Amor en notas musicales (#1 S...

By GenesisK20

74.5K 5.7K 550

Ella Antes de ti sostuve otras manos, antes de ti besé otros labios, antes de ti, dije te quiero. Antes de ti... More

Nota
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Epílogo
Nota

Capítulo 42

873 74 6
By GenesisK20

El día siguiente estuvo muy caluroso por lo que me vestí con shorts cortos y una blusa sencilla. Paola y Alison me convencieron en salir de compras.

—Mira ese vestido—señalaron un color blanco con adornos floreados en una vitrina—Es muy bonito en estas épocas

—Sí, un lindo vestido...

—¿Qué dices Evy? ¿No te gustaría comprártelo? —dice Paola con una sonrisa

—Yo... la verdad es que ya fui de compras y... no deseo comprar nada por el momento—esbocé una media sonrisa, estaba a punto de recordar lo ocurrido, pero meneé la cabeza para esfumar cualquier recuerdo

—¿En serio? Uh, bueno—dice Alison—de cualquier manera, podemos comprar más cuando quieras

Comenzamos a caminar lejos de la tienda.

—Por cierto, Alison...—digo en un hilo de voz—Cuando... cuando alguien que quieres está a punto de cumplir años... ¿Qué le regalarías?

—¿Eh? —giró su vista hacia mí—¿Por qué la pregunta?

—Simple curiosidad...

—Pues... sabes que a mí me gusta dar regalos hechos por mí—esboza una sonrisa—siento que tienen más valor sentimental si les pongo tiempo y dedicación

—¿Tú crees?

—Pero claro, la última vez regalé una bufanda hecha por mí, me costó aprender a coser, pero lo hice porque la persona me importaba mucho

—Oh sí, lo recuerdo—interfiere Paola—Ese fue un muy hermoso detalle

—Yo pienso querida, qué si tuvieras que regalar algo podría se-

—Una pintura... —me detuve en seco, sé que quizá las cosas no estén bien con Alexander, pero no me molestaría darle algo significativo para mí siendo una fan, no algo más...

Ambas se detuvieron en seco y sonrieron.

—Exacto, además... se te da bien el dibujo, seguro que si tu intención es darle una de tus resguardadas pinturas a alguien es porque significa mucho para ti ¿no? —añade Alison

—Recuerdo que cuando alguien te pedía un dibujo hasta alzabas la mano para cobrarles, ja, ja, ja

—O simplemente no regalaba nada porque solía decir que era muy sentimental para ella

—Me pregunto quién será esa persona como para que decidas darle algo tan preciado para ti

—Oh...bueno, una vez al año no hace daño —sonreí nerviosa y apresuré el paso animada, intentando evadir el tema—¿Vamos? Lo que sí deseo hacer es comer

—¡Okay! —gritaron ambas persiguiéndome

Supongo que, llegando a casa me encerraré en mi cuarto para ilustrar esa hermosa pintura que he tenido en mente desde hace días.

***

Llegué exhausta después de caminar horas y horas en la plaza. Pude comprar un lienzo cuando venía de regreso a casa y subí a mi habitación para empezar con este regalo, saqué mis viejas pinturas y pinceles, un tanto desgastadas por cierto, me coloqué los audífonos y elevé la música al tope. Me hice una coleta y respiré profundamente antes de empezar, le dije a mi hermano y padres que no deseaba interrupciones, no hasta que finalizara.

Miro el liso y perfecto lienzo frente a mis ojos mientras lo acaricio pensando en su suave piel, en su pálida y aromática piel. Sujeto el lápiz con delicadeza y comienzo con pequeños trazos, deseo que quede perfecto porque es para él. Incluso si no me lo ha pedido yo quiero hacerlo... porque si no puedo expresar en palabras el amor que le tengo, entonces lo expresaré en algo muy significativo para mí, en un simple trozo de papel que parece envolver todo, junto a una oración llena de deseos.

Una vez que tracé esa clara imagen de perfección de mi mente sobre el lienzo, sujeté la paleta de colores mientras vertía agua sobre la pintura seca. No necesitaba ninguna imagen de internet, ni de ningún otro sitio, pues su rostro estaba más que presente en mi mente. Coloqué las finas cerdas sobre el lienzo y empecé con largos pero delicados trazos, inicié con los colores base, contorneé todo con tal de no salirme de la línea. Cuando ilustré sus pómulos recordé la manera en la que estos se tornaban carmesí cuando giraba la mirada al estar avergonzado. Después bajé el pincel para contornear sus labios, sus rosados y carnosos labios, pausé dejando caer el pincel a mis costados y me limité a mirar la pintura. Una imagen se hizo presente, la manera en la que estos presionaron mi cuello, la manera en la que besaron mi cuerpo, pero principalmente las palabras que dejó escapar de esa boca, tan cálidas y dolorosas.

Meneé la cabeza, esfumando esa imagen que tanta melancolía me traía y decidí ignorar esos sentimientos. De nuevo tomé la fuerza suficiente para continuar con sus cabellos, cada uno de ellos cayendo sobre su frente y cubriendo parte de sus cejas, reafirmé algunos detalles, haciendo un contraste perfecto junto a las luces de su perfil. Incluso fui detallista con su nariz y fue ahí cuando subí el pincel para llegar a sus ojos, cuanto más detalle y brillo colocaba en ellos, más imágenes venían en mi mente, principalmente recordé la primera vez que lo conocí, cuando esos ojos se cruzaron con los míos bajo el resguardo de un hermoso árbol de flores rojas hasta aquella noche cuando su mirada grisácea me miraba con ternura mientras marcaba su nombre y fragancia en mi piel.

Retrocedí de nuevo y miré la pintura finalizada, las imágenes no se esfumaban de mi mente, me estremecí cuando recordé el roce de sus manos en mis pechos e incluso mis piernas temblaron cuando recordé ese cosquilleo en mi entrepierna.

Me abracé a mí misma y coloqué mi cansada mano sobre mi boca solo para resguardar el sollozo que deseaba gritar. Lo quiero, en verdad lo quiero y no por el simple hecho de que hurtó mi virtud como ladrón en plena noche silenciosa, sino porque me ayudó a creer, a tener un poco de fe en que podría querer a alguien de nuevo aún si sabía que el destino era la tragedia. Me hizo amarme y me hizo amarlo, me hizo atesorar las lágrimas de un mal de amores, de un mal recuerdo. Caí de rodillas ahogándome en llanto, con la música al más vivo volumen y dolió como el infierno ¿Y sabes por qué? Porque mientras acariciaba el lienzo con el pincel, escuché sus canciones de amor, escuché su voz y deseé muy en mis adentros que fuera él quién estuviera frente a mí en lugar de una pintura.

***

Continué contemplando la pintura, miré mis manos manchadas. Hacía mucho que no me esforzaba tanto en un retrato.

—Seguiré dibujando para ti—dije alzando la mirada hacia la pintura y jugueteé con mi pincel que estaba entre mis dedos como si fuese un cigarro—Incluso cuando mis manos pierdan toda su fuerza

Cuando estaba por pausar la música, inmediatamente fui sorprendida por la llamada de Andrew, ya era muy noche como para que él me buscara.

—¿Bueno? —contesté confundida

—Evabuba ¿Estás ocupada?

—Pues... acabo de terminar una cosa así que... no, ¿por qué?

—Paso por ti en quince minutos, quiero hablar contigo

—¿Respecto a qué?

—Solo apresúrate—soltó unas risillas traviesas—Te veo fuera de tu casa, adiós

Estaba tan fachosa, me dirigí a mi baño para limpiarme, solo me puse unos pantalones y un abrigo, ni siquiera me molesté en soltar mi coleta. Bajé rápidamente las escaleras y vi que mis padres estaban preparando la cena.

—¿A dónde vas mi amor? —dice mi madre de manera acurrucante

—Saldré con Andrew

—¿A estas horas? —dice mi padre arqueando la ceja con platos en mano

—Hmmm, eso suena raro—dice Ian

—Tranquilos, regresaré temprano, lo juro

—Pero—dice Ian haciendo pucheros—pero...

—Será rápido hermanito, sabes que él no me haría daño

Escuché el sonido de coche en la entrada, me despedí de mis padres con una sonrisa y salí deprisa de mí casa.

—Adelante—dice Andrew abriendo la puerta de su BMW

—Gracias, caballero—fui hacia él con una sonrisa mientras me abrazaba a mí misma por el frío de la noche, me introduje al coche y cerró la puerta de golpe apenas me senté.

Venía vestido elegantemente como de costumbre, con su abrigo largo y pantalones oscuros.

—¿Y bien? —digo alzando la ceja—¿A qué debo esta visita tan repentinamente?

—Pues, deseo pasar la mayor parte del tiempo ahora que estás aquí, ya te extrañaba

—Lo mismo digo—esbocé una tierna sonrisa—¿A dónde vas a llevarme?

—Estaba pensando, en que camináramos por debajo de Coca-cola London Eye... como en los viejos tiempos ¿qué dices?

—Me parece perfecto...

Platicamos durante el camino, escuchamos canciones y como de costumbre me puse a cantarlas a todo pulmón, había algunas que no me gustaban y las cambiaba. Él se desesperaba puesto que yo era muy ruidosa e interrumpía canciones que eran de su agrado. Me reía a carcajadas y lo contagiaba, cielos, esta sensación es tan refrescante. Saqué mi cabeza por la ventana sintiendo el frío aire golpeando mis mejillas, él no hacía nada por detenerme. De hecho, cuando regresé a mi asiento él parecía sonreír más que otras veces.

—Extrañaba todo esto—digo emocionada, subiendo el volumen de la música

—Yo también—dice él mirándome con ternura—extrañaba verte así

Al llegar a nuestro destino nos encaminamos sin rumbo hacia los faros de las calles, por debajo de puentes que solíamos recorrer cuando recién nos conocimos.

—¡Cielos! —miré maravillada un viejo puente de piedra que tenía debajo un par de faros, al estilo medieval, pero precioso. No lo visitaba desde hace tanto tiempo, la nostalgia me invadió e inmediatamente di brincos de emoción—No puedo creerlo Andrew, fue justo aquí donde...

—Nos conocimos ¿Lo recuerdas?

—¿Qué si me acuerdo? ¡Pero claro!

—La primera vez que hablamos aquí... vaya, han pasado tantos años que recordarlo da tristeza... uno desearía volver a esos viejos días donde todo era tan... ¿cómo decirlo?

—Sí, te entiendo... yo también añoro esos días, pero valoro de todo corazón estos que comparto con ustedes en la actualidad

—Uno desearía volver a ser un puberto ¡Ja, ja, ja!

Caminamos con cuidado, miré cada rincón de ese puente y muchos recuerdos vinieron a mi mente, tan hermosos y cálidos que podría llorar si fuera vieja y estuviera contándole mi vida a mis nietos.

—En un futuro, si es que llego a tener hijos o nietos les diré... aquí conocí a mi mejor amigo, a mi compadre, a Andrew borreguito

—Exageras —sonrió tímidamente—Yo podría decirles lo mismo a los míos, les diría... aquí conocí a la loca de mi mejor amiga, a la que me sacaba canas verdes —soltó una carcajada, fruncí el ceño intentando parecer enojada, pero no pude y estallé en risa

—Ja, ja, ja, supongo que siempre eres así —esbozo una sonrisa mirándolo con ternura

—¿Así cómo?

—Ya sabes, algo así como un ángel guardián que Dios puso en mi camino

—¿Eh? —suelta una carcajada—Mujer, si yo fuera un ángel a las órdenes de Dios entonces ya habría perdido mi trabajo, bien sabes tú que consiste en ayudar al mortal para que encuentre el buen camino y no se desvíe al mal

—¿O sea?

—Has hecho tantas cosas Evangeline que seguramente ya tendría la frente roja de tantos golpes que me daría por todas esas veces que hacías tonterías

—Hmm..., ¡Ja, ja, ja! Solo quería ser amable, pero veo que serlo no me queda ¿O sí?

—No, tú ya eres noble desde siempre, lo amable es solo una coraza de tu corazón, no tienes que esforzarte para ser siquiera buena porque ya lo eres

—Andrew — lo miré con ternura, sincerándome de todo corazón—gracias de verdad por siempre estar aquí, en las buenas y en las malas...

Andrew echa un enorme suspiro, su voz entonces se hace acurrucante y tranquila apenas habla.

—¿Sabes Evangeline? Es algo difícil a veces, siento que no he sido sincero del todo contigo, creo que recuerdas la conversación que tuvimos cuando estuviste en Moscú... no me queda mucho tiempo

—¿¡Qué!? —abrí los ojos de par en par—¿¡Te vas a morir!? No...

—Tarada, no es eso

—Ahhh—suspiré aliviada—me espanté, pensé que me habías traído aquí solo para decirme que te ibas a morir

—¿No te digo? —frunce el ceño y acaricia sus sienes, después menea la cabeza en sentido de negación y mira de nuevo hacia mí— A lo que voy, si bien el tiempo se agota prefiero herida por valiente que piel intacta por cobarde

—¿A qué viene eso?

—Me dijiste de ese chico... Alexander

—Ah...—desvié la mirada un tanto incómoda—Sí... ¿qué tiene?

—Debiste quererlo más que a Collin para entregarle algo tan sagrado como tu virtud

—Y-Yo... no, eso no

—Descuida, el mensaje lo entendí perfectamente... mi verdadera pregunta es..., ¿Qué tal es Alexander contigo?

—¿Ale...xander?

—Sí, ¿cómo te trata?

—Pues—mis mejillas se conmutan carmesí—es lindo la mayoría del tiempo

—¿La mayoría del tiempo?

—Sí, porque otras veces pierde la cabeza cuando se trata de sí mismo y de mí cuando hago tonterías, no lo culpo si a veces oculta cosas... Sé lo difícil que puede ser su vida si tan solo yo la viera a través de sus ojos

—Ya veo—giro mi mirada hacia él quien observa un faro en la pared, su nariz se ha tornado roja debido a la temperatura, así como sus mejillas, el ligero rocío de la noche cae sobre sus hombros, incluso está sobre su cabello que brilla al igual que el reflejo de sus lentes—Entonces mis instintos contigo jamás fallan ¿lo ves? Encontraste la felicidad muy lejos de aquí

—Supongo que sí, debo darte las...

—Antes de que digas algo Evy, quiero sincerarme ahora que me he armado de valor

—¿Respecto a qué?

—Hace tiempo atrás cuando te conocí pensé, Dios... Esta chica me desespera, es gritona, terca y testaruda

—Oh vaya—alzo la ceja—Pues muchas...

—Y después recordé la primera vez que nos hablamos, justo aquí... Llegaste con calma como las olas del mar en época de verano, sonreíste y pensé que quizá no eras tan mala persona... Claro, después vi cómo le gritaste la primera vez a Sebastián en el gimnasio y este se sintió fatal

—Um... Sí, eso...

—Ese día tenía ganas de reclamarte para que te disculparas, estuve a punto de tocar la puerta del baño, pero entonces... Entonces un tenue llanto llamó mi atención, la mirada de furia que le diste a Sebastián y el sonido de tu llanto no concordaban así que recordé lo que alguna vez leí en los libros de mi hermana... Una persona que se siente sola suele hacer mucho ruido como una carreta vacía, una persona herida suele disfrazarse con risas y emociones falsas, pero al final del día, cuando cae la noche, llega para mirarse al espejo y encontrarse con la curva hecha por sus labios al revés, melancólica y ojos de agonía. Desde ese día te observé, eras callada cuando mirabas el paisaje, perdida sabrá Dios en donde, te veía deambular por las enormes canchas —ríe, pero esa risa se oye nostálgica, incluso si habla así mis recuerdos se vuelven cálidos y mis párpados caen recordando todo como si hubiera sido ayer— Sebastián era el que quería disculparse contigo ¿Por qué? No lo sé, nunca llegué a entender porque pedir perdón a alguien que te gritó de la peor manera. Él me dijo que hay que aprender a no ser egoístas ni egocéntricos porque todos somos solo... Humanos, humanos incapaces de entender perfectamente las emociones...

El viento acaricia su rostro, su cabello se mueve con gracia y su perfil, jamás me había detenido a observarlo tanto tiempo, pero él... Él es asombroso.

—¿Recuerdas cómo empezó nuestra amistad? Un trece de agosto... Empezamos a charlar, pasó el tiempo y hablabas y hablabas de lo bueno y lo malo según tú, de lo maravilloso y catastrófico del mundo, pero en tus palabras había cosas ocultas, había algo que callabas. Miré tu muñeca, vi un moretón que...

—Intentaste curar—bajo la mirada aún con una sonrisa—Sí, recuerdo ese día como si hubiera sido ayer, desde ese entonces tú...

—Prometí que estaría contigo en las buenas y en las malas, Sebastián aprendió a querer y entenderte en tan poco tiempo que sentí celos pensando que podría ganar tu atención, Clark también era tan cercano a ti y de manera irracional empecé a tener miedo... Ja, ja, ja —coloca su mano derecha sobre sus ojos, ¿Qué ocultas? —Qué ironía que el chico que terminaría por tener tu atención sería el mismo que dije de broma, sería tu novio. Dios, no recuerdo cómo fue, pero te veías tan feliz con él que jamás quise ser oportuno por mucho que lo deseara, después te vi derramar lágrimas por él y no sé cómo ni porqué, mis sentidos solo tenían una idea bien planteada en mente... Yo solo, yo solo quería protegerte.

—Andrew—alzo de nuevo la mirada, mis ojos se abren como platos cuando veo como las lágrimas caen haciendo un recorrido en sus mejillas, incluso me he quedado sin aliento al verlo por primera vez así

No es broma, en todos estos años de amistad, solo lo he visto llorar dos veces.

—Pensé... ¿Por qué ella sufre? ¿Por qué no puede simplemente botarlo y ya? Yo no la haría sufrir, yo no le haría daño... Soy egoísta, lo siento, lo siento mucho... Después cuando se fue, cuando te vi desganada y no eras la misma gritona, terca y testaruda que conocí al principio, oh vaya, jamás me he sentido tan impotente como aquella vez, luego Clark... ¿Por qué? ¿Por qué hizo eso? ¿Por qué me dolió verte así por culpa de Collin si yo no soy más que un amigo? ¿Por qué me dolió incluso ver que pese a la manera enferma de Clark pudiera ser capaz de ser más claro que yo? —menea la cabeza, intentando mantener el equilibrio de sus palabras y mente, pero es en vano pues las lágrimas siguen cayendo—Incluso creí de manera estúpida que yo podría tomar el lugar de Collin con tal de hacerte feliz, ja, ja, ja... Que idiota.

—Andrew... Yo...

—Realmente no sabía si quería que te fueras a Moscú, algo en mi pecho me decía que no quería dejarte ir, no sé si te alejé para que fueras feliz o simplemente te alejé para que no me siguieras doliendo, decían por ahí que uno sabe lo que es amor cuando le dices adiós al amor de tu vida, incluso dicen que soltar no es decir adiós, sino gracias, no quería dañarte ni salir herido quizá por eso lo hice. No pasó tanto y el dolor de mi pecho se hizo cierto cuando te pregunté si habías conocido a alguien en Moscú, si gustabas de alguien. Estaba como, vamos... Solo dilo, solo confirma mis miedos y así fue, pronunciaste... "Sí" y la fina línea de mi corazón se quebró al escucharlo...

Trago saliva con dificultad, se me hace un nudo en la garganta al verlo llorando por segunda vez y siendo sincero con sus sentimientos, aunque jamás pensé que él... Que él...

—Estoy enamorado de ti Evangeline—baja la mirada, cabizbajo retira la mano de sus ojos y permanece así, podría jurar que el viento es lo único que puedo escuchar, veo como pequeñas gotas caen al suelo dejando manchas de dolor.

¿Qué debería decirle?

—Sería mentira si dijera que no espero una respuesta, pero ya la sé y no quiero escucharla, te dije que solo quería sincerarme y aquí estoy... Lo único que deseo escuchar es, gracias

—¿G-Gracias?

—El amor es gratitud, yo siempre estuve agradecido de haberte encontrado y al día de hoy diría con certeza que también estoy agradecido de todo corazón que viniera alguien a sanarte

¿Por qué sigues siento tan amable y bondadoso conmigo pese a ignorar tus sentimientos por pensar en los míos? Solo debes botarme, solo debes...

Suelta una risa mientras menea la cabeza.

—No voy a botarte—dice en un hilo de voz—no es tan fácil ¿sabes? Ya lo intenté por más de cinco años y no sirvió de nada, me quedaré contigo en las buenas y en las malas Evabuba, una promesa es una promesa y aún pasen siglos esta seguirá en pie, tenía miedo de que nuestros lazos cambiaran porque después de todo soy tu mejor amigo y es el típico cliché de aquel que se enamora siendo no correspondido ja, ja, ja, aunque quizá tenía más miedo a tu reacción ya que sé cómo respondes a declaraciones que te desagradan

—¡No!

—¿Eh?

—¡Jamás te dejaría de hablar! ¡Jamás te trataría mal! ¡Jamás Andrew! Tú y yo seguiremos siendo aquellos que se conocieron hace nueve años, esos que prometieron ser amigos en este lugar, también eres un tonto

—O-Oye, ¿me declaro y me dices tonto?

—¡Sí! Porque bien pudiste decírmelo antes

—¡No es tan fácil!

—Hmm, después de todo no soy la única gritona, terca y testaruda

Se queda callado y después estalla en carcajadas.

—Ay Evabuba—se acerca con pasos seguros, toma de mi nariz dándole un jalón —¿Ves porque no podría ser tu ángel guardián? Eres tan torpe que me correrían por no hacer bien mi trabajo ¡Ja, ja, ja!

—E-eso duele

Hace ojos de borrego y mete ambas manos a sus bolsillos.

—Vamos a casa, seguro que eso sí lo haré bien, después de todo te protejo —esboza una sonrisa mientras comienza a caminar, de igual manera le sonrío para alcanzarlo y estar a su lado.

—Sigues siendo chaparra, pensé que yendo a Moscú crecerías

—¡Andrew!

—¡Ja, ja, ja!

—Pero hablando en serio, creo que ese chico hizo bien algo en ti—ríe de manera casi silenciosa— no me dejaste escuchar una canción completa por interrumpir y cantaste a todo pulmón mientras gritabas... ya no hacías eso... así que, si tu oportunidad de ser feliz con alguien está frente a tus ojos... respecto a lo que hablamos ayer en la cafetería de ¿qué deberías hacer? Sería...

—No convertirme en la persona que destrozó mi corazón ¿verdad?

—Y por tanto... debes...

—Regresar y reparar el daño—suspiré un tanto aliviada—Él cumplirá años el jueves... ¿crees que sería malo si regreso mañana para darle su obsequio?

—¿Mañana? —dice sorprendido

—Me las ingeniaré para conseguir boletos, quiero estar con ustedes más tiempo, pero creo que el momento correcto para volver será en navidad ¿Qué dices?

—Pues—suspira pesadamente—aunque suena loco, te apoyo... te ayudaré a conseguir entradas del aeropuerto

—Gracias—le di un enorme abrazo y me tambaleé con él en brazos—te quiero, mucho, mucho, mucho

—Sí... —corresponde mi abrazo de manera tímida—yo también te quiero, te quiero y mucho...

Continue Reading

You'll Also Like

33.7K 451 40
Chicos para tus historias: - Modelos - Actores - Cantantes - Youtubers
2.3K 393 21
Ayla Walsh ama los libros y conoce todos los clichés, ella sabe claramente lo que conlleva enamorarse. Cuando empiezan a aparecer los típicos chicos...
106K 9.1K 35
Él se fijó en ella. Ella no sabe quien es él. A él le gusta hacer fotos, y descubrió que le gusta hacérselas a ella, para después mandárselas con un...