Nunca conmigo

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Después de tres días, sigo cumpliendo mi objetivo. No he dejado las bromas con Helena, pero guardo las distancias con ella. Claro que ha sido fácil porque nos hemos visto muy poco. Prácticamente ha estado acompañando a Lía en todas sus reuniones con la editorial. No sé cuál de las dos está más emocionada por la próxima publicación de su nuevo libro. Yo por mi parte, ya lo tengo en mi poder para llevármelo a Siria cuando se termine mi permiso.

He aprovechado estos días para organizar las prácticas de tiro que le prometí a Helena. Bueno, tampoco es que se las haya prometido específicamente pero sí dije que haría algo al respecto cuando insinuó que quería verme disparar. Me ha costado y he tenido que tirar de contactos para que nos permitan entrar en las Cairngorms y usar las viejas instalaciones militares que se construyeron en la Segunda Guerra Mundial para entrenar a los mejores tiradores y espías, pero lo he logrado. Me hubiese gustado poder decirle que los mejores fuimos nosotros, pero no. En este caso, los noruegos nos ganaron. 

Esas instalaciones me parecen el mejor lugar para llevarla. No sólo por la gran historia que hay detrás de ellas, sino porque los paisajes alrededor son impresionantes. Creo que le gustará. Y siguiendo con mi plan de mantenerme lejos de ella, invité a Cailean y Lía. Una salida en grupo de lo más inofensiva.

-Vamos, que es para hoy - apremio a Helena aún sabiendo que tenemos tiempo de sobras.

-No fastidies, Keenan - se está atando las botas de montaña.

-La puntualidad es esencial - contengo las ganas de reír.

-Pero si Cailean y Lía todavía no han llegado - protesta.

Tiene razón. Conociendo a Lía y su necesidad de llegar a los sitios con al menos diez minutos de antelación es extraño que no estén ya aquí. Busco mi teléfono para llamarlos y como si me leyese el pensamiento, es Cailean quien lo hace. Algo va mal, lo sé incluso antes de contestar.

-¿Qué ocurre? - pregunto - ¿Estáis todos bien?

-Hola a ti también, primo - dice. Suena tranquilo y me relajo un poco.

-Algo ha tenido que pasar para que no estéis ya aquí - aún así insisto.

-Y como siempre, tienes razón. Pero no es grave - añade antes de que pregunte de nuevo - Evander se levantó con fiebre y Lía no quiere dejarlo con la niñera.

-Y tú te quedas con ella - sentencio.

-Y yo me quedo con ella - casi puedo verlo asentir.

-Vale. Espero que no sea nada. Si hay algún problema, me llamas.

-Seguramente no sea más que algo pasajero, los bebés tienen fiebre muchas veces y en la mayoría de los casos se les pasa tan rápido como les vino. Lamento no poder ir, me apetecía mucho, pero tampoco quiero dejar sola a Lía.

-No te preocupes por eso y cuida de tu familia.

-Disfrutad del día.

-Llámame si empeora - le recuerdo.

-Lo haré.

Y en cuanto cuelgo, caigo en la cuenta de que Helena y yo pasaremos el día juntos. Solos. Justo lo que no quería. Esta será una dura prueba para mi determinación. Veremos cuán decidido estoy a que no pase nada entre nosotros.