Nunca conmigo

By SoniaLopezSouto

426K 75K 23.2K

Un francotirador es observador y calculador. Un francotirador es paciente y disciplinado. Un francotirador es... More

1
2
3
4
5
6
7
8
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
Epílogo

9

7.7K 1.4K 499
By SoniaLopezSouto

Esta historia está completa y gratis en INKITT. Si quieres terminar de leerla, ve a la app y búscame por el mismo nombre que aquí: Sonia López Souto.

En breve empezaré a subir una historia inédita en esa app, así que sígueme allí para estar al tanto de las novedades...
_____________________________________

La ceremonia resulta de lo más divertida cuando Evander decide no colaborar. Tan pequeño y ya promete. Apenas logro contener la risa con el espectáculo que está montando y no puedo evitar pensar en que tiene a los padrinos perfectos para él. Cuántas cosas podré enseñarle, ya puedo imaginármelo. Va a ser estupendo.

Ignoro a propósito la advertencia en la mirada de Cailean, sabe perfectamente lo que estoy pensando y me limito a sonreír cuando mi ahijado le da una patada al reverendo. Por suerte para el hombre, es demasiado pequeño para lastimarlo. Mis ganas de reír aumentan cuando miro hacia Helena y la descubro tratando de ocultar su propia sonrisa. Le guiño un ojo y ella blanquea los suyos al segundo. Me encanta provocarla porque nunca me decepciona.

Lía mantiene el tipo a pesar de que todos la observan. Sé lo que le cuesta ser el centro de atención y dudo que lo esté pasando muy bien. Sobre todo porque Evander está reclamando todas las miradas y ella lo está cargando. Al final, después de escucharla suspirar media docena de veces, me apiado de ella y me ofrezco a sostenerlo lo que resta de ceremonia. Y aunque ya ha rechazado la ayuda de Cailean y Helena, yo no le doy opción. Simplemente tomo a mi ahijado en brazos después de la segunda negativa.

-Evan se portó muy mal - es lo primero que me dice Erin en cuanto termina la ceremonia.

-Es un bebé, Erin - le responde Helena, agachándose para hablar con ella.

En esa postura, su silueta se marca todavía más en su ajustado vestido. Tiene un cuerpo de infarto y no me importa admitirlo. Tampoco me preocupa que me descubra admirándola de pies a cabeza. Vergüenza es lo único que no tengo.

-Tenín que taparme la boca para no reírme - Erin está susurrando pero la escucho igualmente.

-Tuve - la corrige Helena - Sabes, yo también tuve que taparme la boca.

Erin se ríe y la abraza. Es una niña muy cariñosa. Y muy inquieta porque tan pronto la rodea con sus brazos como está corriendo en pos de su padre para que la coja en brazos, dejándome a solas con Helena y nuestro ahijado.

-¿Disfrutando las vistas? - me mira sonriente.

-Creí que no te darías cuenta - rio.

-Lo disimulaste muy bien - bromea, pues ambos sabemos que fui muy descarado - Pena que te delatase la baba que se te caía.

-Eso no es cierto - me defiendo, aunque tal vez no esté tan lejos de la realidad.

-Pobrecito tu ego - se burla mientras me roba a Evander - ¿Qué vamos a hacer con tu padrino, Evan? ¿Le damos un escarmiento o lo dejamos estar?

-O le dais un beso - sugiero.

-Ya te gustaría - ríe.

Aún así se acerca a mí y me besa en la mejilla antes de marcharse murmurando algo sobre hacer vida social con el resto de la familia. Yo prefiero mantenerme al margen porque mi padre está en medio de todos ellos y no tengo ganas de encontrármelo y tener que fingir que no nos vemos. Sería demasiado incómodo para todos. Más de lo que ya es ahora.

Decido llamar a Lenox. Al menos estaré entretenido unos cuantos minutos hablando de los chicos. Espero que al menos me conteste porque según sus planes anoche salían de fiesta y todo puede ser posible cuando la tropa se emborracha.

-¿Acaso no sabes qué hora es? - gruñe al otro lado del teléfono.

-¿Acaso no sabes tú qué hora es? - rio - Os habéis saltado el desayuno.

-¿Quién lo dice?

-Oh, vale. Habéis desayunado antes de acostaros para bajar el alcohol. Eso es que ha sido bien gorda.

-No sabes lo que te has perdido, Keenan.

-No tengo problema con eso. Aquí he estado más que entretenido.

-¿Ya has encontrado con quien pasar el rato? No sé cómo lo haces.

-No es lo que crees. No hemos pasado de las provocaciones. Ni lo haremos.

-Ya - bufa - Y yo no he bebido nada en toda la noche.

-No sería... buena idea. Nos veremos demasiado a menudo.

-¿No habrás vuelto a las andadas con cierta pelirroja?

-No - me apresuro a contestar. Lenox es el único del grupo que sabe que me acosté de nuevo con la hermana de Nolan - Ese fue un gran error.

-Uno de tantos - lo escucho reír - Cuando de faldas se trata, no piensas demasiado.

No me gusta que diga eso, pero sé que tiene razón. Hace años era un inconsciente. Falda que veía, falda que perseguía. Hasta que me metí debajo de las que no debía. Supongo que ahora estoy pagando por ello. Si Nolan llegase a enterarse de lo que ha pasado con Shea, no creo que en esta ocasión se quedase en un simple puñetazo. Lo tendría bien merecido, eso sí, pero no por ello dolería menos.

-No pensaba - recalco.

-La madurez - ríe - Ya sabes cómo funciona. Uno que se hace viejo y no puede con todo.

-De eso sabes mucho tú, ¿verdad?

-Te aseguro que nadie se ha quejado de mí hasta ahora.

-Será porque tu mujer te ama y no quiere que te sientas mal - rio.

-Si me has llamado para esto, haberme dejado dormir, cabrón.

-Si te vas a poner fiero, cuelgo - rio más alto - En realidad quería comentaros que mi primo os ha invitado a comer un día que podáis todos. Cree que ya es hora de conoceros.

-La relación va en serio, entonces - bromea - Vamos a conocer a tu familia.

-Imbécil.

-Dile a tu primo que iremos el próximo sábado. Quiero la semana para mi familia.

-Perfecto. ¿Avisas tú a los demás?

-Cuando se despierten - me asegura - Y los localice.

Rio alto al comprender que de los tres, él fue el único que durmió en su cama. Nos despedimos y centro mi atención de nuevo en mi familia. Es hora de reunirme con ellos y fingir que la actitud de mi padre no nos incomoda a ninguno.

-¿Hablando con la amante? - me susurra Helena cuando paso por su lado.

-¿Celosa? - le respondo yo.

-Siempre, amor - sonríe.

-No te preocupes, amor - remarco la palabra - el sábado las conocerás.

-¿Las? Vaya, no pierdes el tiempo - ríe.

-Ya me conoces.

-Lo voy haciendo, sí. ¿Y están buenos? - por alguna extraña razón sabe perfectamente que hablo de mis compañeros del ejército - Tal vez tenga que alargar mi visita.

-¿Cuándo te vas? - no había pensado en que no se quedaría demasiado por aquí.

-El domingo.

-¿Tan pronto?

-¿Es que acaso me echarás de menos?

-Siempre, amor - le robo su respuesta.

-Algunos trabajamos - me golpea con el hombro.

-Eh, que yo estoy de permiso - la empujo también.

-Ajam - se mira las uñas como si hubiese algo interesante en ellas y no puedo evitar reírme.

-Supongo que tendremos que aprovechar bien el tiempo que nos queda - le susurro al oído.

-Que no te quepa duda de que eso es precisamente lo que haré - se muerde el labio y mis ojos van directamente a su boca.

Es un juego peligroso y las palabras de Lenox resuenan en mi cabeza, pero me resulta demasiado estimulante como para parar ahora. Y si se queda solamente una semana, la disfrutaremos como nunca. Siempre que tengamos presente no sobrepasar el límite, no habrá problemas.

-Os reclaman para las fotos - Alan nos interrumpe y veo cómo se come a Helena con la mirada mientras habla.

-Vamos, amor - le ofrezco mi brazo a Helena y ella se engancha en mí, dejando a mi primo con la cara descompuesta por cómo la he llamado - Tenemos que impresionar a un fotógrafo.

-Y por supuesto - ríe ella, ignorante de lo que está sucediendo - con lo maravilloso que eres, en las que tú salgas serán las mejores.

-Elemental, querida Helena.

Ni siquiera sé por qué he sentido la necesidad de aclararle a mi primo que Helena no está disponible para él. No es como si la quisiese para mí, eso no va a suceder, pero tampoco me gusta la idea de que Alan la ronde. Es de los que se toman las relaciones en serio y Helena acaba de salir de una. Sería demasiado vulnerable. Será por eso. Sí, definitivamente ha de ser por eso.

-Déjame sostener a mi ahijado - dice Helena - Oh, pero que precioso es. Te comería a besos, mi bello muñequito.

-De bello muñequito nada - le digo - Será todo un hombre. Como su padrino.

-Ni caso - habla con él - Tú serás como quieras ser. Y serás...

-El mejor - la interrumpo aguantando la risa.

-Comportaos - nos regaña Lía - El fotógrafo está esperando a que os coloquéis.

-Lo bueno se hace esperar - le guiño un ojo y veo a Helena blanquear los suyos.

-Cuando se repartió el ego en Escocia, Keenan se quedó con todo.

La ronda de fotos es interminable, pero las pullas con Helena la hacen más soportable. Incluso cuando debemos posar con mis padres, logra liberar algo de tensión comportándose como si nada pasase entre nosotros. No para de hablar con mi madre de manera natural y abierta, halagándome. Creo que eso va para mi padre, pero él ni se inmuta.

-Gracias - le digo en cuanto nos liberan y consigo acercarme a ella sin que haya nadie alrededor.

-No te me vayas a poner sentimental - sonríe - Lo hice por tu madre. Me da pena.

-A mí también - admito - Pero no quiere enfrentarse a mi padre y debo respetar su decisión.

-Yo creo que si lo hiciese, tu padre acabaría claudicando. Pero siente que ella le apoya y por eso no cede.

-No importa, Helena. El día que me fui de su casa, sabía perfectamente que era para siempre. Sólo siento no poder acercarme a mi madre libremente. Y que conste que no lo hago por él, sino por ella. Porque no quiero causarle problemas.

-Aún está a tiempo de retractarse.

-¿Después de 12 años? Lo dudo.

-Nunca es demasiado tarde, Keenan.

-Estamos aquí para disfrutar del día, no para amargarnos con situaciones que no tienen solución - la rodeo por los hombros - Es hora de ir a comer. Y adivina que... me tendrás para ti sola el resto del día.

-¿En serio? Eso me hace sentir especial.

-Bueno - sonrío anticipándome a su reacción - eres la única que no es familiar directo mío.  

-Oh, vaya - me golpea con el codo en el estómago - No sé ni para qué me emociono.

-Te habías emocionado - la aprieto más contra mi costado - Que tierna.

-Serás tonto.

-Solo por hoy, tu tonto - le guiño el ojo y blanquea los suyos.

-Lamentarás haber dicho eso, francotirador.

-Lo dudo.

-Ahora eres mío - su sonrisa maquiavélica me preocupa un poco - Me aprovecharé de ello. Y si te niegas a hacer algo, te recordaré tus palabras.

-¿Qué piensas hacer conmigo?

-Espera y verás.

Tengo la sensación de que es un farol, pero empiezo a conocerla un poco y puedo esperarme cualquier cosa. Lo que tengo claro es que si yo caigo, ella también. Hallaré el modo de que no se mantenga al margen, sea lo que sea que esté planeando. Desde luego esta no va a ser una tarde aburrida.

-Aprovecha a sonreír ahora, amor - me dice - que luego no te quedarán ganas.

-Quien ríe último ríe mejor - me acerco más a ella para susurrarle - Y tengo intención de serlo yo.

-Un desafío - se frota las manos - Me encantan.

Se acerca ahora ella a mí y pega su boca a mi oreja más de lo necesario. No sé si lo hace a propósito, pero mi reacción es bastante fuerte. Si es así cómo pretende ganar, lo tengo difícil para no sucumbir. Y no debo hacerlo. Por el bien de todos nosotros.

-Prepárate, Keenan - me susurra - porque no voy a perder.

No debe ir más allá, me recuerdo una y otra vez, tratando de borrar las imágenes que han llegado a mi cabeza como un torbellino. Helena es demasiado provocativa, se conoce el juego demasiado bien. No debemos sobrepasar los límites. No debemos.

-Yo tampoco perderé - le contesto - Sea cual sea el juego.

-Entonces tendremos que ganar los dos - en esta ocasión es ella la que me guiña un ojo y aunque ganas no me faltan para blanquear los míos para hacerla reír, sus palabras todavía resuenan en mi cabeza y me quedo si habla.

Si ganar ambos implica lo que mi pervertida mente piensa, admito que no me importaría. No con ella. Pero no debe suceder. Es la amiga de Lía y la madrina de Evander. Nos veremos muchas veces a partir de hoy y no quiero fastidiarlo por unas cuantas horas de diversión en la cama. Además, no se lo merece. Helena no merece mi indiferencia y sé que es lo único que obtendrá porque siempre sucede así. Y no es algo que vaya a cambiar en breve, porque no quiero ninguna mujer en mi vida. No mientras sea francotirador en activo.

Continue Reading

You'll Also Like

971K 26.3K 31
Cuando las personas que más amas, te rompen, es difícil volver a unir esos pedazos. Victoria Brown, creía que cuando amas, la brecha para perderte a...
1.3K 189 4
Un plan de los maestros y el alumno Izuku Midoriya pondra a este mismo en otro camino, pero no lo desviara de su destino. ¿Verdad?
8.7K 863 50
Esta novela es la segunda parte de Soy tu rival, si no la has leido, no puedes leer esta, de lo contrario, no entenderas a los personajes. Se trata...
782K 39.9K 35
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...