Nunca conmigo

By SoniaLopezSouto

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Un francotirador es observador y calculador. Un francotirador es paciente y disciplinado. Un francotirador es... More

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Epílogo

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Kirsty es un torbellino. Tal y como le advertí a Helena ayer, ha llegado para revolucionar a la familia. Y su entusiasmo me taladra la cabeza, aunque seguramente la resaca le esté ayudando. Por suerte ya es la hora de comer y he podido dormir unas cuantas horas. Tal vez no todas las que necesito, pero si las suficientes para sobrellevar el día.

-Buenos días a ti también - le digo a mi prima, consciente de que ya son tardes, en cuanto deja de hablar para tomar aire.

-Deberías decir tardes, Keenan - me encanta provocarla porque siempre cae en mi juego - Te has pasado la mañana durmiendo.

-Si te hubieses acostado de madrugada como yo, también te levantarías ahora - la beso en la mejilla cuando hace un puchero - ¿Qué tal el viaje?

-Con Scot nunca te aburres - se encoge de hombros.

-Lo que se traduce en estresante - rio - Deberías disciplinar un poco más a tu hijo, prima. Es un salvaje.

-Cuando tengas hijos, hablamos - me mira furibunda.

-No lo verán tus ojos.

-Nunca digas nunca, Keenan - Helena ha entrado en el momento justo para escucharme. Luce cansada y parece que le duele la cabeza tanto como a mí. Está intentando peinar su cabello con las manos, sin mucho éxito.

-Helena - Kirsty grita antes de abrazarla - Cuánto tiempo. ¿Cómo estás? No quise despertarte pero tenía tantas ganas de verte por fin. Tenemos que ponernos al día, aunque Lía me mantiene informada.

Helena hace un gesto de disgusto bastante disimulado tras el grito pero yo lo capto igualmente porque me estaba fijando en ella justo en ese momento. Kirsty ni se entera y sigue parloteando sin cesar. Siento lástima por Helena y por lo que le espera esta tarde con mi prima. Estoy seguro de que ahora se arrepiente de haberse emborrachado anoche.

-¿Y Raúl? - nada más pronunciar ese nombre, su gesto cambia totalmente pero Kirsty sigue sin enterarse de nada - No me digas que sigue durmiendo. Ese chico es un poco...

-Ya no estamos juntos - la corta al momento - He venido sola.

-Oh, vaya - por un momento se queda sin palabras y eso desde luego es algo inaudito en ella - Bueno, no pasa nada. Así puedo por fin buscarte un novio escocés para que te vengas a vivir a aquí. Galicia está muy lejos.

-Ni Galicia está tan lejos - protesta - ni tengo intención de empezar una relación. Acabo de terminar una.

-Tonterías - hace aspavientos con su mano - En cuanto te presente a unos cuantos primos míos, se te olvidará cualquier malestar. Además...

Los gritos de Scot interrumpen lo que parecía un largo monólogo típico de mi prima y aunque el niño es más escandaloso que su madre, creo que Helena se alegra de que la reclame. Yo también, sobre todo porque ambos desaparecen de la cocina y el silencio le da un respiro a mi cabeza.

-Recuérdame que no vuelva a beber - me dice Helena sentándose a mi lado - Creí que me moría esta noche.

-No aguantas nada.

-Claro que aguanto - me golpea en el hombro - pero ayer sobrepasamos cualquier límite posible.

-Habla por ti - tiene razón, pero no se la daré.

-Aquí el valiente - dice - que por no darme la razón, soportará la resaca en silencio, fingiendo que no la tiene.

-Venga - cambio de tema al momento - ayúdame a preparar la mesa. Que luego no digan que no hacemos nada en la casa.

-No sea que decidan cambiar de padrinos en el último momento - se ríe.

-Eso no lo harían nunca. Somos los mejores.

-Y pensar que tendré que soportar ese ego tuyo por el resto de mis días - sé que bromea pero eso no me ha sonado del todo bien - No arrugues la frente, hombre, que no te estoy pidiendo matrimonio.

-No te convendría - le digo intentando aparentar que no me afectaron sus palabras.

-Sí, lo sé. Estás casado con tu trabajo - sonríe.

Continuamos colocando los platos en la mesa en silencio. O al menos eso intentamos, hasta que Erin aparece en la cocina corriendo y gritando porque Scot va detrás de ella con la clara intención de molestarla, como hace cada vez que están juntos. Para tener 4 años, es un niño con mucha malicia. Mi cabeza comienza a doler de nuevo y lo detengo para que se terminen los gritos.

-Scot - le regaño - deja en paz a tu prima.

-Scot pega - dice Erin, abrazada a Helena - Es malo.

-¿No sabes que a las mujeres no se les debe pegar? - me agacho para quedar a su altura - Hay que cuidarlas y protegerlas.

-No - dice Scot.

-A los niños que pegan se los castiga - abre mucho los ojos asustado - Tú no quieres que te castiguen, ¿verdad?

Niega con la cabeza y parece horrorizado con la idea. Mi prima lo consiente demasiado y estoy seguro de que no lo ha castigado en muchas ocasiones, de ahí que lo asuste tanto.

-Si te vuelvo a ver pegar a tu prima - lo señalo con un dedo - tendré que castigarte.

Hace un puchero y se le aguan los ojos. Sé que está a punto de llorar y ahora soy yo el que se asusta un poco. Si mi prima lo escucha, su ira recaerá sobre mí. Normalmente no me importa demasiado, pero hoy no tengo el cuerpo para soportar sus charlas sobre el inconveniente de tratar de limitar a los niños. Por mucho que me diga, un buen correctivo a tiempo es más efectivo que todo lo que ella y sus terapias alternativas puedan hacer. Pero ella nunca lo verá así.

-¿Qué ha pasado? - por suerte para mí es Duncan quien entra en la cocina por el llanto de su hijo.

-Este pequeño monstruo ha estado molestando a Erin - le digo entregándoselo.

-¿Otra vez? - lo mira con severidad y Scot deja de llorar al momento - ¿Qué te he dicho de pegarle a tu prima?

Por suerte, Duncan no está de acuerdo con los métodos de su mujer y cada vez que puede intenta enseñarle a su hijo algo de educación a la vieja usanza. Por desgracia, el tiempo que puede estar con él es muy poco porque viaja mucho por su trabajo. 

-Pero papá... - empieza a protestar pero se calla al momento en cuanto Duncan lo reprende de nuevo con la mirada.

Al ver que no consigue lo que quiere, comienza a hacer pucheros una vez más pero no es hasta que Kirsty entra, que llora de nuevo. Este niño se las sabe todas.

-Mi amor, ¿qué te han hecho? - extiende los brazos hacia él pero Duncan le impide hacerlo.

-Kirsty - Duncan parece disgustado - esto se lo has hecho tú.

-Pero si yo no estaba aquí - protesta.

-Tú y tus malditos métodos que no funcionan.

Sujeto a Helena por un brazo y tiro de ella fuera de la cocina. Sé por experiencia que estas discusiones se alargarán durante unos minutos.

-Mejor alejarnos del fuego enemigo - le guiño un ojo a Helena y ella blanquea los suyos.

-Ni que estuvieran en guerra.

-Te aseguro que la educación de Scot es una continua guerra entre ellos. Duncan es un hombre paciente. Mucho. O ya se habrían divorciado.

Erin sale corriendo en cuanto ve a sus padres entrar en la casa. Cailean la coge en brazos y la besa con ternura.

-Esa sí es una pareja compenetrada - le escucho decir a Helena. Juraría que hay cierto deje de admiración en su voz.

-Lía y Cailean son la excepción a todas las reglas.

-Eso no es cierto - me mira - Conozco a muchas parejas como ellos. Sólo has de encontrar el equilibrio.

-Sigues sin convencerme - me burlo.

-Y yo sigo deseando estar presente cuando conozcas a esa mujer que te haga cambiar de opinión.

-Mejor búscate una silla. La espera será larga - me acerco a mis primos para que esta vez sea ella la que se quede con la palabra en la boca - Buenos días, pareja.

-Espero por tu bien - Lía me señala con un dedo - que eso no signifique que trasnochasteis, Keenan.

-Los solteros tenemos más aguante que los casados - la beso en la mejilla - Déjanos disfrutar un poco. Hoy ya toca recogerse temprano para estar frescos mañana.

-Hoy nadie saldrá - me advierte, antes de devolverme el beso.

-Sí, mamá.

-Se hace vieja - le susurro a Cailean, pero asegurándome de que me escuche igualmente.

-Te he oído.

-Uh, vaya - le guiño un ojo - Que fallo.

-Golfo.

-Siempre.

-Como críos - dice Cailean, evidentemente divertido con la conversación - Mejor te saludo a ti primero, Helena. Eres la sensata aquí.

-No dirías lo mismo si la vieses anoche - me rio al ver el gesto de disgusto de Lía por mi comentario.

-No eches más leña al fuego, Keenan - Helena se ríe también - Recuerda que están a tiempo de cambiar de padrinos.

-Como ya te he dicho, no lo harán.

-Tal vez sólo de padrino - dice Lía.

-Eso ha dolido, prima - llevo mi mano al corazón - Pero si la he cuidado muy bien. ¿A que he cuidado muy bien de ti, Helena?

-Desde luego - sonríe - Fui yo quien lo emborrachó a él. El pobre quería irse a casa, pero no le dejé.

-Tampoco te pases - la miro con los ojos achinados.

-Pobrecillo - palmea mi hombro - Le he dado en todo el ego.

Evander decide despertarse en este momento e interrumpirnos. Helena lo toma en brazos y le cambia el rostro completamente. Casi diría que se le ha iluminado de repente. Desde luego, se ve a las leguas que adora a nuestro ahijado. Cuando Erin le pide que se agache para ver a su hermano, lo hace e inician una conversación que sólo ellas dos escuchan.

-Tu hermana ya está aquí - le digo a Cailean.

-Nos encontramos con Duncan en la entrada - asiente.

-Iré a ver si necesitan ayuda en la cocina - dice entonces Lía, al ver que sus hijos están en buenas manos.

-No te recomiendo que entres todavía - la freno - Duncan y Kirsty están ahí.

No necesito decirle más, sabe a qué me refiero. Niega con la cabeza y mira hacia la cocina con pesar. Está pensando lo mismo que todos nosotros, lo sé. Que el día en que Duncan llegue a su límite, habrá serios problemas entre ellos.

-Ni se te ocurra - le advierte Cailean - No es cosa nuestra, cielo.

-Alguien tiene que abrirle los ojos a tu hermana, Cailean.

-No serás tú.

-Pues haz algo - lo reta - Es tu hermana.

-Nunca me ha hecho caso. ¿Por qué crees que lo hará ahora?

-Hombres - alza las manos al cielo antes de encaminarse hacia la cocina mascullando algo más que ninguno logra entender.

-Deberías dejar que interviniese - le aconsejo a mi primo - Si Lía no es capaz de hacerla entrar en razón, nadie será.

-No quiero que mi hermana le eche la culpa si al final sucede lo peor.

-No subestimes a tu esposa, Cailean.

-No lo hago.

-Pues es lo que parece - apoyo mi mano en su hombro - Dale algo más de confianza. Puede que te sorprenda.

-Ya sabes lo temperamental que es Kirsty. Lía es...

-Adorable, lo sé - lo interrumpo - pero también sabe ser firme cuando debe. Y si tu sobrino necesita mano dura, tu hermana también.

-Mi madre ya lo intentó.

-Pero Lía no.

-¿Desde cuándo eres un defensor tan acérrimo de mi mujer? - me mira con diversión.

-Desde que la conozco. No - me debato unos segundos antes de hablar de nuevo - desde que me permitió conocerla.

Lía es una mujer muy reservada y no tiene nada que ver con su timidez. Aquellos que gozamos de su plena confianza, descubrimos a una mujer totalmente diferente a como la ven desde fuera. Puede parecer distante e inaccesible, pero no lo es. Mi primo tiene razón al describirla como adorable. Nunca una palabra se ha adecuado tanto a una persona como ocurre con Lía.

-Oye - el tono de voz me dice que soltará una de sus bravatas y ya puedo imaginar cual es - ni se te ocurra enamorarte de mi mujer.

-¿Tienes miedo de que te la robe? - alzo una ceja - ¿No eras tú el que decía que preferían a los blandos que sabían darles lo que querían?

-Todavía te acuerdas, eh - ríe.

-Oye, resultó ser cierto - le guiño un ojo - Sólo hay que ver lo enamorada que está Lía de ti.

-No sé si sentirme halagado porque me has dado la razón u ofendido porque me has llamado blando.

-Tú no eres blando, primo - hablo muy en serio ahora.

-Yo también te quiero, Keenan - me dice.

-Sabía que no debería decir nada - rio - Ahora el blando soy yo.

-Tranquilo - apoya su mano en mi hombro como hice yo antes - tu secreto está a salvo conmigo.

-Y conmigo - dice Helena provocando que ambos miremos hacia ella. Ni siquiera sé en qué momento se ha ido Erin ni cuánto tiempo lleva ella escuchándonos - No le diré a nadie que Keenan Mackenzie, el francotirador, tiene corazón.

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♥︎𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀𝐕𝐄𝐑𝐒𝐄♥︎ © OMEGAVERSE @ "𝙻𝚊 𝚟𝚒𝚍𝚊 𝚍𝚎 𝚌𝚊𝚜𝚊𝚍𝚘𝚜 𝚎𝚜 𝚝𝚊𝚗 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚎𝚝𝚎𝚗𝚒𝚍𝚊, 𝚢 𝚊𝚞́𝚗 𝚖𝚊́𝚜 𝚌𝚞𝚊𝚗𝚍𝚘 𝚘𝚝�...