4 FUEGO Y DIENTES DE LEÓN

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"Hieres e insultas, contando todas tus mentiras. 

Me engañas, señor, cómo hipnotizas cariño, 

no sé dónde has estado

Voy a amarte nena, aquí estoy otra vez". 

 Fragmento del tema; 

 LED ZEPPELIN 'Dazed and confused' (en español.)



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FUEGO Y DIENTES DE LEÓN


Estoy en una pequeña habitación, divisando todo con desconcierto. No hay nada más que muros grises. "Por favor, por favor, no de nuevo", pienso cuando sé exactamente dónde estoy.

Por encima del piso despejado y pulido, me invade la curiosidad al descubrir los cristales inundados de penumbra. Me hinco para pulir con mi aliento el espejo y observo un sitio amplio con llamas flamantes y un suelo árido. Al acercarme aún más, avisto siluetas de sombras y por afán aplasto la nariz contra el reflejo.

De pronto, el cristal se transforma en algo viscoso y mis rodillas ceden mientras caigo sin poder aferrarme a nada. Me hundo como un animal atrapado en el lodo, maldigo y grito en vano. Tan rápido desciendo que mis pulmones se marchitan a falta de aire.

En un instante caigo con fuerza, y bajo las palmas, en busca de sostén, encuentro solo arena gruesa. Examino los granos en un puño y poco a poco los libero para que los lleve el viento. Alejo la vista más allá e investigo el terreno con incertidumbre. El ambiente se espesa de nuevo y me hace estrechar el pecho, reprimiéndome.

Intento concentrarme, aunque estoy asombrada al observar el oscuro escenario delante, como si estuviera a diez mil millas bajo el mar. Lo único que me permite ver son los reflejos de las llamas a lo lejos, que me mantienen alerta por si algo o alguien aparece en este paisaje lúgubre.

Me abrazo, sintiendo un escalofrío, y me aventuro a continuar hacia algún camino. Descubro a una persona de rodillas no muy lejos de la colina y grito eufórica: "¡Señor! ¿Señor?" Pero algo me aleja como si tuviera un imán en los omóplatos que tira de mí hacia atrás. Genial, gimo cuando vuelvo a desmoronarme sobre el trasero. De todos modos, el hombre ni se inmuta por mi presencia.

Bato mis palmas sucias y alzo la vista. Al analizar sus movimientos, me alarma algo muy, muy malo. "Pero... ¿Qué está haciendo? ¡No!"

Experimento náuseas y unos repentinos mareos. Me inundo en una bilis cargada, repulsiva y amarga que raspa en mi garganta. La mezquina bestia devora un cadáver con ambas manos, mientras sus finos dedos con garras devoran aquello con escasos modales.

El resto de su apariencia está compuesta por un rostro velludo con cortes tribales tatuados en el cuerpo, que recorren parte de sus extremidades, brazos y piernas, culminando en unas manos con grandes garras. Tiene heridas abiertas y sangrantes, aunque no me da ninguna pena después de ver lo que hace. Una tétrica figura.

Tapo mi boca para contener el horror que amenaza con salir de ella. No es un animal que actúa por instinto de supervivencia, sino un monstruo con deseos carnales, vanos y perversos. Sus grandes ojos sin párpados, de una diamantina expresión y color metálico, se dirigen hacia mí y lo veo con las manos aún en sus fauces, mientras comienza a burlarse. Sus palabras se transforman en estrepitosas carcajadas que retumban en eco por la comarca.

Magnet in Dark© Parte I "EL ÓNIX" NUEVA VERSIÓN -#PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora