿Puedo decirte Kelly? -Le preguntó Kenny, guiñándole el ojo.
- No, por favor. -Rió Butters-. No sé si Pip lo recordará, pasó mucho tiempo de eso.
- ¿Por qué dejaron de llamarse así?
- Bueno, no lo vi por más de un año, y fue en ese entonces que el ingresó a trabajar aquí.
- ¿Por qué no lo viste por tanto tiempo?
Butters suspiró. Miró a Kenny y le sonrió.
- ¿Ahora eres un detective? -Dijo Butters.
- Oh, lo siento. -Rió Kenny-. No es necesario que me me hables de esto, si no quieres...
- Sí, quiero. -Sonrió Butters-. Solo que, ya sabes, me da algo de vergüenza hablarte de ciertas cosas...
- Puedes confiar en mi. -Sonrió Kenny.
Butters le tomó la mano.
- ¿Prometes no decir nada? -Dijo Butters.
- Claro... -Sonrió Kenny.
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Butters estaba a punto de salir de su casa.
- ¡Mamá, papá, iré a la casa de Pip! -Gritó Butters.
Su padre salió de su oficina. Miró a Butters, le frunció el ceño.
- ¿Otra vez? -Dijo su padre.
- Sí... -Dijo Butters.
- Ya te dije que deberías dejar de juntarte con ese chico. -Dijo su padre-. Las personas pensarán que eres gay, Butters.
Butters bajó la cabeza.
- ¿Por qué siempre asumes que Pip es gay? -Dijo Butters.
- ¡Vamos! ¡La primera vez que lo vi creí que era una chica! -Su padre comenzó a acercarse-. Deberías dejar de juntarte con él, si no quieres que todos piensen lo peor, salvo que...
- Papá, es mi amigo. -Dijo Butters-. Como Dougie.
- ¡Butters! ¿Podrías conseguirte amigos normales? -El padre suspiró-. Deberías juntarte con chicos de tu edad, y que no sean unas maricas afeminadas.
- Disculpa papá -dijo Butters-, no quiero preocuparte. Confía en mi, por favor.
- Agh... Bien. Ve con tu amiguita. -Se burló su padre-. Pero esta noche tendremos una charla con tu madre sobre esto jovencito, estamos preocupados, ¿entiendes?
- Sí, papá. -Dijo Butters, mirando como sus piernas temblaban un poco.
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Butters estaba en la habitación de Pip, el cual le había llevado leche con galletas en una bandeja.
- Están deliciosas, Pip. -Sonrió Butters.
- Oh, muchas gracias. -Dijo Pip-. Pero las galletas las hizo mi tutora.
- Luego le agradeceré. -Sonrió Butters.
Pip se había preparado un té. Comenzó a tomarlo en el pequeño escritorio que tenía. Butters estaba a un lado suyo, sentado en su cama, comiendo las galletas. Pip notó que Butters estaba más callado de lo normal. Su mirada estaba perdida.
- Butters, ¿estás bien? -Dijo Pip.
- Sí... -Mintió Butters.
- Recuerda que si te ocurre algo, puedes hablarlo conmigo. -Sonrió Pip.
Butters dejó las galletas, y la leche, a un lado. Miró a Pip.
- Es por mis padres... -Dijo Butters.
- Oh, ¿qué te hicieron esta vez? -Dijo Pip, bastante preocupado.
- Nada, solo qué... Eh... -Butters cerró los ojos-. Pip, ¿puedo hacerte una pregunta?
- Claro, dime. -Sonrió Pip.
- ¿Alguna vez has tenido novia?
Pip rió.
- Sí, en primaria. Aunque creo que ella no me quería tanto. -Dijo Pip- ¿Por?
- ¿Y luego de eso? -Preguntó Butters.
- No.
- Entiendo...
- ¿Tu has tenido otra novia además de Charlotte? -Preguntó Pip.
- No. Además, ya sabes, vi muy pocas veces a Charlotte como para considerarla una verdadera novia o algo así...
- ¿Eso significa que no debería considerar a Estella como mi novia? -Dijo Pip.
- ¿Así se llamaba la chica de primaria? -Rió Butters.
- Sí. -Sonrió Pip.
- Lindo nombre -suspiró Butters-, claro que puedes considerarla así, solo que... Quería saber si luego de eso tu has, no sé, besado a alguien.
- No. -Dijo Pip.
- Y, en este tiempo, ¿has pensado en besar a alguien? -Preguntó Butters.
Pip se quedó pensando.
- Bueno... Tal vez. -Dijo Pip.
- ¿A quién? -Dijo Butters.
- Oh, que vergüenza. -Rió Pip-. Esta conversación es bastante extraña entre nosotros.
- Tenemos 17 años. -Dijo Butters-. Los chicos del colegio se burlan de nosotros por no tener este tipo de conversaciones.
- ¿De verdad? -Dijo Pip-. Yo pensé que era por otras cosas, lo tendré en cuenta... Por cierto, ¿qué me habías preguntado?
- ¿A quién querrías besar? -Dijo Butters.
- Oh, cierto. -Dijo Pip, empezando a reír algo nervioso-. Por todos los cielos, que vergonzoso...
Butters suspiró.
- Es un chico, ¿verdad? -Dijo Butters.
- Sí. -Dijo Pip.
- Entiendo que pueda parecerte vergonzoso por eso... -Dijo Butters, rascándose la cabeza.
- ¿Por ser un chico? -Dijo Pip.
- Sí...
- Oh, no es por eso. -Rió Pip-. Es por quién es.
Butters abrió los ojos.
- ¿Lo conozco? -Dijo Butters.
- Sí... -Pip miró al piso-. Y tengo miedo de que te molestes cuando te lo diga...
Butters sintió como su corazón se aceleraba. "¿Qué me está pasando?", pensaba Butters. "¿Soy yo?".
- ¿Por qué piensas que me molestaría? -Dijo Butters, algo sonrojado.
- Porque... Bueno, de todas maneras tampoco tiene mucha importancia... -Rió Pip-. Él jamás me prestaría atención.
- Tal vez, si se lo preguntaras... -Sonrió Butters.
- No me atrevería. Además, no creo que le gusten los chicos.
- Tal vez sí -dijo Butters, algo nervioso-, tal vez ese chico esté atravesando por la misma situación que tu y no lo sabes.
- No creo que te estés imaginando quien es. -Rió Pip-. No dirías eso si lo supieras...
- Tal vez sí lo supongo, pero prefiero que lo digas tu. -Sonrió Butters.
Pip sonrió. Dejó su taza de te a un lado y se sentó junto a Butters, el cual sentía sus manos sudando. Pip le tomó una. Butters tragó saliva.
- ¿Esto queda aquí? -Sonrió Pip.
- Sí... -Contestó Butters, completamente rojo.
- Bien... -Pip cerró los ojos-. Dougie.
Butters se paralizó.
- ¿¿QUÉ?? -Gritó Butters.
- Oh, lo siento. -Dijo Pip-. Sabía que podrías molestarte. Sé que es tu amigo, y es dos años menor. Nunca intentaría hacer nada con él, pero es que me parece un chico tan interesante. Además, le gustaría ser periodista y...
- No, no, no... -Dijo Butters-. No fue por eso...
- Oh, ¿por qué fue?
Butters le soltó la mano a Pip.
- Creí que ese chico sería yo. -Dijo Butters.
- Oh, Butters. -Rió Pip- ¿Cómo crees? Eres mi mejor amigo, y además sé que te gustan las chicas.
- No.
Pip abrió los ojos.
- ¿No? -Dijo Pip.
- Quiero decir, estoy confundido. -Butters suspiró-. Realmente muy confundido...
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Butters se recostó en el hombro de Kenny.
- ¿Te gustaba Pip? -Sonrió Kenny.
- Algo así. -Dijo Butters-. Creo que te lo dije, pero desde que terminé con mi novia había pensado en la posibilidad de que me gusten los chicos. Realmente, no sé si en esos momentos me gustaba Pip o simplemente quería estar con un chico, y pensé en Pip, ya que desde el primer momento imaginé que era gay.
- Vaya, esos prejuicios... -Rió Kenny.
- Lo sé, me odio por haber pensado así. Parezco mi padre.
- Por favor, no te compares con él. -Dijo Kenny, y luego sonrió- ¿Y quién fue el primer chico que te gustó de verdad?
- Me encantaría decir que fuiste tu. -Sonrió Butters-. Pero la historia es más triste que eso...
Kenny le dio un rápido beso en los labios.
- Valoro mucho esto, Butters. -Dijo Kenny tomando su mano-. Desde que te conocí tuve muchas preguntas acerca de tu vida. Pero si prefieres hablar en otro momento, está bien.
Butters miró la puerta del baño, aún seguía cerrada.
- ¿Cuánto tiempo tienes? -Dijo Butters.
- Para ti, todo el tiempo del mundo. -Sonrió Kenny.