-¡Vamos!- gritó Yaku a mi lado. Estábamos viendo el partido de Nekoma contra Fukurodani.
Nos encontrábamos en uno de nuestros campamentos de entrenamiento.
-¡Akaashi!- gritó Bokuto.
Su compañero levantó el balón para él, del otro lado de la malla se encontraban Lev y Kenma que habían saltado para bloquear sin éxito el remate del peliblanco.
-¡Muy bien! ¡Soy de lo mejor!- exclamó haciendo gestos de victoria.- ¡Emociónense un poco más!- gritó a su equipo haciéndome reír.
Escuchamos el silbato que indicaba que el juego se había terminado. Los chicos del equipo se acercaban y yo les alcanzaba una botella con agua y Yaku me ayudaba dándoles toallas a cada uno.
-Fue un buen juego.- le dije a Kuroo al ponerme enfrente de él.
-Si, el búho idiota estaba muy emocionado hoy.- respondió riendo y yo lo abrace por la cintura, principalmente por que no llegaba más alto.- ¿Te gustó ver a tu precioso novio jugar?- yo reí.
-Eres un tonto.- él respondió alzando mi barbilla para darme un beso.
-Para la buena suerte en el siguiente juego.- sonreí y volví a besarlo.
-Podrían hacer eso en privado.- murmuró Kenma a nuestro lado. Kuroo rió y puso la mano en el hombro de su amigo.
-Cuando tengas novia estarás igual.
-Claro que no.
-Que si.
-¡Oye, Kuroo!- dijo Bokuto acercándose a nosotros y me separé un poco de él pero aún seguíamos abrazados.- ¿Porqué esos dos raros del Karasuno de primer año no han venido?
-Ah, parece que recibieron malas notas en sus exámenes y tienen uno de reposición.
-¿¡Qué!? Los estaba esperando. Eso puede arreglarse si estudian un poco.- dijo cruzando sus brazos.
-Bokuto-san, tú sacas malas notas en matemáticas.- dijo Akaashi-san llegando a donde estábamos.
-¡Akaashi, prometiste no decir eso!- Kuroo empezó a reír.
-Tú no puedes decir nada, tampoco sales bien en matemáticas.- dije rodando los ojos y ahora era Bokuto quien reía.
-Ni en ingles.- mencionó Kenma.
-Ustedes son malos conmigo.
-Lo de hace rato fue... Asqueroso.- dijo el pelinegro arrugando la nariz.
-Gracias por recordarmelo, Kuroo.- dije con sarcasmo.- Estaba tan triste por haberlo