Nunca conmigo

By SoniaLopezSouto

426K 75K 23.2K

Un francotirador es observador y calculador. Un francotirador es paciente y disciplinado. Un francotirador es... More

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
Epílogo

28

7.2K 1.4K 502
By SoniaLopezSouto

Únete a nosotros en:

https://www.facebook.com/groups/SoniaLopezSouto/

Sígueme en:

Facebook: Sonia López Souto

Instagram: @sonialopezsouto

Tik Tok: sonialopezsouto

Y si te gusta lo que lees, puedes adquirir mis otros libros en Amazon:

https://amzn.to/2XZaMdM
_____________________________________

Helena

Erin juega despreocupada en el parque mientras Lía habla con Cailean no muy lejos de donde yo estoy sentada. Creo que están planeando el modo de convencerme de que me vaya con ellos a Inverness. Y no es que yo no quiera ir pero solo de pensar en todo el papeleo que implicará que lleven allí el control de mi embarazo me da dolor de cabeza. De todas formas, creo que acabaré por aceptar su oferta porque si me quedo tendré que pasar por todo esto sola y no me siento con fuerzas suficientes para hacerlo.

Si ni siquiera he podido decírselo a mi hermano. Tengo tanto miedo a su reacción que creo que simplemente se lo diré cuando haya nacido. O cuando regrese de su competición porque, conociéndolo, es capaz de abandonarla para venir a echarme la bronca o para obligarme a darle el nombre del padre para una visita de cortesía. O tal vez me sorprenda y se alegre de tener un sobrino. O sobrina. En realidad no sé cómo reaccionará y eso me asusta mucho.

Al igual que me asustaba decírselo a Keenan. Ahora me arrepiento de haberlo hecho justo antes de irse a una misión. No sé en qué diablos estaba pensando para soltárselo así, sin más, sin tiempo para asimilarlo o hablarlo con calma. Por más que Cailean me asegure que no afectará a su trabajo, yo no puedo dejar de preocuparme por si lo hace. Ahora mismo ni siquiera me importa si está o no dispuesto a participar en la vida de su hijo, solo quiero que regrese sano y salvo de Siria.

Aunque debo admitir que me encantaría que fuese un padre para el bebé incluso aunque yo no sea para él nada más que la madre de su hijo y su amiga como hasta ahora. Pero claro, no soy imparcial en esto. Ya no. Al menos no cuando lo que siento por él es mucho más fuerte que la amistad que empezamos compartiendo hace tres meses.

No quise que sucediese, ese había sido el trato, pero tampoco pude impedirlo. No sé cómo o cuándo sucedió, ni con Raúl fue tan rápido, pero me enamoré de Keenan. De sus bromas y provocaciones, de su sonrisa fácil, de su carácter aparentemente despreocupado pero que encierra a un hombre que quiere lo mejor para los suyos. Me enamoré de su sentido del honor, de su perseverancia. De su determinación a la hora de conseguir lo que quiere. Pero sobre todo, me enamoré de lo especial que me hacía sentir cuando estaba con él. No creo que lo hiciese a propósito, es más, dudo siquiera que fuese consciente de ello, pero yo sí lo noté. Y caí redonda ante su encanto.

No lo supe en aquel momento porque estaba centrada en convencerlo, y convencerme, de que una noche juntos no cambiaría nada entre nosotros. Con el paso de los días, su ausencia se hizo más notoria y con cada mensaje o llamada que recibía fui consciente de que se llevó mi corazón con él cuando se fue a Siria. Ahora cada vez que pienso en él siento auténtico pavor por que no regrese nunca. Ni siquiera quiero que vuelva para poder decirle que lo quiero, no creo que le sentase bien saberlo. Solo quiero verlo y abrazarlo, asegurarme de que está a salvo. Y presentarle a su hijo, independientemente de que quiera ser un padre para él o no. No voy a recriminarle por ello aunque yo lo quiera a mi lado. Decida lo que decida, lo aceptaré.

Mis manos van instintivamente a mi vientre. Empieza a abultarse ligeramente pero todavía puedo disimularlo con ropa floja aunque, ahora que asumí que voy a ser madre, estoy deseando que mi tripa crezca y que el bebé comience a moverse. Estoy ansiosa por sentirlo pero sobre todo, por tenerlo en mis brazos y darle todo el amor que se merece. Puede que no fuese planeado, pero sí es muy deseado ahora. Por mi parte, jamás sentirá la falta de amor. Y espero que tampoco lo haga por parte de su padre.

-Helena.

Alguien me llama y aunque no lo veo, sé perfectamente de quién se trata. Me tenso al momento. Llevaba más de dos meses sin saber de él y creí que ya se había resignado a que lo nuestro se ha acabado. Me levanto y voy hacia él en cuanto lo localizo porque no quiero que Lía o Cailean lo vean. Puedo manejarlo sola.

-¿Qué haces aquí? - un parque infantil no es el lugar dónde normalmente te encontrarías a Raúl.

Lo observo por unos segundos. Su cabello está más largo ahora y algunos mechones rebeldes tratan de cubrir sus ojos. Lleva ropa de deporte así que imagino que va a correr. Antes solíamos hacerlo juntos. No deja de moverse en el sitio y solo por eso sé que está nervioso.

-Te vi a lo lejos - me mira de pies a cabeza y sus ojos se detienen en mis manos, que están protegiendo todavía mi vientre. Ni siquiera lo había notado hasta que él me lo hace saber. Las aparto rápidamente.

-Si vas a empezar con tus...

-Solo quería hablar contigo - me interrumpe -. Sin discusiones.

Su mirada viaja de mi rostro a mi vientre en varias ocasiones y ahora soy yo la que se empieza a poner nerviosa. Aunque la ropa lo oculta, él parece saber la verdad. Me remuevo inquieta y trato de no llevar mis manos hasta donde está mi hijo para no confirmarle lo que sus ojos parecen estar preguntándome.

-¿Es mío? - pregunta.

-¿Qué? - mis ojos se abren casi tanto como mi boca.

-Te estuve observando antes de saludarte, Helena. Y tengo tres hermanas mayores, sé de lo que hablo. ¿Es mío? ¿Al final resultó que aquel test de embarazo era tuyo? - que lo pregunte sin acusarme me sorprende. Sobre todo después de nuestros últimos encuentros, donde todo eran recriminaciones y gritos. Solo por eso decido contestar sin reprocharle nada, solo con la verdad.

-Aquel test no era mío. Nunca te mentiría sobre eso, Raúl.

-Pero sí que estás embarazada - sus ojos brillan de un modo que no sé interpretar - ¿Es mío?

-No - mantengo la cabeza en alto al responder. No le permitiré que dude de mi respuesta.

-¿Del tío escocés? - vislumbro una ráfaga de resentimiento en sus ojos pero trato de ignorarlo porque no quiero llamar la atención sobre nosotros. Mucho menos con Cailean y Lía tan cerca. Solo quiero terminar esta conversación y que se vaya por donde ha venido antes de que acabemos a gritos como siempre. Aunque esta vez parece que algo ha cambiado y está mucho más calmado.

-Eso no es asunto tuyo - me defiendo -. Mi vida y lo que haga con ella dejó de ser relevante para ti desde el momento en que rompimos.

-Desde el momento en que tú rompiste conmigo - aprieta la mandíbula para controlarse. No puedo negar que me está sorprendiendo su actitud.

-No quiero discutir contigo, Raúl.

-Nunca me diste la oportunidad de compensarte.

-No hay nada que compensar. La confianza es la base de toda relación y tú no confiabas en mí. Esa es la única verdad. Ya te dije que yo no puedo estar con alguien que piensa que sería capaz de usar a un niño para conseguir lo que quiero. Me dolió que me creyeses tan rastrera como para engañarte de ese modo. Me conoces perfectamente, Raúl, sabes cuánto me afecta que los niños lo pasen mal. ¿De verdad creías que podría utilizar a uno en mi beneficio?

-Me equivoqué.

-Y ambos pagamos por ello.

-Al parecer yo lo pagué más que tú - su mirada regresa a mi vientre y ahora sí lo cubro con mis manos.

-Será mejor que te vayas.

-Perdona. No quería... - aprieta el puente de su nariz con los dedos -. Esto es una mierda. No va a funcionar.

-¿De qué estás hablando? - ahora ya no entiendo nada.

-Mis hermanas me han estado dando la lata con que debería hablar contigo - me explica -, sin gritos. Para cerrar este capítulo de mi vida y poder continuar adelante, dicen. Pero no va a servir de nada. Tú nunca me vas a perdonar y yo no quiero continuar sin ti.

-Si lo que quieres es mi perdón, lo tienes, Raúl. A pesar de lo que creas, no te odio ni te guardo rencor por lo que pasó - y me sorprendo al decirlo porque hasta ahora creía que sí lo hacía. Supongo que hablar como personas civilizadas cambia la perspectiva de la situación -. Solo que no puedo fingir que no pasó y seguir contigo como si nada. Siempre tendré la duda de si sucederá de nuevo. Tal vez en un futuro podamos volver a ser amigos, no lo sé. Pero no ahora mismo. Lo siento.

-Yo no quiero ser tu amigo, Helena.

-Yo no puedo ser nada más, Raúl.

Me mira por unos interminables segundos hasta que se pasa la mano por el pelo y asiente. Se gira para alejarse de mí pero en el último momento se arrepiente y me alcanza. Antes de que pueda reaccionar, me sujeta por la nuca y me besa. Dura apenas unos segundos pero se siente muy intenso. Después me suelta y retrocede un paso.

-Adiós, Helena - se gira y se va, dejándome totalmente sorprendida con todo lo que acaba de ocurrir.

-¿Estás bien? - Lía está a mi lado y me mira con preocupación mientras mueve el carro de Evander para mantenerlo dormido.

-Sí - la tranquilizo -. Solo hablábamos.

-A mí no me pareció que solo hablaseis - dice Cailean, que está justo detrás de Lía, cargando a Erin en brazos. Parece enfadado.

-Supongo que... - miro en la dirección en que se fue Raúl - acabamos de despedirnos para siempre.

-¿Y estás bien con eso? - Lía acaricia mi brazo.

-Sí - extrañamente lo estoy.

-Volvamos a casa - sugiere Cailean -. Todavía tenemos mucho que organizar.

-¿Para qué? - lo miro curiosa.

-Para que te puedas venir con nosotros a Inverness, por supuesto. ¿No creerías que te dejaríamos pasar por esto sola?

-Todo el papeleo...

-De eso me encargo yo - me interrumpe estirando su mano hacia mí -. Cailean MacKenzie, su nuevo abogado de oficio, señorita Soler. O de beneficio porque en este caso tengo intereses personales en el asunto.

Me guiña un ojo y yo sonrío. Por un momento siento el impulso de blanquear los ojos y eso me trae el recuerdo de las cientos de veces que lo hice cuando Keenan me guiñaba el suyo. Lo extraño mucho y tengo demasiado miedo por él. Parece que Cailean lo nota porque me rodea con su brazo y me atrae hacia él en un cálido abrazo.

-Todo saldrá bien, Helena. Ya lo verás.

-Ojalá yo tuviese tu confianza, Cailean.

-Eso es porque es la primera vez que lo vives - sonríe -. Deja que pasen unas cuantas más y serás inmune.

-No lo será, Cailean - protesta Lía -. Pero aprenderás a vivir con ello. O al menos a no morirte de ansiedad esperando una llamada suya que confirme que está bien.

-Sí que sabéis cómo animarme - protesto.

-Keenan es como Superman - dice Erin, que viaja encantada en los hombros de su padre -. Las balas le rebotan en el pecho. Me lo dijo él.

No podemos evitar sonreír ante su inocencia. Y a mí me encantaría ser como ella, ajena al peligro real que acecha a Keenan. Solo pensar en que una de esas balas pueda no rebotar en su pecho sino alojarse en él me hace temblar de miedo. Mi brazo rodea el de Cailean porque necesito apoyo para no caerme al suelo. Mis piernas parecen gelatina en este momento.

-Creía que los escoceses sentíamos atracción inmediata por las gallegas pero al parecer va en ambos sentidos - dice Cailean mirándome de una manera tan significativa que sé que lo sabe.

-¿Tan evidente es?

-Digamos que alguien me dio una pista no hace mucho y acabo de confirmarla - sus ojos viajan hasta Lía y ella, ajena a nuestra conversación, simplemente le sonríe.

Y yo no me extraño de que Lía sepa que estoy enamorada de Keenan. Ella siempre fue muy perceptiva en cuanto a mis sentimientos. Mucho antes de que le dijese que Raúl y yo lo intentaríamos en serio, ella me lo advirtió. No la creí, por supuesto, pero al final tuve que darle la razón. Ahora acertó de nuevo.

-No importa mucho lo que yo sienta por él, Cailean - le confieso -. No voy a obligar a nada a tu primo. Decidirá lo que quiera con respecto al bebé y yo lo aceptaré.

-Suerte para ti que yo no voy a dejarle desentenderse de su hijo - me guiña el ojo y me advierte con la mirada que no diga nada cuando intento hablar -. Keenan no sabe lo que quiere, Helena. Se ha centrado tanto en demostrarle a mi tío que se equivocaba que no ve más allá de eso. Necesita que alguien le abra los ojos y vuestro bebé lo hará. Y puedo asegurarte que cuando vea lo maravilloso que es ser padre, se fijará en la estupenda madre de su hijo.

-No, Cailean - empiezo a advertirle.

-Yo no haré nada - me interrumpe -. Eso ya lo has estado haciendo tú muy bien, solo que él es tan terco que se niega a verlo.

-No creo que me haya visto como algo más, Cailean.

-Te miraba como yo miro a Lía, Helena. Sé de lo que hablo.

-Te equivocas, Cailean. Keenan no es de los que se enamoran.

-¿Quieres apostar algo?

Continue Reading

You'll Also Like

1.6K 146 7
♥︎𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄♥︎ © OMEGAVERSE @ "𝙻𝚊 𝚟𝚒𝚍𝚊 𝚍𝚎 𝚌𝚊𝚜𝚊𝚍𝚘𝚜 𝚎𝚜 𝚝𝚊𝚗 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚎𝚝𝚎𝚗𝚒𝚍𝚊, 𝚢 𝚊𝚞́𝚗 𝚖𝚊́𝚜 𝚌𝚞𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚘𝚝�...
14.2K 2.4K 42
Seokmin, junto a su hermano Seungcheol, descubrirán algo que jamás esperaron. Llegarán unas voces místicas y hermosas para acompañarlos en su trayect...
149K 9.9K 41
« Dos seres dominantes unidos por el poder » La líder de un imperio Ruso ,Keira Vólkova ,despiadada , cruel, fría, entrenada por su padre al ser su...
3.7M 160K 132
Ella está completamente rota. Yo tengo la manía de querer repararlo todo. Ella es un perfecto desastre. Yo trato de estar planificada. Mi manía e...