Aclaración importante: Este libro (y por lo tanto esta trilogía) fue publicado a finales de 2016, mucho antes de que se publicara la sinopsis de "Los Crímenes de Grindelwald", así que esta historia tendrá variaciones con respecto a todo lo que ocurra en esa película.
Disclaimer: Fantastic Beasts and Where to Find Them pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro
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CRÓNICAS DE UN MAGIZOÓLOGO
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╔╝FINALES DE 1925╔╝
╔╝60╔╝
╔╝EL MAGIZOÓLOGO╔╝
Luego de aquella conversación con la cantinera del bar "Nix", Newt regresó a su casa en un estado de cansancio mental, causado por el trago, por haberse reído hasta llorar y por el frío. Durmió hasta la tarde del día siguiente y al despertar, se sentía como si realmente hubiera descansado, algo que no le ocurría desde que Amina había fallecido. Esa pesadez que sentía sobre los ojos todo el tiempo había desaparecido por completo y ya podía pensar con tranquilidad. En un frenético ataque de energía, bajó a su maleta canturreando y alimentó a sus criaturas sin poder quitarse una sonrisa de su rostro. Se sentía bastante alegre así que aprovechó para ordenar su oficina y recoger las herramientas que dejaba tiradas entre los ambientes del interior de su maleta. Cuando terminó con eso, se dirigió directamente hacia el rincón oscuro, dónde ningún ambiente había sido creado aún y dónde reposaba en silencio el casco burbuja con el Obscurus dentro.
Le quitó la tela que lo hacía invisible y se acercó a él, hasta que lo tuvo en frente de su rostro. La masa negra, similar a un humo o a un velo, se retorcía sobre sí misma y emitía pequeños chasquidos cuando tocaba los bordes del casco burbuja. Newt levantó su mano, como si fuera a acariciarlo, pero no lo hizo, así que volvió a bajarla.
― Hola, Amina ― le dijo al Obscurus ―. Siento no haber venido a verte antes.
Y con eso, se puso a trabajar. Expandió el sector oscuro, lo iluminó y lo recubrió con tierra. Miró varios libros que tenía en sus libreros en busca de hechizos que se usaran para fabricar nieve, como lo hacían en el techo del castillo de Hogwarts. Tardó alrededor de cuatro horas, pero por fin, consiguió crear un ambiente de nieve, donde los copos blancos caían por todas partes a períodos irregulares. Allí hacía frío y Newt, que no llevaba más que un pantalón, zapatos y la camisa empezó a sentir las bajas temperaturas, pero no le molestó. Con su varita, hizo levitar el casco burbuja hasta el centro del lugar que acababa de crear y se quedó a su lado, contemplando lo que había hecho. Hacer eso, era lo último que podía hacer por la memoria de Amina.
― ¿Te gusta? ― preguntó al aire, aunque en realidad se dirigía a ella, al Obscurus ―. Sé que querías vivir en la nieve.
El silencio le respondió. Se llevó la mano al pecho y sintió que un par de lágrimas se le salían de los ojos. Pero él sabía que quizás sería una de las últimas veces en que lloraría por Amina. Se enjugó las lágrimas y miró de nuevo al Obscurus.
― Siento mucho no haberte podido salvar ― con sus manos, señaló la nieve y las montañas ―. Al menos pude cumplirte esta promesa.
Al poco tiempo, Newt recibió respuestas de las cartas que había enviado. El señor Worme lo regañó durante dos hojas de carta y luego le pidió una fecha para encontrarse con él y ver un boceto de su libro. Theseus le contestó que estaba feliz de oír sobre él otra vez y lo invitó a pasar las fiestas en su casa, a lo cual Newt aceptó de muy buena gana. Tánica también lo regañó durante gran parte de la carta por no haberse mantenido más en contacto, pero al final de la misma, le dijo que lo extrañaba mucho y que fuera a visitarla cuanto antes. En cuanto a Dumbledore, este le envió una carta y una caja con objetos, tal como había hecho hace cuatro años, antes de que todo hubiera pasado.
"Estimado Señor Scamander
Me alegra volver a escuchar de usted y respeto su decisión de seguir investigando todo este asunto. Sepa disculparme una vez más por lo ocurrido en Sudán.
Sé que no desea hablar demasiado conmigo así que tan sólo le enviaré un poco de información que pude recolectar para sus próximos viajes.
Felices fiestas
Profesor Albus Dumbledore"
En la caja, Newt encontró mapas de lugares que aún no había visitado, dinero muggle y recortes de periódicos de distintas partes del mundo, aunque la mayoría pertenecía a diarios de Guinea Ecuatorial y Estados Unidos. El magizoólogo supuso entonces, que esos serían buenos lugares para comenzar sus viajes nuevamente. Quizás viajaría durante un año, pero quería primero pasar las fiestas con su hermano y su familia, de ser posible.
╔╝COMIENZOS DE 1926╔╝
Tras Navidad y Año Nuevo, Newt se encontraba lleno de energía y con fuerzas renovadas. Había pasado las fiestas en casa de su hermano, adonde acudieron sus padres y su cuñada, quién para Año Nuevo, ya estaba embarazada de dos meses. Theseus, completamente feliz por el bebé en camino estaba tan radiante como su esposa Tánica. A Newt lo ponía muy bien verlos tan felices. Fue una época de relajación para él, quien había estado los últimos años viajando por todas partes y siendo perseguido por cazadores y contrabandistas.
Para febrero de ese año, finalmente llegó el día en que Newt partiría de viaje otra vez. Theseus no pudo ir a despedirlo al puerto ya que lo habían asignado a una misión en el Ministerio y estaba de viaje por Alemania, así que Tánica fue quien lo acompañó. Ella ya tenía el cabello rubio largo por la cintura y la barriga se le notaba bajo su ropa, dándole un aspecto muy maternal.
― Los muggles adoran correr para todas partes cuando tienen que viajar ― comentó ella, mientras iban caminando para llegar a la plataforma en dónde saldría el barco que Newt iba a tomar.
― Es que ellos no pueden aparecerse dónde deseen y si salen tarde, corren verdadero riesgo de no llegar a su destino ― contestó él.
― Yo creí que era porque les emocionaba viajar ―. Tánica le dio un golpe amistoso en el brazo ― ¿Y tú?
― ¿Y yo qué?
― ¿No estás emocionado por tu nuevo viaje? ―. Ella levantó un pulgar y le sonrió.
― Algo, supongo que sí ―. Newt se encogió de hombros ―. Supongo que he viajado demasiado en estos tiempos.
― ¡Ay pobre de ti, que miseria de vida! ― exclamó ella.
― No seas exagerada ― la frenó él, riendo ―. Eres una payasa.
― No te veo muy animado de viajar. Quería que te rieras. Mírate, haciéndote el adulto.
― ¡No me hago el adulto! Soy un niño con permiso para beber ― bromeó él.
― Ay cállate, si tú no bebes.
― Pero tengo permiso y podría beber si quisiera. Tú, en cambio, no puedes.
― Por el bebé ―. Tánica señaló su barriga y Newt le sonrió.
― Te volverás una mamá muy gruñona, ya lo verás.
― Vete al diablo.
Ambos se miraron a los ojos y comenzaron a reírse mientras seguían caminando. Newt había extrañado a su amiga y estaba agradecido de poder despedirse de ella esta vez. Rápidamente, divisaron la fila que él tenía que hacer para que le revisaran la maleta. Aún muy despistado, Newt recordó que no había cambiado las perillas gastadas de la maleta así que deseó que no se abriera de pronto mientras la revisaban, pero el guarda muggle la revisó con tranquilidad y le dejó pasar. Al menos la perilla que decía "Apto para muggles" no había dejado de funcionar.
― Te irás otra vez ― murmuró Tánica ―. Te voy a extrañar, Newt.
― Y yo a ti ―. Él carraspeó y abrió sus brazos ―. Ven, dame un abrazo.
― ¡Estaba esperando que me lo pidieras! ― exclamó ella y saltó a abrazarlo. Se quedaron así durante unos minutos hasta que se separaron.
― Te escribiré en cuánto pueda.
― Más te vale. No olvides que tienes gente aquí que se preocupa por ti ― le regañó ella, moviendo un dedo amenazadoramente.
― ¿Ves lo que te dije? Mamá gruñona.
Tánica le dio un golpe en la frente.
― Ya, basta de decirme así ― le pidió la chica y se acarició la barriga, con dulzura ―. ¿De verdad lo crees?
― No ― admitió él ―. Creo que serás una buena madre, Tánica.
― Gracias, la verdad es que estoy muy emocionada por esto ―. Ella se mordió el labio inferior ―. No puedo creer que vaya a ser mamá y que tú seas el tío de este bebé. Aún no hemos decidido con Theseus como se va a llamar.
― Pues, si es niño le pueden poner Newt y si es niña le pueden poner... Newtina.
― ¡Ese nombre es horrible para una niña, malvado!
Ambos se rieron una vez más y se quedaron mirándose a los ojos.
― Mira hasta dónde nos trajo la vida ― le comentó ella.
― Ha pasado mucho en esta vida y aún falta más ― dijo él ―. No puedo creer lo largo que tienes el cabello.
― ¿Recuerdas lo corto que lo tenía cuando nos conocimos? ― preguntó Tánica, tomando un largo mechón rubio con uno de sus dedos.
― Estaba como por aquí ―. Newt se tocó la oreja.
― Ahora que lo pienso, nunca te conté por qué dejé de cortármelo.
― No sabía qué había algo que contarme ¿Tiene una razón eso?
― Pues sí ―. Tánica hizo una pausa, como si estuviera recordando una historia ―. Poco antes de conocerte, yo tenía el cabello largo y también tenía un novio. Estaba muy enamorada de ese chico, pero él terminó dejándome y rompiéndome el corazón. Entonces, en una especie de impulso, corrí a cortarme el cabello. A decir verdad, ese corte no me quedaba tan bien, no sé bien por qué lo hice. Supongo que buscaba cambiar. Desde entonces, me lo recortaba todos los meses y mi papá todo el tiempo me preguntaba por qué lo hacía. Yo le dije, en broma, que lo tendría así hasta que encontrara a un buen hombre. Era un chiste, pero él se lo tomó muy en serio y dijo que en cuánto viera que yo tenía el cabello largo, que iría a buscar a ese hombre y lo amenazaría para que no me lastimara.
― Eso suena muy como tu padre ― razonó Newt.
― Estoy segura de que lo hubiera hecho ― dijo Tánica y suspiró ―. También estoy segura de que él hubiera estado feliz de verme con el cabello largo. Quisiera que él hubiera conocido a Theseus y su futuro nieto o nieta.
― Hubiera estado feliz de ser abuelo ―. Newt le puso la mano en el hombro a su amiga ―. No te preocupes, Tánica, él seguro hubiera estado muy orgulloso de ti.
― Eso espero ―. Ella le sonrió ―. Haré lo posible para que así sea.
La sirena del barco los devolvió a la realidad. Un guarda del barco estaba llamando a los pasajeros, quienes presurosos iban subiendo una escalerilla para entrar en la embarcación.
― Supongo que ya debo irme ― dijo él, empuñando con fuerza su maleta.
― Cuídate ¿Sí? ―. Tánica le apretó la mano con cariño y luego lo soltó ―. Recuerda escribir.
― Lo haré. Cuida a ese bebé, Tánica. Espero volver pronto.
Y con un último adiós, Newt se subió al barco. Mientras este zarpaba, él se acercó a una de las barandillas y se apoyó en ella. Eran las cinco de la tarde, pero el sol ya empezaba a caer en el horizonte, reflejándose en el agua con un brillo espectacular. Fue entonces cuando la emoción le recorrió el vientre ya que todo su ser sabía que se encontraba en la entrada de otra gran aventura. Después de todo, eso era lo que él era. Él era un aventurero que iba detrás de las criaturas mágicas.
Él era un magizoólogo.
╔╝Continuará╔╝
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NOTA DE AUTORA
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Biografía de Newt Scamander: "Newt comenzó un viaje de un año para documentar a las criaturas mágicas y sus hábitats naturales en 1925. Luego de dejar Guinea Ecuatorial, Scamander llegó a Nueva York en diciembre de 1926 para lo que pensaba que sería una breve parada. Sin embargo, cuando un No-Maj llamado Jacob Kowalski accidentalmente abrió su maleta, conteniendo varias criaturas dentro, el episodio se volvió un incidente de mayores proporciones (ya que las relaciones entre las comunidades mágica y no mágica en Estados Unidos ya estaban tensas debido a la presencia de un grupo muggle de fanáticos extremistas, la Nueva Sociedad Filantrópica de Salem), requiriendo la intervención del Magicongreso Único de la Sociedad Americana. Mientras estaba en Nueva York, Scamander también conoció a su futura esposa, Tina Goldstein, así como a su hermana, Queenie".
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Gracias por entrar a este escrito. Si quieres leer más sobre el mundo de Animales Fantásticos, entra a mis historias "Una luz en la oscuridad", "Obliviate" y "Pensamiento Blanco". Los comentarios serán apreciados.
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Cereza Queenie