Magnet in Dark© Parte I "EL ÓNIX" NUEVA VERSIÓN -#PGP2024

25 ENTRE DEMONIOS O FANTASMAS

"Las estrellas, la luna, todas ellas se han apagado

Me dejaste en la oscuridad.

Ni alba, ni día, siempre estoy en este crepúsculo.

En la sombra de tu corazón (...)

Y en la oscuridad puedo oír el latido de tu corazón,

Intenté encontrar el sonido, pero entonces se detuvo.

Y yo estaba en la oscuridad así que en oscuridad me convertí (...)

Siempre estoy en la sombra de tu corazón,"

FLORENCE+THE MACHINNE 'COSMIC LOVE' (EN ESPAÑOL).

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ENTRE DEMONIOS O FANTASMAS

"Amo vivir. Acaba con esto. Despiértame", gimo en agonía mientras recupero la conciencia.

Intento incorporarme, pero mis recuerdos son más confusos que los de Joel. Mi resplandor arde con una intensidad desbordante.

Sujetando mi cabeza, los gritos penetran en mi mente, agudizando el dolor que perfora mis sienes.

—¡Cállate, cállate! ¡Malditas aves del infierno! ¡Corran! ¡Te advertí que no soporto a esa ave!

A regañadientes, trago mis palabras, ya que mi cuerpo está adolorido. Por una vez, debo admitir que mi otro yo tiene razón. Lo desobedecí, al igual que a Azraél.

Alzo la mirada y me encuentro en las orillas de un cristal perfecto, un lugar que recuerdo haber soñado alguna vez. Es un mar de mercurio rodeado por un cielo en el ocaso, donde oscuras y densas nubes se congregan en el centro.

Trago saliva y humedezco mis labios, cuando el entorno se ilumina con terribles descargas eléctricas. Al bajar la mirada, perturbada por el paisaje, noto otro cambio en mí. La sangre mancha una falda invadida por plumas tan negras como el cuarzo.

—¿Qué... qué es esto?

—Lo que ves es la moda del Mirlo, tu ave. ¡Un asesino, por cierto! Si no fuera por mí y esta rama que tomé, habríamos... cómo decirlo, muerto. Enterrados, devorados por microorganismos. Células devora humanos.

—Ya. Ya, lo entiendo.

Avanzo sin titubear, a pesar de las quejas de mi otro yo histérico, sin esperar a ser reprendida por mi propio subconsciente. Me lanzo, obligada a explorar este lugar. El corte en mi labio, aunque superficial, despierta una incomodidad más profunda. Mi propia sangre, antes un recordatorio lejano de mi humanidad, ahora es un símbolo de la realidad cruda que esta parte me impone. Con un gesto de frustración, golpeo el vestido, como si pudiera liberar mi malestar en cada golpe.

¡Maldición!

Avanzo con determinación, ignorando las protestas de mi otro yo histérico, sin esperar la reprimenda de mi propio subconsciente. Me lanzo de lleno a explorar este enigmático sitio. Aunque el corte en mi labio es superficial, despierta una incomodidad más profunda. Mi propia sangre, una vez un recordatorio distante de mi humanidad, se convierte ahora en un símbolo de la cruda realidad que este lugar impone. Con gesto de frustración, golpeo el vestido, como si pudiera liberar mi malestar con cada golpe.