Viaje Inesperado [N.H.]© Part...

By Vale_H13

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¿Qué sería de tu vida si cambiara de pronto? ¿Si tuvieras que alejarte de tus amigos? ¿Si tuvieras que dejar... More

Prólogo
1. Nervios y futuro trabajo.
2. Disculpas y lágrimas.
3. ¿Lista?
4. La despedida.
5. Bienvenida a Londres.
6. ¿Casa sola?
7. ¿Pizza, charla y explicaciones?
8. Idiota, voluble y arrogante.
9. Hasta luego, Horan.
10. Universidad, maletas y llamadas.
11. Cena y prisas.
12. No vuelvas a hacer eso.
13. Compras de último momento.
14. Primer día de clases.
15. Nuevos amigos
16. Queso.
17. ¡¿Mi novio?!
18. Galleta de la fortuna.
19. ¿Me darías una oportunidad?
20. Helado nocturno y notas musicales.
21. Hot cakes y tocino.
22. Melodías e instrumentos.
23. Experimento.
24. ¿Celos?
25. Pésima mañana.
26. ¿Quieres jugar?
27.1 Fiesta en casa de Adam: ¿Por qué me besaste?
27.2 Fiesta en casa de Adam: Noche de tragos y lluvia.
28. Descansa, princesa.
29. Una pequeña travesura.
30. ¡Tarde de compras!
31. Niall + Niños + Helado
32. Partituras y más.
33. ¿Un helado?
34. Recuerdos.
35. ¿Nos conocemos realmente?
36. Mas contenta y distraída que de costumbre.
37. ¡Vamos al Karaoke Music!
38.1 Karaoke Music: ¡¿Por qué?!
38.2 Karaoke Music: ¿Biscocho irlandés?
38.3 Karaoke Music: El fin de una gran noche.
39. Muy linda sorpresa.
40. Veinte preguntas.
41. Ahora si son buenas noches.
42. Un gran, gran problema.
43. Una noche llena de sorpresas.
44. Huyendo.
45. Largo día en la universidad.
46. Y el día continúa.
47. Solo un par de días.
48. ¿Es una broma?
49. Un pequeño recuerdo.
50. El regalo perfecto.
51. Encuentro.
52. Regreso.
53. Te necesito, mamá.
54. También me encantas.
55. Apolo.
56. Suspendida.
57. Niall + Mamá = ¿Cariño?
58. Tienda de mascotas.
59. Zayn Malik.
60. Mis amigos, mi familia.
61. Casa llena.
62. Noche de fiesta.
64. Una explicación.
65. Engaño.
Extra.
66. Declaración.
67. Propuesta.
68. ¡¿Dos en una noche?!
69. A tu lado. (Final)
SEGUNDA TEMPORADA
NUEVA PARTE

63. Fatídica mañana.

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By Vale_H13

– Hey, demonios con forma de chica, ya es hora de despertar.

La conciencia va tomando forma, mientras que a su paso viene dejando un maldito dolor de cabeza insoportable.

Siento las sienes de mi cabeza palpitar una y otra vez, haciendo que cierre aún más los ojos.

¿Qué demonios pasó?

– El café está listo. –escucho de nuevo su voz. Es Ted. –Enana, deberías de levantarte. Son casi las diez y debes ir a almorzar con tus padres.

– ¿Cómo sabes eso? –pregunto, tratando de controlar el dolor de cabeza.

– Anoche lo dijiste varias veces. –abro los ojos y lo veo a mi lado. Está sonriendo. ¿Por qué sonríe? Hasta la maldita luz que se filtra entre las cortinas me molesta.

– No recuerdo haber dicho eso. –murmuro, sentándome sobre el colchón.

– Apuesto a que no solo no recuerdas eso. –dice y su sonrisa se ensancha. ¿De qué habla?

– ¿A qué te refieres?

– Las chicas estarán frenéticas cuando te lo cuenten. Sal de la cama, el café está listo. Solo falta que Becca despierte.

– Solo se despertará si le gritas muy fuerte cerca del oído.

Froto mi rostro con mis manos, tratando de despertar por completo. El maldito dolor de cabeza está acabando conmigo. Tomo un gran respiro y me pongo de pie.

Salgo de la habitación y camino rumbo a la cocina. No me sorprende mucho ver a Andy, Nat y Em alrededor de la mesa, viendo algunas cosas en el teléfono de Nat y riendo causa de lo que sea que ven.

– Buenos días. –saludo con voz perezosa. Tomo una de las tazas vacías sobre la barra de desayuno y me sirvo del café que seguro Ted preparó.

– Hasta que por fin despiertas. –dice Nat, con un tono demasiado alto para mi gusto.

– Por un momento creímos que estabas muerta, sweetness. –se burla Andy.

– Están muy despiertas ésta mañana. –me quejo, pero una sonrisa se forma en mis labios mientras sigo preparando mi taza de café.

– Bueno, al parecer no nos fue tan bien como a ti. –habla Nat de nuevo.

– Un maldito dolor de cabeza que parece querer acabar con mi persona, no me parece que sea algo como para decir que me fue bien. –refunfuño antes de llevarme la taza a mis labios.

– No lo recuerda. –percibo que susurra Emily, pero gracias al silencio del apartamento, la escucho claramente.

– ¿No recuerdo, qué?

– Anoche. ¿Recuerdas todo lo que pasó? –me pregunta Em. ¿Pues qué demonios pasó? ¿Matamos a alguien?

– No mucho. No está muy claro lo que pasó después de que bajamos a bailar tú, Ted y yo. –murmuro tratando de recordar un poco, pero mi cabeza me pide que no la haga funcionar por un buen rato.

– Te lo contaremos, pero necesitas sentarte. –el tono suave con el que habla Nat es preocupante y definitivamente no me hace sentir bien.

– ¿Qué sucedió? Por dios, por favor díganme que no hicimos algo estúpido y matamos a alguien. –murmuro asustada.

– ¿Qué? Sweetness, todos están vivos. Solo que pasaron unas cosas anoche...

– Ted dice que hay café. –Becca entra en la cocina con su cabello totalmente desordenado, y vistiendo solo con su ropa interior y mi bata de dormir sin atar. –Necesito una enorme taza de café negro, o no podré despertar por completo.

– ¿Becca lo sabe? –susurra Emily de nuevo.

– Ems, te escucho cada vez que tratas de susurrar. Así que, digan lo que tengan que decir de una buena vez. –esto me está impacientando mucho.

– Bueno, dado a que no recuerdas nada, haremos un recuento completo. –habla Nat. Con mi taza de café en mano, me siento al lado de Emily, y un momento después Becca también nos acompaña.

– Luego de que tú, Ted y yo bajamos a bailar, tú fuiste a la barra por un trago. –comienza Emily. –Te perdimos de vista por un rato, así que todos subimos a la mesa pensando que estabas ahí, pero no estabas. Un momento después, llegaste con un chico.

– Un muy apuesto chico, yo sí lo recuerdo. –interrumpe Becca.

– ¿Un chico? –pregunto confundida.

– Sí. Alto, moreno, cabello oscuro, ojos claros, tatuajes en los brazos y una sensual voz. –lo describe Nat, encantada con decir cada uno de aquellos detalles.

– Llegaste con Zayn Malik, Abby. ¿No lo recuerdas? –pregunta Andy, y veo un destello de preocupación en su mirada.

Trato de recordar. Luego de separarme de los chicos, pedí una copa en la barra. Y después... después vi a Zayn. Sí, era él. Recuerdo que hablamos y después fuimos con los chicos la mesa en el segundo piso. Y ya no recuerdo más. No recuerdo casi nada después de haber pedido el daiquiri. Desde ese momento, no hay nada muy claro...

¡Jodidos imbéciles! ¡Me echaron algo en la copa de nuevo!

– ¡¿Qué hicieron que, de nuevo?! –grita Ted, haciendo que mi cabeza se encoja por el dolor que me produce. – ¡¿Cuándo sucedió eso, Abbigail?! –demonios, hablé en voz alta.

– Fue hace varias semanas, en la fiesta de un imbécil. –respondo, recordando aquel largo día.

– ¡¿Te drogaron en la fiesta de Adam?! –gritan Emily y Andy al unísono. Son demasiados gritos para una mañana de resaca.

– Creí que ya lo sabías, Andy. Casi no te separaste de mí ese día.

– ¡Creí que estabas demasiado ebria, Abby! –responde Andy, gritando de nuevo. De verdad creí que lo sabía. Yo me di cuenta al día siguiente.

– Pues también lo estaba, pero eso no viene al caso ahora.

– Te juro que voy a hacer que esos hijos de perra cierren ese lugar. –escupe Ted. Está molesto. Muy molesto. –No debí separarme de ti. Imaginé que todos los imbéciles estarían babeando detrás de ti, tratando de ligarte. ¡Pero no creí que te fueran a drogar!

– Ted, no grites más, te lo suplico. –le pido, tratando de calmar el palpitar en mi cabeza.

– Sí, Ted. Suficiente tuve con tus gritos cuando me despertaste. –se queja Becca.

– ¿Y después? ¿Qué sucedió? –digo, impaciente. Hay algo más aquí. Emily suspira y continúa.

– Zayn se nos unió. Charlamos por un largo rato.

– Y nos tomamos fotos. –canturrea Nat, con una sonrisa en sus labios mientras me muestra su teléfono.

Me acerco a Nat y veo la imagen en la pantalla. Todos estamos ahí. Todos sonreímos y de verdad parece que la pasamos bien. Y el recuerdo llega a mí.

Eso lo recuerdo. Las chicas le hicieron muchas preguntas a Zayn. Luego Nat nos tomó fotos con su teléfono, y creo que después de eso volvimos a bajar.

– Luego de tomar una copa más, todos bajamos a la pista. –prosigue Em. –Bailamos juntos por un momento, pero luego todos nos separamos. Becca se había ido al otro lado de la pista con un tipo alto; Nat había ido a la barra; y Ted y yo nos quedamos cerca de ti y de Zayn. Luego tú... bueno, la música que estaba... ustedes comenzaron a bailar muy cerca...

Dejo caer mi cabeza sobre la mesa al imaginar aquello. No puedo creer que haya hecho aquello con Zayn. ¡No puedo creer que no pueda recordarlo! ¡Es tan frustrante!

– Por todos los cielos...

– Pero después...

– ¡Yo quiero decirle eso! –la interrumpe Nat. –Abbs, por favor tienes que recordar esto, porque de verdad quiero saber cómo estuvo.

– ¿Cómo estuvo, qué? –pregunto, levantando mi cabeza. Ella busca algo en su teléfono y yo bebo un sorbo más de mi café. Saboreo el dulce sabor de mi bebida, hasta que Nat pone aquella imagen frente a mí.

El líquido caliente se atasca en mi garganta y comienzo a toser como loca, tratando de recuperar un poco de aire para mis pulmones invadidos con café.

Por un momento siento que me voy a ahogar, pero unas suaves palmaditas en mi espalda tratan de ayudarme. Siento varias manos a mí alrededor, mientras las chicas y Ted hablan desesperados. Hasta que por fin puedo llevar aire a mis pulmones y compongo mi respiración de a poco.

– Abby, ¿estás bien?

– Sweetie, respira.

– Abbs, perdona, no creí que...

No quiero seguir escuchándolos. Mucho menos cuando esa imagen invade por completo mi mente.

Zayn y yo. Demasiado cerca. Besándonos.

No puede ser cierto... ¡¿Por qué no puedo recordarlo?!

– ¿Eso...sucedió de verdad? –pregunto, temiendo por la respuesta. Algo me dice que no será la respuesta que espero de verdad.

Andy y Em asienten, Ted no se mueve ni un poco mientras tensa su mandíbula, y Becca me observa impactada. Yo solo quiero que la tierra se abra y me escupa en una isla muy lejos de aquí.

De nuevo dejo caer mi cabeza sobre la mesa. Esto no puede estarme pasando. Ya no puedo ni salir a un jodido antro o fiesta sin que me echen algo en la bebida. Y por supuesto que tengo que hacer las cosas más idiotas de mi vida.

– ¿Al menos besa bien? –pregunta Nat. No es un buen momento para esas preguntas.

– Creí que Niall te gustaba, Abbilú. –murmura Becca, y detecto un deje de decepción en su voz. Esto está mal.

– Darling, ¿estás bien?

– ¿Qué sucede, enana? ¿Quieres agua?, ¿jugo? –niego con la cabeza, esperando a que me caiga encima un rayo o un camión de carga.

Esto está mal. Esto fue muy lejos esta vez. Espero que el maldito cerdo que me hizo esto algún día lo viole un homosexual.

¡¿Cómo demonios voy a decírselo a Niall?! Él ni siquiera sabe que me fui de fiesta. Él cree que hicimos pijamada y todos felices.

Si se llega a enterar del beso con Zayn... ¡No quiero ni imaginarlo!

– ¿Abby? ¿Qué sucede?

– Estoy saliendo con Niall. –suelto de pronto, levantando mi cabeza de la mesa, disfrutando del silencio que se ha instalado a mi alrededor. –Al menos apenas comenzábamos a salir. Todo ha ido increíble entre nosotros, todo iba perfecto. Y ahora todo se va a joder.

– No digas eso, Abbs. Fue un error, algo que hiciste inconscientemente. –trata de consolarme Nat.

– Exacto. Y por eso mismo, el rubio no tiene por qué enterarse. –continua Becca.

– Además sentiste culpa, sweetness.

– ¿Culpa?

– Sí, le llamaste a Niall un par de veces. –habla Nat. –Después del beso, llamaron a Zayn para que siguiera cubriendo al dj. Hablabas cosas sin sentido. Tomaste tu teléfono diciendo que tenías que decirle a Niall que estabas en el apartamento y que estabas lista para el almuerzo.

– Por suerte Niall no respondió. –continua Emily. –Pero volviste a llamarle. Dijiste que tenías que invitarlo con nosotros porque no lo habías hecho. –estoy pensando seriamente en dejar de beber alcohol por un largo tiempo.

– Luego de eso ya no hubo más Zayn, ni más Niall, ni más canciones horriblemente desafinadas cantadas por ustedes, malditas alcohólicas. –concluye Ted.

– ¿Entonces Niall no lo sabe?

– ¡Por supuesto que no, sweetness! Imagínate la bronca que se haría, y más sabiendo lo celoso que es tu chico. –no, no quiero imaginarlo.

– Bien. entonces, ni una palabra de esto a nadie. –les advierto a todos alrededor de la mesa, pero clavo mi mirada en un persona en específico. – ¿Entendido, Becca?

– ¿Por qué me lo dices a mí? –responde con gran indignación.

– ¿Lo preguntas en serio?

– Si lo dices por el día en que llegué y me querías llevar a no sé qué hotel a quien sabe que hora de la noche, siendo que nos podíamos quedar en la casa de Niall... bueno, fue una ayuda para que tú y el chico hablaran. Solo fue una noche de sexo que, estoy segura, disfrutaste, primita. –no pudo haber dicho eso en voz alta. Simplemente no...

– ¡¿Te acostaste con él?! –gritan al mismo tiempo Nat y Ted. Esta conversación se está saliendo mucho de tema.

– No voy a dar detalles de eso, ni mucho menos. Definitivamente ésta conversación se está desviando demasiado. Solo quiero que por favor me aseguren que no dirán nada de lo sucedido a nadie. Ni aunque alguien me rapte y me mate, nadie tiene que enterarse de que anoche Zayn estuvo con nosotros, ni mucho menos de ese beso. ¿De acuerdo?

Todos asienten en silencio. Saben que estoy hablando en serio. De verdad perderé la cabeza si esto se llega a saber. Echaría a perder lo mucho que he avanzado con Niall, y él es muy importante para mí.

– Bien. si no hay más que decir, tomaré una ducha.

– Prepararé el desayuno, por si quieres comer un pan tostado o algo ligero antes de irte. –me dice Ted. La verdad no es un gran cocinero, pero hace buenos desayunos.

– Claro, Teddy. Regreso en un rato, chicas.

Salgo de la cocina y regreso a mi habitación. Lo único que espero de esto es que no salga nada mal, y presiento que esas posibilidades son pocas.

Casi cuarenta minutos después ya estoy lista. Me he puesto uno de los vestidos que Pam hizo para mí, y decido complacer a mamá poniéndome un lindo vestido casual en color blanco. Le encantará, lo sé. Espero que a Niall también le encante, tengo muchas ganas de verlo.

– Huele delicioso. –entro en la cocina, mientras me envuelve el delicioso aroma del desayuno recién hecho.

– Emily me ayudó a hacerte un poco de pan tostado. –responde Ted, mientras se encarga de la sartén en la estufa. – ¿Quieres mermelada?

– No me ofendas, Ted. Sabes que prefiero...

– Nutella. Solo bromeaba, enana. –Ted pone frente a mí el frasco con nutella, mientras que Em deja sobre la mesa un plato con pan tostado para todos.

Por suerte, nuestro desayuno transcurre tranquilo y con charlas divertidas y comentarios ocurrentes. No se es mencionado nada acerca de nuestra noche, y lo agradezco enormemente. Es en lo que menos quiero pensar en estos momentos.

– Debo irme. –digo, luego de comer un par de panes y una taza más de café. Necesito estar bien para el día de hoy, quizás Niall quiera salir a pasear. –Esta tarde tendremos la sesión fotográfica de la nueva línea de ropa, así que los espero a todos en la empresa de mamá. Habrá chicos guapos. –canturreo esto último, mirando a Andy y a Becca. Sé que la pasaran bien viendo todo aquello.

– Definitivamente me tendrás ahí, Abbilú. Más vale que sean tíos realmente buenos.

– Sweetness, me harías la persona más feliz si me dices que al menos uno de esos machos es gay.

– Bueno, no prometo nada, pero creo que hay uno o dos por ahí. –respondo con una enorme sonrisa divertida.

– Si... digamos que no me entusiasma mucho la idea de ver a tipos por los cuales ustedes babean. –agrega Ted.

– Tranquilo, Ted. También habrá chicas, obvio. –ruedo mis ojos para luego ponerme de pie. Creo que ya se me hizo tarde.

– Entonces cuenta con mi presencia.

– Cuento con la presencia de todos ustedes. Me voy, ya es tarde.

– Conduce con cuidado, no queremos otro accidente. –me dice Becca. Y estoy casi segura de que las preguntas no tardan en...

– ¿Qué accidente? –preguntan Nat y Ted. Los tengo muy desinformados de todo.

– Becca ya se encargará de contarles. Es muy buena para el chisme. Adiós a todos, los veo esta tarde.

– Nos vemos más tarde, sweetie.

– Con cuidado, enana.

– Disfruta el almuerzo, Abby. –me despide Em, y yo les sonrió a todos. Tengo a los mejores amigos.

Me coloco un abrigo ligero, tomo mi bolso y salgo casi corriendo del apartamento. Casi es medio día, estoy segura de que mamá se pondrá histérica.

Luego de conducir a más de cien millas por hora y salir ilesa, llego al Clos Maggiore solo cinco minutos tarde. Tuve bastante suerte de no encontrarme con ningún oficial de tránsito, además de que el tráfico hoy estaba bastante fluido.

– Cuídalo bien, muchacho. –le digo con un guiño al chico del valet parking, cuando le entrego las llaves del auto.

– Por supuesto, señorita. –responde, maravillado al ver mi reluciente auto. Nunca me cansaré de mostrárselo al mundo.

Camino a la entrada del restaurante al que no hace mucho vine por primera vez. Aquella fue una velada muy linda. Espero que Niall ya esté aquí, le echo mucho de menos, siento que tenemos siglos sin hablar y apenas nos vimos ayer. Quizás también le agrade tanto como a mí recordar nuestra primera cita.

– Buenas tardes, señorita. –me recibe el anfitrión. – ¿Viene a alguna reservación o requiere de alguna mesa?

– Buenas tardes. Ya me esperan, a nombre de Christopher Brooks.

– Por supuesto. La acompaño.

– Gracias.

Caminamos entre las finas mesas del elegante lugar, hasta llegar a una mesa al centro, donde mamá y papá se encuentran sentados. Ambos charlan cómodamente, y siento un vuelco cálido en el pecho al verlos felices juntos.

Pero también algo se estruja dentro de mí al no ver al mi chico rubio favorito. ¿Dónde estará?

– Buenos días, mamá. Hola, papá. –los saludo con un beso en la mejilla, y tomo mi lugar al lado de mamá.

– Hola, pequeña. ¿Qué tal la pasaste con los chicos? –pregunta papá, con una sonrisa divertida en sus labios.

– Increíble. Los extrañaba demasiado. Gracias por eso, papá.

– No hay nada que agradecer, pequeña. Te mereces eso y más.

– Creí que Niall te acompañaría, cariño. –mi sonrisa cae un poco ante la pregunta de mamá. Me hubiera gustado que Niall y yo llegáramos juntos.

– No. Los chicos y yo nos quedamos en mi piso y Niall tenia cosas pendientes por atender.

– Oh, ya veo.

– ¿Y cómo van las cosas con la preparación para el gran evento? –pregunto para desviar el tema.

Mamá me cuenta con entusiasmo como es que tiene planeada la presentación de los modelos y la fiesta después de la presentación. Al parecer mama está dispuesta a caminar por todo lo alto, pisoteando fácilmente a Celine Oher.

Papá ayuda con uno que otro comentario y opinión, y así es como ya queda establecida la fecha para la presentación. Será el jueves, dando lugar a la fiesta para el día viernes. O sea que nos quedan cinco días para tener todo listo. Aunque parece que mamá y el señor Horan tienen todo bajo control.

– ¿Faltará mucho para que llegue Niall, cariño? Comienza a darme hambre. –pregunta mamá. Y no tengo la respuesta a eso.

– Lo llamaré. –digo excusándome, tomando mi teléfono.

Me pongo de pie y me alejo un poco de nuestra mesa. Busco el contacto de Niall y lo llamo.

"El número que ha marcado se encuentra apagado o fuera del área de servicio..."

Ni siquiera entró la llamada. Comienzo a preocuparme. Espero que no le haya ocurrido algo. Lo llamo de nuevo, con la esperanza de que esta vez la llamada entre, pero la contestadora de la compañía telefónica me responde de nuevo.

Regreso a nuestra mesa, derrotada por mi fallida búsqueda.

¿Dónde estás, Niall?

– ¿Qué sucede, cariño? ¿Canceló el almuerzo? –pregunta mamá, con tono desanimado.

– No, es solo que no responde. Parece que su teléfono está apagado.

– Podemos esperarlo un poco más, linda. –habla papá, yo solo asiento.

Trato, de verdad lo hago, de mantener cualquier tipo de conversación. Mamá comienza a impacientarse, y papá me ayuda a calmarla un poco.

Discretamente, veo la hora en mi teléfono. 12:44pm. Creo que ya fue suficiente. Niall no vendrá.

– Será mejor que ordenemos antes de que se nos haga tarde. –murmuro tratando de sonreír, aunque creo que es más una mueca lo que hago.

– Cariño...

– Está bien, mamá. Solo es un almuerzo. –aunque significaba un poco más para mí.

Papá llama al camarero. Éste nos entrega los menús y yo trato de concentrarme en todos los nombres de platillos frente a mí.

Niall, Niall, Niall. Es todo lo que puedo pensar.

¿Le habrá sucedido algo? ¿Habrá tenido problemas para llegar? Quizás Patrick se retrasó un poco en ir por él. O tal vez no podía vestirse solo con su brazo sano.

O, quizás, simplemente lo olvidó. La idea hace decaer mi ánimo, y me hiere de cierta forma. Creí que sería al menos un poco importante para él.

– ¿Puedo tomar la orden de sus bebidas? –pregunta el camarero en tono tranquilo.

– Por favor. –le responde mamá con una sonrisa. – ¿Qué vas a querer de beber, cariño?

– Un té shake, por favor.

Mamá y papá piden sus bebidas, mas no escucho que es lo que ordenan. Mi mente divaga en miles de escenarios buenos y malos acerca de donde pueda estar Niall.

– ...así que decidí que sería mejor en un lugar cerrado. ¿Tú qué opinas, cariño? –la voz de mamá me parece lejana, pero siento su mirada cuando habla.

– ¿De qué? –pregunto, regresando a la Tierra.

– Le decía a tu padre que haremos el evento en un salón grande, ya que los días comienzan a ponerse fríos.

– Ah... sí, eso es muy importante. –respondo, tratando de parecer interesada en la conversación.

– Le comento a tu madre que hay un lugar muy bueno cerca de...

– ¡Ahí viene Niall! –sisea mamá con emoción, interrumpiendo a papá. Rápidamente dirijo mi mirada hacia la entrada del restaurante.

El alivio se instala en mí al ver que Niall se encuentra bien y completo, vestido en un sencillo traje básico en un gris claro. De verdad que por mi mente pasaron escenarios increíblemente imposibles.

El anfitrión le da el pase a Niall y lo acompaña a nuestra mesa. ¡Ya viene para acá!

Me siento correctamente en mi lugar e inmediatamente una sonrisa emocionada se apodera de mis labios.

– Señora Ellen, señor Brooks, buenas tardes. Lamento mucho el retraso. –saluda a mi lado. Me giro y veo como saluda mis padres con un apretón de manos. –Hola, Abby. –apenas sonríe.

¿"Hola, Abby"? ¿Ni un beso en la mejilla o un apretón de manos? ¿Nada?

Frunzo el ceño y lo observo más detenidamente. Luce diferente. Creo que está un poco pálido y bastante tenso.

– Hola, Niall. –murmuro en respuesta.

– Toma asiento, Niall. Estamos por pedir el almuerzo. –le dice mamá, y el rubio obedece, sentándose a mi lado, quedando también al lado de papá.

– Llamaré al camarero. –dice papá, buscando con la mirada a nuestro camarero.

– ¿Qué sucedió? –murmuro en voz baja, esperando que solo Niall me escuche.

– Nada de lo que tengas que preocuparte. –responde, tratando de sonreír. No me mira cuando lo dice.

– Niall...

– ¿Están listos para ordenar? –pregunta nuestro camarero cuando llega a la mesa.

Papá se encarga de pedir lo que comeremos, excepto lo de Niall. El rubio pide su bebida y lo que será su almuerzo.

No pongo atención en las ordenes, en las palabras de papá, o lo comentarios de mamá. No puedo pensar en nada que no sea Niall. Estoy segura de que algo le sucedió.

– ¿Y qué te ha dicho tu padre hasta ahora, Niall? –pregunta mamá, antes de llevarse un bocado de ensalada a la boca.

– Ayer hablé con él. Me comentó que ya tienen casi todo listo para el día de la presentación. Le eché un vistazo a la lista de invitados, excelente selección.

– Definitivamente. –responde mamá, confiada y orgullosa. –Tendremos a mucha gente de Hollywood y algunos de nuestros amigos en Paris y varios de nuestros socios en Europa. –por lo visto, mamá quiere los eventos por todo lo alto.

El desayuno sigue tranquilo, aunque a mí me parece un tanto aburrido. El tema de conversación no se ha salido mucho acerca del trabajo, es como si no hubiera algo más de que hablar. O como si no quisieran cambiar de tema...

Esto es tan extraño. Es como si el ambiente se mantuviera tenso, pero no sé por qué. Mamá parlotea sin parar, deteniéndose de vez en cuando para pedir nuestra opinión acerca de lo que sea que hable.

Miro de reojo a Niall incontables veces. Algo le sucede. No podré estar tranquila hasta saber de qué se trata. Espero que me lo diga más tarde, tal vez podamos salir juntos luego del almuerzo.

Y también siento la constante mirada de papá. Lo que es extraño, porque sigue la conversación de mamá como si le dedicara toda su atención a ella, cuando de vez en cuando la tiene solo en mí.

"¿Estás bien?" –formula con sus labios para que solo yo pueda verlo. Me encojo de hombros. Quiero sonreírle, pero no creo poder hacerlo. Con un ligero movimiento de cabeza señala a Niall. Quiere saber si estoy así por Niall. Asiento ésta vez. No podría mentirle a él. Papá asiente y sonríe para luego responder a lo que sea que mamá haya preguntado.

Y así es como nuestro almuerzo llega a su fatídico y aburrido final. No hemos dicho mucho durante nuestra comida, pero parece que a mamá eso no le importó mucho, ya que mantuvo perfectamente el ambiente en la mesa.

– Bien, nosotros nos retiramos. –dice mamá. –Tengo que ir a recibir a todos antes de empezar. –imagino que habla de los modelos y el equipo.

– Nos vemos más tarde, chicos. La cuenta ya está pagada, así que no se preocupen. Cuídate, pequeña.

– Adiós, mamá. Gracias, papá.

– Gracias por el almuerzo. Hasta más tarde, señor Brooks, señora Ellen.

Mamá y papá se despiden, dejándonos solos en la mesa.

Bien, es tiempo de saber qué es lo que pasa con Niall.

– Bien, también debo irme, espero que no te moleste. –habla antes que yo. Su tono es seco.

– ¿A dónde irás? –pregunto con un deje de desilusión. Creí que lo pasaríamos juntos.

– Debo ir a atender algunas cosas de la empresa. –responde aun sin mirarme. Frunzo mi ceño con confusión.

– ¿No se supone que eso lo hiciste ayer?

– Si... No. Quedaron cosas pendientes que debo resolver.

– ¿Estás bien, Niall? –la preocupación tiñe mi voz, haciéndome sentir extraña. Algo no va bien.

– Estoy bien, Abbigail. Solo llegué un poco tarde al almuerzo, ¿de acuerdo? –su voz es tensa y ligeramente dura, y, de alguna manera, eso me hiere.

– Claro que no estás bien, Niall. ¿Qué te sucede? No me has dirigido la palabra casi desde que llegaste. Ni siquiera me has mirado o algo. Nada.

– Solo estoy cansado, ¿bien? No me encuentro de humor como para estar sonriéndole a todo mundo hoy. Suficiente hice ya con venir aquí.

Y siento como si algo fuera estrujado y arrancado de mi pecho. Él no quería estar aquí.

No puedo evitar sentirme mal y herida por sus palabras. No puedo evitar que el calor corra por mi cuerpo y que la preocupación sea suplantada por el coraje.

– Entonces te ahorro todo eso y te lo dejo más fácil. Perdón por hacerte perder tu tiempo. –escupo con coraje mal contenido y me pongo de pie arrojando la servilleta de tela sobre la mesa.

Tomo mi bolso y mi abrigo. No quiero estar así con él de esta manera, pero no puedo creer que haya dicho eso. No cuando mis padres se tomaron el tiempo de esperar a que llegara e invitarle el almuerzo.

Cuando me acerco a la puerta, la esperanza de que Niall me detenga como siempre lo hace, me asalta. Siempre que discutimos él aparece detrás de mí, pidiéndome que me quede, o al menos que lo escuche.

Pero la esperanza desaparece cuando salgo del restaurante y me entregan mi auto.

Nadie me detiene. Nadie me dice que me quede. Simplemente no sucede.

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