EXIT
Un mes después, entre tanto, Jared...
Salida...
Es lo que anhelo desesperadamente una y otra vez. Nunca creí que fuera una persona normal, pero jamás imaginé que terminaría convertido en algo anómalo.
Examinando con desesperación las formas menos confiables de escapar, me encuentro aquí sosteniendo un magnífico objeto tallado de ónix negro, enrollándolo en mi dedo medio y observándolo sin cesar, como si la maldita cosa tuviera las respuestas adecuadas para el caos que me rodea.
Gruño en voz baja mientras recorro la casa solitaria, que me ha visto crecer. Me muevo con irritación, sintiendo las sensaciones que me agobian y bostezo, un completo desastre. Mi cabello rubio ahora se eriza en todas direcciones, aunque ocasionalmente lo llevo así, y sé que luzco lamentable. La ropa parece a punto de ponerse de pie por sí sola, salpicada de tiza por todas partes.
Hago un nuevo intento y regreso a la habitación. A pesar de la derrota, he dejado de dormir, parte de la rutina actual, y ciertamente llevo así cuatro días sin tumbarme. Mañanas, tardes y noches se vuelven una repetición interminable, y los nervios y calambres retorcidos en mis muñecas están empezando a cobrar su precio. Sin embargo, no he abandonado el taller de escultura, ahora lleno de figuras malformadas y cuerpos inacabados de esa mujer. Sé que no podré soportarlo por mucho tiempo, o colapsaré en un estado catatónico en cualquier momento.
Me extiendo sobre el colchón, completamente exhausto y agotado. La sonrisa sin rastro de alegría se desvanece de mi rostro, mientras tanto los ojos se me humedecen, cargados de fatiga. Parpadeo repetidamente, luchando por mantenerme despierto, pero siento cómo la energía se escapa de mi cuerpo, como si fuerzas invisibles me empujarán hacia un profundo abismo.
Tres, dos... uno.
El peso del cansancio se hace cada vez más abrumador, arrastrándome hacia un sueño indeseado. Mi mente se vuelve una batalla entre la resistencia y el agotamiento.
Abro los ojos y rebusco, corriendo desesperado por un lugar amplio y oscuro. Un espeso olor almizclado inunda mi sentido del olfato cuando atravieso las puertas, aberturas de diferentes colores, texturas y materiales.
Me detengo especialmente frente a una de tono ébano, sellando el espacio y quizás mi posible despertar. Pero de inmediato comprendo que una vez más soy incapaz de escapar del sueño.
Con las manos en las caderas, contengo un grito en la garganta, intentando silenciarlo, pero se escapa sin permiso. Estoy tan repugnado por todo que no puedo reprimir esa liberación.
Mientras continúo mi camino, estudio el entorno y solo veo paredes grises. No hay mucho más para explorar, hasta que encuentro unos garabatos singulares; sombras de hombres de piel roja junto a serpientes negras. Me adentro en sus miradas surrealistas, venenosas como el mercurio, y sobre ellas encuentro una infinidad de signos, a veces se repiten una y otra vez.
Alquimia, me digo a mí mismo.
Las huellas de manos, deslizadas en la fresca pintura, se encuentran esparcidas por todas partes. Los mismos dedos que las crearon parecen arrepentidos de su creación, borroneándolas como si quisieran deshacerlas.
Otra entrada azul zafiro se alza frente a mis narices. Respiro frustrado, porque no confío en ella en lo más mínimo. Después de atravesar sin sentido un número exagerado de portales, el deseo de encontrar la salida crece amenazadoramente, acechando mi cordura.
En ese momento, una ráfaga de viento fuerte impacta en mi espalda y me enfrento al épico portal. Un aura mortecina lo atraviesa y se escapa por detrás, una invitación sencilla pero peligrosa.
Confundido, me concentro en la fisura, pero el viento me empuja de nuevo, haciéndome caer de rodillas y adentrándome en un lugar sin permiso. Deslizo sobre el asfalto común y corriente y, en cuestión de segundos, mis ojos se dirigen hacia los bordes de un extenso bosque. Reconozco este lugar, estoy en las afueras de Mysthaven...
Reanudo la exploración del paisaje cuando algo captura mi atención. ¡Un perfume! Me siento intrigado y cautivado por su fragancia, y nerviosamente levanto la mirada en busca de su origen. Desde lejos, la veo, como en un sueño que se mantiene a una distancia inalcanzable.
De repente, antes de llamarla, noto que la misma estela que me ha acompañado hasta aquí se desplaza hacia la joven, como en una desaceleración creada en una maldita película. Es una escena, un viejo truco de cine, mientras observo las suaves curvas de su cuerpo y su deslumbrante vestido de color rubí.
No entro en más detalles cuando, de repente, ella se detiene y dirige su atención hacia el sombrío bosque. Ambos intuimos lo mismo. Todo está en silencio hasta que se escucha un murmullo entre los árboles. Mis oídos se entumecen al cesar ese susurro y suspiro al percibir que se alejan, pero de repente el ruido se vuelve ensordecedor.
El grito de la chica me alerta y, sin pensarlo, nos ponemos en marcha. Antes de llegar a la mitad del camino, cientos de aves nos dividen, formando un enjambre oscuro que cubre el cielo durante unos breves minutos y luego, como por arte de magia, desaparece.
Con el pecho agitado y los pies descalzos y raspados por el pavimento, sigo conteniendo el pánico, pero todo cambia cuando las ramas a los lados del suelo son pisoteadas con firmeza. Juegan conmigo. Cuando se detienen en la línea del bosque, los observo desde una corta distancia. Veo a personas con capas granates rituales.
Mis ojos se posan en uno de ellos, el enigmático líder de aquellos encapuchados. Desde la distancia, puedo sentir su mirada fija en mí, su presencia amenazante. A medida que se acerca a la chica del anterior sueño, el miedo me paraliza. Sé que no puedo permitir que él se la lleve, pero siento que mi cuerpo se niega a moverse, incapaz de enfrentar a esa criatura monstruosa.
El anillo me distrae, crispando y ardiendo fuertemente en mi dedo. Lo sacudo rápidamente, maldiciendo el metal caliente. Aunque reniego del fuego, no me detiene. Tomo zancadas largas, ansioso por seguir el camino que su llamado incesante me indica.
Por encima del hombro, noto que los demás todavía no se han movido de su lugar. Suspiro falsamente aliviado, porque no soy ingenuo. Esto no es bueno en absoluto.
Me apresuro, sin querer tentar al destino, porque quién sabe cómo terminará esta maldita situación. Sin embargo, ella transmite una seguridad inquebrantable (hasta cierto punto) y se acerca apresuradamente hacia mí.
Sin explicación, siento una excitación abrumadora, superado por la adrenalina, deseando tenerla a mi lado, anhelando su compañía. Ambos avanzamos casi corriendo, el impulso hace que apriete los puños, concentrándome en sus acciones. A pesar de nuestro esfuerzo, no puedo seguir adelante, ya que uno de los misteriosos se acerca más rápido que yo, alcanzándola. La rodea y se pone a su espalda, deteniéndose a escasos centímetros.
No avanzo, reprimiendo cualquier acercamiento ante la siniestra maniobra de aquel extraño. Observo el ancho de su espalda, confirmando que un ser con oscuridad. Se endereza y gira para mirar por encima de su hombro. Sus manos se levantan y, con un suave movimiento, desliza la tela que cubre parte de su rostro. Aunque no cae por completo, puedo ver su fría expresión y una sonrisa cínica en sus tensas mejillas.
Sé lo suficiente como para darme cuenta de que está marcando su territorio y no quiere que yo lo traspase. Curva aún más la comisura de su boca en una mueca divertida, no obstante frunzo el ceño y dudo sobre lo siguiente.
—Tú eres mío, yo pertenezco a muchos infiernos, incluido el tuyo a partir de ahora, —dice este con confianza, entretanto se vuelve hacia la mujer, que sigue oculta. Lo veo acercarse aún más a ella.
—¡Deja a la chica!, —suelto audazmente, intentando acercarme, pero se ha levantado una barrera entre nosotros. Toco esperanzado el cristal, pero es imposible, ya no los puedo oír.
Con cautela, intento memorizar, planear y repetir una y otra vez: "Iona. Oye, espera".
Siento el peso de su nombre en mi memoria, tratando de entender qué estoy intentando lograr, aunque no estoy seguro. Tal vez pueda corregir el rumbo erróneo de nuestros destinos. Un calor interno se despierta en mí, cálido como el roce de un dedo en una pequeña llama, y lo acepto con una familiaridad que me asusta. Sin vacilar, digo:
"I-Iona, Horus. Despierta".
...Al mismo instante.
—Iona —escucho en mi mente como una voz susurrante.
Permanezco paralizada mientras observo a Baco. Sin embargo, su voz llega a mí con claridad, la voz del que posee iris diferentes, dos destinos entrelazados. Susurra una pregunta que se desvanece en el eco: "¿Horus, eres tú? ¡Estoy aquí, sigo aquí!"
Descubro la desesperación detrás de su tono, pero antes de responder, siento miedo cuando el demonio me sujeta bruscamente. Ese chico extraño que alguna vez pensé que amaba se ha ido.
Sin obstáculos, me rindo ante sus deseos tóxicos, porque eso es lo que me han convertido, eso es lo que soy, eso es lo que quieren de mí. Este es el destino de la piedra negra en mi cuello, que me aprieta hasta asfixiarme, lo heredé sin elección ni pedido.
"No elegí ser un imán oscuro, me impusieron esta carga."
"No, no, no. ¡Iona! ¡Ven a mi lado!" —Su voz resonó con desesperación, como un grito desgarrador en la distancia. Nos rodeaba un silencio aplastante, pero en sus palabras percibí un atisbo de esperanza—. "¡Siéntete viva, porque estoy aquí para ti!"
Esa súplica desesperada, su impulso urgente, acarician y alimentan la llama de una promesa inocente. El mismo individuo, con esos ojos hermosos y expresivos que he inmortalizado en mis dibujos, que adornan las paredes de mi habitación. Entre los demás retratos, descubro unos ojos negros y oscuros, comparables a las mañanas en las que despierto, plagada de nerviosismo y desánimo ante la oscuridad que me envuelve.
Sus ojos, en tonalidades contrastantes, evocan diferentes emociones. En uno, el sol se refleja, brillante como el oro al amanecer, mientras el otro resguarda la noche azul, profundo como la galaxia en su ser.
Uno refleja serenidad, una mirada que ofrece consuelo en los momentos de caos y tormento. Es como si en sus ojos encontrara un refugio, un oasis de calma en medio del vendaval.
Pero en el extremo opuesto, está su rival. Un hombre con una mirada intensa y salvaje, como la obsidiana, que desafía a los ojos valientes a adentrarse en su abismo. Hay algo en esa mirada que penetra en lo más profundo de aquellos que se atreven a conocerlo, desatando una mezcla de fascinación y temor.
Será tu pecado perpetuo y penitente, el destino que te persigue. Tarde o temprano, él vendrá por ti, como una sombra que se desliza sigilosa en la oscuridad. La atracción y el peligro se entrelazan, desafiando toda razón y prudencia.
En este juego de contrastes, entre lo sereno y lo salvaje, te encuentras atrapada. Dos polos opuestos que te atraen y te arrastran hacia caminos divergentes. El dilema es inevitable, la elección desgarradora. Mientras la incertidumbre se teje en cada paso, la esperanza aguarda en silencio, susurrando la posibilidad de encontrar respuestas en el enigma de tus propios sentimientos.
Por dónde empezar en un camino tan largo, en un agradecimiento que quizás se quede pequeño. Les doy las gracias a todos los que me han acompañado. Tendré algo simple que decir, pero no por eso menos importante.
Agradezco a los clubes de lectura, aquellos que me han enseñado tanto con sus buenas críticas y también al señalarme mis errores a lo largo del año 2015. Personas que, al igual que yo, se autopublican en una plataforma totalmente gratuita como Wattpad, y que han dado a conocer mi trabajo. Las opiniones realmente positivas sobre la trama de "Magnet" me han motivado a aprender cada día un poco más.
Cuando comencé a escribir esta novela en el verano de 2014, no sabía nada sobre la estructura de una novela, y mucho menos cómo desarrollar algo tan complejo y extenso. La edición en mi documento de Word de "Magnet in Dark" consta de 83,002 palabras (aproximadamente), todas las cuales me han costado esfuerzo, cada letra, cada párrafo, y luego corregirlo todo a la perfección. Aún queda trabajo por hacer, pero avanzo con cuidado.
Wattpad es el primer sitio donde la obra ha sido mostrada, y aún pueden leerla completa. Aunque eso no quiere decir que no haya realizado algunos cambios en la versión publicada en Kindle de Amazon. ¡Mi sueño se ha hecho realidad!
Gracias a los primeros lectores, aunque no sean demasiados. Incluso valoro a aquellos que han leído cada párrafo desde el principio, en silencio. En la comunidad ya se encuentra la portada del segundo libro junto con la sinopsis. Los invito a leer el volumen 2: "Sentirme Vivo".
Terminando con este texto, quiero enviar mis saludos a mi hermana, familia, amor y amigos, quienes sin su aliento, esto sería solo una idea que tuve aquella tarde de verano.
Gracias, Sabrina, por leer y no detenerte ni en tu trabajo. Tenía miedo de que te despidieran por mi culpa. A ti, mára, que esperaste a que fuera publicado, ahora puedes tenerlo en tus manos.
A aquellos a quienes no menciono, pero que han hecho posible que aprendiera tanto sobre el arte de escribir y que he crecido cada día en ello.
Tanto la obra como mis ilustraciones tienen derechos reservados. Sean capaces de crear. Lo que ven aquí son solo dibujos, un pasatiempo que siempre he amado, al igual que escribir.
Aunque no tengas talento, una cosa hay que decir: haz lo que quieras, persigue lo que amas y, sobre todo, ¡inténtalo!
Muchas, muchas gracias por leer "Un Imán en la Oscuridad".