Nunca conmigo

By SoniaLopezSouto

426K 75K 23.2K

Un francotirador es observador y calculador. Un francotirador es paciente y disciplinado. Un francotirador es... More

1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
Epílogo

16

7.2K 1.4K 432
By SoniaLopezSouto

Únete a nosotros en:

https://www.facebook.com/groups/SoniaLopezSouto/

Sígueme en:

Facebook: Sonia López Souto

Instagram: @sonialopezsouto

Tik Tok: sonialopezsouto

Y si te gusta lo que lees, puedes adquirir mis otros libros en Amazon:

https://amzn.to/2XZaMdM
_____________________________________

-¿Necesitas ayuda?

-Fíjate - Helena me sonríe mientras se sienta encima de su maleta - me vienes de perlas. Ciérrala por mí, por favor. No sé cómo lo hago pero en el regreso siempre me cuesta más guardarlo todo, incluso llevando las mismas cosas que traía.

Me acerco a ella y cierro la maleta. Me quedo a propósito entre sus piernas una vez termino, de modo que no pueda levantarse si no me aparto. Tengo intención de darle un buen beso de despedida y me lo ha puesto a huevo al pedirme ayuda. La veo alzar una ceja, como esperando a que retroceda pero no lo hago. Simplemente le sonrío.

-Gracias por la ayuda - me dice - pero ahora necesito levantarme. Aunque no lo creas, esta maleta no es nada cómoda como silla.

-Pues lo parece - bromeo con ella.

-Intercambiemos puestos y lo compruebas - me sugiere.

-Tengo un plan mejor - me inclino sobre ella para susurrarle al oído - Quiero darte una buena despedida para que te acuerdes de mí cuando estés en Galicia.

-Créeme - me susurra a su vez - en cuanto suba al avión habré olvidado hasta tu nombre.

-Comprobémoslo - le digo antes de besarla.

Soy deliberadamente lento saboreando sus labios. Mis manos continúan a ambos lados de la maleta y las suyas están sosteniéndola sobre ella. Ciertamente no debe ser muy cómodo estar ahí sentada pero ahora mismo estoy más concentrado en disfrutar del último beso que nos daremos Helena y yo. Al menos uno que implique tener mi boca contra su boca.

-Creo que puedes hacerlo mejor, soldado - me reta y yo respondo tirando de ella hacia mí.

-Francotirador - replico. 

La llevo prácticamente en el aire hasta una de las paredes de su habitación, cerrando la puerta a nuestro paso y la aplasto contra ella para que sienta todo mi cuerpo pegado al suyo. Intensifico el beso y mis manos recorren su cuerpo ansiosas por tocarla en todas partes. Siento cómo sus manos tiran de mi camiseta y me separo lo justo para que pueda sacármela antes de atacar de nuevo su boca. Helena me acaba de dar permiso para hacerla mía una vez más y no voy a desaprovecharlo.

-Ahora sí me acordaré de ti - me dice en cuanto entro en ella - Mierda, Keenan, bésame porque quiero gritar y no debo.

Me trago cada uno de sus gemidos y alguno mío también. Debemos ser silenciosos y eso me excita todavía más. Es tan intenso lo que estoy sintiendo que apenas consigo aguantar hasta que Helena alcanza su orgasmo. Si llega a tardar un poco más habría quedado como un inútil en nuestra última vez. Como un maldito principiante.

-Creo que tendrás que peinarte un poco también - me burlo de ella después de disfrutar de las vistas mientras colocaba su ropa interior, que le saqué aún no sé bien cómo ni cuándo.

-Qué fácil lo tenéis los tíos - protesta - Nadie diría que acabas de tener el mejor sexo de tu vida.

-¿Quién dice que haya sido el mejor sexo de mi vida?

-Lo dice la que te lo ha dado.

-En ese caso - sonrío - tendrá que ser cierto.

-Desde luego - se acerca y lame la comisura de mi boca - No podrás olvidarte de mí en mucho tiempo.

Se mete en el baño de la habitación para peinarse y yo inspiro profundamente tratando de relajarme porque mi amigo ha empezado a protestar en mis pantalones como si no hubiese tenido hace unos momentos el mejor sexo de su vida. Helena es todo provocación y no sé cómo podré resistirme la próxima vez que nos veamos. Pero debo hacerlo. Un trato es un trato.

-¿Bajamos? - me dice en cuanto sale ya peinada. Nadie que la vea ahora adivinaría jamás lo que hemos estado haciendo hasta hace un momento.

-Bajamos - le ofrezco mi brazo.

Cuando llegamos a las escaleras, escuchamos a Evander llorar en el cuarto de al lado. Nuestro ahijado se ha despertado por fin y Helena sonríe encantada antes de entrar para cogerlo en brazos. Yo me quedo apoyado en el marco de la puerta observándolos. Definitivamente Helena adora a los niños, no hay más que verla con Evander. O con cualquier otro niño. Se desvive por ellos.

-Le sienta bien en los brazos - Fiona está a mi lado sonriendo - ¿no crees?

-A Helena todo le sienta bien, tía - le guiño un ojo y ella menea la cabeza.

-Lía está ansiosa por ver al pequeño - me dice - Me costó convencerla de que me dejase subir a mí a por él. No tardéis mucho en bajarlo.

Tal y como llegó, se va. En silencio. Y yo observo a Helena un poco más, mientras le cambia el pañal a nuestro ahijado, antes de decirle que Lía quiere recuperar a su hijo. Se ve tan feliz con Evander que me da pena quitárselo tan pronto. Después de todo, a saber cuándo puede volver a verlo y Lía lo tendrá para ella solita todo el tiempo a partir de ahora.

-Hora de ir con mami - dice ella girándose hacia la salida - ¿El padrino quiere cogerlo un poquito en brazos?

-El padrino podrá hacerlo más veces antes de irse - sonrío - así que dejemos que la madrina lo disfrute ahora.

-Que tierno el padrino - me golpea con la cadera al pasar por mi lado.

-No decías lo mismo hace un rato.

-Hace un rato estaba dejando mi huella en tu mente - me saca la lengua.

-Evander - digo más serio de lo que estoy en realidad - cuidado con las mujeres como tu madrina. Son peligrosas.

-Trátanos bien - le dice ella - y verás cómo desaparece el peligro.

-Tomaré nota yo también - rio.

Al entrar en la cocina, ya está allí el resto del grupo también. Con todo lo que hemos estado haciendo arriba ya es casi la hora de comer y ni me había dado cuenta. Lía se acerca a nosotros pero su atención está en Evander. Amor de madre, contra eso no se puede luchar.

-¿Cómo amanecisteis? - pregunto a mis compañeros.

Lenox se ve más fresco que los demás y Anna me sonríe cuando la beso en la mejilla. Es una mujer callada y discreta pero se hace querer al momento. Siempre que vamos a su casa nos acoge como si fuésemos de la familia. Y supongo que en parte es cierto, yo los considero así a todos ellos.

-Nosotros nos fuimos antes de que os desmadraseis - me recuerda Lenox - Así que mejor pregúntales a estos dos.

-No hace falta preguntarles - rio - Se les ve en la cara que necesitan varias horas más de sueño.

-Tú te ves muy despejado - protesta Randy - ¿cómo lo haces?

-Tengo mis trucos - le guiño un ojo a Helena sin que me vean y ella blanquea los suyos. Echaré de menos eso.

-La comida está lista - nos anuncia Alpin - Será mejor pasar al comedor o Fiona se pondrá hecha una furia por dejarla enfriar.

-Te he oído, cariño - lo reprende mi tía pero con la sonrisa bailando en sus labios. Hay tanto amor en su matrimonio que es imposible no admirarlos por ello. Esta es otra pareja bien avenida. 

No me extraña que Cailean sea tan excelente marido, tiene un buen ejemplo en casa. Aunque Kirsty no aprendió nada, al parecer. Se marcharon justo después del bautizo y por lo que he oído, no de muy buenas maneras. Duncan está perdiendo su inmensa paciencia con ella y me temo que mi prima lo verá cuando sea demasiado tarde para evitar el desastre.

-Sería un pecado dejar enfriar la comida de Fiona - dice Nolan - No hay nadie que cocine como ella.

Con su comentario se gana un beso de mi tía y que sea el primero al que sirve. Y yo no puedo creer que mi tía no sepa ya que lo hace precisamente por eso. O tal vez es que no le importa consentirlo. Nolan siempre fue para ella como un sobrino más. Recuerdo que los días en que debíamos regresar al instituto por la tarde siempre venía a comer a aquí porque la casa de mis padres estaba demasiado lejos. En la mayoría de las ocasiones, Nolan me acompañaba aunque se ganase un bronca de sus padres por venir sin invitación. Mi tía era feliz cuando aparecíamos los dos.

Mi mirada se cruza con la de Shea y veo su ceño fruncido. Definitivamente tendré que hablar de nuevo con ella para dejarle claro que lo que pasó entre nosotros no va a repetirse. Pero no será hoy. Hoy es un día para disfrutar porque, ¿cuántas veces lograremos estar todos juntos en la misma mesa? No demasiadas, imagino, así que hay que aprovecharlo.

-Creo que no volveré a beber tequila en mucho tiempo - le dice Randy a Helena - No sé cómo lo haces. Anoche bebiste tanto o más que nosotros y ahora te ves igual que si hubieses dormido doce horas seguidas.

-Cuestión de práctica - ríe ella - Trabajé durante varios años en un pub y los clientes solían invitarme a chupitos de tequila. O te acostumbras o te pasas la noche borracha.

-¿Te invitaban a beber? - Shea la mira con malicia - Eso suena a que era un club de alterne.

-Shea... - pretendo reprenderla pero Helena me interrumpe.

-Lo era - se encoge de hombros - Pero yo solo servía copas detrás de la barra. El día en que mi jefe intentó que me pasase al otro lado y confraternizase con los clientes me despedí.

-Y tuvimos que convencer a Óscar de que no le hiciese una visita a tu ex jefe - recuerda Lía - La que habría liado si llega a encontrárselo aquellos días.

-Óscar es un imprudente y un cabeza loca - Helena suena disgustada - Nunca sabe dónde está el límite.

Solo yo noto lo tenso que se ha puesto Cailean al escuchar ese nombre y porque sé la historia de cómo el hermano de Helena engañó a Lía en varias ocasiones. Sé que se quedó con las ganas de darle una lección la única vez en que estuvo en Galicia pero me dijo que no se arrepentía de no haberlo hecho porque Lía era más importante para él y ella nunca se lo perdonaría. Aún así, sé que no le gusta escuchar hablar de él.

-¿Quién es Óscar? - pregunta Nolan, ignorante de que pisa terreno resbaladizo.

-Mi hermano - responde Helena sin dar mayores explicaciones. Su mirada viaja hasta Cailean disimuladamente y sé que está pensando lo mismo que yo.

-¿Quién te llevará a Edimburgo, Helena? - intento cambiar de tema.

-Cailean y Lía - mira hacia Lía buscando confirmación.

-Yo esperaba que nos acompañases tú, Keenan. A Cailean le ha surgido una reunión de última hora a la que no puede faltar - sus ojos suplicantes son suficiente para que no vaya a negarme. Además, acompañar a Helena un poco más no me disgusta para nada.

-¿Un domingo? - alzo una ceja aún así, solo por hacerle creer que tendrá que convencerme.

-Un domingo - se lamenta él - No es algo que me haga mucha gracia pero esta vez no puedo negarme. Es importante.

-¿Y por qué tiene que ir Keenan? - la pregunta de Shea nos deja a todos mudos - Podría irse en autobús, como vino, digo yo.

-En cualquier caso - le respondo - es cosa mía decidir si voy o no. Ni siquiera sé a qué ha venido eso, Shea.

-A que no eres su chófer. He visto cómo te trae y te lleva por donde ella quiere. 

-Shea - Nolan la reprende. 

Cualquiera se habría acobardado con la mirada dura que le lanza pero ella está demasiado enfadada. Y yo temo que cometa alguna estupidez como confesar que nos acostamos, solo para marcar territorio. Un territorio que no es suyo, por otra parte.

-¿Acaso crees que lo de anoche es porque le gustas? - continúa hablando - Lo hizo por mí. No te dejes engañar, Keenan.

-No hagas esto, Shea - le pido, pero sé que no me escuchará.

-Y tú no seas estúpido, Keenan. Te está utilizando.

-¿Qué tienes tú que ver con todo esto? - Nolan se levanta y la encara y yo oculto mi rostro entre las manos porque sé lo que va a venir ahora - Ambos están solteros y pueden hacer lo que les venga en gana, Shea. Tú no pintas nada en eso. Ya he soportado suficiente tiempo tus acosos a Keenan. Asume que lo que pasó en el instituto no fue más que una cosa de críos. Déjalo en paz.

-¿También fue cosa de críos lo que pasó hace tres años? - en cuanto lo dice cubre su boca con las manos pero ya es tarde. 

Nolan le lanza una mirada asesina que luego se posa en mí. Siento cómo me atraviesa y golpea con dureza en mi pecho. Justo en el corazón porque veo la traición pintada en sus ojos y eso duele. 

-¿De qué coño está hablando, Keenan? 

He metido la pata con mi mejor amigo y no sé cómo voy a hacer para solucionarlo. Diga lo que diga sonaré como un maldito cabrón.




Continue Reading

You'll Also Like

8.7K 863 50
Esta novela es la segunda parte de Soy tu rival, si no la has leido, no puedes leer esta, de lo contrario, no entenderas a los personajes. Se trata...
971K 26.3K 31
Cuando las personas que más amas, te rompen, es difícil volver a unir esos pedazos. Victoria Brown, creía que cuando amas, la brecha para perderte a...
1.3K 189 4
Un plan de los maestros y el alumno Izuku Midoriya pondra a este mismo en otro camino, pero no lo desviara de su destino. ¿Verdad?