Clínica (#2 Hospital)

P1-221 által

245K 21.9K 11.9K

Clínica es la historia que ocurre en el mismo lapso de tiempo que su antecesora "Hospital". En ella, se darán... Több

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Epílogo

Capítulo 19

6.7K 675 184
P1-221 által

Y no había ni una sola manera más de abrir la puerta. Por lo que Hernán nos acaba de informar, era más que claro que ya no había más soluciones. No tenía caso que siguiéramos activando palancas si éstas nunca llegarían a ningún lado. Las puertas estaban lisas, ambas, ya las habían revisado y no había ni cómo escapar por ellas, solamente era distracción, en la que caímos nuevamente.

—Polvo, tierra, y nada más que eso —le platicó Iván a su padre a la vez que también se lo decía a todos, pero se centraba en él—, volvimos a caer papá, la tentación nos llevó a activar palancas que no nos llevarían a ningún lado.

—Sí —contestó su padre derrotado, o cansado, no sabía realmente cómo entender su tono de voz en este momento—, y quizá lo sigamos haciendo, y haciendo. La desesperación nos hará destruir todos los límites que nos impiden salir. —Se relamió los labios y observó la puerta del cuarto de Alessandra—, voy a recostarme hijo. Cualquier cosa que suceda o descubran, por favor, avísenme.

—Sí papá —contestó su hijo y le acarició la espalda delicadamente, ambos dieron media vuelta para comenzar a caminar hacia el cuarto—, te acompaño.

Renato asintió y también colocó su mano en la espalda de Iván. Ambos se acercaron al cuarto e Iván abrió la puerta para acompañar a su padre dentro de la habitación. Los observé hasta que se metieron y perderlos de vista.

—Ya deja eso Hernán —escuché que Melissa le decía, él continuaba con su mano dentro del agujero, intentado aún conseguir un pomo que no existía—, no encontrarás nada.

—¡¿Puedes callarte?! —Le gritó Hernán nada amigable, Melissa se sobresaltó. La trataba muy mal, a su antojo. Con los demás se comportaba tranquilo, pero la manera de dirigirse a Melissa era muy delicada, en verdad se tenían odio.

Melissa agachó su mirada y observó los pies de Hernán, luego la levantó y se enfrentó a él.

—Tú no vas a callarme Hernán —le dijo señalándolo con el dedo, Hernán bufó, nuevamente comenzarían a pelear—, no es motivo para que me grites de esa manera. Solamente te informo que ya no encontrarás nada.

—¿Y a ti qué te importa lo que encuentre o no? —contestó Hernán, permaneció con la mano dentro del agujero y su cabeza revisando en él, se escuchaba un eco al hablar por dentro del agujero—. Yo quiero salir. Yo voy a buscar mi propia salida.

La desesperación invadía a ambos, Hernán saciaba su furia en Melissa y ella con él, no se quedaba callada, continuaba respondió. Derrochaban odio mutuamente.

—La salida la hubieras encontrado en el momento en que te hubieras largado por el hospital —contestó—. ¡Te dije claramente que no ibas a ver a tu hijo! Pudiste haberte retirado.

—¡Tenía un maldito mareo! —Gritó Hernán, esta vez enfocó sus ojos con los de Melissa. Iván iba saliendo del cuarto—. ¡De cualquier modo hubiera permanecido dentro del hospital!

—¡¿Y dónde está ese mareo ahora?! —La discusión aumentaba de volumen—. ¡Eres un mentiroso Hernán! ¡Solo venías por mi hijo!

—¡¿Y qué si lo hacía?!

—Hey, hey, hey —les dijo Iván acercándose a ambos. Lo vieron y permanecieron callados con las respiraciones levemente agitadas—. ¿Qué ganan con gritar? ¿Qué ganan con discutir dentro de este lugar? —Se dirigió a Dalila quien estaba solamente a unos pasos de Hernán y Melissa—. ¿Por qué no los detuviste?

—Es mejor que sacien su coraje de una vez —dijo Dalila con seguridad. Iván negó lentamente—, que se digan todo lo que tengan que decir y no lo hagan cuando estén frente al niño.

Esta vez Iván entendió y relajó sus facciones, Dalila tenía razón. Era mejor evitar que estos padres se reclamaran frente a su hijo y así ocasionarle daños emocionales.

—Él no tiene derecho a reclamarme nada una vez estemos frente a mi hijo —expresó Melissa, Hernán se bajó de la silla de un salto provocando que el polvo que la pared había derramado se levantara un poco. Caminé con ellos dejando a Neus sola en los sofás de la sala—, no quiero que se le acerque.

—El niño decidirá si quiere conocer a su padre o no —contestó Hernán—, tú no.

Melissa iba a responder pero Iván la tomó del brazo para apretarlo y que se controlara un poco solamente. Se quedó callada y Hernán negó y caminó hacia los sofás de la sala para después resoplar y sentarse en uno de ellos.

Dalila observó su anillo de compromiso y comenzó a frotarlo, no sabía qué quería lograr con eso pero seguramente quería distraerse del incómodo silencio que nos invadía. Caminé de regresó a los sofás para tomar mi bolsa y sacar mi cargador de celular para conectarlo a la corriente, en cualquier momento se me apagaría, me quedaban unos quince minutos más de carga. En cualquier momento podría regresar la señal y así llamar a la policía. En ese momento se me vino una idea a la mente, algo que podría funcionar muy bien, aquí abajo no había señal, pero, ¿y si allá arriba sí? No lo pensé dos veces y regresé a donde los demás estaban en silencio. Inmediatamente me detuve y me preparé para informarles acerca de mi idea y que uno de ellos me acompañase a revisar si ahí arriba había señal.

—¿Y si ahí arriba hay señal? —Solté al instante. Iván y Dalila me observaron con confusión, Melissa no se inmutó por formar un gesto—. Sí —volví a decir—, si subimos en el elevador probablemente nos encontremos con la sorpresa que desde allá arriba podemos llamar a nuestros familiares, incluso a la policía para que acabe de una vez con todo esto.

Iván abrió su boca con sorpresa, no lo había pensado, nadie lo había pensado. Era una magnífica idea y una esperanza que podría funcionar.

—Es una genial idea —expresó Iván, Dalila y Melissa sonreían. Iván también lo hizo, no quería que esa esperanza se derrumbara en el momento en el que subiésemos, tenía que hacerse realidad. Patricio tuvo que haber fallado en algo—, iré a comunicárselo a mi papá para poder acompañarte en la búsqueda de señal. —Iván dio media vuelta sonriendo y se adentró al cuarto donde estaba Renato para comunicarle nuestra próxima acción. Salió al instante y se colocó a mi lado.

—No deberían molestarse —dijo Hernán apareciendo nuevamente a nuestras espaldas. Sus gestos eran serios y no demostraban ni un aire de esperanza—, hay bloqueadores de señal en todas partes, obviamente arriba también. No van a encontrar absolutamente nada allá arriba.

—¿Tú qué sabes? —Le preguntó Melissa con fastidio, Hernán se cruzó de brazos al instante.

—Más que tú —le respondió—, es increíble que a estas alturas todavía crean que allá arriba va a haber señal. Los bloqueadores de señal son extremadamente potentes, incluso los de un alto costo pueden interferir hasta con las llamadas de emergencia, lo que significa que un bloqueador de señal potente y costoso es lo que nos rodea, y no creo que sea solamente uno.

Bloqueadores de señal, nunca había escuchado de ellos, pero si lo que decía Hernán era cierto, entonces esos bloqueadores podríamos encontrarlos escondidos y acabar con ellos. Pero primero tenía qué acabar con mi última esperanza, subir al estacionamiento y tratar de utilizar mi celular ahí arriba.

Iván me observó asentir para indicarle que ignoraríamos a Hernán y de igual manera correríamos al elevador para subir e intentar llamar a la policía o inclusive a algún familiar. 

 —¿Quién nos acompaña? —Preguntó Iván, nadie respondió. Nadie quería ir, creían más en Hernán. Quería subir, pero no quería bajar y que Hernán me recibiera con un "te lo dije".

—¿Puedo ir? —Le preguntó Neus a Iván, realmente me sorprendió que lo hiciera. Quería decirle que no, que los láser podrían ser peligrosos para ella, pero ella me respondería que ya no era una niña y que podría cuidarse de manera independiente.

—Pregúntale a tu madre —respondió Iván poniendo en aprietos a mi hija, ahora ella se tenía que comunicar conmigo para pedir permiso. Me observó mientras apretaba sus dientes y levantó sus cejas sin emitir palabra, era astuta, con eso me estaba pidiendo permiso, faltaba solamente que yo asintiera para que ella fuera con nosotros.

—Está bien Neus —respondí, ella sonrió emocionadamente—, con cuidado por favor.

—Sí —respondió ella. Me había hablado, nuevamente, sabía que no podría guardar rencor por mucho tiempo, así eran los niños, o en su caso, las personas de su edad.

Avanzamos hacia el elevador completamente dispuestos a subir, entramos e Iván presionó primeramente el botón que nos iba a dirigir al piso número dos, al hospital. Subimos y en un santiamén paramos, habíamos llegado al segundo piso y en cuanto se abrieron las puertas, no perdí tiempo, extraje mi celular de mi bolsillo y observé algo que ya me esperaba, no había señal. Observé a Iván y no era necesario comentar algo al respecto ya que él también sujetaba su celular en sus manos, obviamente sin éxito. Los láser seguían igual de potentes que la vez pasada, no tenía esperanza con ellos.

Presionó el botón número 3 y entonces nos dirigimos al estacionamiento, cuando las puertas se abrieron, no quise observar hacia afuera porque sabía que me toparía con el cuerpo de Joel. Mejor, revisé mi celular nuevamente y me enteré que Hernán tenía razón, que cuando regresáramos al piso de abajo el nos recibiría con un "se los dije".

—No está —informó Iván observando hacia el estacionamiento, yo estaba de espaldas hacia él. Tenía que estar hablando de Joel, su cuerpo seguramente no estaba en su lugar. Me giré para comprobar que estaba en lo cierto y así era. El cuerpo de Joel no se encontraba donde lo habíamos dejado, solamente estaba el charco de sangre que había emanado de sus entrañas. Observé bien el estacionamiento, las paredes que encerraban la sala de espera del hospital, aquí arriba se convertían en un pequeño aparcamiento del estacionamiento y lo demás daba paso al sanatorio, era lógico, en los sanatorios no necesitaban una sala de espera. Los pacientes ya no tenían un remedio de días, eran semanas, o incluso años. No sabía si los pacientes en coma también estaban acá o ellos permanecían en el lugar de interno.

—¿Se lo habrá llevado Karen? —pregunté, me parecía muy ilógico que lo hubiera hecho, pero era lo único que podía pensar, ¿con qué motivo pudo habérselo llevado?

—No sé —respondió Iván aún observando el estacionamiento con sumo cuidado, quería encontrar a Joel con su mirada, algo que no iba a lograr. Suspiró derrotado y luego nos observó a mí y a Neus—, nada, ¿verdad? —me preguntó. Negué inmediatamente decepcionada, ninguna señal, ninguna esperanza más, ahora regresaríamos al piso de abajo con ninguna emoción más que la de frustración y la tristeza.

—Nada —dije de igual manera. Iván asintió mientras mantenía sus labios apretados.

—¿No hay señal? —Preguntó Neus deteniéndonos un instante. Su mirada mostraba preocupación y aún esperanza, pero se esperaba la respuesta que le íbamos a indicar.

—No — respondí y ella apretó los labios al igual que Iván para después agachar la mirada tristemente.

—Qué más da —dijo Iván y presionó el botón número uno del elevador para comenzar a bajar al instante. Se cerraron las puertas y la melodía que emitía el elevador era tediosa, variaciones de ritmo en un solo tema me irritaba los oídos.

Cuando las puertas se abrieron, nadie nos esperaba ahí afuera como cuando subimos por primera vez y regresamos sin Karen ni Joel. Todos habían creído en las palabras de Hernán, excepto Renato, pero él, por su situación, no podía dirigirse con nosotros, pero seguro esperaba una respuesta por parte de su hijo.

Cuando abandonamos el elevador, inmediatamente nos dirigimos a la sala de espera donde no nos esperaban. Pero Dalila se veía nerviosa y en cuando se percató de nuestra presencia se enfocó en nosotros.

—¿Pudieron encontrar señal? —Preguntó esperanzada, pero su rostro se vio decepcionado cuando vio los nuestros.

—No —respondió Iván, eso bastó para que Hernán se levantara de su asiento y se dirigiera a nosotros.

—Se los dije.                          

Olvasás folytatása

You'll Also Like

93 10 4
Emma Duncan y Luka Green se conocen desde pequeños por sus padres, quienes son muy amigos desde la adolescencia. Cuando Emma cumple sus quince años o...
2.5K 191 13
Todo lo que nos pasa tiene un propósito.❤
2.3K 378 4
Tras un intento de suicidio fallido un leve choque cambiaría por completo la vida de Alexis Maldonado.
2.1K 217 8
hay pesadillas que por más que lo intentes jamás desaparecen, y vuelven a por ti, cada que pueden