23

6.2K 1.3K 234
                                    

Únete a nosotros en:

https://www.facebook.com/groups/SoniaLopezSouto/

Sígueme en:

Facebook: Sonia López Souto

Instagram: @sonialopezsouto

Tik Tok: sonialopezsouto

Y si te gusta lo que lees, puedes adquirir mis otros libros en Amazon:

https://amzn.to/2XZaMdM
_____________________________________

La conversación con Keenan no dura más de un par de intercambios porque es de madrugada, estaba durmiendo y mañana tiene que levantarse al alba aunque sea domingo. Pero sobre todo, porque a su alrededor hay otras 63 personas que no tienen por qué despertarse solo porque yo quiera saber más de él. Pero es suficiente para saber que está bien y esperando a que los movilicen. Cuando se despide, lo hace prometiendo vengarse de mí antes de irse a Siria. 

Siria. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo al pensar en ello. Eso es un montón de peligro para él y sus compañeros. No dudo que estén preparados para enfrentarlo pero solo de pensar que podría ocurrir cualquier cosa y no precisamente buena, siento cómo se me oprime el corazón. No he podido olvidar aquella conversación donde me dijo que la muerte no era lo que más temía. ¿Y si caen en una emboscada? ¿Y si los acorralan y no tienen por dónde escapar? ¿Y si los capturan? Mi estómago se revuelve ante tantas posibilidades de que algo salga mal y termino vomitando. Suerte que estaba en el baño todavía. 

-Joder - me miro al espejo -, pero si solo bebí dos copas.

Creo que me ha afectado pensar en todo esto. O realmente estoy incubando algo como dice Lía. El lunes sin falta pido cita para hacerme unos análisis, de nada sirve retrasarlo. Pero ahora será mejor que me vaya a casa, lo de amanecer de fiesta lo dejaré para cuando me reponga de lo que sea que me está afectando. 

Además, todas mis amigas están ocupadas y yo me niego a buscarme un ligue solo para no pasar el resto de la noche sola. Envío un mensaje a cada una de las chicas con la esperanza de que alguna de ellas lo lea, pero dudando de que lo hagan hasta el día siguiente. Llamo a un taxi para que me lleve a casa y miro por la ventanilla todo el camino, con la mente dispersa. Ahora mismo prefiero no pensar en nada, porque mi mente no deja de ir en pos de Keenan en Siria.

Mi domingo se pasa entre comida basura, sofá y televisión. No tengo ganas de nada salvo de dormir y siendo una mujer tan activa, no me gusta sentirme tan frágil. Me preocupa tener algo grave, aunque me decanto por la anemia. No sería novedad. Mi médico me va a matar como sea eso. Lleva años peleando conmigo para que me cuide mejor y evitar así que recaiga pero como siempre, yo me olvido de todo en cuanto estoy recuperada. 

No recuerdo en qué momento de la tarde me dormí pero el sonido de mi teléfono me despierta sobresaltada. Por un momento me siento desorientada y mi corazón late con fuerza en mis oídos. ¿Tan arriba se ha ido del susto? Está todo oscuro salvo por el brillo de la televisión, que sigue encendida. Miro la hora antes de contestar. Son las 4 de la mañana. Maldita sea, las 4, será posible que haya dormido tanto.

-¿Sí? - froto mis ojos soñolientos.

-¿Lista para empezar el día, soldado? - es Keenan.

-Jódete - le digo sin pensar -. Son las cuatro de la mañana.

-Te dije que me vengaría - escucho voces de fondo y noto como si Keenan estuviese caminando.

-¿Qué haces levantado a estas horas? 

-Nos han movilizado antes de lo previsto - saluda a alguien antes de continuar hablando conmigo -. Nos vamos ya. 

Acabo de despejarme por completo. Ya se van a Siria y mi corazón se estruja al pensarlo. Trato de obviar el malestar y sigo hablando con él. Se escucha tan tranquilo que eso me relaja un poco. Incluso me da pie a bromear con él. Es algo que echo mucho de menos.

Nunca conmigoWhere stories live. Discover now