Narra ____
—Dame un beso— le pedí a Sebastián mientras lo tomaba por el brazo. Estaba feliz, habíamos decidido retomar la relación,ya que nos era muy difícil seguir mintiendo de una manera tan masoquista,
—Todos los que usted me pida— deposito un suave beso en mis labios, haciéndome sentir esa magnífica sensación que electrifica todo mi cuerpo.
—¿Vamos?— Cuestione antes de girar la perilla de la puerta del apartamento. Él asintió con la cabeza y abril apuesta.
El apartamento estaba totalmente sucio, por lo visto Mario había organizado una fiesta por la noche ya que, habían personas acostadas en los sillones y otros se agarraban de las cortinas para intentar levantarse.
Echamos a la gente como pudimos, no sé cómo pasó pero la mayoría de estos se fueron como si nada hubiese pasado, eso sí, dejando sus restos de comida y vomito en las alfombras y paredes de la casa.
—No amor deja, le hablaré a Mario y a Sebastián— le dije q Villalobos al ver que comenzaba a recoger los desechos.
Camine por el pasillo, pero algo me sorprendió... Paulina estaba saliendo de la habitación con Arango, ambos habían dormido juntos.
—¿Cómo la pasó la feliz pareja en él lujosos motel?— cuestionó Paulina solo para irritarme.
—Pues por lo que veo, la hemos pasado como ustedes— reí tratando de no hacer incomodo el momento
—O sea que, ¿Jugaron Jenga toda la noche?— pregunto Arango interrumpiendo en la plática.
—Si, pero nosotros jugamos UNO— sonreí abiertamente
—Más bien, a ser uno— susurro Arango y después salió corriendo.
—Ve a limpiar lo de la fiesta mujer, estás en problemas— señale a Pau con mi dedo índice en señal de indicación. Ella solo rodó los ojos y fue a terminar las labores.
Toque en la habitación de Mario y al instante respondió con el típico "pase" me adentré en el cuarto desordenado y pude notar la presencia de Camerón en la cama, quien aún seguía en los brazos de Morfeo.
—¿Y Laura?— me atreví a preguntar una vez que no la vi por los pasillos del mediano apartamento
—En su recámara, un chico se ha quedado con ella en la cama— dijo pícaro, eso ya no me importaba...
Una vez la casa en orden, decidimos reunirnos en la sala para hablar de los futuros planes y los nuevos acontecimientos del presente.
Todos habían asistido, pero Laura inconforme se sentó aislada del resto.
—Pau y yo, decidimos intentarlo, una vez más— anunció Arango cuando nos encontrábamos en silencio. Por su parte, Paulina se sonrojó tímidamente e hizo una de sus Ramos y chistosas caras.
—No estamos aquí para saber de parejas, idiotas— renegó Laura desde su lejano lugar
—No pedí tu opinión, si no quieres escuchar vete— exclamé furiosa por su actitud
—Bien, estas semanas fueron duras para mí, justo ahora me encuentro en una relación con el amor de mi vida— suspiro, mire a Laura... Ella solo escuchaba mientras sonreía, pensando que esas palabras eran dedicadas a ella—Ahora que recapacite, me doy cuenta que ese amor es el correcto, que ella es la persona indicada, con la cual quiero despertar por las mañanas, ver sus ojos, admirar sus facciones al dormir, soportar sus malestares— hizo una pausa y suspiro —Por eso vuelvo con ella... ____ Font, no sabes cuánto te amo— finalizó. A los pocos segundos sentí su cálido abrazo, con esa anatomía que tanto me fascina.
—¡No!— Exclamó Laura lanzando un garrón. —¿Cómo me haces esto, Sebastián?— cuestionó con lágrimas en los ojos —Ella se irá en una semana y jamás la volverás a ver, pero a mí me tendrás toda la vida, mi amor— gritaba como loca, mirando a la nada.
—Nada de lo que digas me importa— Dijo Sebastián ignorando su inmadura actitud, ese berrinche que solo hacen los niños de 4 años.
—Ella es a gata, fea y nerd. ¡Mira cómo se viste! Mira esas gatas asquerosas, los zapatos, ¡Por Dios el cabello! ¿Cómo te atreves a cambiarme por eso? Por nada— grito acercándose más a nosotros. Se estaba volviendo loca.
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Viernes...
Dos días y me iré de Colombia, Pau y yo volveremos a México, Camerón vendrá con nosotras ya que, su madre se mudará por cuestiones de trabajo.
No nos importó asistir a la graduación y ver a los hipócritas del instituto.
Laura fue internada por un psiquiatra que la encontró gritándole a un pato "Sebastián" y a un gusano "____", le hablaba a los perros y molestaba a parejas en los sitios públicos.
—¿De verdad te irás?— cuestionó Sebastián abrazándome por la espalda, podría jurar que hacía pucheros.
—Si, aunque no quiera. Extraño a Selena, la extraño mucho.— suspire y sonreí porque después de 6 meses volvería a verla.
—Iré a visitarte, y tal vez alquile un departamento con los chicos—
—¿Me estás afirmando tus planes del futuro?— cuestione riendo, girando sobre mis talones late verlo de frente
—Si— suspiro —Mario no soportará vivir sin Camerón. Arango sin Paulina, y yo— suspiro— yo no soportaría ni un segundo sin ti— su voz se quebró.
—No me digas eso— rebeldes e incontrolables lágrimas comenzaron a salir desesperadamente, deslizando rápidamente por mis coloradas mejillas.
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Domingo por la madrugada
—No se te olvide la maleta de Camerón— le dije a Mario, el muy imbecil ya se había subido a la camioneta son ayudarnos.
Todos subimos las cosas e impartimos al aeropuerto. El ambiente en la camioneta era bastante bueno, Juana llevaba un gran ambiente, mientras que Daniela y Kelvin se tragaban en la parte trasera.
—Te amo— me susurró Sebastián al oído, nuestros ojos estaban rojos de tanto llorar
—Yo igual, nunca olvidaré esto—
—No quiero ir lo olvides, estos decías fueron los mejores, nunca olvides aquella noche en el motel, fue fantástico— tomo mis manos y beso mis nudillos.
—Siempre lo recordaré, lo prometo.—
—Buu!! ____ y Sebastián ya se pusieron de sentimentales— dijo Juana, provocando que todos voltean para mirar la conmovedora escena.
—Esperen, que Paulina y Arango van iguales— grito Kelvin con una sonora carcajada.
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Entramos al aeropuerto tomados de las manos, parecía una fuente, no paraba de llorar, era algo incontrolable. Pero era algo que no puedo evitar hacer. Algo que me va a causar daño por mucho tiempo.
"Pasajeros del vuelo 573 con destino a la Ciudad de México, favor de abordar por la puerta correspondiente"
—No quiero hacerlo— sollocé abrazando a Sebastián, aferrándome a él.
—Yo tampoco, pero nos volveremos a ver mi amor— beso mi frente.
—Te estaré esperando— me pesare de el, solté sus manos para girar y caminar hacia la puerta, quería voltear para atrás y decirle adiós, pero no debía, eso complicaría más las cosas. Así que solo camine junto con mis amigas hasta que una pared blanca nos dividió
—No— me desvanecí en el piso llorando incontrolable.
—Párate ____, ya está, ven— me paro Pau y me guío a mi lugar correspondiente. Me limité a mirar por la ventana, echándole el último vistazo a Bogotá.
"La noche que pasamos en el motel"
"Eres bella, no hagas caso a los demás"
"Ella es mi novia, es tan perfecta"
"La prefiero mil veces a ella"
La última lagrima de resignación rodó por mi mejilla y me dije a mí misma —Lo volveré a ver, no será mañana, no será el próximo fin, pero pasará—
🔸Flash Back🔸
Estaba nerviosa por aceptar ser suya por última vez, me siento una puta.
Me encontraba abajo de el, mientras que sus labios saciaban la incontrolable ansiedad que mi cuerpo comenzaba a pedir con desesperación.
Sus húmedos besos pasaban por mi cuello lentamente, haciéndome perder la cordura. Me estaba volviendo loca.
Sus manos pasaban de un lado a otro, dando diferentes sensaciones cada vez que cambiaba de sitio.
Mis manos pasaban de arriba abajo por su espalda desnuda, me encantaba saber que esto me pertenece, el simple hecho de relajar sus músculos con un ligero toque, me hace sentir la dueña de su cuerpo, la que sabe lo que en verdad le gusta.
—Ya— le pedí para que me desnudara.
—Aún no, quiero disfrutar esta noche, puede que sea la última.— dijo y devoró mis labios, con besos lentos, suaves, que con el pasar del tiempo eran intensos. Su miembro bucal ingreso a mi boca sin previo aviso, como si no necesitara un permiso o advertencia de su entraba.
Enrede mis brazos alrededor de su cuello, mientras jugueteaba con los suaves y rebeldes cabellos de su nuca. Podía sentir cómo se erizaba.
—Tan perfecta— dijo cuando finalizó de lamer mis senos con desesperación, deseo y necesidad.
Sus labios bajaron hasta mi entrada, provocando una leve corriente eléctrica en mi. Estaba apunto de introducir su lengua en mi, pero eso debía esperar.
Lo jale en dirección a mi rostro, y en un ágil movimiento quedo debajo de mi, dándome el control absoluto de la situación.
Lo bese, apoyando mis manos en su marcado pecho. Con besos acelerados por bastante tiempo, nuestros labios quedarían muy rojos.
Deslice mi lengua por todo su abdomen hasta llegar a el cierre de sus pantalones, con una juguetona sonrisa en mis labios, baje el cierre lentamente.
Una vez despejados el pantalón y el bóxer de ardillas, me dirigí a tomar entre mis manos el gran miembro que poseía, lo tome y con delicadeza comencé a frotarlo... Lo metí en mi boca para darle el placer que merecía, digno de alguien como él.
—Oh, me estás matando— dijo ahogando sus suspiros. Sentí como se preparaba para correrse, pero pare.
Tome una de los condones que había en una adorno del motel, lo abrí con los dientes y se lo coloque. Era hora de montar, de ser un jinete que doma sin piedad.
Me monté en el, posando mes rodillas a los lados de su cintura, me deslicé suavemente sobre su recto pene, haciéndome estremecer por la maravillosa sensación.
Saltaba para aumentar las corrientes de placer, para sentir una inigualable sensación.
Sus manos pasaban de mis senos a mis caderas y nalgas. El camino que estas recorrían era muy variado, pero igual de eficaz como si me estuviera tocando Zeus.
Optamos por la posición del misionero, amaba esa posición. Con esta podíamos tener contacto de miradas, había más cercanía.
—Mírame— pidió agitado. Lo mire difícilmente, ya que la situación me lo impedía, tanto placer me provocaba una pesadez en los párpados.
—Más rápido— dije aferrándome a su espalda, arañando la, dándole a entender que lo hacía muy bien.
—Estoy llegando— anunció y a los segundos todo su peso quedo sobre mi, no me molestaba.
—Eres el mejor— le dije con una estupida sonrisa
—Porque tú estás conmigo— musitó mirándome fijamente
—Te amo demasiado— hable y este me miró extrañado
—Pensé que ya no me querías, yo te amo—
—Como dejar de hacerlo, eres magnífico— bese su frente
—Gracias _____. Gracias por soportar cada estupidez que hice en este tiempo, gracias por aceptar esto, no me arrepiento y espero que tú tampoco lo hagas, gracias por aceptarme, gracias por ser parte de mi vida y gracias a tu madre oír traerte a este mundo— suspiro, su intensa mirada no se despegaba de la mía —Me voy a tatuar tu nombre— dijo y no pude evitar reír
—Te amo— lo bese
—Yo más, jamás olvides esta noche Font, si no, te la vuelvo a recordar— amenazo
—¿Qué no debo olvidar? Ya se me olvido— bromee un momento
—Podría hacerte el amor de nuevo, todo el día. Jamás me cansaría de ti, jamás—
🔸Fin FlasBack🔸
—Espero verte otra vez Villalobos— susurre con una sonrisa.