Aclaración importante: Este libro (y por lo tanto esta trilogía) fue publicado a finales de 2016, mucho antes de que se publicara la sinopsis de "Los Crímenes de Grindelwald", así que esta historia tendrá variaciones con respecto a todo lo que ocurra en esa película.
Disclaimer: Fantastic Beasts and Where to Find Them pertenece a sus respectivos dueños. Sólo escribo por placer y sin fines de lucro
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CRÓNICAS DE UN MAGIZOÓLOGO
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╔╝ENERO DE 1925╔╝
╔╝54╔╝
╔╝EL PRIMER DÍA╔╝
La cara de asombro de Amina cuando le mostró el interior de la maleta fue una de las cosas más bonitas que Newt había visto en su vida. Irradiaba toda la luz de la inocencia, quizás por un instante, ella había olvidado todo lo malo que le había sucedido y el joven Scamander se sintió contento de ser quien le acercara aquella alegría. A pesar de que estuvieran escondidos, no tenía motivo alguno para esconder el secreto de su maleta con la pequeña. No era como si ella fuera a delatarlo ante nadie. Fue así como, el primer día que estuvieron escondidos en el desierto, decidió bajar a alimentar a todas sus criaturas mágicas y a llevar a Amina con él. Le mostró todos y cada uno de los animales que albergaba en su maleta y le contó datos interesantes sobre ellas mientras la niña escuchaba en silencio, aunque sus ojos llenos de luz e ilusión, decían todo lo que callaba. Caminaban juntos por los hábitats, Newt iba por delante y ella, tomada de su mano, seguía sus pasos.
― ¿Y? ¿Qué te pareció? ― preguntó él, una vez que dieron la vuelta completa al lugar y retornaron al punto de entrada.
― No puedo creer que existan cosas tan extrañas en este mundo ― musitó la pequeña y emitió una sonrisa ―. Parte de mí creía que estaba loca por creer en la magia, pero gracias a usted ahora sé que la magia es real.
― Me estás dando mucho crédito, Amina ― respondió Newt, algo sonrojado ―. La magia está dentro de ti. Yo voy a ayudarte a aprender a usarla ¿Subimos?
― Claro.
Amina era una persona muy peculiar, pensaba el joven magizoólogo. A veces hablaba demasiado, era como si todas las palabras que antes había tenido que guardar en su interior salieran de pronto despedidas de su boca, en una especie de explosión verbal. Por el contrario, en otras ocasiones, guardaba un silencio tan sepulcral que él dudaba que ella estuviera verdaderamente allí. Esa personalidad tan dual que tenía la niña despertaba una genuina curiosidad en Newt, quien sentía que aún tenía muchas responsabilidades sobre sus hombros y muchas dudas sin respuesta alguna.
La noche de ese primer día, ella se encontraba recostada en una cama que él tenía en la tienda. Se la había cedido para que descansara con comodidad y se había armado una cama temporal para sí mismo en un sillón que estaba algo destartalado, pero que le serviría para dormir. Habían cenado hacía un par de horas y ya era bastante tarde, pero la niña aún se encontraba con los ojos bien abiertos mirando el techo de la tienda con una expresión algo perdida.
Newt, quien tampoco tenía mucho sueño y pensaba trabajar un poco en su escrito esa noche, se dio cuenta de que compartían el insomnio y tuvo una idea. Tomó el libro que había quedado sobre una mesita de café, un libro de tapa negra gastado. En la portada se leía, "Un gran estudio de la oscuridad" y no se veía el nombre de ningún autor. Se acercó a la cama y se sentó cerca de Amina.
― ¿Tienes problemas para dormir?
— Un poco — contestó la niña, encogiéndose de hombros. Newt emitió una breve risita.
— ¿La cama está cómoda? No habrás quedado con hambre ¿O sí?
― No, no es eso ― dijo ella, negando con su cabeza ―. Aún trato de acostumbrarme a todo esto. Estar afuera en lugar de estar en la jaula. Es algo muy raro ¿Sabe?
― No puedo siquiera imaginarme por lo que has pasado, Amina, y sé que te será difícil olvidarlo, pero haré todo lo que esté a mis manos para ayudarte ―. Newt le mostró el libro que traía consigo y se lo ofreció. Amina sólo lo sostuvo con sus manos ―. Ten, te traje esto. Es un libro que habla sobre los niños como tú. Pensé que podría interesarte.
― ¿Sobre niños que tienen el... obs... os?
― Se llama Obscurus ― aclaró él ―. Quizás quieras saber más sobre la cosa invisible que sale de ti.
Amina miró el libro que sostenía como si mirara un objeto sumamente extraño y pasó la palma de su mano izquierda sobre ella. Parecía querer absorber el conocimiento del libro sin tener que abrirlo.
― Me gustaría leerlo, en serio, pero... La verdad es que no sé leer ― explicó Amina, con un poco de tristeza en la voz y devolviéndole el libro―. No fui al colegio y tampoco nadie me enseñó.
― Ya veo, disculpa, debí haberte preguntado.
— Soy yo quien puede leer los pensamientos, señor Scamander, no usted — bromeó la niña.
― Eso es cierto —. Newt abrió el libro de todos modos y buscó la página que hablaba sobre el Obscurus ―. Eso no significa que no puedas aprender sobre esto.
― No tiene que leerlo para mí, sé que usted dijo que iba a trabajar en su escrito ― dijo ella, haciendo un gesto negativo con ambas manos, más por cordialidad que por incomodidad ―. Leí en su mente que iba a estar ocupado esta noche escribiendo.
― Te lo voy a leer si me lo permites, Amina. Necesitas saber más sobre ti misma ― declaró él, levantando una ceja. No se dio cuenta, pero la estaba mirando a los ojos, algo que Newt no podía hacer con cualquiera. Amina se reclinó sobre la almohada y sonrió.
― Usted es una buena persona... Lo escucharé con mucha atención.
― Está bien ―. Él se aclaró la garganta y leyó lo que decía el libro en voz alta ―. Conocemos por Obscurus a la energía reprimida de un niño mágico. Es una fuerza oscura y parasitaria, que se alimenta de las emociones negativas del niño que habita. El huésped de esta oscura fuerza se llama Obscurial. Un Obscurus se crea cuando el niño se ve obligado a reprimir su talento a través de abuso físico o psicológico. Esta energía puede manifestarse como una entidad separada que puede estallar en una furia violenta, destructiva. Cuando un Obscurial pierde el control, la fuerza del Obscurus es liberada, a menudo centrándose en la causa del tormento del Obscurial, pero también causando destrucción en su estela. Normalmente, los Obscurials son magos muy poderosos porque su magia ha sido tan concentrada en su interior que pueden utilizarla de manera descontrolada, pero con efectos similares a las de un mago adulto y entrenado. Suelen ser habilidosos en la magia no verbal, ya sea conjurando la levitación de objetos, legeremancia, clemencia, metamorfosis y otros tipos.
― Por eso puedo leer su mente, señor Scamander ― interrumpió Amina ―. Cuando era más chica incluso podía mover las cosas si lo pensaba demasiado.
— ¿De verdad podías mover objetos con tu mente? — quiso saber el joven Scamander, esperando poder conseguir que Amina le contara más sobre sí misma.
— Bueno, sí. Movía las cortinas de la casa, los tenedores y algunos cojines de sillón — le contó ella, emocionada, aunque su voz se apagó de pronto, como si recordara algo malo —. Luego dejé de hacerlo porque me dijeron que era algo malo.
― La represión de la magia no es algo saludable ya que eso es lo que crea el Obscurus ― le explicó Newt.
― El escudo que hay alrededor de la tienda... ¿Eso es magia, señor Scamander? ― preguntó ella, dirigiendo su vista hacia la entrada de la carpa. Allá afuera, el aire fresco de la noche entraba sin cuidado.
― Lo es ¿Por qué?
― El otro día... Usted había puesto un escudo parecido en la habitación del bar donde nos llevó cuando fue a comprar comida ¿No es cierto?
― Pues sí, pero cuando volví el escudo ya no estaba. Supongo que no lo conjuré tan bien como había pensado.
― No, no creo que lo haya hecho mal ― declaró Amina. Por algún motivo desconocido, la niña se contempló los dedos unos segundos y después siguió hablando ―. Yo lo rompí.
— ¿A qué te refieres con que...?
— Yo rompí el escudo, señor Scamander — insistió —. Cuando me desperté y vi que estaba sola en el cuarto, me enojé mucho. Creí que usted me había abandonado ahí a propósito y que me había mentido cuando dijo que me pondría en un lugar seguro. Vi el escudo y pensé en que quería salir de allí. Entonces, el escudo se desvaneció.
― ¿Sólo lo pensaste? ― preguntó el hombre, asombrado.
― Creí que era algo normal hacer eso. Puedo hacer magia, después de todo.
― Amina, los escudos de magia son invisibles para casi todos los magos. Hay que entrenar mucho para poder verlos a simple vista y también para romperlos. Pero tú sólo lo pensaste y ya.
— Pues sí ¿Eso que significa?
Él se aclaró la garganta, estaba emocionado por descubrir la magnitud de poderes mágicos que una Obscurial poseía, pero no podía dejarse llevar demasiado lejos por su curiosidad. Estaba hablando con una niña que fue maltratada horriblemente debido a su magia al fin y al cabo.
― Que puedas hacer esas cosas significa que quizás eres muy poderosa, Amina.
— ¿De verdad? — preguntó Amina, sonriendo.
— De verdad.
― Es verdaderamente increíble.
― ¿Quieres que siga leyendo? Si algo de lo que dice el libro te incomoda, no dudes en avisarme y lo leeremos en otro momento.
― Siga, por favor.
― El Obscurus puede ser en gran medida invisible. Puede aparecer como una especie de manto viscoso que se rodea del Obscurial. Cuando ataca, puede llevarse a su Obscurial con él o puede salir solo por un breve período de tiempo. Cuando la condición emocional del Obscurial empeora, el Obscurus puede aparecer como una entidad incorpórea y amorfa con la apariencia de una nube negra fluida. Algunos lo describen como un "viento negro" o "masa negra". También hay casos en que una cara emerge brevemente de la entidad sombría o una imagen brillante blanca del anfitrión aparece dentro de ella.
El tamaño y fuerza de un Obscurus depende del poder innato de su anfitrión; entre más poderoso un Obscurial, es más poderoso su Obscurus. Cuando un Obscurial alcanza su punto de ruptura emocional y mental, pueden perder completamente el control y transformarse físicamente en un Obscu...
― Pare, por favor ― lo frenó ella, levantando su mano. La niña estaba temblando y tenía una mirada de terror en su rostro ―. Una vez... Salí de la jaula. No quería salir, en serio. No quería lastimar a nadie.
― Tranquila, Amina. Leeremos más mañana ― trató él de tranquilizarla, mientras cerraba el libro y lo dejaba en el suelo ―. Lo que sea que hayas hecho, no fue tu culpa.
De pronto, Amina comenzó a respirar de una forma muy agitada y se abrazó a las rodillas.
― No quería... No quería matarlos. No quería, no quería... ― murmuraba mientras lagrimones caían de sus grandes ojos, empapándole las mejillas. Newt no esperaba que ella reaccionara de ese modo por lo no sabía qué hacer. Sin meditarlo demasiado, simplemente la abrazó.
― No fue tu culpa, Amina. No fuiste tú ― le dijo él, en voz baja ―. No fuiste tú.
― Es que estaba tan... Enojada ― siguió ella, sin parar de llorar. Había amargura en su voz infantil ―. Quería que ellos me dejaran en paz, quería que se fueran, que dejaran de gritar. Pero le juro que no quería matarlos. La cosa invisible salió de la jaula, pero parecía como si yo la controlara, como si yo fuera la cosa invisible. Los levanté por el aire, los apreté hasta que dejaron de respirar y luego cayeron al suelo. Se veía todo como si hubiera sido una pesadilla, pero cuando me calmé, todo había ocurrido de verdad.
― Escúchame, Amina ―. Newt se apartó de ella y le limpió las lágrimas con el dorso de su mano ―. Las personas que te apresaron te hicieron esto. Ellas crearon a la cosa invisible en tu interior. Ellas fueron las responsables.
— ¿Sí?
— Sí. Pero tú puedes cambiarlo. No tienes por qué obligarte a seguir de este modo — afirmó Scamander. Amina había dejado de temblar, parecía realmente confiar en lo que él decía —. Yo... Yo te ayudaré a mejorar y haremos que el Obscurus no vuelva a salir y que no vuelva a lastimar a nadie ¿Sí? Pero necesito que pongas de tu parte ¿Comprendes?
Ella asintió y se tomó algunos minutos para dejar de llorar.
― Gracias, señor Scamander. No sé qué es lo que haría sin usted ― le agradeció la niña ahora que ya se había tranquilizado. Luego, soltó un largo bostezo ―. Creo que ahora sí tengo sueño.
― Bien, descansa, Amina. Seguiremos leyendo más mañana ¿Te parece?
— Claro.
— Buenas noches... ― Newt le acarició la cabeza con ternura y dejó que la pequeña se fuera a dormir.
Una vez que Amina estuvo profundamente dormida, Newt salió de la tienda de campaña a tomar aire y observó el horizonte que extendía en frente de él. Aún era de noche, no había nubes y hacía bastante frío. Comprobó que los hechizos protectores que los ocultaban de ojos muggles e intromisiones indeseadas todavía siguieran allí. Él no podía ver el escudo alrededor de la tienda sin un hechizo revelador como Amina, pero sabía dónde lo había puesto. Sí, el escudo aun los protegía. Suspiró, estaba algo nervioso.
Pensó en Grindelwald y en Dumbledore. En cuánto tuviera noticias de su profesor, podría intentar volver a Inglaterra, llevar a Amina con una familia que la cuidara y la quisiera. Con algo de suerte, la niña incluso podría ir a Hogwarts, podría aprender magia allí. Suspiró una vez más, estremeciéndose ante la brisa nocturna.
"Todo va a salir bien" se dijo a sí mismo, volviéndose a meter en la tienda.
╔╝Continuará╔╝
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NOTA DE AUTORA
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El fragmento que Newt lee del libro ficticio "Una gran estudio de la oscuridad", fue escrito mezclando información oficial sobre los Obscurus con más datos que son de mi autoría.
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Gracias por entrar a este escrito. Si quieres leer más sobre el mundo de Animales Fantásticos, entra a mis historias "Una luz en la oscuridad", "Obliviate" y "Pensamiento Blanco". Los comentarios serán apreciados.
Cereza Queenie