Magnet in Dark© Parte I "EL Ó...

By OfrahRox

9.3K 582 405

SINOPSIS "Una simple mención de las palabras 'Había una vez' o 'Ábrete sésamo' puede abrir las puertas de l... More

¡Saludos, lectores!
Magnet in dark ©- Parte I "El ónix"
PRÓLOGO
1 LOS TRES
2 SOFÁ ROJO
3 CREEP
4 FUEGO Y DIENTES DE LEÓN
5 INSOMNIO
6 MÓVIL
7 CAMPOS Y ESPEJOS
8 ATTENTE
9 CHOQUE
10 INTUICIÓN
11 BACO
12 RELOJ DE ARENA
13 DETRÁS DE LA DEMENCIA
14 OJOS ÁMBAR - Parte#1
MAGNET IN DARK -Comunicado-
15 DISPARA
Cartas amarillas
16 CRUSH -Parte#1
CRUSH -Parte#2
17 ADIÓS -Parte#1
ADIÓS -Parte#2
18 - 1º LUNES
Cartas amarillas -Extra-
19 SOUFFRANCE
20 CAMPANILLA Y EL POLVILLO
21 LÍNEAS DE SANGRE
Cartas amarillas.
22 MI NOMBRE ES JARETH
23 CONTROVERSIA Y RITUAL
24 VISIÓN EN JARETH
25 ENTRE DEMONIOS O FANTASMAS
26 MERCURIO Y EL SOL
27 ISHÀ
...Impasse
28 ALACRANES & ORO
29 MANÍACA
30 JARETH, BUSCA EL ÓNIX
31 FEEL ALIVE
¡Magnet in dark, les desea muy feliz año Wattpaders!
OK... otro impasse
32 FEEL ALIVE P#2
FEEL ALIVE P#3
32 ILUSTRADA
EPÍLOGO
EXTRA
Agradecimientos
MAGNET IN DARK II- Grigori
Curiosidades de MgD

OJOS ÁMBAR -Parte#2

176 12 15
By OfrahRox

NOTA; he tenido que obligarme a corregir este capítulo ya que estaba cortado, o sea me dí cuenta que Watt había solo subido la cuarta parte de la extensión, es muy largo. Leer con calma. <3


15

Ojos ámbar 

Parte #2


Respiro profundamente.

Susurros inmorales llenan el aire, invadiendo mis oídos y martillando mi cabeza sin piedad. Mis manos se arquean en garra sobre mis oídos, tratando de bloquear el sonido y sofocar las risas molestas.

De pronto, un contacto frío y seductor acaricia mi hombro desnudo. Me sobresalto y me alejo con rapidez del hombre audaz que se atreve a rozarme. Desorientada, me encuentro rodeada por más rostros con ojos enrojecidos y máscaras de médicos venecianos de la peste. Intento esquivarlos, pero uno de ellos me sujeta del codo desde atrás. Su voz resonante llega a mis oídos mientras su nariz se acerca y se sumerge entre los mechones de mi cabello, inhalando profundamente.

—Mmm, siempre es por ti, Iona... Deja que tus brazos se abran una vez más —susurra apremiante, ocultando sus expresiones entre mis rizos.

Inclino suavemente la cabeza sin girar hacia él. Sus palabras me hieren como cuchillos y no puedo evitar soltar un quejido de asombro.

Resulta curioso cómo habla en un tono armonioso, pero percibo sus titubeos entre suspiros.

—Iona, lo que percibes, yo también lo percibo; donde tú vas, yo voy. El destino insiste en unirnos, a pesar de los miles de kilómetros y nuestras diferencias.

Sus expresiones, cargadas de contradicciones, me confunden. Deseo entablar una conversación con él, pero mi lengua se paraliza ante la presencia de las figuras rojizas y oscuras que nos rodean.

¿Es esto posible? ¿O es simplemente una inversión de tiempo? Necesito alejarme de él, pero ¿cómo?

Mis pensamientos se bloquean cuando siento sus caricias en mis brazos. Necesito separarme y pensar con claridad, pero él me arrastra y pierdo la razón.

Con suavidad, sus dedos se deslizan hacia mis muñecas, entrelazándose con mis manos, y él susurra con cuidado mientras traga saliva y aclara su garganta, anticipando la misma sensación que siento en mi interior:

—Shh, calla, no digas nada.

Él aparta delicadamente mi cabello y roza mi cuello, hablando en voz baja.

—¿Observas a tu alrededor? ¿Te das cuenta?

Un beso suave se posa bajo mi oreja antes de que se interrumpa momentáneamente y deposite otro pequeño beso en mi clavícula:

—Ahora dime... ¿Qué eres tú?

A pesar de mi intento de apartarme, un movimiento brusco me coloca en sus brazos y encuentro su mirada directa. Sus ojos son negros, tan oscuros como los agujeros del universo, sin ningún objeto destellante en su interior. A diferencia de las miradas de los demás, sus pupilas son como grillos, pero no carecen de opacidad.

Los de Baco brillan con luz, mis pensamientos son arrastrados por su poder mientras siento que mis propios fanales se agrandan por el impacto, y mi cuerpo continúa temblando.

Su cabello oscuro cae en ondas suaves sobre su frente, enmarcando un rostro anguloso que emana serena confianza. Los rasgos de su aspecto están esculpidos de forma fina, con pómulos altos y una mandíbula firme que arrojan determinación. Su mirada, profunda y expresiva, reflejan una mezcla de inteligencia y misterio. Un tenue rastro de sombra de barba realza aún más su masculinidad, suavizando sus rasgos sin restarle un ápice de su atractivo viril.

Y en un instante, llega mi pregunta:

—¿Por qué? ¿Para qué? No tengo esa verdad, me aterras.

Su rostro, medio cubierto por un oscuro antifaz, como el cuarzo junto a mi esternón, me permite ver sus labios que inconscientemente juegan ante mis palabras.

―¡Basta! ―El grito escapa de mí, sorprendiéndome a mí misma. Pero su agarre se intensifica, ignorando mi súplica—. ¡Me tienes harta de este juego! Me haces perder la cabeza con tu hechizo. Quiero ser sensata, pero la atracción me abruma. Es como si estuviera sumergida en un sueño alucinante. Desearía que la realidad se impusiera sobre esta ilusión, como fuego en la lluvia que cae sobre ti, desvaneciendo este hechizo. Me he obsesionado con tu rostro... pero sé que no es real.

Me detengo, sintiendo que he añadido demasiada intensidad al asunto. Estoy confesando que me atrae alguien que al mismo tiempo desconozco, y eso tal vez sea peligroso, porque mi instinto más bajo me grita que así lo es.

Mientras tanto, él sostiene en alto mi máscara veneciana, un adorno que ahora me parece ingenuo. Al descubrir mi rostro, noto que tiene los párpados delineados de rojo y una parte de su piel está teñida con pintura negruzca; rápidamente recorre mi cuerpo con sus ojos, trazando cada contorno. Mis piernas tiemblan y mis pulmones dejan de respirar.

Siguiendo sus indicaciones, imito su gesto y deslizo ágilmente su antifaz. Mientras mis manos continúan cosquilleando, las puntas de mis dedos permanecen manchadas al apenas rozar la piel sobre sus pómulos. Sus pestañas oscuras realzan su mirada, y en esta ocasión, sus mejillas se tiñen de rojo al notar que lo estoy observando detenidamente.

―¡¿Qué haces aquí?! Tú... ―exclamo sin pensar, alzando tímidamente mis manos y dejándolas reposar sobre mi pecho, que late aceleradamente.

Escudriña a su alrededor antes de inclinarse para verme mejor. Sus manos sostienen mis mejillas y nuestros labios quedan a escasas pulgadas de distancia.

―Me acerqué porque... no podía permitir que te alcanzaran, que te lastimaran. ―Sus ojos serpentean mientras su mirada acaricia mi ser, recorriendo de nuevo mi figura―. ¿Quién eres, Iona? ¿Qué ha cambiado desde la última vez que nos vimos?

Reúno todas mis fuerzas para controlar la inquietud que me carcome hasta los huesos. Quiero y debo responder, pero ¿qué puedo decir? Intento formular una respuesta, justo cuando él me interrumpe.

―Maldita sea, me sentí repulsado; debí haberlo notado desde que nos conocimos. Tu aroma, aquel día... ―Está alerta, clavando su mirada en la mía―. Algo me impulsó a seguirte.

Sigo chasqueando la lengua, manteniendo los labios apretados. Anhelo que él revele lo que no logro comprender. Sin embargo...

―¿Repulsión? ¿¡Asco!? ¿¡Qué somos!? ¿¡Qué significo para ti!? ―exclamo con rabia, desilusión y amargura―. ¿Sabes qué creo? No tenemos la más mínima importancia, así es. Siento un temor profundo y tú, Baco, también estás consumido por el miedo ahora, deseas admitir que estamos en veredas opuestas. ¿Has mirado detenidamente tus ojos y los míos? ¿Qué reflejan? ―Mi voz tiembla.

Percibo desconsuelo y temor en él, algo inusual en Baco. ¿Es la duda? Sí, eso es, y lo perturba. Aparta la vista y dirige su atención en otra dirección.

―Veo en ti algo que debería arrebatarte, algo que es parte de mí y que quiero robarte ―suelta mi brazo mientras se aleja―. Soy un ser vil, Iona, algo indigno, ¡y me encanta serlo! Juegas con mis ideas, tomas algo, algo perdido y desconocido, ¡y lo conviertes en un terremoto en mi pecho, en mi mente! ―su cuerpo parece vibrar mientras extiende la mano y acaricia apenas mis pestañas―. Tus ojos brillan hoy, están jugando a delatarte ―fija su mirada―. Creo que es un juego peligroso, estoy descubriendo cosas de las que ni siquiera tú eres consciente. ―¡Crash! Ahí está, veo cómo se dilata el negro que oscurece rápidamente sus pupilas―. Ese ámbar me resulta familiar.

Una sonrisa desafiante se dibuja en su rostro mientras agarra mi antebrazo, causándome un agudo dolor.

―¡Me estás lastimando! ―exclamo con un gemido, intentando liberarme de su agarre mientras sus ojos se vuelven el color de una tormenta.

―Algo perdido, algo que vi antes. Algo me está desgarrando y arrebatándome cada pedazo. La vida se ensucia conmigo, ¿entiendes? ―proclama entre dientes.

"¡Piensa, Iona, piensa rápido!" advierte mi voz interior. "¡RÁPIDO, YA!" me impulsa con urgencia.

Me libero de su agarre al golpear ágilmente su muñeca con mi mano derecha. Con sorpresa, en lugar de retroceder, avanzo decidida y deslizo mi mano detrás de su nuca, acariciando sus cabellos. Luego, inclino su cabeza sobre la mía y hablo cerca de su rostro. Sus cabellos se pegan a mis mejillas, una sensación pegajosa que delata sus nervios.

―¿Quieres sentirte vivo? ¡Puedes liberarte y permitirte ser libre! ―Él resopla como una bestia hambrienta, siento que digo "¡estoy aterrada!" Sus dientes están tan apretados que rechinan. Mientras tanto, sostengo su rostro y junto mi frente a la suya―. ¡No puedo deshacerme de todo este dolor! Existe una señal, un indicio de que tomo y asumo esa parte oscura que dices tener dentro de ti, ¡lo que tú y yo representamos! ―Mis ojos se abren y se llenan de un repentino escozor―. Repito: ¿quieres sentirte vivo? A veces siento que no soy yo misma, y me considero un enigma enjaulado. Algo similar a ti...

Sus ojos adquieren una suavidad inusual mientras una parte de su ser comienza a brillar en ellos. Siento que soy yo quien lo libera de su aflicción, aunque en mi estómago surge un incómodo ardor.

―Ay ―exclamo quejosa, sin apartar la mirada, respirando agitadamente―. Bésame, Baco, con urgencia y lucha. Lucha por resistir. Algo en mí está tomando una parte de ti. Lo que tú y yo personificamos, lo que significas, ¡puede ser redimido! No permitiré que te arrebaten, ¡lo evito! Él se agita, su mandíbula se tensa y sus párpados caen lentamente.

En un instante, sus labios fríos se encuentran con los míos. Mantengo los ojos abiertos, observando los suyos que se tensan entre mis pestañas.

―Baco... ―susurro, mientras mis manos exploran su cabello sedoso, acariciándolo con suavidad―. Te deseo intensamente.

Nuestras bocas se abren, desatando una batalla mientras sus manos exploran el borde de mi blusa y se aventuran en su interior.

Chispas recorren mi cuerpo cuando siento sus dedos en mi piel, erizándola.

―Oh, Iona ―gime sin restricciones, perdido en el éxtasis de nuestros besos.

Mis labios dejan un rastro de besos por su piel, desde la mandíbula hasta el lóbulo de la oreja, donde le doy un mordisco juguetón. Mientras él mantiene los ojos cerrados y sus manos juegan en el límite de mi sostén.

―Eres hermosa, brillante, apasionada ―dice entre suspiros, mostrando una sonrisa que ilumina su rostro―. Me perderé constantemente si así es como quieres arreglarme.

Nuestros ojos se encuentran, y percibo un destello de sorpresa en su mirada cuando nota que he perdido mi sonrisa.

―¿Te irás, verdad? ¿Dejarás todo esto atrás de nuevo? No somos reales, tú y yo. Baco y Iona, Iona y Baco. Eso es todo, es irreal. ¿Qué somos? ¿Qué soy yo? Alguien que hace las cosas a medias, si es que puedo aliviarte esa carga pesada que llevas. Tus ojos, Baco, alivian esa carga. Hoy me lo demostraron. Tuve miedo, pero logré que regresaras a mí.

Su mano sale de su escondite bajo mi blusa y, nervioso, acaricia mi nariz y termina en la comisura de mis labios. Sus ojos se abren ampliamente mientras habla.

―Iona... ―murmura, deslizando su mano por mi mejilla en una caricia cálida―. Eres mi salvación, mi fuego. Pero tendré que dejarte ir, sabes que no podemos estar juntos. No podrás enfrentar mi peor lado. Bajo mi palma, él parece desvanecerse mientras lo sostengo y sus párpados se vuelven pesados.

―No puedo. ―Dice, mientras su mirada nerviosa escudriña el entorno de nuevo. Se relaja al ver que no hay figuras oscuras cerca―. Esta vez los evité para que no se acercaran a ti, aunque no podré ocultarlo por mucho más tiempo. Vinieron antes que yo. ¡Soy tan idiota, no pude verlo! ―Sus mejillas se tensan y las beso, haciéndole estremecer mientras mi lado impulsivo toma el control.

―¡Vamos! ―exclamo.

Sus ojos se entrecierran, llenos de asombro. Debe estar tratando de descifrar qué más saldrá de esta mente tan desquiciada. Se rasca la nuca y mira hacia el suelo. Al ver su actitud, mi cara se sonroja de timidez. Parece que mi yo divertido está tomando el control de mi cuerpo y voz.

―Te ves preciosa, ruborizada ―dice con voz suave cerca de mi mejilla―. Cada vez que hablas, siento una chispa en el aire. Tus ojos, la forma en que me miras, es como un fuego lento que enciende mi piel. Ardo solo de pensar en tus manos a centímetros de mí.

Con la mirada perdida en el oscuro cielo, rememoro cada ocasión en la que permití quedarme atrás. Noche tras noche, su figura se desliza en mis sueños como un enigma persistente. ¿Cómo es posible que me sienta atraída una vez más por aquel que se alejó, dejándome hechizada en la incertidumbre de su paradero? La paradoja persiste. Con él, parece que podría decir adiós al buen juicio.

―No estoy aquí por eso, aunque has dejado una marca en el lugar que sospechaba que era mi corazón. ―Su mirada me penetra, y su cuerpo delgado delata su inquietud―. A otros... sí, los convenzo con artimañas fáciles, luego les quito lo inútil para disfrutar lo más exquisito que me devuelve al más allá, pero mi sed no se sacia. ¡Pronto quiero más! ¿Entiendes?

Siento cómo mi pecho se aprieta y exhalo rápidamente, mientras la paranoia comienza a hacerse presente. Cierro los ojos y respiro agitadamente, como si estuviera en una clase de parto. Todo lo que sale de mí es un miedo abrumador. Mi cabeza empieza a tambalearse en un mar de negación.

―¡Libre! —Me arrepiento de haber dicho eso, siento que estoy adentrándome en un camino sin retorno. ¡Hola, locura, aquí estoy!—. Sí, soy libre y la libertad implica tomar decisiones. Sea para bien o para mal, no sé si estoy lista para hacerlo. En la actualidad, poseo una voz y, en caso de que mi habilidad de cordura no sea suficiente.

Hablo con convicción mientras él escucha con atención.

―Oh, mi pureza no se mantiene intocable como en las novelas, así que no temas llevarla contigo. —¡Vaya! Exclama mi parte juguetona—. Mi herida emocional ya surgió aquel día que choqué contigo, y en ti encuentro el único eco que quiero escuchar. Porque, quién sabe, tal vez él solo esté tejiendo mentiras...

No mencionaré el nombre de Azraél. No permitiré que su identidad sea revelada. Tengo mucho por investigar. Hay tantas incógnitas que necesito resolver.

—Estoy siendo arrastrada por mis sentimientos, desafiando mis propias reglas. Quiero que me expliques todo y saques provecho de lo que te estoy ofreciendo. No entiendo por qué eres diferente conmigo.

El tono de mi voz se modifica mientras me sumerjo en las palabras, como si desvelara secretos profundos.

―No es lo que deseas ni es que me quieras. ¡Es lo que soy, no me necesitas! Percibes mi aroma, sientes mi piel; pero desconoces mi esencia real, Iona. Todo lo incorrecto en mí habita en mi interior, la carne me corrompe. Mi propósito es poseer y ser poseído, atraer superficialidades. Ese es mi mundo, repleto de vanidades y vacío de riqueza. ―Sus palabras emergen con una intensidad sombría mientras sus ojos oscuros se clavan en los míos, como si buscara encontrar algo más allá de mi mirada.

Su voz pausa el aire por un instante, y en ese silencio tenso, siento la tormenta que arde en su interior. Intento captar cada matiz de su expresión, cada sombra y rastro de emoción en su rostro.

»Intento alejarme de ti, ¡maldición! Pero no lo consigo. De repente, Iona, me atacas, te vuelves indiferente. Pero hoy encuentro serenidad en tus ojos. Siento un dolor distinto al que me consume. Me vuelves loco, una locura que podría matarme, ¿lo entiendes? ―Su confesión se desliza entre nosotros como un susurro oscuro y frágil, cargado de una vulnerabilidad que rara vez muestra.

El aire vibra con sus palabras, y puedo sentir cómo las emociones chocan y se entrelazan en el espacio entre nosotros. Su voz, tan llena de tormento y anhelo, me deja sin aliento.

―¿Quieres apoderarte de mí? Si eso deseas, adelante. Iona, solo una noche, luego puedes dejarme marchar. Si no lo haces, yo no podré hacerlo. No, esta vez.

Su confesión es un eco de deseo y duda que cobra vida en el silencio que sigue. La intensidad de su mirada parece buscar en lo más profundo de mi ser, buscando una respuesta que quizás ni yo misma comprendo por completo.

Un escalofrío recorre mi espalda mientras enfrento sus palabras. Hay una conexión intensa y eléctrica que va más allá de las palabras.

―Vamos, elige un punto, ¿dónde deseas...? —comienzo a decir, pero él interrumpe al colocar su dedo sobre mi boca.

―Shh, cállate, te mostraré mi origen. Debes confiar en mí. ¿Me escuchas, Iona? Si no me abandonas después de esto, ¡te convertiré en un altar maldito!

―Sí, intentas asustarme, ¿verdad? —digo sin creer su tono melodramático, y sin poder evitarlo, mordisqueo su mentón, provocando que él respire profundo.

―Tranquila, Iona —dice al tomar mi mano y jalar mi cuerpo, haciéndome tropezar y caer sobre su pecho.

―Muy pronto lo verás con tus propios ojos y, sobre todo, lo comprenderás en su totalidad —añade, su sonrisa enigmática y desafiante acentúa la anticipación de un conocimiento profundo.

Juro que sus ojos se oscurecen nuevamente, como una tormenta en el cielo, intensa y negra, y una señal tensa aparece en su ceño, dramática antes del huracán.




N.A: Aquí les doy un regalito, para ver los tatuajes completitos en el cuerpo del pecaminoso de Baco. (Guiño). ¡No saben cuantos años llevaba buscando y eliminando dibujos!, ninguno terminaba de convencerme, al fin, los extraje de mi cabeza.


Continue Reading

You'll Also Like

402K 28K 113
𝐍𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐧𝐚𝐝𝐢𝐞 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐡𝐚𝐛𝐥𝐚𝐧 𝐝𝐞 𝐭𝐢... Una escuela privada, pero no vida privada. Lo que sea que los estudiantes h...
313K 18.9K 57
𝐁𝐫𝐨𝐨𝐤𝐥𝐲𝐧 𝐒𝐰𝐚𝐧 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐢𝐝𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐁𝐫𝐨𝐨𝐤 𝐒𝐰𝐚𝐧 𝐞𝐬 𝐥𝐚 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐚 𝐦𝐞𝐧𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐈𝐬𝐚𝐛𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐒𝐰𝐚𝐧...
8.9M 1.2M 37
[COMPLETADA] Libro II en la Trilogía Almas Perdidas. ¡Almas Perdidas: El nuevo mundo, está disponible en librerías! Puedes comprarlo accediendo al li...
70.9K 3.1K 53
[T E R M I N A D A] E N E D I C I Ó N Tn Denbrough, nueva en Derry y con un gran sentimiento de culpa por haber sobrevivido al accidente que se llev...