Nunca conmigo

By SoniaLopezSouto

426K 75K 23.2K

Un francotirador es observador y calculador. Un francotirador es paciente y disciplinado. Un francotirador es... More

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
Epílogo

39

6.7K 1.5K 878
By SoniaLopezSouto

Únete a nosotros en:

https://www.facebook.com/groups/SoniaLopezSouto/

Sígueme en:

Facebook: Sonia López Souto

Instagram: @sonialopezsouto

Tik Tok: sonialopezsouto

Y si te gusta lo que lees, puedes adquirir mis otros libros en Amazon:

https://amzn.to/2XZaMdM
_____________________________________

-Los extranjeros - dice ahora en un inglés de acento marcado mirando a la cámara - no son bienvenidos en Siria.

Después de semejante declaración, un apenas perceptible movimiento de cabeza por su parte provoca que cuatro de los hombres que nos estaban apuntando se coloquen ahora justo detrás de nosotros. Mis músculos se preparan para lo que se avecina y mi mente trata de olvidar el dolor en la pierna. Voy a necesitar de toda mi energía para desarmar al soldado sin que la herida me lo impida.

-Decís que no hay jefe - nos habla ahora a nosotros -, pues todos morís ahora.

Curiosamente, lo primero que se me pasa por la cabeza en cuanto dice eso es que sabe más inglés del que nos hizo creer y que he perdido la apuesta contra a mí mismo. Es extraño cómo funciona la mente humana en situaciones de estrés máximo. Sin embargo mi cuerpo sigue preparado y cuando Lenox da la señal, reacciono automáticamente derribando al hombre que pretende ejecutarme.

Ya estoy sobre él desarmándolo y esquivando las balas cuando una fuerte explosión detrás de la puerta y el humo que sigue a su caída siembran todavía más el caos en la sala. Para cuando comienzan a entrar soldados gritando órdenes, claramente en inglés, a los insurgentes, la amenaza que pendía sobre nuestras cabezas está neutralizada y los cuatro tenemos armas con las que defendernos.

-No podrían haber llegado en mejor momento - grita eufórico Randy, derribando a un par de hombres.

Nolan se acerca a mí para ayudarme a caminar hacia la salida sin tener que apoyar demasiado mi pierna. Los soldados recién llegados nos rodean y cubren nuestro avance. El alivio que podamos sentir por ser rescatados queda relegado a un segundo plano mientras no salgamos de aquí. Porque los enemigos no dejan de aparecer por todas partes. Los disparos vuelan por encima de nuestras cabezas y algunos impactan tan cerca que casi puedes oírlos silbar antes de que destrocen las paredes. 

El ruido es infernal pero apenas nos afecta. Este es nuestro mundo, nuestro pan de cada día. Aunque admito que esta vez hemos estado cerca, muy cerca, de no ver un nuevo día. Cierto que somos conscientes de que algo así puede suceder pero con el paso del tiempo, al ir de misión en misión sin que pase nada malo, tu mente te va engañando, haciéndote creer que eres invencible. Nada más lejos de la realidad. 

Todos somos vulnerables, todos podemos morir en cualquier momento pero las posibilidades de que eso suceda en un trabajo como el nuestro se multiplican exponencialmente. Nunca más subestimaré lo que hacemos. Nunca más me tomaré a la ligera el peligro al que nos exponemos en cada una de las misiones que realizamos.

-Vamos, vamos, vamos - escucho gritar a alguien a mi lado -. Hay que salir de aquí cagando leches.

Es Ansel. Son sus hombres los que acompañan a los americanos en nuestro rescate y aunque no debería sorprenderme, lo hace. Tampoco me gusta que mi vida dependa de él. Sé que es de los mejores en su trabajo pero a mí no me inspira confianza. No hay forma humana en que esté tranquilo con él cerca, pero no me queda otra que seguir adelante y tratar de salir de aquí sin ninguna bala en mi cuerpo.

-¿Cómo vas? - Nolan me sostiene mientras dispara.

-Perfectamente - le miento. Creo que en cualquier momento mi pierna dejará de responder y arrastraré a Nolan al suelo conmigo -. Deberías soltarme.

-Ni de coña, Keenan - se niega -. Voy a llevarte de regreso a casa aunque eso me cueste la vida. Tu hijo te necesita allí.

-Y yo te necesito a ti - no me gusta que le dé más valor a mi vida que a la suya solo porque vaya a ser padre. Quiero conocer a mi hijo, cierto, pero no quiero perder a un amigo para ello. Me niego.

-Pues regresemos los dos de una pieza - dice disparando a nuestra derecha.

El camino hacia la salida no es fácil. Demasiados pasillos, demasiadas puertas, demasiados insurgentes que aparecen de la nada. El fuego enemigo no nos da tregua. Ansel y sus hombres nos cubren, con total profesionalidad debo admitir, mientras que Randy y Lenox van escoltados por el otro equipo de la SAS. Los americanos suplen un poco la diferencia en número, pero aún así nuestros enemigos parecen ser más. Por uno que matas, dos ocupan su lugar. Es como luchar contra una hidra a la que vas cortando cabezas y nunca dejan de crecer otras nuevas.

-Pide apoyo aéreo - le grito a  Ansel cuando veo lo que parece la salida del laberinto de pasillos por los que hemos estado corriendo. 

-Todavía no - se niega.

-Tardarán en llegar - insisto.

-Todavía no - dice él con determinación.

Una explosión no muy lejos de nosotros nos obliga a tirarnos al suelo. El dolor en mi pierna se intensifica y apenas consigo mantenerme consciente. Solo porque Nolan me obliga a levantarme, lo consigo. Esto es una mierda y Ansel lo disfruta como si se tratase del recreo en el colegio. Su actitud temeraria nos va a meter en problemas. 

-Los demás están fuera - me dice Nolan, como intentando animarme a continuar -. Solo unos metros más y barrerán de la faz de la tierra este maldito lugar.

-Todavía nos queda ponernos a salvo - le digo yo, pero apuro el paso tanto como puedo.

En cuanto traspasamos la puerta, Ansel pide el apoyo aéreo que tanto necesitamos. Es un cabrón prepotente que se cree intocable. Y puede que yo me haya sentido igual de invencible hasta ahora, pero jamás he puesto en peligro a mi gente por hacerme el héroe. Lo fulmino con la mirada para hacerle ver que debería haber actuado antes, sin embargo, ni se inmuta. No le importa nada más que demostrar lo bueno que es.

-Al punto de extracción - nos dice cuando comprueba que el resto del equipo ya va en camino.

Nos hemos separado en dos para reducir así las fuerzas enemigas, pero esa estrategia es un arma de doble filo porque también nosotros somos menos ahora. Corremos a través de las calles, aún incapaz de creerme que hayamos estado todo este tiempo en un maldito pueblo. Nos hacía en algún lugar de las montañas. Los coches nos sirven de protección cuando el tiroteo se intensifica y avanzamos en zigzag entre ellos para que les resulte más complicado alcanzarnos. 

No tardamos en ver a los Apache dirigirse hacia el edificio del que hemos escapado. Poco quedará de él ahora que están aquí, pero Ansel ha tardado tanto en avisarlos que seguimos siendo perseguidos por un gran número de insurgentes. Y lo peor es que él parece disfrutarlo, como si esa hubiese sido su intención. No sé cómo logra mantenerse con vida si este es su modo de operar siempre. Buscar el chute de adrenalina en lugares como este no es bueno.

-Cabrón - escucho decir por lo bajo a Nolan. Parece que estamos pensando lo mismo. Luego añade en alto -. Pide transporte, Ansel. Keenan está herido.

-También hay heridos entre mis hombres - es lo único que dice. Y aunque tiene razón, ninguno de ellos necesita ayuda para caminar ni ha estado días enteros luchando contra la fiebre, pero no diré nada, necesito todas mis reservas de fuerza para llegar al punto de extracción.

Entonces, cuando ya vemos los blindados a lo lejos y al otro grupo reorganizándose para cubrir nuestra llegada, comienza el fuego intenso. Las explosiones a nuestro alrededor se suceden sin descanso, destruyendo incluso paredes enteras. Los blindados responden al ataque para defendernos, pero eso nos mantiene en medio de la contienda, a merced de los cascotes que van cayendo sobre nosotros. Como si esquivar las balas no fuese suficiente. 

-Vamos - Ansel nos apremia al ver que somos más vulnerables ahora. Si no tuviese que concentrarme para que mi pierna siga moviéndose, le diría cuatro cosas. O le daría esa pelea que tanto tiempo lleva buscando conmigo. Desde que nos han rescatado no ha hecho nada a derechas y ahora nos toca pagarlo.

-Joder, Ansel - protesta Nolan cuando este tira de mí sin contemplaciones -. Eres un cabrón de mierda. No puedes...

Una explosión sobre nuestras cabezas nos tira al suelo a todos interrumpiéndolo. La nube de polvo nos ciega y provoca toses a más de uno. Intento levantarme, pero la pierna palpita y me dejo caer de nuevo, incapaz de contener un fuerte quejido. 

-Vamos - Nolan me ayuda -. Levanta, Keenan. Ya casi estamos.

Caminar por los escombros es matador para mi pierna a estas alturas y tropiezo en más de una ocasión, hasta que Nolan termina por cargar conmigo mientras el resto nos cubren. Los que ya estaban a salvo junto a los blindados se acercan a nosotros para ayudarnos cuando una nueva explosión casi consigue tirarnos de nuevo.

-Por aquí - escucho gritar a alguien, pero me cuesta enfocarlo. Estoy al límite de mis fuerzas.

La onda expansiva de una nueva bomba nos lanza por los aires y me quedo sin respiración al chocar contra el suelo. Varios trozos de pared caen sobre mí y el dolor me deja paralizado por unos segundos. Todo es caos a mi alrededor. Para cuando alguien consigue liberarme y me arrastra lejos de los restos del edificio, mis ojos se cierran y apenas escucho los gritos a mi alrededor. Suenan muy lejanos. En cuestión de segundos pierdo la consciencia.

Me despierto bañado en sudor y con el corazón a mil. Por un momento creo que sigo atrapado bajo los escombros, hasta que mis ojos se adaptan a la escasa luz del lugar y compruebo que es un hospital de campaña. Hay una venda limpia en mi pierna y otra luce ahora en mi cabeza; tengo cortes por mis brazos y la visión en uno de mis ojos es dificultosa, como si lo tuviese hinchado. La vía en mi brazo debe estar suministrándome algo para el dolor porque no siento ninguno a pesar de lo mal que me veo.

Busco a mis compañeros a mi alrededor, pero no reconozco a ninguno de los que duermen en las camas contiguas. Y aunque debería sentir alivio no dejo de pensar en que necesito verlos para asegurarme de que están todos bien. Con la última explosión todo se volvió confuso hasta que perdí el conocimiento.

Intento levantarme y un mareo me sobreviene, aún así lo consigo. Arranco la vía de mi brazo y voy dando saltos, apoyándome en cada una de las camas que tengo a mi alcance hasta que encuentro una muleta sobre una de ellas. Para cuando la alcanzo, mi respiración se ha acelerado, pero sigo sin sentir dolor. 

Al salir fuera el sol me ciega por un momento. Cubro mis ojos con la mano libre mientras espero a que se acostumbren a la claridad. Necesito encontrar a mis compañeros y asegurarme de que no hemos sufrido ninguna baja en el equipo.

-¿Qué diablos estás haciendo levantado, Keenan? - la voz de Lenox me alivia mucho antes de verlo. Ni siquiera me importa que me esté echando la bronca. Está vivo y bien y eso es lo importante -. Vas a regresar ahora mismo a la cama y vas a quedarte allí hasta que tramiten nuestro traslado a casa.

A casa. No lo había pensado, pero Lenox tiene razón, después de todo lo que nos ha pasado en los últimos días enviarnos a casa hasta que nos recuperemos es lo más sensato. Y por primera vez en mucho tiempo, la idea de irme a casa antes de terminar el servicio me apetece mucho. A casa. Donde podré por fin hablar con Helena y aclarar nuestra situación. Ya me siento ansioso solo de pensarlo. Y nervioso, por si los planes de Helena me alejan de ella y de nuestro hijo. Qué diablos, no lo permitiré.

-¿Me estás escuchando, Keenan?

-Claro - miento.

-Vamos - sujeta mi brazo con más delicadeza de la que cabría esperar al ver su cara de enfado -. Te acompaño a la cama.

-Nunca creí que me lo pedirías - rio. Me lanza una mirada furibunda y decido cambiar el tema -. ¿Dónde están los demás? ¿Están bien? Preferiría ir a verlos antes de regresar al hospital.

-Será mejor que te metas en la cama primero - su rostro serio empieza a preocuparme.

-¿Qué ocurre? - no quiero pensar en que haya pasado nada malo. No puede haber pasado nada malo.

-Vamos dentro.

-Una mierda - suelto mi brazo -. Vas a decirme ahora mismo lo que sucede.

-Vamos dentro - insiste.

-No me voy a mover de aquí, Lenox - cruzo mis brazos enganchando la muleta entre ellos. Ni siquiera me importa que la pierna empiece a doler un poco.

-Joder, Keenan, no seas tan cabezota y vamos dentro. Llevas tres días inconsciente, no estás bien.

A pesar de sus palabras mi determinación no flaquea y lanza un suspiro mientras pasa la mano por su cabello. Mis nervios aumentan, sobre todo porque no veo ni a Randy ni a Nolan por ningún lado. No quiero pensar lo peor, pero la actitud de Lenox me dice que ha sucedido algo terrible.

-Cuando estalló la última bomba el caos era total - empieza a explicarme -. Apenas veíamos con la polvareda que se formó. Los disparos provenían de todas partes y los enemigos se nos echaban encima. Alguien dijo que ya estábamos todos y nos largamos echando leches.

-¿A quién dejamos atrás? - pregunto para cortar su discurso.

-No solo atrás, Keenan. Sino aplastado bajo los escombros. Eso dijo Ansel.

-¿A quién?

- Nolan.

El mundo se me viene encima. Me cuesta respirar y apenas consigo mantenerme en pie. Lenox intenta sostenerme, pero me alejo de él. Necesito... joder, no sé qué necesito. 

-No puede ser - digo al fin con un hilo de voz -. Dime que es una maldita broma, Lenox.

-Ojalá lo fuese - sus palabras duelen.

-Joder - grito.

Mi mirada se pasea por el campamento sin saber bien qué buscar. Hasta que lo veo. Ansel Fisher. El culpable de que Nolan se haya quedado atrás. Y antes de que Lenox pueda prever lo que haré, uso la muleta para llegar más rápido hasta él. 

-Ansel - le grito unos pasos antes de alcanzarlo y en cuanto me mira, mi puño se estrella en su cara.

Doy saltos para estabilizarme porque no quiero apoyar demasiado la pierna. Pero en cuanto Ansel se recupera de la sorpresa, lo golpeo de nuevo. La tercera vez ya no lo alcanzo porque alguien me detiene. Veo a Randy por el rabillo del ojo y aunque me alegro de verlo bien, intento liberarme de él para seguir golpeando a Ansel.

-Hijo de puta - le grito cuando veo que no podré soltarme -. Nunca se deja atrás a un compañero.

-Estaba muerto - me dice limpiando la sangre de su rostro - ¿Creías que arriesgaría la vida de mis hombres por un muerto?

-Cabrón - intento soltarme de nuevo, pero no lo consigo -. Suéltame, Randy. Joder, suéltame.

-Basta, Keenan - intenta alejarme de allí, pero le cuesta incluso con mi pierna herida -. No merece la pena que te abran expediente por su culpa.

-Supéralo, Key.

Ahora es Lenox quien lo golpea. Para cuando su cuerpo da contra el suelo ya ha perdido el conocimiento.

-Vamos - ayuda a Randy a llevarme hasta el hospital y me obliga a recostarme -. ¿Estás bien?

-No, joder - grito. Es la única manera que tengo para contener las lágrimas -. Es Nolan. Maldita sea. Nolan.

Y me derrumbo. Mi mejor amigo ha muerto y yo no puede hacer nada para salvarlo.

Continue Reading

You'll Also Like

34.5K 2.9K 17
-¿Chris? -¿Chris, quien es Chris? -Pues tú. -¿Yo? No, yo soy Steve Rogers. -Claro que si, pero en las peliculas. -¿No existo? :0 -¿Que? ¿Quién r...
6.1K 985 26
𓍢ִ໋🌷͙֒ ; anton solo quería enamorar al chico bonito de instagram. ֶָ֢𐙚 social media ! 𐙚 mención d otras parejas ?maybe 𐙚 intento d humor 𐙚 ac...
1.6K 147 7
♥︎𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄♥︎ © OMEGAVERSE @ "𝙻𝚊 𝚟𝚒𝚍𝚊 𝚍𝚎 𝚌𝚊𝚜𝚊𝚍𝚘𝚜 𝚎𝚜 𝚝𝚊𝚗 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚎𝚝𝚎𝚗𝚒𝚍𝚊, 𝚢 𝚊𝚞́𝚗 𝚖𝚊́𝚜 𝚌𝚞𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚘𝚝�...