Nunca conmigo

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-¿Cómo está mi ahijado? - sé que Lía me dirá algo por empezar así la conversación y contengo la risa hasta que la escucho.

-Buenos días a ti también, Helena.

-No has contestado a mi pregunta, comadre.

-Pasamos una semana sin hablar y ni me saludas - protesta.

-Buenos días, queridísima madre del mejor ahijado de este mundo - rio y finalmente Lía se me une.

-Eres imposible.

-Y tú me quieres tal y como soy - le respondo.

-Tu ahijado está bien. Y los demás también, por cierto - ignora mis palabras - ¿Qué tal tú?

-Cansada pero bien - admito.

-Tienes que bajar el ritmo, Helena - desde que le conté lo de mi mareo hace un par de semanas se ha estado preocupando. Poco importa que solo haya sido en aquella ocasión, ella quería que me hiciese todo tipo de pruebas para averiguar el por qué. Si no me ha llamado en más ocasiones para insistir es porque la editorial la tiene muy ocupada. Falta poco para el lanzamiento oficial de su libro y la mantienen atrapada en reuniones todos los días.

-Por dios, Lía. Solo fue un desmayo y hace semanas de eso. Fue un día caluroso y me excedí con el ejercicio bajo el sol, nada más. Tenía que pasar.

-Pues por eso mismo debes bajar el ritmo. No eres una máquina - guarda silencio antes de continuar -. No puedes ocupar tu mente a todas horas del día solo para evitar pensar en Raúl.

-No lo hago por eso - cierro los ojos e inspiro profundamente -. No solo por eso.

-¿Qué ocurre?

-Nada, Lía.

-Helena - su voz suena firme y se siente como cuando mi madre me reclamaba por algo.

-Oh, mierda - digo antes de confesarle la verdad -. No vayas a pensar lo que no es, ¿de acuerdo?

-Me estás preocupando, Helena.

-Es solo que me preocupo por Keenan. Y me muero por preguntarle cómo está pero no sé si puedo hacerlo. O si debo. O si es buena idea. O... yo que sé. Odio ser tan insegura.

-¿Insegura tú? - sí, yo tampoco me lo explico - ¿Qué fue lo que pasó entre vosotros?

-El problema no es lo que pasó, Lía. Ambos teníamos claro que seríamos solo amigos y padrinos de Evander. 

-¿Entonces?

-¿Los amigos de Keenan mantienen contacto con él cuando está fuera? - gimo -. Menuda pregunta de mierda.

-Helena - ríe -. No hay nada de malo en querer saber cómo está. Yo hablo con él todos los días. Al menos mientras esté en la base. Una vez se vaya al extranjero será él quien se ponga en contacto. A veces lo envían a lugares donde se necesita un teléfono vía satélite para realizar la llamada. 

-¿Todavía está en Escocia?

-Se marcha en dos días.

-Ni se te ocurra contarle nada de esto - la amenazo.