Harry Potter: Historias de la...

By ALeeMar

278K 18.9K 6.8K

¿Quieres saber qué fue de tus personajes favoritos después de la Batalla de Hogwarts? Pequeños one-sh... More

Antes de empezar
El día en el que Percy conoció a Audrey
Antes del nuevo curso [Hanny]
Regreso a Sortilegios Weasley [George y Angelina]
Una cena con los Weasley [Percy y Audrey]
Cartas [Romione]
Victoire
Reencuentro [Oliver y Katie]
Últimos deseos [1/3]
Últimos deseos [2/3]
Últimos deseos [3/3]
Aurores
Lo que probablemente cambió todo [Neville y Hannah]
Sin vuelta de hoja [George y Angelina]
Tal y como debía ser [Hanny]
Nuestro especial comienzo [Rolf y Luna]
La boda que todos esperaban
En dos mundos distintos [Percy y Audrey]
El Profeta: Edición especial
La elección decisiva [George y Angelina]
La historia no contada de Charlie Weasley
Banquete nupcial
Feliz cumpleaños, gemelos Weasley
Dominique
Aquellos pequeños detalles [Rolf y Luna]
El mayor miedo [Romione]
La magia de una muggle [Percy y Audrey]
Aquel 2 de Mayo de 2002
Nuestro hogar en Grimmauld Place [Hanny]
Una fantástica familia [Neville y Hannah]
El Profeta: Edición especial (II)
Incluso más importante que el quidditch [Oliver y Katie]
Asuntos pendientes
La familia crece
Punto para Charlie Weasley
Velada en El Refugio
Únicos [Rolf y Luna]
Louis
Cuanto más lejos, más cerca [Romione]
No más secretos [Hanny]
Primeros recuerdos
Dos nuevas leyendas
Toujours [Teddy y Victoire]
Un día memorable
Revelaciones [Lee y Alicia]
Grandes noticias
La historia que Charlie Weasley contó
Teddy en Hogwarts [2/2]
Comienzan las clases
Navidades en la Madriguera
Cómo crear una tradición familiar
Hogwarts ve una Weasley de nuevo
Nuevos y viejos recuerdos [Rolf y Luna]
Año Nuevo
~Tagg~
El cumpleaños de Lily
Boggarts
Sorpresas por duplicado
Poniendo a prueba a Teddy
Lo que a Charlie Weasley le faltaba por contar
El día en el que Teddy por fin se dio cuenta
Los nuevos alborotadores de Hogwarts
La noche de Halloween
El secreto de Louis
19 años después [1/2]
19 años después [2/2]

Teddy en Hogwarts [1/2]

3.2K 281 123
By ALeeMar

Aquel verano, durante el mes de julio, Teddy pasó unos días en Grimmauld Place junto con sus tíos Harry y Ginny, y los jóvenes James, Albus y Lily. El metamorfomago, al igual que todos los días que llevaba en aquella casa, bajó las escaleras gritando y repitiendo sin parar:

— ¿¡Ha llegado ya!?

Harry, que en ese momento estaba leyendo el Profeta con Albus en su regazo, levantó la vista del periódico para ver a su ahijado moverse de un lado para el otro del comedor, muy ansioso.

—No seas impaciente, Teddy—le aconsejó Harry—. Llegará antes de lo que crees.

Teddy, cruzándose de brazos, se sentó al lado de James. Este último le pidió si podía cambiar de color de pelo, pero Teddy no estaba de humor. Llevaba esperando su carta desde hacía semanas, y no había forma de que llegara. Empezaba a pensar que se había perdido por el camino.

—Seguro que se la han enviado a otra persona por error—se quejaba Teddy.

—No digas tonterías—se rio Ginny, que justo acababa de entrar a la sala con la pequeña Lily en brazos—. Las lechuzas saben exactamente dónde hay que entregar cada carta.

Ginny dejó a su hija en una trona. Se disponía a ir a la cocina y preparar algo para desayunar, cuando el timbre sonó. Harry se dirigió hacia la puerta para recibir a quien acababa de llamar. Al regresar al comedor, el azabache anunció que tenían visita. Teddy sonrió ampliamente al ver a un viejo amigo de su padrino entrando por la puerta.

— ¡Hola, Neville!—le saludó, alegremente. Teddy, además de haber oído mil y una historias de las proezas que habían llevado a cabo la mayor parte de su familia, también sabía que Neville Longbottom era otro gran héroe de guerra.

— ¡Teddy!—exclamó él—. No sabía que estarías aquí. ¿Cómo estás?

—Esperando mi carta—contestó, con ojos brillantes.

— ¿Por qué será que no me sorprende?—rio Neville. Volviéndose hacia Ginny, dijo—: Espero no molestaros con esta visita sorpresa. Pasaba por aquí, y había pensado en pasarme a ver cómo estaba mi ahijado—añadió, señalando a Albus con la cabeza.

— ¡En absoluto!—se apresuró a decir la pelirroja—. Íbamos a empezar a desayunar. Siéntate. Como si estuvieras en tu casa.

Neville le dio las gracias, y tomó asiento junto a Harry. Cuando Ginny regresó con una bandeja repleta de tostadas y galletas y unos cuantos vasos con zumo de calabaza, le preguntó a su gran amigo:

— ¿Y cómo está Hannah?

—Muy bien, la verdad—respondió—. Ahora que se acerca el inicio de curso, un montón de niños entran al Caldero Chorreante para llegar así al Callejón Diagon. Y le emociona ser quien les da la explicación a los hijos de muggles de cómo atravesar la pared.

— ¿Y tú qué?—agregó Harry—. ¿Nervioso?

Neville se encogió de hombros, con una pequeña sonrisa en el rostro.

—Es un poco como si volviera a tener once años—contestó.

— ¿Por qué está nervioso Neville?—preguntó Teddy, con curiosidad.

—Oh, es cierto, no te lo habíamos dicho todavía, ¿verdad?—Ginny se llevó una mano a la frente, pensando en cómo podía haber olvidado comentarle aquel detalle—. Este año, Neville será quien llamará a los alumnos para ser seleccionados por el Sombrero.

Teddy abrió los ojos de par en par, mirando alternativamente a los tres adultos que había en el comedor. Sus ojos terminaron posándose en Neville, y le preguntó, totalmente asombroso:

— ¿Vas a... Vas a ser profesor...?

—De Herbología. Y también jefe de la casa Gryffindor—anunció Neville, orgulloso. Y guiñándole un ojo a Teddy, añadió—: Espero verte por allí.

— ¡Gryffindor!—chilló de pronto James. Aquella era una de las palabras que más repetía su hijo mayor, y ni a Harry ni a Ginny les sorprendía en absoluto.

Sus padrinos y Neville comenzaron a charlar sobre más temas que tenían que ver con Hogwarts, y eso no ayudó en absoluto a Teddy. Solo consiguieron que le entraran todavía más ganas de que llegara ya su carta.

—Eh, Gin—dijo Harry de pronto, señalando una columna del periódico—. ¿Sabías que hay un artículo sobre ti en el Profeta?

— ¿Es ese donde se quejan de que todavía no he vuelto a jugar con el equipo?

—Ese mismo—afirmó Harry.

Ella soltó un largo suspiro.

—No sé por qué les cuesta tanto entender que sigo de baja. Por Merlín: ¡me gustaría ver a todas esas personas cuidar de tres niños a la vez! Por suerte no lo ha escrito Skeeter. Vete tú a saber la sarta de mentiras que habría redactado ella...

—Bueno—intervino Neville, leyendo de reojo el artículo que hablaba sobre su amiga—. No se puede decir que este reportero sea muy... Experto en el tema, que digamos.

—Hoy en día no hay periodistas deportivos decentes—se lamentó Ginny.

—Deberías presentarte tú para ese trabajo—bromeó Harry; sin embargo, Ginny se lo tomó como algo muy serio.

—Pues mira, ¿sabes qué? Que quizás lo haga—sentenció ella—. El mundo mágico necesita gente que de verdad se tome esta profesión en serio.

Teddy se entristeció un poco ante la idea de que su tía Ginny se estuviera planteando dejar de jugar a quidditch; pues le encantaba ir a verla a los partidos con el resto de los Weasley. Antes de que el chico pudiera decir nada respecto a la decisión de la pelirroja, Darwin entró por la ventana. Teddy se puso en pie de un salto.

— ¡El correo! ¡Darwin ha traído el correo!—gritó, sin apartar la vista de la lechuza. Se posó en el hombro de Harry, quien recogió las cartas que su mascota traía consigo. Después de entregarle una a su esposa y quedarse con una para él, sonrió, y tendiéndole un sobre a su ahijado, pronunció:

—Creo que es para ti.

Teddy agarró el sobre, y contempló durante unos breves instantes el sello del Colegio de Magia y Hechicería, antes de abrirlo a la velocidad del rayo.

— ¡Mi carta! ¡Por fin tengo mi carta!—. Se la mostró a James, contento a más no poder—. ¡Mira, Jamie! ¡Mi carta de Hogwarts!

James la observó con detenimiento y gran admiración. Albus, sin acabar de comprender la situación, sonrió, contagiado por el buen humor de Teddy.

— ¿Podemos ir al Callejón Diagon?—le suplicó Teddy a su padrino—. ¡Porfa, porfa, porfa!

—Ya iremos mañana, Teddy—le interrumpió Harry—. Así podrá acompañarnos tu abuela también.

Teddy no tardó nada en protestar. Él no podía esperar más: ¡quería ir inmediatamente a por sus cosas! Y por supuesto, a por su nueva varita. Sabiendo que no dejaría de incordiarles respecto al tema durante el resto del día, Ginny, astuta, murmuró:

—Si te esperas a mañana, quizás pueda convencer a Bill y Fleur para dejen que Vic venga con nosotros...—añadió Ginny, con una media sonrisa.

Teddy calló al instante, y Ginny supo que había dado en el clavo.

El resto del día, Teddy se lo pasó dando brincos de emoción por toda la casa, y cambiando el color de su pelo sin parar. Cuando Neville se fue de Grimmauld Place, Ginny les anunció que ella también se marchaba; pues la carta que había recibido la pelirroja aquella mañana era de parte de Luna Lovegood, quien le anunció que sus dos hijos gemelos, Lorcan y Lyssander, acababan de nacer. Así pues, Ginny se fue a visitar a su amiga. Teddy tenía la sospecha de aquello le había servido de excusa para poder abandonar la casa un rato y no tener que soportarles a él y a James chillando de emoción sin parar; pero no dijo nada al respecto, ni tampoco pudo dejar de sentirse eufórico.

Esa noche, aunque pensó que se le haría imposible pegar ojo, Teddy cayó en redondo apenas su cabeza rozó su almohada. Soñó que estaba entrando por primera vez en la Tienda de Varitas de Ollivanders, y cuando su padrino lo despertó aquella mañana, se dio cuenta de que su sueño estaba más cerca de lo que nunca había estado de hacerse realidad.

Cuando Teddy y los Potter se reunieron con Andrómeda y Victoire en el Caldero Chorreante, el metamorfomago tuvo que obligarse a sí mismo a calmarse. Se pararon en frente del muro al cual se llegaba por la puerta trasera del local, y Harry le preguntó si estaba listo, antes de dar golpecitos en los ladrillos correspondientes para que la entrada al callejón se abriera. Teddy asintió una sola vez. Tomó aire y esperó.

Aunque hubiera estado otras veces allí para visitar la tienda de George, Teddy realmente pudo sentir que el ambiente de aquel día era totalmente diferente. Su abuela llevaba la lista con lo que debían comprar en la mano, y cuando le preguntó a su nieto dónde quería ir primero, este no tardó en contestar:

— ¡Ollivanders! ¡Ollivanders!

Y Teddy cogió de la mano a Victoire, y corrieron hasta la tienda, pues sabían perfectamente dónde estaba. Ambos se habían parado varias veces delante del escaparate anteriormente, y habían suspirado, pensando en que algún día ellos también obtendrían sus propias varitas. Teddy todavía no podía creerse que aquel momento ya hubiera llegado.

Cuando el resto llegaron, no perdieron ni un segundo en pasar al interior de la tienda. Ollivander saludó a Harry, Ginny y Andrómeda cortésmente, identificando a cada uno por la varita que les había proporcionado a cada uno de ellos tiempo atrás.

—Así que...—Ollivander salió de detrás de su mostrador—. Por lo que veo, un joven mago viene a por su primera varita...

Harry le presentó a su ahijado, y Teddy dio un paso adelante. Tuvo que admitir que se sintió algo intimidado cuando Ollivander se puso a examinarlo detenidamente con la mirada, como si pretendiera descubrir algo que Teddy ocultaba consigo con el simple hecho de mirarlo.

—Con que... Edward Lupin... Ya veo...

—Teddy—le corrigió, en voz baja—. Puede llamarme Teddy.

Ollivander asintió una sola vez.

—Recuerdo perfectamente cuando tus padres vinieron a por su varita. La de tu padre era de madera de ciprés, con núcleo de pelo de unicornio, veintiséis centímetros y flexible... Por el contrario, la de tu madre tenía núcleo de pluma de fénix, era de madera de sauce, veintidós centímetros y blanda...—. Teddy se esforzó por sonreír. Desde que Charlie le había contado todo lo que él sabía sobre sus padres, el hecho de descubrió cualquier dato nuevo acerca de ellos, por muy insignificante que pareciera, le hacía sentirse mejor—. Mmm... Veamos... Quizás para ti... No, no, una inflexible no te iría bien... ¿Pero qué tal si...? Sí, creo que tengo la adecuada para ti, Teddy.

Ollivander se fue hacia hasta la trastienda. Después de rebuscar entre varias cajas, volvió junto a Teddy, y le entregó la que había cogido especialmente para él.

—Estoy seguro de que esta es la indicada, Teddy. Endrino, pelo de unicornio, veintiocho centímetros y flexible. Venga, pruébala.

Teddy miró de reojo a su padrino, y este susurró: <<Adelante>>. Teddy cogió la varita, y de pronto notó cómo una suave calidez le embriagaba. Sacudió la varita, y pequeños destellos de luz salieron de ella.

—Entonces... ¿Es esta mi varita...?—preguntó Teddy, sin estar del todo seguro.

—Por supuesto, por supuesto—aseguró Ollivander—. Esa es, sin duda. No era muy difícil de predecir, no. Los metamorfomagos como tú sois como un libro abierto en lo que respecta a las varitas; ha sido muy sencillo descubrir cuál te escogería sin pensárselo dos veces...

Andrómeda le dio los galeones correspondientes a Ollivander, y todos salieron de la tienda. Teddy iba al frente, contemplando su varita como si nunca hubiera visto ninguna otra, y tratándola con suma delicadeza, con miedo a que se rompiera.

—Jo, ojalá yo también pudiera ir a Hogwarts este año...—dijo Vic al ver la nueva varita de Teddy, sintiendo algo de envidia.

Su mejor amigo le sonrió.

— ¡Pero solo te falta un año!—la animó—. Y cuando vengas, ¡yo te enseñaré todos los hechizos que haya aprendido!

— ¿De verdad?—A Victoire se le iluminaron los ojos.

— ¡Claro! ¡Y serás la mejor de tu curso!

Vic le devolvió la sonrisa. Andrómeda se acercó a ellos, y les contó que a continuación iban a ir a Flourish y Blotts a por los libros. Mientras Teddy y Victoire corrían hacia el siguiente destino, Harry le murmuró a Ginny que fueran tirando hacia la librería; que él debía ir a otro sitio antes. La pelirroja no comprendió qué otras cosas tenía que hacer su marido en el Callejón Diagon; hasta que, cuando salieron de Flourish y Blotts, vieron a Harry cargando con una jaula, en la que dentro reposaba una preciosa lechuza blanca. Harry y Teddy cruzaron una mirada, antes de que el hombre le afirmara lo que Teddy esperaba oír:

—Espero que te guste tu nueva mascota.

Teddy se apresuró a darle un fuerte abrazo a su padrino. Seguidamente, se agachó para poder ver mejor a su lechuza. Era realmente magnífica.

—Harry, no tenías por qué hacerlo...—dijo Andrómeda, sintiéndose culpable, y a la vez, agradecida.

—Claro que tenía porqué—zanjó Harry.

Teddy le dio las gracias a Harry mil y una veces, y este le repitió que no tenía por qué darlas.

—Me... Me recuerda mucho a la primera lechuza que tuve—explicó Harry, con una nostálgica sonrisa—. Me sacó de muchos apuros. Espero que ocurra lo mismo con esta pequeña y contigo.

Teddy agarró la jaula, encantado. Victoire chilló, emocionada, diciendo que era la criatura más bonita que había visto nunca. Su mejor amigo estaba más que de acuerdo.

Con una sonrisa que parecía imborrable, Teddy y el resto de su familia continuaron con las compras. Incluso él y Victoire pudieron pasar un rato en Sortilegios Weasley en cuanto hubieron terminado de hacer todas las adquisiciones imprescindibles. Aunque Ginny y Andrómeda advirtieron a George que no le vendiera ningún producto de bromas a Teddy, el pelirrojo no pudo resistirse a regalarle uno de sus surtidos salta-clases.

—Escóndelo bien—le susurró George—. Y asegúrate de utilizarlo con cabeza en Hogwarts.

Teddy tenía claro que aquel día era inmejorable.

No podía esperar al día en el que pisara el andén nueve y tres cuartos por primera vez.

~ 💫 ~

Como ya os dije a algunos, los dos capítulos de hoy tratarán sobre la primera de vez de Teddy en Hogwarts. (No os alarméis, que subiré la segunda parte en unas pocas horas). Porque, ¿qué mejor forma de recordar que hoy es mi último día de vacaciones?

En fin, nos leemos dentro de poco ;)

Continue Reading

You'll Also Like

1.7M 99K 119
Kira Kokoa was a completely normal girl... At least that's what she wants you to believe. A brilliant mind-reader that's been masquerading as quirkle...
84.8K 2.4K 38
Francesca Astor came to Love Island to find her soulmate, and once she sets her eyes on him, she's never letting go. Rob Rausch x Fem!oc #1 robertrau...
182K 8.3K 105
In the vast and perilous world of One Piece, where the seas are teeming with pirates, marines, and untold mysteries, a young man is given a second ch...
1.4M 32.2K 60
In which Daniel Ricciardo accidentally adds a stranger into his F1 group chat instead of Carlos Sainz.