Karen estaba desayunando en la cocina. Kenny salió de su cuarto. Cuando vio a su hermana, sonrió.
- ¿Quién tiene el mejor hermano del mundo? -Dijo Kenny, riendo.
- ¡¡Kenny!! -Gritó Karen, con una gran sonrisa en los labios.
- No, Kenny tiene la mejor hermana. -Sonrió Kenny.
Karen se levantó de la silla y fue corriendo a abrazarlo.
- Te extrañé.. -Dijo Karen- ¿Dónde estuviste anoche?
- Eh... Bueno... -Kenny se rascó la cabeza-. Salí con mis amigos.
- Oh, está bien. -Sonrió Karen.
- ¿Te llegaron mis mensajes? -Preguntó Kenny.
- Sí, pero no sabía cuando volverías.
- Volví temprano para poder desayunar con mi hermana. -Sonrió Kenny.
Kenny se sirvió cereales con leche y se sentó junto a su hermana.
- ¿Qué hiciste ayer? -Dijo Kenny comiendo sus cereales.
- Oh, estuve con mis nuevos amigos. -Sonrió Karen.
- Oh... Esos... -Dijo Kenny.
- ¿Estás celoso? -Rió Karen.
- Solo los quiero conocer... Para mantenerlos vigilados. -Dijo Kenny.
- Son buenos chicos -sonrió Karen-. Y no quiero que te guíes por su apariencia.
- ¡Yo no juzgo a nadie! -Dijo Kenny-. Aunque, ¿que apariencia tienen?
- Una apariencia que no te gustara.
- Mmmm... Eso me deja muchas dudas. -Kenny sonrió- ¿Son todos chicos?
- No, son tres chicos y una chica. -Dijo Karen-. Ella fue quien se acercó a mi primero, porque me vio sola a la salida de matemáticas.
- ¿Ella también va al curso de verano? -Preguntó Kenny.
- Sí, dice que sus padres la obligan a hacerlo porque tiene tu edad y aún le quedan materias de la secundaria.
- Oh, una chica rebelde... -Rió Kenny.
- No es rebelde es tan... Original. -Sonrió Karen.
- ¿Más original que yo?
- Sí. -Rió Karen.
- ¡Mi competencia! -Rió Kenny-. Esta bien ya conoceré a esta chica y sus amigos...
- Bueno. -Rió Karen-. Por cierto, ayer llamaron mamá y papá.
- Oh, ¿qué cuentan? -Dijo Kenny.
- ¡Kevin salió de rehabilitación! -Sonrió Karen-. Dicen que les gustaría tener una cena con nosotros y él como en los viejos tiempos...
- Oh... Que bueno lo de Kevin. -Kenny suspiró-. Iré a esa cena si no hay cerveza de por medio.
- Haré lo mismo... Aunque tengo muchas ganas de ver a Kevin.
- Sí, yo también, creo que la última vez que lo vi fue hace tres años. -Dijo Kenny.
- Yo también.
- Seguro dirá "¡Karen, deja de crecer!" -Rió Kenny.
- ¡Hey! -Rió Karen-. No cambie mucho desde los catorce.
- Es verdad, sigues teniendo la misma altura. -Kenny le agarró la mejilla-. Mi lindo hobbit...
- Que malo eres. -Rió Karen.
- Hablando de gente de poca altura. -Kenny suspiró-. Traje a alguien a casa...
- ¿Cuándo?
- Hoy.
- Oh... -Karen sonrió- ¿Está en tu cuarto?
- Sí. -Sonrió Kenny.
- ¿Y quién es?
- Un chico que conocí hace poco, pero se volvió muy especial para mi. -Kenny formó un corazón con sus dedos-. Pero no tanto como tu.
- Eres tan tierno. -Sonrió Karen- ¿Cómo se llama?
- Butters, aunque su nombre real es Leopold. -Dijo Kenny.
- Oh, que apodo tan lindo. -Sonrió Karen- ¿Están saliendo o son solo amigos?
- Por eso lo traje aquí, quería saber si me dejabas salir con él.
- Mmmm... Debo conocerlo primero... -Rió Karen.
- ¡Genial! Ahora lo despierto. -Kenny se levantó de la mesa-. Y luego yo veré si apruebo a tus nuevos amigos...
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Kenny abrió la puerta de su cuarto. Butters seguía durmiendo. Se acercó a él y lo besó en la frente.
- Buenos días... -Sonrió Kenny.
- Hola, Kenny. -Sonrió Butters.
- ¿Quieres desayunar con mi hermana y conmigo? -Preguntó Kenny.
- Oh... -Butters se sonrojó-. Tu hermana está aquí.
- Sí, y tiene muchas ganas de conocerte. -Sonrió Kenny.
- ¿De verdad?
- De verdad, verdad.
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Butters entró a la cocina, junto con Kenny. Vio que Karen lo estaba esperando, con una sonrisa. Luego se levantó y fue a abrazarlo.
- ¡Hola! -Dijo Karen-. Soy Karen, la hermana de Kenny.
- Es un placer, soy Butters.
- ¡Y yo Kenny! -Rió Kenny.
- ¿Quieres algo para desayunar? -Dijo Karen.
- Eh... Bueno. -Sonrió Butters.
- Bien, tenemos leche, cereales, chocolatada...
- Ayer la tomé toda yo... -Dijo Kenny, rascándose la cabeza.
- Oh, tranquilo compré más. -Sonrió Karen.
- ¡Ay, gracias! -Kenny miró a Butters-. Si no fuera por ella, solo comeríamos pizza.
- Es verdad. -Rió Karen.
- Una chocolatada, por favor. -Dijo Butters
Butters se sentó junto con Kenny. Karen preparó la chocolatada y la colocó frente a Butters. Kenny le tomó la mano, Butters lo miró bastante nervioso.
- Tranquilo... -Le dijo Kenny al oído.
- Dime si le falta algo a la chocolatada. -Dijo Karen, sentándose.
- No, está deliciosa. -Dijo Butters, luego de tomar un sorbo.
- ¡Que bueno! -Sonrió Karen.
- Bien Karen, ahora puedes bombardearnos con preguntas. -Dijo Kenny.
- No diré nada, prefiero que Butters hable cuando se sienta cómodo.
- Oh, es que no sé que decir. -Rió Butters.
- En ese caso, yo romperé el hielo, Butters juega muy bien al ajedrez. -Dijo Kenny.
- ¿¿De verdad?? -Sonrió Karen.
- No tanto... -Rió Butters.
- Y es muy humilde. -Sonrió Kenny.
- Oh, ya veo... -Dijo Karen- ¿Luego te gustaría jugar una partida conmigo?
- Bueno. -Sonrió Butters.
- ¡Sí! ¡Yo seré el relator de la partida! -Dijo Kenny-. Me imagino algo como: Butters toma el alfil, hay mucha tensión en el público... Karen observa detenidamente la jugada de Butters...
- No, por favor no hagas eso. -Rió Karen.
- Mierda, estaba a punto de practicar mi voz de profesional. -Dijo Kenny.
- Por cierto Butters, no te asustes, siempre se levanta todas las mañanas así de animado.
- Lo noté. -Rió Butters.
- Es para darle alegría a las mañanas, y a las tardes... Noches también. -Dijo Kenny guiñando un ojo.
- Admiro tu buena energía. -Sonrió Butters.
Karen notó como su hermano y Butters se miraban con mucho cariño. No dejaba de sonreír.
- Oh, Butters... -Dijo Karen- ¿No te molesta que te haga un pequeño comentario?
- ¿A qué te refieres con eso? -Dijo Butters extrañado.
- Me gusta mucho tu corte de cabello... -Sonrió Karen-. Y pensé que tal vez te incomoda que te lo diga...
- Para nada. -Sonrió Butters-. Gracias por el halago, ¿de verdad te gusta?
- ¡Claro! -Sonrió Karen- ¿Te lo hace un peluquero o tu?
- Yo. -Sonrió Butters.
- ¡Hey! Eso no sabía... -Sonrió Kenny-. Ahora también eres peluquero profesional.
- No seas idiota, Kenny... -Rió Butters.
- ¿Te gusta la peluquería? -Dijo Karen.
- Solo he experimentado con mi cabello, nunca con el de otra persona. -Dijo Butters-. Así que no sé.
- Oh, si quieres cabello aquí tengo mucho. -Dijo Karen, agarrándose el pelo-. He estado pensando en teñírmelo de negro...
- Te quería bien. -Sonrió Butters- ¿A ti te gusta la peluquería?
- Lo mismo que tu, no lo sé porque no he experimentado con nadie.
- Antes me hacías coletas en el pelo. -Rió Kenny.
- Era pequeña. -Rió Karen.
- No importa, me quedaban hermosas... -Sonrió Kenny.
- Bueno, si algún día quieres intentar teñir a alguien puedes experimentar conmigo. -Sonrió Butters.
- ¿¿De verdad?? -Sonrió Karen.
Kenny se sentía muy emocionado al ver a Butters y Karen hablando. Su celular sonó, lo sacó y vio que era una llamada de Craig.
- Ahora vengo. -Dijo Kenny levantándose.
Kenny caminó y atendió a Craig.
- ¡Hola, Craig! -Dijo Kenny.
- Hola, Kenny... -Dijo Craig.
- ¿Estás bien?
- Sí, ayer tuve que irme del cabaret...
- Sí, Kyle nos explicó la situación.
- Oh, bueno. -Craig suspiró-. Quería saber si tienes la dirección de Tweek.
- No... -Dijo Kenny-. Pero estoy con Butters, se la preguntaré.
- Bueno. -Sonrió Craig.
Kenny alejó el teléfono de su oreja y miró a Butters.
- ¡Butters! -Dijo Kenny- ¿Tienes la dirección de Tweek?
- Oh, no... -Dijo Butters-. Pero puedo preguntársela a Pip.
- Bien. -Sonrió Kenny- ¿Cuando te responda me la dices?
- Claro. -Sonrió Butters.
Kenny volvió a hablar con Craig.
- Luego te la mando por mensaje. -Dijo Kenny.
- ¡Genial! -Dijo Craig-. Muchas gracias.
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Kyle estaba en el comedor junto con Cartman.
- ¿Tweek aun no se despertó? -Preguntó Cartman.
- No. -Dijo Kyle.
- Agh... ¿Hace cuanto tiempo está dormido?
- Ayer lo hiciste trabajar de más. -Dijo Kyle.
- Tienes razón. -Rió Cartman-. Debe sentirse agotado...
Kyle rodó los ojos. Luego miró a Cartman.
- Eric -suspiró Kyle-, creo que el martes debo ir a lo de Stan.
- ¿¿Qué?? -Dijo Cartman- ¿¿A su casa?? ¿Por qué?
- Agh... Es una larga historia. -Dijo Kyle, fingiendo desagrado-. Los chicos se llevaron ropa suya cuando se quedaron en su departamento. Así que ayer Stan me pidió si podía llevársela.
- ¿¿Por qué no va uno de ellos?? -Dijo Cartman.
- Yo le dije lo mismo -dijo Kyle-, pero al parecer quiere estar conmigo para... Ya sabes que.
- Deberá pagar. -Dijo Cartman.
- Yo le dije eso. -Dijo Kyle.
- Y más de lo usual. Tu no vas a la casa de clientes.
- Sí le expliqué eso, pero prácticamente se arrodilló ante mi pidiéndome que vaya. Que pagaría lo que fuera necesario.
- Mierda, ese idiota está obsesionado contigo.
- Lo sé. -Dijo Kyle.
- Bien tu ya sabes como funciona con los demás, estaré vigilando tu posición y tu...
- Sí, sí, te avisaré. -Dijo Kyle-. Deberías confiar más en mi.
- Lo estaba haciendo -dijo Cartman-, pero ayer volviste a agredirme.
Kyle intentó fruncir el ceño.
- Lo siento, sabes lo mucho que aprecio a Tweek... -Dijo Kyle.
- Sí, demasiado... -Dijo Cartman.
- No volverás a tener celos por él, ¿no?
- No, ahora está con ese idiota de Craig y parece que les va muy bien.
- Sí. -Sonrió Kyle.
En esos momentos Tweek apareció en el comedor.
- ¡GHA! Hola... -Dijo Tweek.
- Oh, hablando de Roma... -Dijo Cartman.
- Hola, Tweek. -Sonrió Kyle.
- ¡GHA! Me voy... -Dijo Tweek.
- Bien, te acompaño a la puerta. -Dijo Kyle.
- No. -Dijo Cartman-. Yo lo haré.
- Agh... Bien... -Dijo Kyle.
- ¡GHA! Bueno... -Dijo Tweek-. Nos vemos, Kyle...
Cartman se levantó y acompañó a Tweek. Ni bien salieron de la cocina Kyle festejó por lo bajo. "Que idiota eres, culón", pensó.
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Butters y Kenny estaban en la habitación de Karen, junto con ella. Butters le estaba haciendo una trenza a Karen, mientras Kenny ponía música desde su celular. Más específicamente "Girls just want to have fun".
- ¡Oh, girls they wanna have fun! -Cantaba Kenny- ¡Oh, girls just wanna have fun!
- ¿Sabías que es un cover? -Dijo Karen.
- ¿¿Qué?? -Dijo Kenny-. No, es una canción de Cyndi Lauper.
- No, mis amigos me mostraron la original. -Sonrió Karen-. La escribió un tal Robert Hazard.
- Veo que tus amigos saben mucho de música. -Dijo Kenny.
- ¡Sí, es increíble!
- Creo que terminé. -Butters tomó un espejo- ¿Te gusta?
Karen miró su trenza. Le sonrió.
- ¡Es hermosa! -Karen abrazó a Butters- ¡Gracias!
- De nada... -Dijo Butters, algo sonrojado-. Cuando quieras puedes teñirme.
- ¡Me encantaría! -Dijo Karen-. Aunque utilizaré algo que se salga rápido, por si acaso.
- Karen... -Dijo Kenny, sonriendo-. Creo que es hora de tu veredicto final...
- ¿Veredicto? -Dijo Butters, extrañado.
- Oh... -Dijo Karen-. Creí que era obvio sí, pero creo que eso se lo deberías preguntar a Butters...
- ¿Qué cosa? -Dijo Butters.
- Tienes razón. -Sonrió Kenny.
- ¿Quieres que los deje solos? -Preguntó Karen.
Butters se sonrojó. Kenny le asintió a su hemana, que se fue de la habitación, guiñando un ojo.
- No entiendo que acaba de pasar... -Dijo Butters.
Kenny se sentó al lado de Butters.
- Sabes que quiero mucho a Karen -dijo Kenny-, y quería saber que opinaba sobre una pregunta que quería hacerte...
- ¿Cuál? -Dijo Butters.
Kenny lo tomó de las manos.
- Butters... -Sonrió Kenny- ¿Quieres ser mi novio?
Butters se sonrojó por completo. Sus ojos se le humedecieron y llevó sus manos hacia su boca para ocultar un poco su gigantesca sonrisa.
- Sí... -Dijo Butters, mirando a los ojos de Kenny-. Sí, quiero...
Ambos se besaron al mismo tiempo. Karen se había quedado cerca de la puerta para escuchar. Cuando oyó el "Sí" de Butters sonrió, llevándose las manos a sus mejillas.