Viaje Inesperado [N.H.]© Part...

By Vale_H13

128K 8.1K 955

¿Qué sería de tu vida si cambiara de pronto? ¿Si tuvieras que alejarte de tus amigos? ¿Si tuvieras que dejar... More

Prólogo
1. Nervios y futuro trabajo.
2. Disculpas y lágrimas.
3. ¿Lista?
4. La despedida.
5. Bienvenida a Londres.
6. ¿Casa sola?
7. ¿Pizza, charla y explicaciones?
8. Idiota, voluble y arrogante.
9. Hasta luego, Horan.
10. Universidad, maletas y llamadas.
11. Cena y prisas.
12. No vuelvas a hacer eso.
13. Compras de último momento.
14. Primer día de clases.
15. Nuevos amigos
16. Queso.
17. ¡¿Mi novio?!
18. Galleta de la fortuna.
19. ¿Me darías una oportunidad?
20. Helado nocturno y notas musicales.
21. Hot cakes y tocino.
22. Melodías e instrumentos.
23. Experimento.
24. ¿Celos?
25. Pésima mañana.
26. ¿Quieres jugar?
27.1 Fiesta en casa de Adam: ¿Por qué me besaste?
27.2 Fiesta en casa de Adam: Noche de tragos y lluvia.
28. Descansa, princesa.
29. Una pequeña travesura.
30. ¡Tarde de compras!
31. Niall + Niños + Helado
32. Partituras y más.
33. ¿Un helado?
34. Recuerdos.
35. ¿Nos conocemos realmente?
36. Mas contenta y distraída que de costumbre.
37. ¡Vamos al Karaoke Music!
38.1 Karaoke Music: ¡¿Por qué?!
38.2 Karaoke Music: ¿Biscocho irlandés?
38.3 Karaoke Music: El fin de una gran noche.
39. Muy linda sorpresa.
40. Veinte preguntas.
41. Ahora si son buenas noches.
42. Un gran, gran problema.
43. Una noche llena de sorpresas.
45. Largo día en la universidad.
46. Y el día continúa.
47. Solo un par de días.
48. ¿Es una broma?
49. Un pequeño recuerdo.
50. El regalo perfecto.
51. Encuentro.
52. Regreso.
53. Te necesito, mamá.
54. También me encantas.
55. Apolo.
56. Suspendida.
57. Niall + Mamá = ¿Cariño?
58. Tienda de mascotas.
59. Zayn Malik.
60. Mis amigos, mi familia.
61. Casa llena.
62. Noche de fiesta.
63. Fatídica mañana.
64. Una explicación.
65. Engaño.
Extra.
66. Declaración.
67. Propuesta.
68. ¡¿Dos en una noche?!
69. A tu lado. (Final)
SEGUNDA TEMPORADA
NUEVA PARTE

44. Huyendo.

1.6K 114 15
By Vale_H13


Despierto sobresaltada, abriendo los ojos de golpe, agradeciendo que todo haya sido un sueño, mientras mi corazón late de forma frenética casi saliéndose de mi pecho.

¡De nuevo esa maldita pesadilla!

Tenía un par de semanas sin tenerla. Todo es igual: Niall y yo caminando en lo que parece un parque, todo es lindo, iluminado por el sol del mediodía, después Niall y yo en un auto mientras vamos por una carretera, luego ya estamos en una casa con decoraciones un poco viejas, y cuando ya estamos de regreso de nuevo en el auto, todo se detiene justo como un impacto. No tengo idea de que sea o por qué lo sueño de forma recurrente, solo sé que todo es felicidad y sonrisas, hasta que un fuerte golpe  me hace despertar.

Y creí que ya había perdido la cabeza hace algunas semanas.

Cuando ya he acompasado la respiración y estoy un poco más tranquila, me remuevo un poco. Hasta que algo hace que me detenga. Niall está debajo de mí, y es cuando me doy cuenta de que también me tiene abrazada a él, lo tengo por todos lados.

Nuestra noche, claro. La mejor noche que pude haber tenido en lo que llevo de vida, y fue con Niall. Creo que no pudo ser mejor. Aunque en el fondo sé que no puede haber algo más entre nosotros, por más maravilloso que lo hayamos pasado. Él no quiere dar ni recibir amor, y no creo que el sexo sea una muy buena manera de mantener la relación que tenemos. Se supone que solo seríamos socios y compañeros en la universidad. Nada más. Ni amiguitos, ni noviecitos, ni mucho menos conocidos con derecho a roce.

Esto es un asco. Es todo lo que quería evitar desde un principio. Desde esto que sucedió anoche, hasta el punto en el que me gusta Niall. Metí la pata hasta el fondo.

¿Y ahora qué? Debo hacer algo, esto no puede seguir así como si nada. Tengo que irme, sí, eso. Irme ya. No puedo dejar que esto siga continuando, no si quiero que todo en la universidad y en ambas empresas vaya bien, como debe de ser.

Con mucho cuidado de no despertar a Niall, me desapego de él m, salgo de la cama y comienzo a recoger toda mi ropa del suelo. Esto es un desastre.

Antes de salir de la habitación con mis pertenencias, me giro a verlo. Soy débil, lo sé. Está completamente dormido. Según sabía, Niall tiene el sueño ligero. Qué raro. Bueno, eso ya no me importa. Aunque se ve tan hermoso con su rostro relajado sin ninguna preocupación y con esa boquita insolente cerrada de momento.

Alto, Abbigail, no hagas algo que no debes. Ya es demasiado para todo lo que resta del año. Me vuelvo hacia la puerta y sigo con mi camino.

Salgo de la habitación de Niall cerrando la puerta tras de mi, y entro en la mía lo más rápido que puedo porque, bueno, estoy desnuda, no puedo estar exhibiéndome como una loca. Esto es demasiado. Dejo caer la ropa en la cama y me voy directo al baño. No sé qué hora sea, aunque aún está oscuro, pero aun así me daré una ducha y me iré de aquí.

Me ducho lo más rápido que me permite mi cabeza, ya que ésta casi quiere dar vueltas y salir volando por todo lo que pienso a la vez. Salgo del baño, me visto y, apenas termino de abrocharme los jeans, tomo mi teléfono y llamo al sitio de taxis.

– Buenos días, ¿En qué puedo ayudarle? –me responde la voz cansada de una mujer. Debe de ser demasiado temprano.

– Buenos días. Necesito un taxi lo más rápido que se pueda.

– Claro que sí, señorita. ¿Podría darme la dirección? –me pregunta la mujer. Le doy la dirección de la casa y ella continua hablando. –Por la hora que es, es probable que tarde un poco más de quince minutos, debido a que hay poco servicio.

– No se preocupe por eso. Lo esperaré, pero le suplico que si se puede más pronto, se lo agradecería mucho.

– Claro que sí, señorita.

– Perfecto. Gracias.

– Para servirle. –cuelgo.

Bien, ahora falta saber a dónde rayos me voy. ¿Quién dijo que escapar es tan fácil? Piensa, piensa... ¡Andy! ¡Tal vez pueda ayudarme! Pero creo que aún sigue durmiendo. Veo la hora en mi teléfono. 5:19am. Bueno, no es tan temprano, teniendo en cuenta que la mayoría nos despertamos a las seis. Estoy segura de que me perdonará cuarenta minutos de sueño. Lo llamo de inmediato. Tarda en contestar, pero lo hace al quinto timbre.

– ¿Sí? –responde adormilado.

– ¡Andy!

– ¿Abby?

– Sí, soy yo. Andy, te necesito enormemente. Hice algo no muy bueno. Tengo que salirme de la casa de Horan.

– ¿Qué? ¿Estás bien? ¿Sucede algo grave? –la alarma impregna su voz.

– Estoy más o menos bien. Te necesito, y no puedo esperar a más tarde.

– Sweetness, me estás asustando. ¿Sabes qué? Te me vienes rapidito a mi departamento. Necesito que me expliques que pasa.

– Lo haré. Estaré ahí en cuanto llegue mi taxi.

– Bien, ten cuidado, honey. Te espero.

– De acuerdo. Gracias, Andy. Nos vemos.

Cuelgo y arrojo mi teléfono a la cama. Solo falta mi bolso. Me meto en el vestidor, tomo una de mi bolso de viaje y comienzo a llenarla más y más de ropa y zapatos, hasta que casi no puede cerrar. Bueno, creo que llevo suficiente para cuatro o cinco días. Salgo del vestidor y busco mi bolso. Bolso, bolso, bolso... ¡¿Dónde está mi bolso?! No está en la cama, estoy segura que no está en el vestidor y tampoco está en el sofá junto al balcón. Debe de estar abajo, quizás en la estancia. Bien, entonces ya es hora de irse. Meto mi teléfono en el bolsillo de mis jeans, tomo todas las carpetas con los bocetos y papelería de la empresa, y por último tomo mi maleta.

Hasta que un fuerte dolor en el vientre me hace arquearme de pronto.

¡OH POR TODOS LOS JODIDOS INFIERNOS!

No puede ser, el dolor no se va. Oh, dios. Esto solo puede ser una cosa. Como puedo, camino hacia el baño y entro en él. Me siento en el váter, hasta que siento un líquido que sale de mí.

¿Algo más fantástico podría haberme pasado? El día no está comenzando como esperaba. La cosa era solo tomar mis cosas e irme. Nada más. No que sintiera la angustia como si no hubiera hecho algo bien y que encima me llegue la regla. Me limpio y busco entre mis cosas hasta que los encuentro. Tomo la caja y veo que solo quedan tres tampones. ¡Fantástico! Simplemente no me lo creo. Ya ni en mi periodo puedo estar un poco bien. Me pongo uno de los tampones. Bien, al menos los cólicos han cesado un poco, aunque creo que necesito un té y escapar de la ciudad y de mi vida. ¡Pff! Esto no está pasando.

Tomo mis cosas del baño, las meto de nuevo en mi neceser y salgo, lo meto en la maleta y listo. Creo que ya está todo. Salgo de la habitación lo más silenciosa que puedo, aunque por accidente mi maleta se estampa contra la pared al salir. Bueno, nunca se me ha dado muy bien ser sigilosa, es por eso que mamá se daba cuenta cuando llegaba muy tarde a casa y me castigaba por ello yendo a trabajar extra a la empresa, ¿y que creen? ¡Solo papeleo! Nada de lo que más me encanta hacer. Era un buen y horrible castigo.

Bajo los escalones uno a uno, con cuidado de no tropezar con la maleta o con mi propio pie, ya que mi grande torpeza a veces no ayuda mucho. Llego sana y salva a la planta baja y me voy directo a la estancia, donde encuentro mi bolso en uno de los sofás. ¡Genial! Creí que ya lo había perdido de nuevo. Lo reviso y encuentro mi maquillaje, mi cámara y mi montón de cosas innecesarias que suelo llevar siempre. Perfecto, parece que ya tengo todo listo y que no me falta nada importante. Espero que no. Bien, solo falta que llegue el taxi.

Apenas me siento en el sillón grande, cuando un auto toca desde afuera el claxon. ¡Ya está aquí! Ahora sí, ¡me voy! Solo espero que el pitido no haya despertado a nadie. Tomo mis cosas y salgo de la casa lo más silenciosa y rápidamente que puedo.

– Buenos días. –me saluda el taxista. ¡Hey, yo lo reconozco! Es quien me llevó a la universidad a dejar mi papelería el día en que discutí con Niall en la oficina y dejé la casa por primera vez. Ah, recuerdos.

– Buenos días. Disculpe la hora.

– No se preocupe, señorita. Es mi trabajo. –responde con una leve sonrisa. – ¿Puedo ayudarla?

– Por favor.

Toma mi maleta y la mete en el portaequipaje. Subo al taxi y por la ventanilla observo lo que fue mi hogar por un largo mes y medio.

Horan, siempre encuentras la manera de sacarme de quicio. Aunque podría decirse que todo esto tenía que pasar, ¿no? Niall es una tentación andante.

El taxista sube al auto y me pregunta por nuestro destino. Le doy la dirección del edificio de Andy y así comenzamos a alejarnos de la gran casa Horan.

Tarde o temprano tenía que salir de ahí, así que no sé por qué siento esta angustia. Suelto un gran suspiro y observo como tomamos camino casi hasta el otro lado de la ciudad.

Emily ayudó a Andy a encontrar una buena zona con departamentos disponibles, y por buena zona, me refiero a que está en una zona residencial, cerca de muchas tiendas y boutiques de alto prestigio. Lo sé porque ahí está ubicada una de las boutiques de mamá.

Luego de casi media hora, llegamos al edificio donde vive Andy. Pago al taxista y entro en el edificio con mi pesado bolso de viaje, mis carpetas y mi bolso de mano. Si alguien me viera, podría creer que me he fugado de algún cubículo de una enorme oficina. Soy todo un desastre, ni siquiera me peiné. Tomo el ascensor que me deja en el piso seis, camino hacia la puerta 6B. Solo son dos departamentos por piso, así que supongo que debe de ser una gran paga. Llamo un par de veces a la puerta. Por suerte no espero mucho, ya que Andy me abre la puerta casi de inmediato.

– ¡Sweetheart! Pasa, rápido. –toma mi maleta con una mano y con la otra me toma del brazo, haciéndome pasar a su departamento con un jalón.

La decoración no es muy sencilla ni discreta, sino todo lo contrario. Está decorado de una forma colorida, estrafalaria y exótica. Al estilo Andy. Tengo que decirle a Emily que también me consiga un buen lugar donde quedarme.

– Haber, darling, tienes que decirme que fue lo que sucedió. Me tienes muy preocupado. No eres de las que llaman a las cinco de la mañana. Oh, god... dime que no incendiaste la casa. O que tu...

– Me acosté con Horan. –suelto sin pensarlo más, haciendo que Andy se calle de golpe.

– ¿Qué? Pero... tu no...

– Solo sucedió.

– ¿Y? ¿Te lastimó o algo? ¿Te hizo daño? –me pregunta un poco alarmado.

– No, sino todo lo contrario.

Andy solo se queda ahí a mi lado, sin decir ni hacer nada. Veo en su mirada que tiene muchas cosas que decir, pero no lo hace.

– Siéntate, te traeré un poco de té. –me dice, y se va, dejándome sola en la moderna salita.

Esta vez me fui al extremo. Es más, creo que le hice un extremo más al extremo. ¡¿Cómo pude permitir que esto llegara a pasar?! No sé cómo me pude permitir que con unas cuantas palabras bonitas me dejara caer, caer a algo que no traerá nada más que más problemas, algo que arruinara la amistad que comenzaba con Niall, y algo que me hizo sentir como si tocara el cielo y rozara las estrellas, algo maravilloso e increíble.

Me siento tan confundida, no puedo con esto. No tenía que pasar nada entre nosotros, y terminó pasando algo mucho más que nada. Pero es que él es el culpable de al menos el ochenta por ciento de todo lo que está pasándome. Todo él con su egocentrismo, arrogancia e imposible atractivo tentador. Es un idiota, siempre lo ha sido. Un gran idiota que me hizo caer ante sus encantos cuando yo creí que podía tener el control de todo. ¡Fui una estúpida! Y eso no tiene por qué quitarle lo idiota y egocéntrico a Niall. ¡Agh! ¡Lo detesto tanto! ¡Y me sigue gustando tanto el muy idiota! ¡Por más idiota que sea! Esto no puede estar pasando.

– Aquí está tu té, sweetie. –aparece Andy frente a mí, con una humeante taza en sus manos. –Emily viene en camino.

– Muchas gracias, Andy. –tomo la taza y él se sienta a mi lado.

Andy se apiada de mí, quedándose callado de momento. Solo está ahí sentado, observándome como si fuera algo extraterrestre, viendo como me tomo el té a pequeños sorbos. Y yo solo me ocupo de mi té, saboreando el dulce y caliente sabor de los frutos rojos de éste. Me cae de maravilla porque los cólicos desaparecen casi por completo y logro dejar de pensar un poco.

Casi cuando estoy por terminar mi taza de té, unos golpes se escuchan en la puerta. Debe de ser Emily. Andy se pone de pie y escucho como abre la puerta.

– ¡Andy! Por dios, dime que Abby está bien.

– Pasa, sunshine, ella está en la sala. –y un par de segundos después, Emily ya está en la sala. Ya lleva puesto su uniforme, aunque tampoco está peinada.

– ¡Abby! ¿Estás bien? Andy no me dijo lo que te pasó, solo me dijo que algo te había sucedido. ¿Es algo grave? –me dice preocupada, tomando asiento a mi lado. Ay, Em...

– Anda, sweetie, dile lo que te pasó. –me dice Andy. Parece aún un poco consternado.

– ¿Sucedió algo malo? –vuelve a preguntar Emily. Está preocupada y yo aquí con un nudo en la garganta por una tontería.

– Yo... caí... –es lo único que logro decir, antes de que las lágrimas se acumulen en mis ojos, haciéndose pesados. No, no quiero llorar. No por esto.

– ¿Te caíste? ¿De dónde?

– No. Yo caí... me acosté... con Niall.

– ¿Te acostaste con él? Pero ya habían dormido juntos antes, ¿no? –ay Emily, tu inocencia no da para más.

– Ella se refiere a algo más que dormir, sunshine.

Cuando Emily por fin comprende lo que trato de decirle, sus ojos se abren a tope y me mira sin poder creerlo. Lo sé, yo creí que al menos iba a lograr abstenerme un poco más, pero ese chico es impredecible.

– Pero tú... –no termina lo que sea que haya querido decirme. ¿Acaso nadie tiene palabras para decirme algo? ¿Tan malo es?

– Solo se dio. Todo iba estupendo desde el sábado. Inclusive nos llevamos mejor que otros días.

– ¿Pero cómo sucedió?

– Sí, yo quiero saber los detalles, sweetie.

– Es que fue algo tan raro. Durante el fin de semana hablamos casi de todo. Le conté cosas de mí, él me contó cosas de él y de los chicos, me contó cosas muy serias de su vida.

– ¿Cómo que cosas?

– Bueno, un poco de todo. Todo empezó el sábado en la noche, durante la tormenta. Se fue la luz y jugamos un rato a las veinte preguntas. Digamos que ahí fue la parte donde supo más de mí. Le conté mi pequeño problema con... lo de mi virginidad y todo eso. Ayer por la noche me contó cosas de su madre, cosas que me hicieron sentir como si estuviera yendo lejos, pero que al mismo tiempo me unía más a él. Luego de eso vimos una película, comimos fresas, hubo vino, y... solo pasó.

– ¡¿Te embriagó?! –pregunta Andy en tono alterado.

– No, no. Todo fue voluntario entre los dos.

– ¿Estás queriendo decir que solo así de la nada, desapareció tu temor por estar con algún chico en la intimidad?

– ¡Sweetie, eso es genial! ¡Ya vas para más con el rubio!

– ¡No lo entienden! ¡Él no quiere nada de eso! ¡Él solo busca placer y sentirse bien mientras está entre las piernas de alguien! No sé cómo rayos pude caer así en sus manos. Soy una tonta, no debí de hacerle caso. ¡Ya sabía lo que haría y lo dejé! ¡Pero es que es el tonto más tonto! ¡El tonto más idiota de todos los tiempos! ¡Y lo es aún más porque me gusta terriblemente! ¡No quiero enamorarme de alguien como él! ¡Es un enorme asno! ¡Ojala lo fuera de verdad para que dejara de gustarme como lo hace!

– Sweetie, no llores.

– ¡No estoy llorando!

– Entonces, creo que tus ojos tienen fugas, Abby.

No, no, no. Llevo mis manos a mi rostro y noto la humedad entre mis dedos. ¡¿Cómo puedo estar llorando cuando estoy por perder la cabeza por grandes estupideces que hago?! ¡Esto es increíble! Estoy tan molesta y confundida y creo que quiero golpear algo. Algo con la cara de Niall. Pero la cara de Niall es tan bella, como la de un ángel.

Necesito un psiquiatra, eso es lo que pasa.

– Amm... ¿Abby? ¿De casualidad estás por llegar a tu periodo? –me pregunta Emily, con suavidad.

– Eso es otro asunto. Además de que mi vida va tan genial como un tren incendiándose, la regla me llegó justo hoy en la mañana, y para rematar, ¡se me terminaron los tampones! –y de nuevo las lágrimas salen recorriendo mis ya húmedas mejillas. ¡¿Qué demonios me pasa?!

– Al menos no tienes por qué preocuparte de un posible embarazo, sweetness.

– Calla, Andy. –le dice Emily a Andy con una mirada seria. –Al parecer tienes a tus hormonas trabajando tiempo extra, linda. –me dice con una mirada tierna. Lo que me faltaba, ya me está confirmando que estoy loca.

– Estoy loca, ¿verdad? Ya lo imaginaba, mi cordura no iba a durar mucho si continuaba al lado de Horan.

– No es por eso, Abby. Se puede deber a muchas cosas, principalmente por la llegada de tu periodo. Eso fue la gota que derramó el vaso de tus hormonas.

– Ya no quiero nada de lo que me está pasando. No me siento bien, ya no creo que pueda seguir viviendo. Tengo tantas cosas por hacer...

– Entonces también es eso. El estrés está alterando todo tu sistema hormonal. Tienes que llevarlo más tranquilo. Al menos por unos días.

– ¿Y cómo puedo hacerlo? Tengo que encargarme de la empresa, la universidad, el recital de ballet, tengo que buscar un departamento, tengo tantas cosas por hacer...

– Empecemos a resolverlas entonces, sweetness.

– ¿Cómo?

– Emily te tiene una idea estupenda. –dice Andy con una sonrisa que comparte con Emily. ¿Y ahora que se traen entre manos?

– Les pedí ayuda a mis padres para encontrar un departamento adecuado para la vicepresidenta de una gran empresa. Así que me ayudaron y encontramos un piso grandioso. Así que tienes una cita hoy para visitar el piso, checarlo y decidir si te gusta o no. En lo personal, por las fotos que vi, está espectacular.

– Emily, no tenías que...

– No digas nada. Te dije que buscaremos formas para que llevaras las cosas de una forma sencilla.

– Y así va a ser, sweetie. Así que comencemos con la lista, porque comienza a darme hambre y hay que desayunar antes de ir a la universidad. – ¡la universidad! ¡Ya no lo recordaba! ¡Hoy es lunes!

– Bien, la empresa, supongo que tu asistente personal te ayudará con cualquier problema en la empresa y con esos bocetos que hay que terminar. –continúa Emily tachando mi larga lista.

– Y así va a ser, sweetheart.

– Bien, sobre la universidad, –prosigue Emily –yo me puedo encargar de las tareas con las que tengas problemas.

– Y me dijeron por ahí que los ensayos serán a las cinco de la tarde en el estudio de ballet de la profesora que se encarga de la representación. Así que eso, en parte, está solucionado, sweetie.

– ¡Y listo! Terminamos con tu lista.

– Aún faltan mis tampones. –agrego al borde de las lágrimas, de nuevo. Tengo las mejores amigas que alguien pueda tener en el mundo. Aunque me falta Nat.

– Mi chofer esta abajo, puedo pedirle que vaya a la farmacia a comprarlos.

Luego de más lágrimas, una caja de tampones nuevos y arreglarnos para la universidad, desayunamos en el suelo, sobre la alfombra de la salita. Emily nos prepara unos deliciosos waffles y Andy prepara un poco de fruta, mientras yo preparo el jugo de naranja, manteniendo las lágrimas a raya. No sé ni por qué me dan tantas ganas de llorar, solo llegan y ya. Creo que necesito un psicólogo, no puedo yo sola con mi vida.

Justo a las siete treinta, salimos del edificio de Andy en su auto. A Emily le dieron permiso de pasar el día con Andy y conmigo, lo que es genial, porque necesito de ambos para poder sobrevivir hoy en la universidad, además de que tengo que encontrar la forma de no toparme con Niall en la universidad ni en todo el día. No sé qué me dirá ni sé cómo voy a reaccionar. Y no quiero nada de eso por hoy.

– Creo que hoy solo entraré a las clases de artes plásticas. –digo desde el asiento trasero, en cuanto Andy arranca en el semáforo en verde.

– ¿Qué? ¿Te perderás las clases de administración? –me pregunta Emily, girándose en su asiento para lograr verme.

– Las recuperaré en los periodos de apoyo. –respondo encogiéndome de hombros.

– Saldrás muy tarde, sweetie. –comenta Andy dedicándome una mirada desde el retrovisor.

– Lo sé, pero mantendré mi mente ocupada en otra cosa, y así evito a Niall.

– Linda...

– Está bien, sweetness, será como tú quieras. Te ayudaremos en lo que podamos mientras estás en clase, ¿de acuerdo?

– ¡Perfecto! Aunque tengo calculado que saldré un poco después de las cinco de la tarde. –presiento que será un largo día agitado.

– No te preocupes, te mandaremos un taxi. –responde Emily.

– Saliendo de aquí, Em y yo nos iremos a tu empresa y comenzaremos con todo lo pendiente. Nos alcanzas y haces lo que puedas hacer antes del ensayo con los de ballet, ¿te parece, sweetness? –Andy, recuérdame no despedirte nunca.

– Me parece muy bien.

Y así continua mi día.

Continue Reading

You'll Also Like

1.6M 142K 28
Donde Louis manda nudes a su novio y este los envía a toda la escuela Harry siempre ha estado enamorado de Louis pero es muy tímido para decírselo P...
57.3M 3M 26
TERCER LIBRO Jack Ross y el compromiso nunca se habían llevado bien. Cosa que, siendo sinceros, le había facilitado muchas situaciones en la vida. Si...
5M 421K 23
Es 1998 y Harry Howell aún no sabe qué diablos hacer con toda la gran herencia que su difunto abuelo le dejó. En los típicos clichés de las típicas n...
46M 3.1M 58
YA EN FÍSICO. La irresistible tentación está ahí: para los dos. En medio de todo el desastre, tuvimos que encontrarnos. Lo intentaría, pero no podría...