Nunca conmigo

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Helena

No sé si considerarlo un don o una maldición, pero suelo calar a la gente a la primera. Y desde luego Shea es una arpía con todas las letras. No tiene nada que ver con que vaya detrás de Keenan y sea tan evidente que hasta su hermano acabará por descubrir lo que pasó entre ellos si no se controla. Lo habría pensado de igual modo si el objeto de su interés fuese cualquier otra persona. Tiene más que ver con su actitud, su prepotencia, la forma en que se mueve entre los chicos. Como si fuese la reina del lugar, como si todas las demás mujeres tuviésemos que envidiarla y admirarla de lejos. Y como si los hombres tuviesen que adorarla solo a ella porque es única.

-Tuvieron una especie de relación en el instituto - me dice Lía mientras tomamos otra copa y vemos a los demás bailar. O intentarlo al menos - pero no salió bien. 

-Eso no es un capricho de instituto, Lía.

-Lo sé. Se acostaron hace unos cuantos años. Solo fue una noche pero Shea se hizo ilusiones. Creo que el único que no lo ve es Nolan.

-¿No has intentado hacérselo saber? - me mira con los ojos desorbitados - No me refiero a contarle lo que pasó entre su hermana y Keenan, sino la obsesión que tiene con él. 

-Nolan le resta importancia porque sabe que Keenan no está interesado en ella.

-Esto les estallará en la cara en algún momento.

-¿Por qué te interesa tanto? - entrecierra sus ojos y sé que ha llegado el momento de cambiar de tema - ¿Sientes algo por Keenan?

-Pena - le digo - Eso es lo que siento.

-Helena, creo que...

-Oye, ¿no es tu esposo el que está bailando con esa morenaza de cuerpo impresionante? - en cuanto Lía mira hacia la pista, añado - Ah, no. Falsa alarma. Tu esposo solo tiene ojos para ti. Y creo que está deseando que te unas a él en la pista. Vamos.

La tomo del brazo y caminamos hacia ellos. Lía me fulmina con la mirada pero en cuanto Cailean la abraza, se olvida de mí. Jamás he conocido a una pareja tan enamorada como ellos dos. Son muy distintos pero se complementan. Su matrimonio es pura armonía y todo el que pase cinco minutos con ellos lo ve.

En cuanto me veo libre de las preguntas de Lía me dedico a bailar con el resto y a terminarme mi copa. Creo que estoy bebiendo de más esta noche pero la actitud de Shea me está poniendo enferma. Si no quiero acabar diciéndole cuatro verdades a la cara, mejor me entretengo con el alcohol.

-Nosotros nos vamos ya, Helena - Lía me besa en la mejilla diez minutos más tarde - No dejes que se desmadren demasiado.

-A la más adecuada se lo dices - rio - Aprovecha esta noche que tienes a tu esposo para ti sola.

-Para dormir toda la noche del tirón - me dice.

-No serás capaz - su sonrojo me lo dice todo. La abrazo y me despido de ella y de Cailean. El muy pícaro me guiña un ojo haciéndome saber que ha escuchado nuestra conversación. 

Mientras se despiden del resto no puedo evitar sonreír como una tonta. Ver a Lía tan feliz y tan arropada por su nueva familia y sus amigos es maravilloso. Yo la sostuve mientras se derrumbaba tras la muerte de sus padres y no quiero que eso se repita. Ya sufrió demasiado en esta vida, ahora le toca disfrutarla.