Magnet in Dark© Parte I "EL ÓNIX" NUEVA VERSIÓN -#PGP2024

2 SOFÁ ROJO

"Todos sabemos que se quiebra el alma. 

Cuando su mirada ya no mira más, 

y caminamos al filo del alba, perdiendo la calma, 

perdiendo la calma cuando ella se va.

Y todos esperan que venga la lluvia y limpie las calles de esta ciudad". 

Fragmento del tema; BAJOFONDO "Lluvia" Álbum Presente2011

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SOFÁ ROJO

En el desayuno, el teléfono de Chloe interrumpe una acalorada conversación que ha estado teniendo durante los últimos treinta minutos. Papá nos mira enojado, mientras ella responde con una sonrisa culpable y contesta la llamada. Afortunadamente, el llamado es de su padre, quien la hace reír tontamente antes de saltar de su silla y salir corriendo hacia la puerta para recibir a Báez.

Todos estamos contentos de ver a Báez, un amigo cercano de la familia que incluso parece un hermano para papá. Al hallarlo, mi atención se centra en él inmediatamente.

Luka Báez es un hombre guapo y amable, con una presencia magnética que lo hace destacar en cualquier lugar. Sus rasgos son casi perfectos, con una nariz recta y unos ojos profundos y oscuros que contrastan con su piel bronceada. Su cabello corto tiene un color gris natural sobre la raíz de su frente, lo que le da un toque distintivo y maduro. Lleva un traje de alto costo que le sienta a la perfección, destacando aún más su escultural cuerpo. Aparenta menos edad de la que posee, pero en realidad es de la misma década que Arturo y Amalia.

Cuando se acerca a mí, su sonrisa pícara ronda en sus labios, lo que me hace recordar su amabilidad que siempre es sincera, a pesar de que su apariencia física demuestre hostilidad y orgullo. Me recibe con palmas extendidas y me da un cálido abrazo, haciéndome sentir bienvenida en su presencia. Sé que por encima de mi hombro, está sonriendo a mamá, demostrando su afecto y lealtad hacia nuestra familia.

Enseguida me deja ir y se encamina a la puerta. Ahí, de pie, con las manos en sus bolsillos, está su antiguo amigo Arturo.

—Hola, viejito, ¿cómo has estado? —pregunta Báez con una amortiguada sonrisa, al tiempo que sacude su cabeza e imita su recta postura.

—Bien, pero ya nos conocemos para fingir, ¿no?

—No, no te quejes, no es necesario que digas nada, ya lo sé. Te olvidas de que nos conocemos lo suficiente, adivino lo que piensas. Desde ya te lo digo, primero un abrazo y luego te lo aclaro todo.

—Ven, modelo de Vogue, y explícame, ¿qué es eso de que nuestras únicas hijas se nos irán? ―dice papá, al tanto tomándolo del codo y lo sacude hacia él.

Papá posa su mano en el hombro de Báez y ambos se adentran en la casa, pareciendo dos adolescentes en complicidad de verano. Mamá nos observa a ambas y al minuto decidimos seguirlos. Mientras caminamos hacia la sala de estar, Arturo y él continúan su conversación.

—Chloe me contó todo. Parece que se van a estudiar a Mysthaven por un tiempo —explica Báez.

—¿Mysthaven? ¡Qué locura! —exclama papá.

—Sí, parece que es una gran oportunidad para ellas. Ya no te alborotes, estará bien, estarán juntas y podrán cuidarse mutuamente.

Amalia interviene, con una nota de aprehensión en su voz: