Amor en notas musicales (#1 S...

By GenesisK20

74.5K 5.7K 550

Ella Antes de ti sostuve otras manos, antes de ti besé otros labios, antes de ti, dije te quiero. Antes de ti... More

Nota
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Epílogo
Nota

Capítulo 8

1.3K 106 10
By GenesisK20

Quise llegar temprano para terminar lo más pronto posible, además el clima se está nublando y comienza a chispear por lo que preferí apresurarme. La academia es enorme, pero entre las residencias de chicos y chicas hay un jardín enorme que se debe atravesar y obviamente no está techado, los pasillos son extensos, cada uno te dirige ya sea al comedor, a las aulas de baile o música y a los salones.

Ya era tarde, estaba esperando a Alexander fuera de la biblioteca porque ahí quedamos en encontrarnos, llevaba conmigo mi bolsa llena de libretas y libros para pedirle que me explicara en idioma ruso. Después de media hora llegó, tenía su camisa por fuera y la corbata suelta, en el cabello tenía un poco de hojas, pero estaba completamente mojado.

—¿¡Qué demonios te pasó!?

—Me quedé dormido en el árbol de allá fuera, luego comenzó a llover—se frota la cabeza y comienza a caminar— Vamos, quiero terminar mi siesta

—Espérate ¿qué? No puedes ir a la biblioteca con esas fachas

—¿Qué tiene?

—¿Cómo que qué tiene? —sacudí su cabello—¡Mira! ¿Tú crees que te van a dejar entrar con hojas en la cabeza?

Frunce el ceño y saca la lengua.

—Deja, es un adorno para el cabello

—¿Adorno? ¿ESTÁS BROMEANDO?

—Bueno, es eso o regresar a mi cuarto para ponerme otra ropa

—Pues prefiero esperar a que entres a la biblioteca con esas fachas

—El conocimiento no se mide por tú apariencia

—No dije eso, pero te apuesto a que la bibliotecaria no dirá lo mismo

—Está bien, vamos

—¿Vamos?

—No creo que de verdad quieras esperar más

—Claro que puedo

—Lo dudo niña inglesa, acompáñame

Bueno, ahora que lo dice... sí lo dejo solo de nuevo y llega a su cuarto es capaz de quedarse dormido y.... tiene razón, mejor lo acompaño.

—Vamos entonces...

Después de caminar por un buen rato atravesando rápidamente el jardín para que no nos mojáramos, el ambiente cambió y veía únicamente a chicos. El problema no era si lo acompañaba solo a la entrada y ya, el problema es que la situación se puso aún más extraña cuando Alexander miraba de un lado a otro y decía que tuviera cuidado a la hora de cruzar el pasillo. La verdad es que a mí me parecía patética su actitud pero él no se inmutaba, solo me decía "apresúrate" y después de cruzar por muchos pasillos con cautela, llegamos al fin a su dormitorio.

—Bien, aquí te espero—me detuve frente a su puerta

—Pasa

—¿Qué? ¿Estás loco? No voy a entrar a tu habitación

—Entra ya antes de que nos vean

—¿Cómo? ¡¿Qué estás pensando?!

—Es natural—tomó de mi mano y me obligó a entrar a su cuarto, dejando caer mi mochila en el suelo—Todos lo hacen

—¿H-Hacer qué? T-Te advierto que... que sé defenderme

Alexander se empezó a quitar la camisa, poco a poco, las gotas de agua aún resbalan en su cuerpo, desde su cabello hacia sus labios y de su pecho hasta parte de su abdomen. Una gota frágil caía desde la punta de su nariz. Cuando se quitó la camisa por completo me di cuenta de que tenía un tatuaje de alas perfectamente detalladas que le recorría desde el extremo de su hombro izquierdo hasta el derecho, ambas álulas se extendían hasta llegar a las puntas de los codos y lo admito, se veía bastante suculent... Digo, bien. Desabrochó su bragueta, ese sonido causó ecos en mis tímpanos de tal manera que ineludiblemente entré en pánico.

—¿¡Qué piensas hacerme!? ¡Apenas te conozco!

Corrí para abrir la puerta pero el par de sus brazos sujetaron mi cintura.

—Por favor—con voz temblorosa y ojos lagrimosos supliqué—No me hagas daño, te lo suplico, por favor, por favor...

—¿Qué? ¿Por qué habría de hacerte daño?

Coloco mis manos en las suyas, quisiera quitarlo o empujarlo pero no puedo, el miedo me domina ¿Por qué? ¿Por qué si ya ha pasado tanto tiempo?

—Clark... No me lastimes...

Clark, Clark, Clark, un nombre que conllevaba una acción traumática en mi vida. Hay un silencio incómodo entre nosotros, me siento avergonzada por el hecho de haber pronunciado ese nombre, el calor de mis mejillas aumenta conforme bajo la mirada.

—Yo no voy a lastimarte—dice él hundiendo su rostro en mi espalda—una rosa se cuida, no se arranca

El rubor en mis mejillas me deja completamente roja asimilándome a un jitomate.

—S-Si dices eso estando semidesnudo y mojado ¿No crees que se mal entendería la situación?

—¿Dudas?

—Y-yo... No lo sé

—No sé...—dice incómodo— No sé qué cruzó por tu mente pero verdaderamente no soy así, si sales y haces un escándalo te expulsarán

—Fuiste tú quien me trajo aquí

—Hay una razón por la que no me harían nada

—Eso suena injusto —reí en voz baja para disimular la vergüenza

Siento como sus pulgares acarician mis manos, trago saliva con dificultad intentando respirar con calma.

—¿Por qué tiemblas?

—¿C-Como? Ja... Eso...

—No voy a soltarte hasta que confíes en mí

—Estoy bien, lo juro

—Muestra una sonrisa sincera

—¿Por qué?

—Porque entonces así sabré que no me tienes miedo

—¿Cómo vas a ver mi sonrisa si yo—siento sus labios presionando mi nuca, al soplar me estremezco a causa de las cosquillas—B-basta —sopla más fuerte reteniendo mis nervios—¡Ja, ja, ja, basta! ¡Para!

En la mayoría de los casos, aquel que empieza haciéndome cosquillas es quien termina con un puñetazo en el cuerpo debido a los nervios que éstas me causan. Además de que una vez me hicieron tantas, que terminé orinándome de la risa, pero era pequeña y aun así fue bochornoso, tanto que preferiría evitar otra situación como esa.

—¡Ja, ja, ja, basta Alexander! —le doy un codazo en el estómago, el pobre pierde aire hincándose y soltando alaridos—¡Lo siento! —exclamo—¡No era mi intención! ¡De verdad lo siento!

—¿Estás bien? —me dice él evitando que me hinque

—¿Yo? Pero si eres tú quien...

—Pero tú estabas asustada, ¿estás bien?

—Yo... Ah, sí... Gracias

—Menos mal—recupera el aire poniéndose en pie—estás en el dormitorio de los chicos, se supone que las chicas no entran aquí, pero si te traje es porque Chris quería que pasara tiempo contigo y tuve que hacerle una promesa, además, porque conociéndome me quedaré dormido si nadie me dice nada. No voy a hacerte daño, así que promete que no vas a gritar ¿de acuerdo?

Asentí.

—Excelente, ahora ¿Serías tan amable de tirar mi camisa en lo que voy a darme una ducha rápida?, tírala en el cesto de allá —señaló la esquina—salgo en un momento

Se dio la vuelta, dirigí mi mirada hacia sus hombros que tenían el perfecto tatuaje de alas y después miré la habitación. Eran dos camas y supuse que la otra era de Chris ¿Por qué lo pensé? Fácil, de un lado estaba lleno de colores con pósters de DJ's famosos, discos coloridos y del otro, un ambiente sencillo, libros, algunos cuadernos y un violín, cerca del cesto de ropa.

Tiré la camisa de Alexander. Entonces miré por un buen rato el violín, lo tomé y al analizar los detalles de este me di cuenta de que ya estaba bastante desgastado, además, tenía una escritura perfectamente detallada por debajo de la barbada. Me sorprendí un poco al ver lo que decía.

"Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra, más a ti no llegará. Con sus plumas te cubrirá y debajo de sus alas estarás seguro."
Te amo. —Isabella

¿Qué? Wow... Así que Alexander tiene a una mujer escrita no sólo en su violín sino también en su corazón ¿Eh? Interesante. Pensar que su seriedad era solo por una actitud nativa y probablemente sea por un mal de amores. Quizá compartimos ese mal en común ¿Qué tienes en contra de los humanos Cupido?

Dejé a un lado ese pensamiento y conforme más admiraba este instrumento, más ganas tenía de tocarlo, ¿Hace cuánto no tocaba algo como esto o un piano? Oh, es verdad, desde que tengo doce años no lo he hecho, no desde que mi abuelo murió.

Cuando lo sujeté con firmeza vinieron a mí cientos de recuerdos con mi familia, las ganas por entonar una melodía incrementaban más y más conforme lo acomodaba en mi hombro. Inhalé profundo y recordé muchas cosas, entre ellas las notas que mi abuelo me había enseñado. Toqué lo primero que atravesó mi mente y cerré los ojos pues... la música debe sentirse. Ya bien decía Beethoven; la música constituye una revelación más alta que ninguna filosofía.

Recordé a mi abuelo, a mi familia, mi hermano, mis padres, mis amigos. Inevitablemente toqué la canción que mi abuelo me enseñó.

Él siempre decía que la música era como dormir, una nota equivalía a un sueño, capaz de hacerte perder de la realidad, capaz de hacerte imaginar y de crear, alivia el dolor como una tranquila y calmante siesta...

Siesta... ¿Alexander? abrí mis ojos y él estaba en el marco de la puerta recargado, mirándome fijamente. Sus brazos cruzados y una toalla cubriendo la parte inferior de su cuerpo, dejando solo al descubierto ese camino en su entrepierna en forma de v. Se me hizo un nudo en la garganta porque tuve que retener mi mirada antes de ver más abajo de ese sitio, si, exactamente ese bulto.

—¡Tápate! —grité y me di la vuelta sonrojada

—¿Qué tiene?

—¿Cómo que qué tiene? ¡No es correcto!

—En mi cuarto, mis reglas y no tiene nada de malo si decido o no tener calzones, además, tomaste mi violín sin mi permiso

—¡T-Te lo devuelvo, pero tápate!

—Estoy tapado

—Pero con un pantalón ¡tonto!

Alexander soltó una pequeña risa, espera, ¿Una risa? ¿Él estaba riendo? Volteé lentamente haciendo huecos entre mis dedos para mirarle.

—¿Tú sonríes?

Esbozó una pequeña sonrisa y mi sorpresa se incrementó al notar que se marcaban dos lindos hoyuelos. Cuando sonrió, sus pupilas se dilataron mostrando una chispa cálida y brillante.

—Claro que sí, tonta —frunció el ceño

—¿Y por qué no lo haces a menudo?

—Sonrío solo cuando vale la pena

—Pero tienes hoyuelos, si yo tuviera me pondría a sonreír todo el tiempo

—Ese es tu caso, si deseas mostrar dentadura de caballo loco pues allá tú, pero los hoyuelos son una deformidad, nada lindo

—¿Qué? ¿Dices que mis dientes están chuecos?

—Digo que mostrar un gesto amable solo por deformidades en los cachetes es ridículo

—¡Pero los hoyuelos son lindos! —descubrí mis ojos, estupefacta

—No me entiendes, después de leer ese artículo donde decía que los hoyuelos son una mal formación de los músculos llegué a una conclusión terrible

—¿Y es?

—Aparte de feo soy deforme

Quedé pasmada con el comentario, ojos grises, buen físico, lindos hoyuelos y un hermoso tatuaje solo para concluir que es... Feo.

—No tiene sentido y —lo miré de pies a cabeza—¡Ya te dije que te cambies!

—¿Desde cuándo tocas?

—No responderé nada hasta que no te cambies

—¿Segura? —sonrió

—Segura

Fruncí el ceño y me di la vuelta, tratando de ocultar mi sonrojo.

—¿No quieres otro abrazo?

—¿¡Qué!?

—Estoy desnudo, necesitas amor ¿no?

—¡Ah maldito loco! —me giré para confrontarlo pero él ya estaba detrás de mí con su sonrisa cretina

—Podrías tocar algo mientras me baño

—N-No sé tocar —iba a girar mi mirada, pero la retuvo tomando mi barbilla y obligándome a hacer contacto visual con él

—Gatita mentirosa, esa melodía es un clásico de Bethoveen interpretada en notas altas

Quise evitar su mirada, pero antes de que yo pudiera siquiera hacer un movimiento, él soltó un par de risillas traviesas.

—Ah, ah, ah, no bajes la mirada o perderás la cabeza

—Eres un pervertido

—Deléitame con tu más dulce sinfonía

—Por alguna razón Alexander Melenkov, siento que he escuchado algo de ti

Relajó la expresión, liberando un poco mi barbilla.

—¿Ah sí? ¿Dónde?

—En el baño, ahora ¡largo! —lo empujé —Y ni se te ocurra pasarte de listo conmigo

—Miau, que atrevida ja, ja, ja—toca mis labios con su dedo índice y luego se aparta dejándome atónita—Disfruta el paisaje—da la vuelta, pone ambos brazos detrás de su nuca y estira sus anchos hombros haciendo que su tatuaje se asimile a un par de alas extendiéndose

Le miro la espalda y lo admito, tiene buen trasero... ¿Qué? Él dijo que disfrutara el paisaje y eso estoy haciendo, y más si la toalla está perfectamente ajustada a ese par de melones en su retaguardia, uf. Avanza hacia el baño y cierra la puerta

—Qué alivio—suspiro y miro hacia su estantería la cual está completamente llena de libros respecto a filosofía, pero hay uno con un título bastante peculiar, "las flores del mal" de Charles Baudelaire.

Creo haber visto una serie con este título, pero el final me dolió bastante como para recordarlo de nuevo. Está lleno de frases melancólicas respecto al amor, aunque hay una en particular que me atrae de inmediato.

"El amor es un crimen que no puede realizarse sin cómplice"

La hoja tiene un separador y esta frase está subrayada, debe ser importante para él, supongo.

Continue Reading

You'll Also Like

106K 9.1K 35
Él se fijó en ella. Ella no sabe quien es él. A él le gusta hacer fotos, y descubrió que le gusta hacérselas a ella, para después mandárselas con un...
1K 206 32
Una chica sin nombre y complicada. Un chico físicamente perfecto. Un mundo desconocido. Ambos buscados por una razón que sólo él conoce. Ambos rodead...
Asher By a n n

Short Story

90.6K 10.6K 24
PRIMER LIBRO DE LA SAGA CORAZONES DESBORDADOS. Querido diario: Quizás esta pregunta siempre ronda por mi cabeza. ¿Cómo vivir con los encantos d...
9.2K 481 20
No era secreto que él se mirara caballero, la palabra la usaban hasta en las críticas del diario, pero cuando se le pidió demostrarlo... no creyó que...