Magnet in Dark© Parte I "EL ÓNIX" NUEVA VERSIÓN -#PGP2024

24 VISIÓN EN JARETH

"Y así empezó todo.

¿Qué pasa si digo que no soy como los demás? 
¿Qué pasa si digo que no soy uno más de tus juegos?
Tú eres el pretendiente
¿Qué pasa si digo que nunca me rendiré?

Con el tiempo, nuestra alma no contada,
Yo solo soy un alma en venta... Oh, bueno
La página está fuera de impresión
No son permanentes
Estamos temporal, temporal
La misma vieja historia."

Letra; "The Pretender" De Foo Fighters(en español.)

24

VISIÓN EN JARETH 

En la tierra, una melodía tenue resuena en mis oídos, como el susurro inquietante de una criatura invisible. ¿Serán figuras humanas las que distingo en la penumbra? Mi voz, apenas un susurro, emerge con dificultad, ahogada por el peso de la incertidumbre.

—¡Eh, ustedes! ¡Ayuda! ¿Hay alguien allí? —clamo, pero mis palabras son casi devoradas por el viento que silba en mis oídos, como si el mismo abismo respondiera a mi llamado.

Un relámpago rasga el oscuro firmamento, iluminando las nubes pesadas y amenazantes que se despliegan como patas de araña gigantes, extendiéndose en el horizonte. En un abrir y cerrar de ojos, un rayo cae en picada hacia el centro del remolino, en el agua turbia, generando ondas violentas que se expanden bajo mis pies descalzos, como si la furia de la tormenta estuviera decidida a tragarme entero.

—¡Esto no puede estar ocurriendo! —exclamé, mi voz temblorosa mientras avanzaba con pasos más decididos—. Soy Jareth, tengo veinticinco años. Soy un tipo más de pensar que de hablar, ¿saben? Prefiero perderme en mis esculturas y en la pintura. En fin, vivo en Shadewell, Mysthaven. Ah, y tengo un hermano, Adán, un espíritu libre de preocupaciones.

Mis ojos se abrieron de par en par, llenos de inquietud.

—No, no funciona, sigo atrapado en este maldito sueño.

Froto con fuerza mi frente, en un intento desesperado por concentrarme y escapar de esta pesadilla. Y es en ese instante cuando un grito desgarrador emerge desde la orilla, resonando en mis oídos como un eco siniestro, una llamada que despierta mis instintos más primarios y me impulsa a seguir adelante. Aún me encuentro a una distancia considerable de la costa, pero la urgencia de llegar a ese lugar, donde la luz misteriosa titila como un faro en medio de la negrura, se apodera de mí.

¿Qué diablos estás haciendo, Jareth? Date la vuelta, no te acerques. ¡Estoy completamente loco! —mi mente grita, pero mi cuerpo se niega a obedecer. La curiosidad, esa necesidad de descubrir la verdad detrás de esta pesadilla, me guía como una obsesión.

Mis pasos se vuelven firmes, sin titubear, pero antes de que pueda alcanzar la enigmática luz, los aterradores alaridos de las criaturas que me rodean me detienen en seco. El viento aúlla, retorcido y cargado de una energía maligna que se clava en mi piel. Los cabellos de mi nuca se erizan mientras una sensación de opresión se apodera de mí. Una tormenta inminente se gesta en el horizonte, como si el mismo mundo estuviera conspirando en mi contra.

Sin pensarlo dos veces, comienzo a correr, impulsado por el miedo y la necesidad imperiosa de alejarme. Las aguas turbias emergen violentamente, aprisionando mis rodillas y pies en un abrazo helado. Miro a mi alrededor, atónito. El remolino ha crecido en tamaño, convirtiéndose en una boca voraz que se alza sobre la superficie, sedienta de presas. Las formas oscuras que antes apenas distinguía ahora se aferran despiadadamente a mis extremidades, como garras invisibles que buscan arrastrarme hacia la oscuridad, como si el abismo mismo quisiera devorarme.

Los insectos gigantes emergen del agua con movimientos frenéticos y grotescos. Escorpiones acuáticos dan vueltas a mi alrededor, sus cuerpos mutan en formas monstruosas y aladas. Sus pinzas afiladas se clavan en mi piel, mientras sus aleteos resuenan en mis oídos como el chirriar de miles de cuchillas. Su vuelo es una danza macabra que parece desafiar las leyes de la naturaleza, como si fueran criaturas nacidas de las pesadillas más oscuras.

—¡Redime esta pesadilla! ¿Qué demonios está ocurriendo? —exclamo en medio del caos, pero los insectos gigantes emiten chirridos inhumanos, comunicándose en un lenguaje incomprensible y oscuro, como si fueran heraldos de un mal ancestral.

—Es hora de correr. ¡Debemos marcharnos! —la voz en mi cabeza persiste, y mi determinación se alimenta de la urgencia de la situación. No entiendo por qué hablo en plural, pero no es momento para reflexionar sobre ello. Los insectos forman un torbellino descendente en una sincronización espeluznante, regresando a su morada en las profundidades del agua oscura. Mientras se sumergen uno tras otro, no tengo tiempo para pensar y aprieto los dientes, lleno de repugnancia y nerviosismo. Estos momentos desafían los límites de la cordura.

Comprendiendo que no tengo alternativa, me dejo arrastrar por la corriente, esquivando los insectos gigantes que caen como una cascada a mi alrededor. La voz persistente en mi cabeza se convierte en mi única guía, alimentando mi determinación. Una elección se cierne sobre mí, como una encrucijada en mi destino. Y en este momento crucial, decido avanzar, sin importar las consecuencias.

Soy obstinado, por lo que me dirijo directamente hacia los extraños en tierra. El suspenso se adhiere a cada fibra de mi ser mientras me adentro en lo desconocido, sin saber qué me aguarda más allá de la oscuridad.

"Redime esta pesadilla", murmuro nuevamente para mí mismo, deslizando un juego de palabras. ¿Podré liberarme de este terror que ha tejido sus hilos y se ha apoderado de mi sueño? La incertidumbre se mezcla con el miedo mientras avanzo hacia lo desconocido, donde la luz titilante en la orilla parece ser mi única esperanza en este oscuro laberinto de pesadillas.

*Juego de palabras que utiliza Jareth ("Mierda, es Verse a Dios"). Usa un anagrama que es cuando: una palabra resulta de la transposición o reordenación de las letras de otra: "Roma" es anagrama de "amor".