9

7.6K 1.3K 499
                                    

Esta historia está completa y gratis en INKITT. Si quieres terminar de leerla, ve a la app y búscame por el mismo nombre que aquí: Sonia López Souto.

En breve empezaré a subir una historia inédita en esa app, así que sígueme allí para estar al tanto de las novedades...
_____________________________________

La ceremonia resulta de lo más divertida cuando Evander decide no colaborar. Tan pequeño y ya promete. Apenas logro contener la risa con el espectáculo que está montando y no puedo evitar pensar en que tiene a los padrinos perfectos para él. Cuántas cosas podré enseñarle, ya puedo imaginármelo. Va a ser estupendo.

Ignoro a propósito la advertencia en la mirada de Cailean, sabe perfectamente lo que estoy pensando y me limito a sonreír cuando mi ahijado le da una patada al reverendo. Por suerte para el hombre, es demasiado pequeño para lastimarlo. Mis ganas de reír aumentan cuando miro hacia Helena y la descubro tratando de ocultar su propia sonrisa. Le guiño un ojo y ella blanquea los suyos al segundo. Me encanta provocarla porque nunca me decepciona.

Lía mantiene el tipo a pesar de que todos la observan. Sé lo que le cuesta ser el centro de atención y dudo que lo esté pasando muy bien. Sobre todo porque Evander está reclamando todas las miradas y ella lo está cargando. Al final, después de escucharla suspirar media docena de veces, me apiado de ella y me ofrezco a sostenerlo lo que resta de ceremonia. Y aunque ya ha rechazado la ayuda de Cailean y Helena, yo no le doy opción. Simplemente tomo a mi ahijado en brazos después de la segunda negativa.

-Evan se portó muy mal - es lo primero que me dice Erin en cuanto termina la ceremonia.

-Es un bebé, Erin - le responde Helena, agachándose para hablar con ella.

En esa postura, su silueta se marca todavía más en su ajustado vestido. Tiene un cuerpo de infarto y no me importa admitirlo. Tampoco me preocupa que me descubra admirándola de pies a cabeza. Vergüenza es lo único que no tengo.

-Tenín que taparme la boca para no reírme - Erin está susurrando pero la escucho igualmente.

-Tuve - la corrige Helena - Sabes, yo también tuve que taparme la boca.

Erin se ríe y la abraza. Es una niña muy cariñosa. Y muy inquieta porque tan pronto la rodea con sus brazos como está corriendo en pos de su padre para que la coja en brazos, dejándome a solas con Helena y nuestro ahijado.

-¿Disfrutando las vistas? - me mira sonriente.

-Creí que no te darías cuenta - rio.

-Lo disimulaste muy bien - bromea, pues ambos sabemos que fui muy descarado - Pena que te delatase la baba que se te caía.

-Eso no es cierto - me defiendo, aunque tal vez no esté tan lejos de la realidad.

-Pobrecito tu ego - se burla mientras me roba a Evander - ¿Qué vamos a hacer con tu padrino, Evan? ¿Le damos un escarmiento o lo dejamos estar?

-O le dais un beso - sugiero.

-Ya te gustaría - ríe.

Aún así se acerca a mí y me besa en la mejilla antes de marcharse murmurando algo sobre hacer vida social con el resto de la familia. Yo prefiero mantenerme al margen porque mi padre está en medio de todos ellos y no tengo ganas de encontrármelo y tener que fingir que no nos vemos. Sería demasiado incómodo para todos. Más de lo que ya es ahora.

Decido llamar a Lenox. Al menos estaré entretenido unos cuantos minutos hablando de los chicos. Espero que al menos me conteste porque según sus planes anoche salían de fiesta y todo puede ser posible cuando la tropa se emborracha.

Nunca conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora