Señorita Inocencia [Andy Bier...

Por AdhrianneT

379K 27.7K 5.1K

- Hunter... Hayden Hunter... - ¿Eh? ¿Si? - ¿Podría explicarme por qué se sonrojó cuando dije su nombre? - E-e... Más

Usted
Luces
Cafetería
Miradas
Escape
Nuevo
Respaldo
Despertar
Unidad
Acontecimiento
Ira
Capaz
Cena
Presentación
Adrianna
Conocidos
Suceso
Robert
Alexey
Confesión
Ayuda
Amber Davis
Ilusión
Tarde
Cassie
Compromiso
Momentos
Trampa
Declaración
Susurros
Comienzo
Nuevo
Queja
Sorpresa
Mujer
Historia
Juego
Cambios
Triunfo
Mentira
Verdad
Después
Dolor
Vuelta
Reemplazo
Pleito
Error
Bien
Unión
Sueños
Sola
Lío
Presente
Baile
Mío
Diferente
Difícil
Hospital
Infancia
Apoyo
Costumbre
Separación
Cómplices
Llegada
Miradas
Pasión y Placer
Persuasión
Disturbia
Humor
Epifanía
Recuperación
Mamá
Oportunidad
Piscina
Diferente
Profundo
Grabando
Expulsión
Olvido
Camilla
Punto
Callejón
Cuentas
Sincero
Volver
Cambio
Suerte
Decisión
Ellos
Normal
Colega
Petición
Encuentro
Unidos
Mal
Fascinante
Preparativos
Sempiterno
Epílogo
Segunda Temporada
Señorita Inocencia: La Ironía de Nombrar

Registro

7.4K 482 44
Por AdhrianneT

Ayer fue un día muy, pero muy agitado, o tal vez yo estaba agitada porque Andy, digo, el Sr. Biersack o, bien... Ahora ya no sé como llamarlo, ayer me trajo hasta mi casa. Considero que fue un gentil gesto de su parte, pero fue exagerado, pude tomar el autobús como siempre hago.

- Hayden, ya debes irte, llegarás tarde. - Gritó mi mamá desde abajo.

- Si mamá, ¡Ahora voy! - Tomé mi mochila y salí corriendo.

Mientras caminaba por las calles, iba tarareando una melodía que se me ocurrió de la nada. Llegué al Breng's y pedí una rebanada de tarta de cerezas y miel, con un café para contrarrestar lo dulce.

Me senté en una mesa conveniente para mi. Hoy había un chico nuevo, quien me trajo mi orden, un muchacho alto, de cabello castaño claro, algo largo y algo ondulado, tenía puesta una gorra que hacía que sus ojos luzcan de un oscuro color café, creo que me parece bastante conocido.

Recordé la melodía que llevaba en la cabeza, tomé una servilleta y dibujé en ella un pentagrama musical, empecé a escribir las notas hasta que el muchacho llegó con mi pedido.

- Su orden. - Colocó el plato y mi taza con tanta delicadeza sobre la mesa como le era posible.

- Gracias. - Sonreí.

- Gracias a ti, por esa bella sonrisa. - Sonrió y se retiró, llevé un poco de tarta a mi boca.

- Creía que sólo yo tenía esa capacidad. - Dijo el Sr. Biersack justo detrás de mi.

- ¿Qué? ¿Capacidad de qué? - Pregunté curiosa, con la tarta endulzando mis papilas gustativas.

- De hacer que sus mejillas cambien ese tono pálido por una coloración rosa. - Sonrió, haciendo que algo dentro de mi se removiera. - Ese joven debe de estar interesado en usted.

- No, no diga tonterías. - Me peiné el cabello detrás de la oreja.

- No son tonterías, es sólo la verdad. Una joven como usted llama mucho la atención. - Su mirada, hoy está tan...

- ¿Una joven como yo? - No podía concentrarme gracias a él.

- Ya se lo expliqué ayer. - Dijo, sentándose, clavando su mirada en mi. - ¿Lo recuerda?

Es usted como el tipo de personajes que sólo se encuentran en los libros, es peculiar, es interesante. Tiene esa belleza peculiar que sólo se logra imaginándola.

Lo recordé y me sonrojé, antes de darme cuenta de que el muchacho estaba de vuelta, listo para tomar la orden del Profesor.

- Bien, entonces, ¿Una orden de tostadas Borh y un jugo de Naranja, Señor?

- Si, es todo. - Le dijo, estaba serio, pero seguía siendo amable.

- Listo, ya se lo traigo. - Se fue, esta vez sin mirarme.

- Harían bonita pareja. - Se peinó el cabello hacia atrás y cerró los ojos.

- Yo no tengo interés en él. - Me adelanté a decir y las esquinas de sus labios se curvaron lentamente hacia arriba. - Ni siquiera lo conozco, yo...

Su mirada paseó sobre la mesa y me interrumpió.

- ¿Está componiendo algo para mi? - Volvió a mirarme.

- ¿Qué? Ah, no, yo sólo... - Intentó tomar la servilleta, pero no lo dejé.

- ¿Es una sorpresa?

- No, no creo que sea algo importante. - Me encogí de hombros.

- Claro que lo es, lo que sea que venga de usted para mi será siempre lo más importante. - Soltó sin apartar su mirada de la mía.

- Sr. Biersack, ¿Por qué me dice esto? - Mordí mi labio y agaché la mirada, estaba avergonzada y nerviosa, todo gracias a él.

- Porque un estudiante siempre será lo más importante para su maestro. - Miró por la ventana con una expresión apacible en el rostro. Me decepcioné, sé que muy en el fondo esperaba otro tipo de respuesta.

- Su orden, Señor. - Interrumpió el muchacho, siendo tan indiferente que ya hasta pareció grosero. Se retiró y el Sr. Biersack sonrió.

- ¿Qué es tan gracioso?

- Oh, nada. No es nada. - Sus ojos azules casi grises, me miraron.

- ¿Qué ocurre?

- Hoy es mi primera lección de piano. - Levantó las cejas. - ¿No está emocionada? Porque yo si.

- Bueno, si, más o menos, será divertido. - Le regalé una media sonrisa.

- Más que divertido. - Dijo, pasándose la lengua por sus labios, tan carnosos como sólo ellos pueden ser.

¿Desde cuándo te fijas en eso, Hunter? Ya sé, no es tu culpa. Anne dijo algo así cuando lo conoció, ella te metió esa idea en la cabeza.

- ¿Tengo algo? - Preguntó, con una sonrisa enorme en el rostro.

- ¿Eh? ¿Qué?

- Se quedó mirándome. - Se mordió el labio inferior. - ¿Tengo algo? - Repitió.

- No, es que me pareció que tenía un cabello. - Bebí un gran trago de café para evitar hundirme más con mis propias respuestas, él rio tranquilo.

- Está bien. - Comió un poco de sus tostadas y yo seguí comiendo mi tarta.

Minutos más tarde terminamos de comer, pagamos, o bueno, el profesor pagó por mi. Él no me dejó hacerlo, así que la próxima, planeo invitarlo yo.

Subimos a su auto, ya que me propuso llevarme al colegio.

Entonces recordé la melodía y me di cuenta de que había olvidado la servilleta sobre la mesa. Bajé inmediatamente del auto en su búsqueda, casi tropezando en la entrada.

Encontré la servilleta en la mano del muchacho que estaba a punto de limpiar la mesa que ocupamos.

- ¿Tú la estás componiendo? - Me miró, algo sorprendido.

- Si, bueno. Lo intento. - Contesté, tímida.

- Pues se ve bastante bien, yo toco el violín. Si necesitas mi ayuda alguna vez, para acompañamiento, partituras, o lo que sea, pues... llámame. - Anotó su número en el reverso de la servilleta y me la entregó.

- Está bien, gracias. - Sonrió. - Soy Hayden.

- Alexey. (Alekey)

- Alexey, un gusto. Debo irme.

- Muy bien, cuídate. - Su bonita sonrisa se hizo aún más amplia.

Corrí al auto del profesor y en cuanto volví encendió el auto.

- ¿La charla fue divertida? - Estaba serio.

- ¿Por qué lo pregunta? - Lo miré.

- Sólo porque tiene una sonrisa en el rostro. - Arrancó y el camino al colegio empezó.

- Es que Alexey, el mesero. - Señalé hacia atrás, en dirección al restaurante. - Es músico y me ofreció su ayuda.

- ¿Alexey? ¿Cómo el de Madagascar? - Sonrió, se estaba burlando.

- ¿Qué tiene contra él? - Dije divertida, aunque sorprendida. - Es un buen nombre, su significado es "El Defensor".

- Bien, no debí meterme con alguien que sabe tanto como yo. - Sonrió, ofendido.

Giró el volante y lo hizo parecer muy fácil, lo hizo de una forma que se vio muy satisfactoria. ¿Hasta eso lo hace perfecto?

- Me mintió.

- ¿Qué? ¿En qué le mentí? - Me miró por dos segundos.

- Se nota que si le interesa porque lo está defendiendo. - Se detuvo en un semáforo en rojo.

- Oh, vamos. Lo siento, ni siquiera lo conozco. - Me encogí de hombros.

- Nunca antes me habían respondido, y peor aún alguien menor. - Apretó los labios. - Me alegra que usted sea la primera. - Me miró. - Usted podría hacerme quedar en vergüenza, ¿Sabe?

- Me gustaría hacerlo. - Dije, riendo.

- No la dejaré. - Sus ojos entrecerrados y su sonrisa le daban un aspecto como de alguien inimaginablemente feliz, como... De un niño pequeño.

- Ya veremos. - Lo reté.

- Bien dicho. - Me guiñó un ojo.

Llegamos al colegio y entramos al salón.

- Buenos días, jóvenes.

Artística era de mis clases favoritas, en realidad no es una clase, es sólo una hora recreativa para que los estudiantes se relajen.

Yo amaba esa clase, hasta que el año anterior me tiraron gelatina de sabor cereza diciendo que era mi iniciación. Debo admitir que me gustó al menos tener postre.

- Cada uno se parará frente a su escritorio, van a pensar en todas sus características y las van a gritar, sean buenas o malas, suéltenlo todo aquí. Vamos a empezar. - Todo el salón se puso de pie como el Sr. Biersack había indicado.

- ¡Guapo!

- ¡Coqueta!

- ¡Bajito! - Rieron.

El Sr. Biersack estaba caminando por todo el salón.

- ¡Gracioso!

- Eres un payaso. - Todos se rieron.

- ¡Promiscua! - Todos chiflaron.

- ¡Insegura! - Todos se callaron al escucharme, ni siquiera yo pensaba en que iba a decir algo, pero sentí en este preciso momento que debía sacarlo de mi.

Hasta que volteé y lo vi parado justo al lado mío.

- Y aún no logro entender porqué. - Dijo, lo suficientemente alto como para que sólo yo lo escuchara. Andrew me miró como si nadie más estuviera en el salón, y por un momento el mundo para mi también desapareció.

- ¡Bonita! - Gritó Jenny, al darse cuenta que comenzaban a prestarme atención.

- ¡Gruñón! - Le siguieron todos, pero nuestras miradas no se separaron.

- Bien, ahora van a crear un personaje, que sea lo que ustedes quieren ser, o cómo quieren ser, quizá un personaje que no tenga nada ver con ustedes.

- ¿Todos? - Rob bufó.

- Si, ¿Por qué?

- Es que tengo hambre.

- Pero... - Andrew puso cara de desentendido.

- Es mi personaje, no lo haga quedar mal. - El profesor levantó las manos y sonrió.

- Es un buen ejemplo. Bien. - Me miró. - Le toca, aunque esto debe de ser difícil para usted.

- ¿Por qué? - ¿Acaso no me cree capaz? - Cree que no puedo. - Afirmé.

- Porque es perfecta, no creo que haya nada que quiera cambiar en usted, no creo que quiera parecerse a alguien o ser alguien distinta, porque eso, eso si sería un crimen.

Seguir leyendo

También te gustarán

195K 11K 18
El maldito NTR pocas veces hace justicia por los protagonistas que tienen ver a sus seres queridos siendo poseidos por otras personas, pero ¿Qué suce...
595K 79.7K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
171K 27.6K 53
Checo trabaja como asistente editorial en Vogue. Ama todo sobre su trabajo, menos a su jefe, Max Verstappen. Max es el peor y Checo lo odia. Pero cu...
46.2K 6.8K 16
Max Verstappen es el dueño del mundo, es el jefe de una de las mafias más poderosas, lo controla todo, es rey, el amo y señor, tiene a todos a sus pi...