Viaje Inesperado [N.H.]© Part...

By Vale_H13

127K 8.1K 955

¿Qué sería de tu vida si cambiara de pronto? ¿Si tuvieras que alejarte de tus amigos? ¿Si tuvieras que dejar... More

Prólogo
1. Nervios y futuro trabajo.
2. Disculpas y lágrimas.
3. ¿Lista?
4. La despedida.
5. Bienvenida a Londres.
6. ¿Casa sola?
7. ¿Pizza, charla y explicaciones?
8. Idiota, voluble y arrogante.
9. Hasta luego, Horan.
10. Universidad, maletas y llamadas.
11. Cena y prisas.
12. No vuelvas a hacer eso.
13. Compras de último momento.
14. Primer día de clases.
15. Nuevos amigos
16. Queso.
17. ¡¿Mi novio?!
18. Galleta de la fortuna.
19. ¿Me darías una oportunidad?
20. Helado nocturno y notas musicales.
21. Hot cakes y tocino.
22. Melodías e instrumentos.
23. Experimento.
24. ¿Celos?
25. Pésima mañana.
26. ¿Quieres jugar?
27.1 Fiesta en casa de Adam: ¿Por qué me besaste?
27.2 Fiesta en casa de Adam: Noche de tragos y lluvia.
28. Descansa, princesa.
29. Una pequeña travesura.
30. ¡Tarde de compras!
31. Niall + Niños + Helado
32. Partituras y más.
33. ¿Un helado?
34. Recuerdos.
35. ¿Nos conocemos realmente?
36. Mas contenta y distraída que de costumbre.
38.1 Karaoke Music: ¡¿Por qué?!
38.2 Karaoke Music: ¿Biscocho irlandés?
38.3 Karaoke Music: El fin de una gran noche.
39. Muy linda sorpresa.
40. Veinte preguntas.
41. Ahora si son buenas noches.
42. Un gran, gran problema.
43. Una noche llena de sorpresas.
44. Huyendo.
45. Largo día en la universidad.
46. Y el día continúa.
47. Solo un par de días.
48. ¿Es una broma?
49. Un pequeño recuerdo.
50. El regalo perfecto.
51. Encuentro.
52. Regreso.
53. Te necesito, mamá.
54. También me encantas.
55. Apolo.
56. Suspendida.
57. Niall + Mamá = ¿Cariño?
58. Tienda de mascotas.
59. Zayn Malik.
60. Mis amigos, mi familia.
61. Casa llena.
62. Noche de fiesta.
63. Fatídica mañana.
64. Una explicación.
65. Engaño.
Extra.
66. Declaración.
67. Propuesta.
68. ¡¿Dos en una noche?!
69. A tu lado. (Final)
SEGUNDA TEMPORADA
NUEVA PARTE

37. ¡Vamos al Karaoke Music!

1.5K 94 3
By Vale_H13


Cuando las clases por fin finalizan, salgo del edificio rumbo a la salida principal. Patrick ya debe de estar esperándome. Salgo de la universidad y me sorprendo un poco por lo que veo. O lo que no veo. Patrick no está esperándome como de costumbre. ¿Pero qué...? ¿Y ahora como me iré? Saco mi teléfono del bolso y, cuando abro la agenda, el bonito Porsche plateado aparece frente a mí.

– ¿Lista? –me dice Niall con una sonrisa, mientras baja del auto y se acerca a mí. Lleva la corbata floja y ya se ha desfajado la camisa. ¿A caso este chico nunca se ve mal? Creo que hasta vestido de vagabundo se vería igual de atractivo.

– ¿Lista para qué? No me digas que me llevarás a casa.

– Por supuesto. No tiene caso que Patrick venga, si podemos irnos juntos en mi auto.

– Eso no lo pensaste las dos semanas pasadas. –digo reprendiéndolo.

Haber, Horan, quiero una respuesta. Parece que lo tomo por sorpresa. Solo se queda callado, mirándome. Bien, no creo que vaya a contestar eso. Suspiro y me acerco al auto.

– Ven, vayamos a casa, estoy seguro de que mueres de hambre. Lorane me comentó que preparará filetes y su especial puré de papa. –murmura recuperándose. Ya sé que metí la pata de nuevo, pero no es justo. Quiero saber cosas y él no es muy comunicativo que digamos. Toma mi bolso y lo mete en la parte trasera del auto.

– Eso suena delicioso. Espero que lo haga con esa deliciosa mantequilla. Me encantó como le quedó la vez pasada. –respondo sin muchos ánimos.

Niall me abre la puerta del copiloto y, después de subir, él sube del lado del piloto, y comienza a conducir. Espero no sea un viaje largo e incómodo.

– Hey, quería hacerte una pregunta. –me dice Niall, llenando el silencio, justo a unas cuadras de llegar a casa.

¿Una pregunta? ¿De qué? Ahora que pienso en preguntas, debo de preguntar sobre los ensayos del grupo de ballet. No creo que sea en la universidad, seguro es en algún estudio de ballet.

– Niall, ¿sabes dónde serán los ensayos de ballet? Tengo que ir, pero no sé dónde será. –pregunto saliendo de mis pensamientos, esperanzada de que Niall pueda saber de pura casualidad. Él se queda en silencio por un momento, pensando, supongo.

– No. Ni idea. –responde en voz baja, casi entre dientes. Que mal, le preguntaré a Andy esta tarde, tal vez él sepa.

Un minuto después ya estamos en casa. Niall baja a abrirme la puerta y baja mi bolso.

– ¿No llevas mochila o algo a la universidad? –le pregunto. Nunca lo he visto cargar nada, solo de vez en cuando uno o dos libros.

– No. Tengo un casillero, ahí está todo lo que puedo necesitar. –me responde aun un poco serio. ¿Qué le pasa ahora?

– ¿Casillero? –recuerdo que dentro del edificio administrativo, las paredes están casi repletas de ellos, a excepción de las puertas, claro.

– Si, en dirección te los prestan. Pero creo que ya todos están ocupados. Se hace una especie de rifa al final de cada semestre o bimestre, dependiendo del alumnado que termine su carrera.

– Vaya, suena bien. –no, no suena nada bien. Con un casillero podría ahorrarme el peso que llevo en el bolso, y la posible fractura que pueda tener en la espalda.

Entramos en la casa y subimos a nuestras habitaciones. Ya en mi habitación, me saco el uniforme. ¡Libre al fin! Bueno, al menos hasta el lunes. Me visto con algo de ropa cómoda y organizo un poco la habitación. Cuando por fin termino, apilo las carpetas con los bocetos que ha mandado mamá. Mi propósito este fin de semana es avanzar con ellos.



– Vaya, sí que tenían hambre, chicos. –nos dice Lorane, mientras recoge los platos.

– Bueno, también es cierto que tienes buena mano con la cocina. –dice Niall antes de llevar su vaso con té de limón a su boca. Su boca... ¿Podre probarla pronto de nuevo?

– Te culparé cuando note que aumenté dos tallas. –tengo varios vestidos y jeans muy lindos, y si no entro en ellos no sé qué haré con mi vida. Tal vez deba entrar a un gimnasio, hace tiempo no salgo a correr.

– Eres una exagerada –me reprende Niall, con una bella sonrisa. –Siempre comes y comes, y no engordas.

– Mira quien habla. Me das cosas que pensar. ¿Usas algún tipo de brujería o hechizo para no engordar? –le pregunto alzando una ceja y él se suelta riendo. ¿Por qué es tan increíble escuchar ese maravilloso sonido?

– Eres increíble. ¿Cómo haces para que se te ocurran esas cosas? –me pregunta Niall, con la diversión brillando en sus ojos.

– Como tú lo has dicho, soy increíble. No tengo explicaciones para eso. –el vuelve a sonreír y yo termino con mi vaso de té.

– Bien, iré a recoger la cocina para dejarles lista la comida para el fin de semana. –avisa Lorane y se retira del comedor.

Bien, un momento a solas con Horan. ¿Qué podría preguntarle? O tal vez pudiera hacerle algún comentario respecto a su acento. Estoy segura de que no es completamente inglés. Hay muchas cosas que me gustaría saber de él.

– Hey, cariño... –me llama y, justo en ese preciso momento, es interrumpido por el timbre de mi teléfono. Malditas interrupciones que nunca faltan.

– Lo siento, será rápido. –me disculpo, con ganas de lanzar mi teléfono contra el bonito jarrón junto a la ventana.

– Descuida. Iré a arreglar algunas cosas. –dice con una sonrisa torcida y se pone de pie. –Nos vemos en un rato.

– Claro. –le respondo con una sonrisa y él sale del comedor. Tal vez en un rato pueda decirme lo que me quería decir. Suspiro y contesto. – ¿Hola?

– ¡Sweetie! ¡Hola! –me responde Andy, del otro lado de la línea. ¿Ahora qué?

– ¿Qué sucede, Andy?

– Llamaba para decirte que en cinco minutos estoy en tu casa. –me dice un poco agitado. ¡Cinco minutos! Escucho sonar un claxon de algún auto. – ¡Fíjate bien por donde vas, imbécil! –grita Andy, un poco alterado. ¡¿Qué rayos?!

– ¡Andrew Benson! ¡No me digas que estás conduciendo! – ¿acaso está loco? ¿Quiere morir así?

– Sí, lo siento, sweetie. Un idiota se me atravesó, pero no importa. Estoy casi frente a tu puerta, así que más vale que ya estés lista. Nos arreglaremos en casa de Em.

– Pero, Andy...

– Tres minutos. –y cuelga.

¡Tres minutos! ¿Y el minuto cuatro? ¡¿Qué demonios le pasa?! ¡Apenas y pasan de las cuatro de la tarde! Me pongo de pie casi de un salto y subo corriendo las escaleras rumbo a mi habitación. Tres minutos, tres minutos. Tomo un bolso y dentro meto lo primero que tengo en el vestidor. No estoy muy segura de que echo, pero creo que por ahí va un cambio completo de ropa. ¿Qué más? Zapatos. Echo un par de zapatillas y mis Vans blancas. ¿Qué más? Entro al baño y meto también mi gel de baño, mi crema para el cuerpo y algunas cositas más para mi higiene. Eso es todo, creo. Tomo mi bolso de mano y echo mi cartera, mi teléfono y mi cámara. Bien, ahora si ya es todo. Me acerco a la ventana y, justo en ese momento, veo el auto de Andy estacionarse frente a la casa. Aún sigo preguntándome por qué rayos quiso pasar tan temprano. Tomo mis bolsos y salgo de la habitación.

Quizás deba decirle a Niall que voy a salir. Camino hacia su habitación y llamo a su puerta con tres golpes suaves.

– Niall. –toc, toc. Nada. – ¿Niall? –seguro se quedó dormido, o no me quiere hablar.

Bien, pues tampoco tengo por qué estar rogando a su puerta. Bajo las escaleras con mis bolsos y antes de salir por la puerta, me topo con Patrick.

– Señorita, Abby. –me saluda un poco sorprendido, mirando mi bolso. No, Patrick, no me voy de la casa.

– Hola, Patrick. Iré a la casa de una amiga.

– ¿Gusta que la lleve?

– No, mi amigo Andy vino a recogerme, ya está afuera.

– Bien. –se acerca a la puerta y la abre para mí. –Vaya con cuidado. –me dice con una sonrisa.

– Gracias, Patrick. Ten linda tarde. –me despido devolviéndole la sonrisa.

Salgo de la casa y veo a Andy recargado en el auto con sus brazos cruzados como si estuviera a la defensiva. Debe de ser parte de su papel que se inventó.

– Hola, linda. –me saluda mientras echa un vistazo a mis espaldas.

– Tranquilo, Andy. Creo que Horan se quedó dormido o algo.

– Que bien. No sé cuánto más me vas a tener así, haciéndole creer al rubio que tú y yo salimos, sweetie. –me reprocha, abriéndome la puerta del copiloto. No me puede estar diciendo esto.

– Para empezar, ¿quién fue el que tuvo la grandiosa idea de hacer este teatrito para Niall? –le respondo alzando una de mis cejas.

Yo no lo obligué a nada. Él y Emily hicieron este gran plan para que supuestamente, Niall admitiera que está loco por mí. Y aún no veo resultados. Andy hace un gesto de arrepentimiento. Sabe que metió la pata. Subo al auto y un momento después, me acompaña en el asiento del piloto.

– Lo siento, sweetie. Tienes razón. Tu no pediste nada de lo que hemos hecho y no tienes la culpa de lo que está pasando. –lo veo y veo la sinceridad en sus acaramelados ojitos de perrito mojado que pone.

– De acuerdo. – ¿alguna vez podré ser más difícil al tratarse de perdonar? –De todas formas, ya te había dicho que ya tiene que enterarse, solo que no se ha dado el momento. Pero te prometo que esta semana se lo diré. –murmuro y Andy me toma la mano, dándome un ligero apretón.

– Tranquila, sweetie. Comprendo que no se haya dado el momento. Sé que Horan y tú no andan muy bien, a pesar de su linda mañana juntos. –responde mientras enciende el auto, y comienza a conducir.

Observo por la ventanilla del auto y veo el paisaje de los campos húmedos. Nunca me cansaré de ver estas imágenes. Saco la cámara de mi bolso y capturo algunas de las imágenes del paisaje durante el camino.

– Sí, apenas hoy comenzamos a acercarnos de nuevo. –tomo una foto más y dejo la cámara sobre mi regazo. –Pero esta vez lo haré despacio. No trataré de sacarle mucha información, solo pequeñas cosas con las que se sienta cómodo para que me dé suficiente confianza.

– No te mortifiques, sweetie, las cosas se darán como tengan que darse.

Un momento después seguimos charlando sobre las nuevas modas en Europa, mientras Andy sigue conduciendo. Bien, espero poder olvidarme de Horan, al menos por el resto de la tarde.

– Que bien que llegan, justo acabo de terminar una tarta de manzana. –nos recibe Emily en su casa. –Pasen.

– No sabía que te gustaba la cocina, sunshine. –comenta Andy, cuando entramos en la mansión de Emily. Creo que bien podría ser un pequeño hotel hogareño.

– Solo repostería, algo tengo que hacer cuando estoy aquí sola. –y tiene razón. Lo mismo me pasaba cuando estaba sola en casa, solo que en vez de cocinar, me iba a tomar fotografías de lo que sea. – ¡Sonia! –llama Emily y una mujer joven con uniforme de servicio llega a nosotras en cuestión de segundos.

– ¿Si, señorita? –responde la mujer cuando llega a su lado.

– Cuando la tarta este lista, ¿podrías subirla a mi habitación, por favor? –le pide Emily, con tono suave y una sonrisa.

– Claro que sí, señorita Emily. –responde la mujer y sale de la estancia.

– Vengan, vamos a mi habitación. ¿Trajeron algo de ropa o algo de cosas por hacer? –pregunta Em, mientras subimos las escaleras.

– Bueno, yo solo alcancé a echar en mi bolso un poco de desastre y un par de lo que sea, ya que Andy pasó por mí tres minutos después de avisarme. –respondo mirando a Andy con reproche.

– Ay, sweetie. Si no estuvieras pensando todo el bendito tiempo en el sexy rubio, tal vez me hubieras escuchado cuando te dije la hora a la que pasaría por ti. –dice Andy, y Emily comienza a reír.

¿Qué le parece gracioso? Juro que si no me combina nada de lo que traigo, le tiraré a Andy la tarea de manda a de Em en su preciado cabello.

– Es cierto. Últimamente estás muy distraída. –me dice Emily, y entramos en su habitación.

Su habitación es bastante amplia, pero no solo amplia porque es grande, sino porque los muebles son pequeños y escasos. Solo tiene la gran cama, las mesitas de noche a cada lado de esta, el peinador, un largo y cómodo sofá junto al balcón y un gran librero repleto de libros pegado a un sencillo escritorio. Seguro una de las puertas de la derecha debe de ser el vestidor, porque no veo otro lugar donde pueda guardar su ropa.

– Hablando de tus distracciones y demás, ¿ya pensaste en lo que te propuse hoy antes de salir de la universidad? –me pregunta Emily, de pronto animada, y se deja caer en la cama sonriendo. ¿Me propuso algo? Bueno, matrimonio está claro que no.

– ¿Qué propuesta? –pregunta Andy, con confusión en su rostro. Andy, ni siquiera yo lo sé, o al menos no lo recuerdo.

– Bueno, al parecer la "señorita mente en blanco" no se acuerda. Hoy, Abby me comentó que estaba un poco atareada por todo lo que tiene que hacer casi al mismo tiempo. Así que le ofrecí una solución a uno de sus problemas. – ¡ah! ¡Ya lo recuerdo! Eso de que contrate a Andy para ser mi asistente personal. Le encantará. Bueno, eso espero.

– Andy, tengo algo que decirte. –digo hablando con seriedad. La cara de Andy pierde todo rastro de diversión. –Andy, ¿serías mi asistente personal en la gran empresa de modas White Things? –le pregunto con una sonrisita. Sería grandioso que aceptara.

De su rostro se borra cualquier tipo de expresión, y creo que incluso palidece un poco. ¿Ese es un sí? Andy se deja caer de espaldas en la gran cama acolchada, con la mirada perdida, aun sin decir nada de nada. Por favor que sea un sí. Emily y yo intercambiamos miradas y volvemos a ver a Andy.

– ¿Andy? –lo llama Emily, pasando la palma de su mano frente al rostro inexpresivo de Andy.

– Andy, si no te parece, no importa. Solo era una idea que creí que...

– ¡Me encantaría! –responde reaccionando de pronto, haciendo que Emily y yo nos sobresaltemos por su repentina respuesta llena de la emoción que carecía hace un momento. ¡¿Qué rayos?! Este chico vendrá dándome un ataque algún día. Esperen... ¡Dijo que sí!

– ¿Si te gustaría? –le pregunto. Quiero escucharlo decirlo.

– Por supuesto, sweetie. Sabes que es de mis más grandes sueños. Trabajar en una empresa de modas... Guau. Dime, ¿qué tengo que hacer, darling?

– Lo que más te gusta hacer, Andy. Me ayudarás con mi agenda y además con algunos diseños de la nueva línea de ropa, pueden ser para hombre o mujer. De hecho, será con los bocetos que te mostré.

– ¡Oh! ¡Eso es lo más increíble de todito el mundo mundial! –exclama con emoción. –Pero, ¿no habrá problemas por esto?

– Mi secretaria se puede encargar del papeleo. Podemos meterte como estudiante en prácticas, recibirás un sueldo y será reconocido el trabajo que hagas. Simple. –o al menos espero que sea simple. Aunque no creo que mamá se oponga.

– ¡Te amo, sweet chocolate! –dice de pronto poniéndose de pie y un nano segundo después ya me tiene entre sus brazos, como si fuera una muñeca de trapo o algo parecido.

– Perfecto... también te amo. –por dios, me dejará sin pulmones. –Andy, no puedo respirar....

– Lo siento, sweetie. La emoción. –me alejo un poco para mirarlo, y veo sus ojos húmedos y las lágrimas contenidas a punto de escapar. Aww, es todo un encanto.

– No llores, Andy. –le dice Emily, acercándose a él y lo abraza para consolarlo.

– Es... es que es lo que... lo que siempre he soñado. –responde apenas entre sollozos. Si sigue llorando no tardaré en llorar también.

Bien, algo bueno que pasa en mi desordenada vida. ¡Al fin podré ir tachando las cosas de mi lista! Andy me será de mucha ayuda, y también él hará lo que más le gusta hacer. Siento como si un peso se quitara de mi espalda.


– ¡Vamos, Andy! ¡Tardas una eternidad! –no puedo creer que Andy lleve cuarenta y cinco minutos en el baño. Se supone que solo se ducharía y se vestiría, no que se iba a ir a vivir en el baño.

– Ya casi estoy. Tranquilas. –responde del otro lado de la puerta. Esto es increíble, creo que está peor que yo.

Un minuto después, la puerta del baño se abre y sale un limpio y perfumado Andy. Y de nuevo luce bastante varonil. Creo que ya le gustó un poco más su papel de macho.

– ¡Ya era hora, Andrew! No creí que fueras a durar tanto. –le dice Emily. –Debí de haberme metido yo primero. O haberme ido al baño de otra habitación. No sé por qué querías que todas nos alistáramos aquí.

– Ya les dije que quiero ver lo que eligieron para ponerse. Nadie mejor que yo en moda. –responde el moreno, en defensa.

– Auch. Y la que tiene la empresa de modas aquí soy yo. –respondo fingiendo indignación con una mano sobre mi pecho.

– Lo siento, sweetie, pero por esta vez dame el beneficio de la duda.

– Como sea. –le digo sonriendo. Es un loquillo.

– Bien, yo iré a tomar mi ducha. –nos dice Emily, antes de entrar en el baño y cerrar la puerta.

– Bien, sweetie, dime que traes para esta gran noche.

– ¿Gran noche? Solo vamos al karaoke, Andy.

– Bueno, aun así debes de ir deslumbrante. ¿Quién de aquí tiene una empresa de modas?

– De acuerdo. –respondo resignada, pero aun así sonriendo. ¿Para qué le da tanta importancia? Solo vamos a ir a comer una hamburguesa a un karaoke. Nada importante. Tomo mi bolso y se lo entrego a Andy. –Tiene que haber algo bueno ahí dentro.

– Más nos vale, honey.

Abre el bolso y comienza a sacar mi ropa. Saca un vestido verde olivo de primavera, unos jeans oscuros y una blusa que dice "Kiss me or Hate me". ¿De dónde rayos salió esa blusa? Debió de haberse venido de entre mis compras de hace unos días. Por último, saca un par de zapatillas de piso y mi par de Vans blancos.

– ¡¿Qué rayos es esto?! –me dice Andy con horror. No se ve tan mal. Puedo usar el vestido con las Vans.

– Andy, te culpo por no haberme avisado con tiempo. –le digo antes de que comience a regañarme.

– Tenemos que resolver esto. –dice firme.

– Puedo ponerme los jeans y la blusa...

– ¿Y esta blusa horrenda de dónde salió? ¿Acaso quieres parecer una universitaria andrajosa? – ¿andrajosa? ¿Pero qué...? Bueno, la frase no esta tan mal... –Yo lo arreglaré, sweetie, no te preocupes. –dice con la mirada un tanto perdida. Seguro ya debe estar maquinando algo. Más le vale, él fue el culpable de que no traiga buenos cambios. Me hubiera podido traer esa bonita falda beige con la blusa color mostaza.

– ¡Ya estoy! ¿La siguiente? –anuncia Emily, saliendo del baño.

– ¡Perfecto! Quiero ver tu ropa y lo que te vas a poner, sunshine. –le dice Andy con ánimo, y entran en el vestidor.

Bien, espero se le ocurra algo bueno a Andy. Pero mientras tanto, quiero tomar una ducha tibia. Entro en el baño con mi bolso y algunas de mis pertenencias dentro, y cierro la puerta.

La ducha de Emily es increíblemente relajante. Tiene una de esas duchas que en las que el agua cae como una relajante cascada mezclada con lluvia. Luego de salir, me seco con una toalla grande y me pongo mi ropa interior, que fue lo único que quedó en el bolso después de que Andy lo sacó todo y me regañó por no traer nada bueno. Vuelvo a enredarme en la toalla y salgo del baño.

– ¿Chicas? –no están en la habitación. Espero que no estén abajo y me hayan dejado sola, si no, voy a ahorcar a Andy.

– ¡En el vestidor, linda! –escucho la voz de Emily y camino hacia la puerta del vestidor.

– Resuelto tu problema de vestuario, sweetie.

– ¿Cómo que resuelto?

– Sí. Andy complementó algunas cosas a tu bonito vestido que traes. Le vamos a poner un cinturón marrón, una chaqueta muy linda y unas zapatillas a juego con el cinturón que te van a encantar. –me responde Emily con entusiasmo. Vaya, eso suena genial. Al menos ya no iré andrajosa, como dijo Andy.

– Y esas cosas no van a aparecer por arte de magia, ¿verdad? –pregunto mirándolos intermitentemente.

– Em nos las prestara, sweetie.

– Pero yo no...

– Pero nada. Tienes que verte más bella de lo normal. –dice Emily guiñándome uno de sus ojos a través de sus grandes gafas. Bueno, después de ver lo único que traigo para vestirme, ¿Cómo decir que no a tentadora oferta?

– De acuerdo. Solo porque...

– Bien, basta de parloteo, sweethearts. –me interrumpe Andy, con su única manera de hacerlo. –Hay que terminar de arreglarnos, aún tengo que hacer algo decente por mi cabello, y al parecer con el de ustedes también.

Emily y Andy salen del vestidor y yo me quedo ahí para terminar de vestirme. Veo que sobre un pequeño sofá de terciopelo esta mí vestido junto con todo lo que me dijeron las chicas: el cinturón, la chaqueta y las zapatillas a juego, que por cierto están de encanto. ¡Son bellísimas! Tengo que comprarme un par igual. Se ve bastante bien el conjunto,debo admitir. Será bueno que Andy entre a trabajar pronto conmigo en la empresa.

Continue Reading

You'll Also Like

5.9K 303 30
En algún lugar de el bosque existe una aldea siendo destrozada por la ambición y el vicio,esta historia se sentrara en nuestra prota ______ una niña...
173K 7.8K 28
She's the first one that I see and I don't know why I don't know who she is
3.6K 309 15
howdy solo era un simple doctor en un hospital psiquiatrico hasta que un nuevo internado en dicho lugar atrapo su atencion su nombre era"wally"
327K 21.4K 93
Arabella y Shawn son la pareja del momento, pero se convierten aun más cuando descubren que Bella esta embarazada con tan solo 16 años. A pesar de qu...