45

7.6K 1.4K 429
                                    

Únete a nosotros en:

https://www.facebook.com/groups/SoniaLopezSouto/

Sígueme en:

Facebook: Sonia López Souto

Instagram: @sonialopezsouto

Tik Tok: sonialopezsouto

Y si te gusta lo que lees, puedes adquirir mis otros libros en Amazon:

https://amzn.to/2XZaMdM
_____________________________________

-Joder - grito sin poder evitarlo.

Trato de controlar mi respiración, pero me cuesta un mundo. El dolor cruza mi pierna y sube por mi espalda. Por un momento creo que me partirá la cabeza en dos, sin embargo, remite poco a poco y sigo vivo.

La recuperación está siendo dura y el fisioterapeuta de la base no tiene piedad de mí. Me obliga a forzar la pierna al máximo y más allá incluso, claro que es mi culpa. Fui yo quien le dijo el primer día que quería terminar con aquello cuanto antes. Él solo se limita a hacerlo posible.

-Deja de quejarte y dobla más - me dice, volviendo a la carga, sin compadecerse ni una pizca.

-Dios, eso duele - mis manos aprietan la camilla y temo romperla por tanta presión.

-Tiene que doler - me mira entre divertido y profesional. Empiezo a odiar su cara. Y a todo él, sobre todo cuando me presiona hasta que logro alcanzar el objetivo fijado -. Has mejorado mucho, Keenan y solo llevamos mes y medio. Si sigues así, en un par de semanas más estarás como nuevo.

-Si no acabas antes conmigo - mi voz sale estrangulada por la fuerza que ejerce sobre mí -. Mierda. Para, para. No puedo.

-Claro que sí - y justo cuando creo que me romperá, afloja -. ¿Lo ves? No ha sido para tanto.

-Eso lo dices tú - me incorporo y apoyo las manos en mis muslos. Trato de regular mi respiración una vez más, pero me cuesta un par de minutos.

-Mañana saldremos a correr - me dice anotando los progresos en mi informe médico -. Creo que ya estás preparado.

-Aleluya - cualquier cosa será mejor que esta tortura.

-Puedes irte - sonríe mirando hacia la puerta -. Creo que alguien te espera fuera.

Me giro y veo a Helena hablando con el soldado de recepción. Ella no parece notar la mirada embobada que le lanza el hombre, pero yo sí lo hago. Y como soy un cabrón sin remordimientos, me acerco a ellos y rodeo los hombros de Helena antes de hablar.

-¿Acaso se estaba comiendo con los ojos a mi mujer, soldado? - permanezco serio y él se cuadra en la silla.

-Sí, señor. Quiero decir... no, señor. Lo siento, señor.

-No seas malo, Keenan - Helena sonríe -. Solo hablábamos, ¿verdad?

-Sí, señor. Digo... sí, señora.

-Que sea la última vez, soldado - le advierto.

-Sí, señor.

-Pobre hombre - Helena me golpea en el pecho en cuanto lo perdemos de vista -. Le has hecho pasar un mal rato.

-Estaba mirando a mi mujer - me encojo de hombros.

-Ese rol de macho en celo no te pega nada, Keenan - me mira divertida -. Eres más del tipo 'voy a joderlo solo porque puedo'.

-Qué bien me conoces, querida - detengo nuestro paso y la beso. Estaba deseando hacerlo desde que la vi frente a aquel mostrador -. ¿Que haces aquí?

-¿No puede tu mujer venir a verte? - alza una ceja -. Tenía que cerciorarme de que no había mujeres rondándote.

Nunca conmigoUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum