Nunca conmigo

Por SoniaLopezSouto

426K 75K 23.2K

Un francotirador es observador y calculador. Un francotirador es paciente y disciplinado. Un francotirador es... Más

1
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
Epílogo

2

16.3K 1.9K 699
Por SoniaLopezSouto

Únete a nosotros en:

https://www.facebook.com/groups/SoniaLopezSouto/

Sígueme en:

Facebook: Sonia López Souto

Instagram: @sonialopezsouto

Tik Tok: sonialopezsouto

Y si te gusta lo que lees, puedes adquirir mis otros libros en Amazon:

https://amzn.to/2XZaMdM
_____________________________________

En la actualidad

-¿Ya te vas ahora? - Randy me mira como esperando a que diga que no.

Es el primer permiso que nos dan en diez meses e imagino que tendrá al menos un par de interesantes planes para los cuatro. Pero esta vez tendrán que ir sin mí porque yo tengo un compromiso ineludible al que ni puedo ni quiero faltar.

-Me están esperando en casa - me encojo de hombros y doy un trago a mi cerveza, como si eso fuese suficiente explicación.

-¿Y no puedes decirles que vas el lunes? - insiste Randy- Son solo tres días. No creo que les importe.

-No puedo, tíos. Esta vez no.

-¿Por qué? - pregunta Nolan - Yo también estoy deseando ver a mi familia pero me quedaré todo el fin de semana. Va a ser épico.

-Este sábado es el bautizo de mi ahijado. No pueden celebrar la ceremonia sin el padrino - alzo las manos y luego me señalo.

-¿En tu familia hay chicas guapas? - pregunta Randy divertido - Podríamos acompañarte. Igual es mejor plan que quedarnos en Edimburgo.

-Las hay muy guapas - corrobora Nolan - Yo sé de unas cuantas.

Nolan y yo nos conocimos en el jardín de infancia pero nos perdimos la pista años después, cuando su familia regresó a Irlanda. No recuerdo gran cosa de aquella época, salvo su cabeza pelirroja que se distinguía a distancia entre todas las demás. Y que siempre estábamos castigados por algo a pesar de lo pequeños que éramos.

Nos reencontramos en el instituto, cuando se mudaron de nuevo a Escocia, y retomamos la amistad. Y la conservamos desde entonces, incluso después de que se enterase de que su hermana había sido mi primera vez. Y yo la de ella, por supuesto. Lo solucionamos a golpes, como los mejores amigos que éramos. Un labio partido y un ojo morado fue suficiente para que me perdonase. 

-¿No eres su amigo de la infancia? - Randy lo empuja con el codo para picarlo - ¿Por qué no te ha invitado entonces?

Randy es todo lo contrario a Nolan en cuanto a aspecto, con su cabello ensortijado y negro como la noche, su piel oscura y sus ojos celestes. Pero están igual de locos. Randy es inglés, el único del equipo, aunque se lo perdonamos porque es un gran tipo. Y porque después de cuatro años trabajando juntos, ya le hemos quitado lo estirado.

-Porque yo solo soy el padrino - contesto en su lugar - Podría llevarlo de pareja pero Nolan no es mi tipo.

-Hieres mis sentimientos, Keenan - se lleva una mano al pecho para dar mayor énfasis a sus palabras.

-Sobrevivirás - me termino mi bebida y me levanto - Disfrutad de vuestro fin de semana, chicos, yo me tengo que ir ya o no llegaré para la cena.

-Saluda a tu familia de mi parte - Nolan me da un abrazo rápido antes de sentarse de nuevo.

-Si te aburres en casa - me dice Lenox alzando su cerveza hacia mí - ya sabes dónde estamos.

Lenox es el mayor de todos nosotros. Y el más serio y responsable también. Es quien mantiene al equipo unido, pero a veces se le olvida sonreír. Cuando queremos molestarlo, le llamamos papi. En esas ocasiones saca lo peor de su carácter escocés a relucir y si no tienes buenos reflejos, te llevas uno de sus legendarios derechazos. Siempre con cariño, por supuesto. Al menos, eso dice él. Yo sólo sé que duelen como el demonio.

Muchos se quejan de su acritud, pero a mí personalmente me gusta que sea así. En el campo de batalla su profesionalidad nos ha salvado en muchas ocasiones. Es como nuestro ángel de la guarda, pero de carne y hueso. Y fuera, ya nos encargamos nosotros de que se relaje lo suficiente para disfrutar del momento.

-En otra ocasión será - me despido de ellos.

Me quedan unas cuantas horas en la moto para llegar a Inverness y todavía tengo que pasar por el hotel a recoger mis cosas. Jamás lo admitiré, pero estoy nervioso. Ser padrino es una gran responsabilidad y no sé si seré capaz de hacerlo bien. Porque no quiero ser de esos que sólo lo son de nombre y con mi trabajo, no será fácil cumplir. Me paso más tiempo en misiones que en casa, me perderé muchas cosas de su vida.

Esa fue una de las razones por las que me negué en un principio a aceptar, pero mi primo puede ser muy convincente, lo que le viene de perlas para su profesión pero a mí me ha fastidiado bien. Y su mujer lo es todavía más, aunque de otro modo. Con esa dulzura que posee es imposible decirle que no. Así que, al final, seré el padrino de un niño de cuatro meses que todavía no conozco más que por foto. Buen comienzo, sí señor.

No me desagrada conducir pero viajar solo es de lo más aburrido. Así que, aunque recomiendan parar cada poco tiempo para evitar que el cansancio provoque algún despiste irreparable, me recorro las 180 millas en poco más de 3 horas. Para cuando llego a Inveraray, todavía no ha anochecido y me da tiempo a detenerme en la ciudad a comprar regalos. Sé de una jovencita que estará encantada con eso.

A medida que me acerco a casa de mis tíos, mis nervios aumentan. Hace casi dos años que no los veo y estoy ansioso por abrazarlos. Desde el día en que mi padre me repudió, ellos ocuparon en cierta medida su lugar. Me aceptaron en su casa y me trataron como a un hijo más. Siempre les estaré agradecido por todo lo que hicieron por mí y lo que siguen haciendo. Mi vida habría sido muy distinta sin ellos a mi lado.

-Keenan - Fiona me abraza nada más aparcar la moto.

No sé cómo hace para saber cuándo estoy llegando a casa porque siempre me está esperando en la puerta. No falla. O tiene un radar o se queda allí el día entero. Y me consta que lo segundo no es, porque incluso cuando vengo por sorpresa, ella es la que me recibe.

-Hola, tía - la levanto del suelo y escucho su grito de sorpresa.

-Bájame, granuja - protesta.

-Te echaba de menos - la beso en la mejilla mientras mis ojos ya se pierden en la distancia, donde Cailean me espera con Erin.

-Y nosotros a ti - me dice, dándome paso hacia la casa con la mano.

-Keenan - Erin se lanza a mi cuello en cuanto estoy lo suficientemente cerca de ellos - Por fin. ¿Cuándo te vas?

-Acabo de llegar - sonrío - ¿Ya me quieres echar?

-No - se ríe.

-Ya me parecía - la dejo en el suelo para estudiarla - Mírate, pero si ya eres toda una señorita. ¿Qué tienes tres, cuatro años?

-Cinco - me muestra su mano con todos los dedos alzados.

-Cinco - digo como si de verdad me sorprendiese su edad - ¿Pero cuándo has crecido tanto?

Se ríe como loca mientras tapa su boca con las manos. Le guiño un ojo antes de abrazar a mi primo. Y no es uno de esos abrazos típicos de hombres donde parece que competimos para ver quien golpea la espalda del otro más fuerte. No, este es un abrazo en condiciones. De esos que dicen mucho sin necesidad de palabras.

-Bienvenido - me dice al soltarnos - No puedes desaparecer por tanto tiempo, Keenan. Por aquí se te echa mucho de menos.

-Lo sé - pasamos dentro de la casa - Procuraré no espaciar tanto mis visitas a partir de ahora.

Entramos en la sala de estar y mi mirada se posa en Lía, que sostiene a Evander mientras lo amamanta. Está tan concentrada en su hijo que ni se entera de que hemos entrado y la estamos observando. Se ha cortado el pelo y lo ha aclarado un poco. Le da un toque todavía mayor de dulzura, ahora sí que será imposible negarle nada. Mira a Evander con adoración y una tierna sonrisa en los labios. Debo admitir que es una bonita estampa.

-Y por fin nos conocemos, pequeñajo. ¿Cómo está mi ahijado? - beso a Lía en la mejilla y miro a Evander como mama casi sin respirar - No soy bueno en esto de sacar parecidos pero diría que es igualito a su padre.

Lía se sonroja al comprender el doble sentido de la frase y Cailean se ríe por mi comentario. Me encanta sacarle los colores a Lía, incluso a sabiendas de que es tan fácil hacerlo. Está claro que después de cinco años hay suficiente confianza entre nosotros, pero ella siempre será propensa a esos sonrojos suyos. Y yo creo que a mi primo le ponen, claro que no tengo pruebas de ello. Ni pienso buscarlas. Lo dejaré para ellos.

-Estás preciosa, Lía - le digo, dejando a un lado las bromas - ¿Qué tal se porta el pequeño de la familia contigo?

-Es un santo - sonríe - Come y duerme.

-Estupendo - rio - Menos trabajo para mí.

-Como si tú fueses a cuidarlo muy a menudo.

-Igual me aficiono y me tenéis por aquí a todas horas - le guiño un ojo.

-Que mis ojos lo vean - me sonríe de nuevo.

Aunque no lo dice, sé que se preocupa por mí cada vez que salgo del país. Todos ellos lo hacen, pero el peligro forma parte de mi vida. De mi trabajo. Estoy tan habituado a él que apenas pienso en que pueda ocurrirme algo malo. Sé que no les sucede lo mismo a ellos, pero tampoco puedo hacer nada para evitarles el malestar. Porque abandonar el ejército no es una opción para mí.

-Por el momento, me tendrás todo para ti por unos cuantos días.

-Perfecto - me entrega a Evander después de colocar su ropa - Sé bueno y sácale el aire a tu ahijado.

Recuerdo la primera vez que sostuve a Erin en brazos. No sabía dónde poner las manos ni cómo evitar que se me escurriese. Con el tiempo aprendí a hacerlo y cuando nació Scot ya era todo un experto. Evander ni se inmuta al colocarlo en mi hombro y empezar a darle palmaditas en la parte baja de su espalda.

-Oye, Cailean. ¿Y tu hermana?

-Llega mañana. Scot tenía hoy el cumpleaños de uno de sus amigos y no quiso perdérselo.

-Estos niños de hoy en día lo quieren todo - rio.

-Su madre lo consiente en todo. Algún día se arrepentirá de no ponerle límites.

-Dios, primo - me burlo de él - ¿Desde cuándo te has vuelto tan padrazo?

-Desde que tengo hijos - ríe conmigo.

-Dirás desde que tienes guerreros - rio al escuchar el eructo de Evander. Para ser un bebé tan pequeño ha sonado muy fuerte - ¿Hay algo más por ahí, Evan?

Insisto un poco más, por si acaso, y me recompensa con otro algo más suave. Entonces lo acuno en mis brazos mientras Erin corretea a mi alrededor pidiéndome que se lo deje ver. Me agacho y se lo muestro.

-Está encantada con su hermano - me dice Cailean - pero debemos tener cuidado porque todavía es muy pequeña y a veces se cree que es un juguete.

-Es que es un juguete - miro a Erin con diversión - Pero uno muy delicado, ¿verdad, Erin?

-Sí - asiente con efusividad.

-Hay que cuidarlo y tocarlo despacito - tomo su mano y le ayudo a acariciarlo con suavidad - Así.

-Serías un gran padre, Keenan - me dice Lía y la miro.

-Me encantan los niños - le respondo - por un rato. Luego prefiero devolvérselos a sus padres. Sobre todo cuando lloran o se cagan.

Erin ríe por lo último que he dicho y Lía me mira con censura. Aguanto la risa para no enfadarla, pero me cuesta horrores. Por suerte para mí, Fiona nos interrumpe anunciando la cena. Lía toma a Evander en brazos para llevarlo a su cuna. Se ha quedado dormido.

-Comer y dormir - me dice sonriendo antes de subir a la habitación.

-Vamos a cenar, señorita - cargo a Erin en mi hombro como un saco, provocando su risa.

-Keenan - Lía me mira con sus ojitos tiernos durante la cena y me preparo para lo que vaya a pedirme. Porque sé que me pedirá algo - necesito que me hagas un favor mañana.

-¿No deberías pedírselo a Cailean? Es tu marido - bromeo y ella se sonroja intensamente.

-No esa clase de favor - me saca la lengua y yo rio - Necesito que vayas a buscar a alguien a la estación de autobuses. Los demás están ocupados y yo preferiría no salir con Evander. Ha estado enfermo y no quiero arriesgarme a que recaiga.

-¿A quién debo recoger?

-A mi amiga Helena - sonríe sabiendo que ya he aceptado aunque no se lo haya dicho - y su novio Raúl.

-Ya sabes que sólo tengo una moto - le pregunto aún así - ¿Dónde pretendes que los meta?

-Yo no necesito el coche - me dice Alpin - Puedes llevártelo.

-Muchas gracias, tío.

Lía continúa comiendo como si nada, feliz de haber conseguido chófer para sus amigos, y yo me pregunto si habrá alguien que pueda decirle alguna vez que no a una persona tan adorable como ella.

Seguir leyendo

También te gustarán

6.6M 320K 104
El prominente abogado Bastian Davis conocido como "El Lobo de Minnesota" ha decidido casarse con unas de las hijas de Rob Walton y todo para unir fue...
578K 27.3K 23
Eliette Lefebvre es una escritora reconocida a nivel mundial por su exitosa saga de libros criminales, cansada de no poder terminar su nuevo libro se...
8.8K 202 16
Una chica que da un mini manual de como curar el corazón desde su perspectiva. Con puntos que asimilan cada situación que va haciendo que la herida v...
3.7M 160K 132
Ella está completamente rota. Yo tengo la manía de querer repararlo todo. Ella es un perfecto desastre. Yo trato de estar planificada. Mi manía e...