Nunca conmigo

By SoniaLopezSouto

426K 75K 23.2K

Un francotirador es observador y calculador. Un francotirador es paciente y disciplinado. Un francotirador es... More

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
Epílogo

31

6.8K 1.4K 397
By SoniaLopezSouto

Únete a nosotros en:

https://www.facebook.com/groups/SoniaLopezSouto/

Sígueme en:

Facebook: Sonia López Souto

Instagram: @sonialopezsouto

Tik Tok: sonialopezsouto

Y si te gusta lo que lees, puedes adquirir mis otros libros en Amazon:

https://amzn.to/2XZaMdM
_____________________________________

Helena

Creo que si no me escapo ahora mismo de la casa me volveré loca. Fiona es un encanto de mujer pero me tiene entre algodones y no puedo más. Necesito salir fuera o hacer cosas por mí misma. Por dios, estoy embarazada, no impedida. Agradezco todo lo que está haciendo por mí pero está logrando también que me sienta una inútil. Y una aprovechada. Todo eso en una sola semana, no quiero ni imaginar lo que serán los próximos meses.

La busco con la mirada para asegurarme de que no está en la cocina, antes de dejarle una nota en el frigorífico y escabullirme fuera. No quiero que se preocupe cuando no me encuentre en mi dormitorio descansando tal y como se supone que estoy haciendo, pero tampoco quiero decirle que me voy porque insistiría en acompañarme. Necesito un tiempo para mí misma.

Mis pasos me llevan hasta el parque donde aquel día llevamos Keenan y yo a Erin a jugar. Está lleno de niños que juegan y corretean de un lado para otro. Fácilmente podría imaginar a mi bebé entre ellos pero lo que no me atrevo a pensar es si seré la única que vigile sus pasos o su padre también nos acompañará. Procuro no dejar vagar mi mente por ahí porque el miedo a que no pueda hacerlo, aunque quisiera, me atenaza.

Hace algo más de una semana que no sabemos nada de Keenan, desde el día en que le dije que sería padre y salió de misión. Estoy aterrorizada porque le haya pasado algo malo y no me importa que Cailean trate de restarle importancia al asunto. Keenan prometió llamarme en cuanto pudiese y si no lo ha hecho todavía es porque algo malo se lo ha impedido. Lo noto en el pecho y en la boca del estómago.

Sé que estar tan preocupada no es bueno para el bebé pero tampoco puedo evitarlo. Hasta que hable con él no podré relajarme. Y esa es otra de las razones por las que necesito estar sola hoy. Fiona no me deja ni un solo minuto sola y tratar de mantener una sonrisa en los labios todo el tiempo es agotador. También ella está nerviosa, lo sé, aunque se niegue a admitirlo.

Mi mirada se pierde más allá del parque mientras permito a mi mente soñar despierta por un momento y fingir que todo está bien. Sin embargo, mis ojos captan algo o, mejor dicho, a alguien y me levanto como un resorte. Solo la vi una vez pero la reconocería en cualquier parte. Jessie MacKenzie es inolvidable, con su perenne mirada triste. Un pensamiento cruza mi mente mientras camino hacia ella casi sin darme cuenta de lo que hago. ¿Habrá hablado con su hijo alguna vez cuando él está fuera?

-Hola - la saludo antes de arrepentirme de ello.

-Hola - me mira con confusión por un momento hasta que esboza una sonrisa -. Eres la amiga de Lía, ¿verdad? La madrina de Evander.

-Esa soy yo - le sonrío de vuelta -. Helena Soler.

-Helena - asiente -. Cierto. No estaba segura del nombre.

Nos quedamos en silencio un momento, un silencio incómodo en el que ninguna de las dos sabe qué decir. Si lo hubiese pensado mejor, nunca le habría hablado, pero ahora ya está hecho y por más inexplicable que parezca, no quiero que se vaya todavía.

-¿Cómo está su esposo? - menuda pregunta de mierda la mía.

-Bien - sonríe y me siento aliviada -. Hoy ha venido a una reunión y me decidí a acompañarlo para dar una vuelta por la ciudad. Estar encerrada en casa con este tiempo tan maravilloso es pecado.

-Cierto.

-¿Has venido a ver a tu ahijado?

-Algo así - entonces entiendo por qué la saludé. Sentí el impulso de hablarle de su nieto aunque no lo haré sin hablar antes con Keenan. No debería hacerlo -. Me quedaré unos cuantos meses por aquí. Algo así como unas vacaciones largas.

-Lía también se vino por vacaciones y nunca llegó a irse - su sonrisa pícara le habría arrancado un sonrojo a mi amiga. Por suerte yo no soy tan fácil de avergonzar.

-Puede que me ocurra lo mismo - admito -. He estado pensando en establecerme aquí desde hace tiempo.

-Eso sería maravilloso - mira su reloj antes de continuar hablando - ¿Te apetece tomar un té conmigo? Todavía tengo tiempo y parece que necesitases sentarte.

Su mirada baja disimuladamente a mi vientre y entiendo que lo ha descubierto. Apenas se me nota pero ella ha sabido verlo. Ahora sí que me sonrojo ligeramente. Si ella supiese quién es el padre.

-Me encantaría. Es usted muy amable.

-Por favor, tutéame - su brazo rodea el mío y caminamos a la par hacia un pequeño local que hay unos metros más allá -. Me siento muy mayor cuando me tratan de usted.

-De acuerdo - sonrío.

La madre de Keenan es muy agradable y la charla con ella me anima. No puedo evitar imaginarnos en cenas familiares aunque sé que no sucederá porque Douglas no quiere saber nada de su hijo. Me da tanto coraje pensar en ello.

-¿Puedo preguntarte algo personal? - muerdo mi labio esperando escuchar una negativa.

-Claro - me anima.

-¿Cómo puedes soportar estar en medio del conflicto entre Keenan y su padre? Quiero decir - estoy empezando a arrepentirme por preguntarle al ver su cara -, yo no podría elegir a mi esposo antes que a mi hijo.

Inconscientemente llevo mis manos a mi vientre, como si así pudiese proteger a mi hijo de todo mal. Sé que para mí él irá siempre primero. Si Keenan decide no ser parte de su vida, yo le daré amor por los dos. Jamás permitiré que se sienta solo o falto de cariño.

-No ha sido una decisión fácil - me confiesa con pesar -. Amo a mi hijo por encima de todo pero no podía dejar a mi esposo solo. Sería su muerte. Keenan sabe por qué lo hice. Me entiende y lo acepta aunque nos duela a los dos no poder vernos.

-Pues yo creo que si te hubieses ido con Keenan, su padre habría dado su brazo a torcer mucho antes. Que tú sigas con él es como darle la razón, como alentarlo a que siga enfadado con su hijo.

-¿Y qué hago? - suena desesperada y yo tomo sus manos entre las mías -. Llevo doce años intentando que hable con su hijo pero su maldito orgullo escocés se lo impide. Amo a mi esposo y es un gran hombre aunque no lo creas, pero es tan terco.

-Yo le daría una lección y... - mi teléfono suena y contesto al ver que es Lía -. Disculpa un momento. Hola, Lía.

-Helena, ¿dónde estás? No estás en casa de Fiona.

-Estoy con la madre de Keenan. He salido a dar una vuelta por la ciudad y me la he encontrado. ¿Qué pasa?

-¿Se lo has dicho?

-No. Solo estamos tomando un té.

-Vale, bueno, no importa - parece nerviosa y eso me pone nerviosa a mí.

-¿Qué pasa, Lía?

-Vuelve a casa. Cailean y yo estamos aquí ya - vacila un momento antes continuar -. Dile a Jessie que venga contigo.

-Lía, estás empezando a asustarme. ¿Qué ocurre? ¿Es sobre Keenan?

-Tú ven a casa, por favor. Hablaremos aquí.

Pago la cuenta y Jessie me toma del brazo al ver que estoy tan pálida. Todos mis temores regresan a mí. Sé que tiene que ver con Keenan y que no es nada bueno. Si Jessie debe ir conmigo es porque se trata de él.

-Tranquilízate - me pide Jessie, mucho más calmada de lo que yo esperaría después de lo que me ha escuchado preguntar -. No es bueno para el bebé que te pongas tan tensa.

-Tienes razón - inspiro profundamente pero solo consigo que las lágrimas empañen mis ojos. En mi vida he pasado tanto miedo como ahora mismo.

-No saquemos conclusiones precipitadas - dice con dulzura, pasándome un pañuelo. Yo solo acierto a asentir.

Caminamos en silencio. Un silencio que me mata pero que tampoco me apetece romper porque nada de lo que diga me hará sentir mejor. Hasta que no sepa lo que ocurre no podré tranquilizarme.

-¿Puedo hacerte yo ahora una pregunta personal a ti, Helena? - me sobresalto al escucharla.

-Claro.

Ya estamos cerca de la casa de los padres de Cailean y ella ralentiza un poco el paso, supongo que para poder hablar conmigo en privado antes de reunirnos con los demás. Con la curiosidad casi se me olvida que probablemente nos vayan a dar una mala noticia sobre Keenan. Además Jessie parece muy tranquila. La admiro por ello.

-Ese bebé que esperas, ¿es mi nieto?

Mi boca se abre tanto que tengo miedo a que mi mandíbula se desencaje. ¿Cómo diablos pudo sacar esa conclusión? Vaya, es totalmente cierto, pero ni siquiera me conoce. Ni conoce la relación que tengo con su hijo. ¿O es que Keenan le habló de mí? No quiero hacerme falsas esperanzas así que no le responderé por ahora.

-¿Por qué piensas eso?

-Una madre sabe cuando su hijo se interesa por una chica - sonríe - y vi la complicidad que teníais en el bautizo de Evander. Y la forma tan encantadora en que lograste que las fotos con Keenan y Douglas no fuesen tensas. Nadie había hecho algo así por él antes. Y ahora, bueno, veo cuánto te preocupa que le haya sucedido algo malo a mi hijo. No sé si estoy en lo cierto pero creo que sientes algo muy fuerte por él y pensé que tal vez el sentimiento era mutuo.

-Vaya - me quedo sin palabras. Su razonamiento es tan acertado que no hay forma de refutarlo. Aunque en cuanto a los sentimientos de Keenan, dudo que sean como los míos -. No sé qué decir.

-Solo dime si voy a ser abuela - noto por primera vez que está nerviosa y me apiado de ella.

-Lo que pasa entre Keenan y yo no es tan sencillo de explicar - le digo -, pero sí, llevo un hijo suyo en mi vientre.

-¿Puedo? - extiende sus manos pidiendo permiso para tocarme.

-Claro - me resulta un tanto incómodo que quiera hacer eso porque por ahora apenas tengo barriga, pero no puedo negarme al ver la ilusión que le hace.

-Jamás creí que llegaría a ver este día - las lágrimas empañan sus ojos - ¿Ya sabes si es niño o niña?

-Todavía no, es muy pronto. Aunque en unos días tengo cita con el ecógrafo, tal vez ya pueda decirme algo.

-¿Podría ir contigo a la consulta? - otra vez esa esperanza que me impide negarle nada.

-Necesito ser sincera contigo, Jessie. Lo que pasó entre Keenan y yo debería haberse quedado en una simple aventura. Así lo decidimos los dos. Pero algo falló y ahora estoy embarazada. Keenan sabe que va a ser padre pero no hemos podido hablar de ello como nos gustaría. No sé si querrá formar parte de la vida de su hijo o no. Y no sé si...

-Pero yo sí quiero hacerlo - me interrumpe -, si tú me lo permites. Hace tiempo que me resigné a no tener nietos. Mi hijo está tan centrado en demostrarle a su padre que eligió bien que no vive su vida en pleno. Sé que hará lo correcto llegado el momento pero aunque no lo hiciese, yo quiero formar parte de la vida de mi nieto. Quiero consentirlo y mimarlo. Y quiero ayudarte en todo lo que necesites, Helena. Permíteme ser una abuela feliz.

-Si me lo pides así cómo negarme - sonrío.

-Gracias, Helena - me abraza y tardo en responder porque no me lo esperaba. Todo esto está resultando un tanto difícil de digerir. Ojalá con Keenan fuese tan fácil -. Ahora vamos. Nos estarán esperando.

Me sonríe nerviosa y aprieta mi mano con la suya. A pesar de que parecía tan tranquila, ahora sé que solo es una coraza que ha estado perfeccionando desde que Keenan es francotirador. Si yo sufro ahora por él, cuánto no lo habrá hecho ella durante estos doce años. Y la rabia me inunda al pensar en que ha tenido que pasar por eso sola, sin el apoyo de su esposo. Por el maldito orgullo escocés.

Bueno, pues Douglas MacKenzie no conoce el genio gallego pero lo va a hacer pronto. De eso puede estar seguro. Se acabó el ignorar a su hijo y hacer sufrir a su esposa. Aquí estoy yo para hacerlo reaccionar, aunque tenga que tirarle de las orejas como a un niño pequeño. O darle una patada en su trasero escocés. Keenan no va a esperar otros doce años para tener a su padre a su lado y desde luego, Douglas tendrá que demostrarle a su hijo lo orgulloso que está de él y de todo lo que ha logrado.

-¿Se lo dirás a Douglas? - le pregunto antes de traspasar la puerta principal.

-Solo cuando tú me des permiso - responde.

-Bien - asiento. Por ahora no merece saberlo.

-Ya estáis aquí - Lía parece ansiosa -. Vamos, nos están esperando.

-No nos asustes, Lía - le pido pero ya está tirando de mí hacia el salón. Jessie todavía me sujeta la mano así que la arrastro con nosotras.

Alpin está sentado junto a Fiona y tiene su brazo rodeándole los hombros mientras le susurra algo. Ambos parecen preocupados. Cailean se pasea por el cuarto inquieto, supongo que esperando por nosotras. En cuanto entramos, todos nos miran.

-¿Qué ocurre? - pregunto casi sin voz.

-Siéntate - me pide Cailean y eso me preocupa mucho más.

Jessie se acerca a Alpin y Fiona para sentarse con ellos. Alpin la rodea también a ella con el brazo libre. Lía me abraza mientras Cailean se sitúa delante de todos nosotros para hablar. Creo que hasta ahora nadie sabe lo que pasa aunque todos imaginamos lo que va a decir.

-Me han llamado hace una hora - comienza - para decirme que el helicóptero en que viajaba el equipo de Keenan se ha estrellado.

Lo que más temía en esta vida ha sucedido. Me falta el aire y la cabeza me da vueltas. Lo último que escucho antes de desmayarme es el grito angustiado de Jessie.

Continue Reading

You'll Also Like

14.2K 2.4K 42
Seokmin, junto a su hermano Seungcheol, descubrirán algo que jamás esperaron. Llegarán unas voces místicas y hermosas para acompañarlos en su trayect...
981K 26.5K 31
Cuando las personas que más amas, te rompen, es difícil volver a unir esos pedazos. Victoria Brown, creía que cuando amas, la brecha para perderte a...
34.5K 2.9K 17
-¿Chris? -¿Chris, quien es Chris? -Pues tú. -¿Yo? No, yo soy Steve Rogers. -Claro que si, pero en las peliculas. -¿No existo? :0 -¿Que? ¿Quién r...
6.6M 322K 104
El prominente abogado Bastian Davis conocido como "El Lobo de Minnesota" ha decidido casarse con unas de las hijas de Rob Walton y todo para unir fue...