Nunca conmigo

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-Reunión en 5 - Lenox apenas asoma la cabeza en la tienda para avisarme y desaparece incluso antes de terminar de hablar. 

Me levanto como un resorte de la litera y dejo el libro de Lía bajo la almohada para continuarlo en cuanto tenga un momento libre. Ahora que por fin he podido empezarlo, estoy deseando leerlo entero. Está realmente interesante. Sin duda con este se ha lucido y tengo ganas de decírselo. Lo que me recuerda que esta semana no los he llamado todavía.

Llevamos ya tres meses en Siria y he procurado contactarlos al menos una vez por semana. Sé que por ellos la frecuencia sería mayor, y podría serlo porque las comunicaciones son bastante buenas en la zona, pero no quiero contarles gran cosa de este lugar y de lo que aquí hacemos así que las conversaciones serían demasiado unilaterales. Y tampoco es eso lo que se merecen.

Me encuentro con Nolan por el camino y lo golpeo en el hombro con mi puño arrancándole una muda protesta. Trata de devolvérmela pero lo esquivo y sonrío cuando me mira amenazante. Al entrar en la lona consigue poner un pie delante de los míos y evito la caída solo porque tengo un buen equilibrio. Su sonrisa de satisfacción rivaliza con la mía al golpearlo. Nos unimos al resto junto a la gran mesa del centro de la lona, la única suficientemente grande para albergar las reuniones con todos los equipos. Cuenta además con una pantalla proyectora para mostrarnos los mapas y datos de las misiones, y que nosotros solemos usar para ver películas todos juntos cuando nos lo permiten. A un lado de la misma está la centralita de comunicaciones operacionales. Siempre hay al menos un par de hombres controlándola, incluso si todas las patrullas están en la base. 

Nada más entrar veo a Ansel y su equipo. No sabía que los enviarían a Siria y no puedo evitar que un gesto de disgusto cruce mi rostro. Era lo único que me faltaba para que esto se volviese más insoportable. Por si no bastase haber aguantado durante tres meses el calor sofocante, la arena que se te cuela por todas partes, el sudor que pica y escuece y las interminables horas ociosas durante el día, ahora tendré que lidiar con su pésimo sentido del humor y sus ganas de provocarme en todo momento. 

Cuando observo al resto de mi equipo veo en sus miradas que están pensando lo mismo que yo. Randy incluso me da una palmada en la espalda cuando me siento a su lado, como si con eso pudiese reconfortarme o darme ánimos, no sé muy bien cuál de las dos opciones es. Yo simplemente miro al frente para no ver la sonrisa de suficiencia con que me obsequia Ansel cuando me ve. 

En muchas ocasiones llegué a arrepentirme de enfrentarlo aquella primera vez. Hubiese sido mucho mejor seguir pasando desapercibido para él, pero no pude detenerme. Cuando vi cómo trataba a aquel soldado, cómo lo humillaba solo porque no era lo suficientemente fuerte como para soportar el duro entrenamiento de las SAS, me rebelé. Ataqué a Ansel para defender a un hombre que a los dos días renunció. Y yo me gané un enemigo de por vida.

-Tenemos una nueva misión entre manos - el Mayor Austin comienza a hablar y todos guardamos silencio -. Al parecer la Resistencia Siria tiene intención de asaltar el sur de Alepo desde tierra en poco más de 72 horas en busca de alguien o algo. Todavía seguimos investigando acerca de ese dato.

Los chicos y yo nos miramos ansiosos. Esa es la información que interceptamos hace tres noches en aquella reunión clandestina. Me preguntaba cuándo nos harían partícipes a todos de las noticias, porque aunque se supone que en realidad no estamos aquí, ninguno de nosotros esperaba que nos dejasen al margen de algo así.