Magnet in Dark© Parte I "EL Ó...

By OfrahRox

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SINOPSIS "Una simple mención de las palabras 'Había una vez' o 'Ábrete sésamo' puede abrir las puertas de l... More

¡Saludos, lectores!
Magnet in dark ©- Parte I "El ónix"
PRÓLOGO
1 LOS TRES
2 SOFÁ ROJO
3 CREEP
4 FUEGO Y DIENTES DE LEÓN
5 INSOMNIO
6 MÓVIL
7 CAMPOS Y ESPEJOS
8 ATTENTE
9 CHOQUE
10 INTUICIÓN
11 BACO
12 RELOJ DE ARENA
13 DETRÁS DE LA DEMENCIA
OJOS ÁMBAR -Parte#2
MAGNET IN DARK -Comunicado-
15 DISPARA
Cartas amarillas
16 CRUSH -Parte#1
CRUSH -Parte#2
17 ADIÓS -Parte#1
ADIÓS -Parte#2
18 - 1º LUNES
Cartas amarillas -Extra-
19 SOUFFRANCE
20 CAMPANILLA Y EL POLVILLO
21 LÍNEAS DE SANGRE
Cartas amarillas.
22 MI NOMBRE ES JARETH
23 CONTROVERSIA Y RITUAL
24 VISIÓN EN JARETH
25 ENTRE DEMONIOS O FANTASMAS
26 MERCURIO Y EL SOL
27 ISHÀ
...Impasse
28 ALACRANES & ORO
29 MANÍACA
30 JARETH, BUSCA EL ÓNIX
31 FEEL ALIVE
¡Magnet in dark, les desea muy feliz año Wattpaders!
OK... otro impasse
32 FEEL ALIVE P#2
FEEL ALIVE P#3
32 ILUSTRADA
EPÍLOGO
EXTRA
Agradecimientos
MAGNET IN DARK II- Grigori
Curiosidades de MgD

14 OJOS ÁMBAR - Parte#1

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By OfrahRox

"Estoy claramente roto y nadie sabe qué hacer, 

las piezas del rompecabezas no encajan,

Así que voy en ti, la comezón es un pulso en el interior, gritando a cobrar vida...

Es sólo tú y yo.

No puedo esperar a romper mis ojos y te miro...

Paz a través del dolor... es basura.

Especialmente cuando se hace por usted..."

KORN 'GET UP'(letra en español)

14

OJOS ÁMBAR 

Parte #1 


Amalia habla entusiasta.

―Falta poco. ¡Arturo, sirve el brindis!

Ver a mára nerviosa por estos últimos cinco minutos del año, dos mil veintiséis me hace repasar todo. Un nuevo año comienza con innumerables cambios para nuestra familia, ya que nos mudamos a los Estadounión, y tendremos una vida muy diferente. Aunque en este momento estemos celebrando un nuevo comienzo, hemos planeado cientos de ideas (que se están llevando a cabo) y pienso que se cumplirán. Entonces, despierto cuando Báez y Chloe se unen alegres al conteo.

Diez, nueve, ocho... cinco, cuatro, tres, dos... ¡Uno! ¡Feliz año nuevo! Todos gritamos emocionados y de inmediato páxus y mára se acercan a mí, enredándome en medio como cuando era pequeña.

Me besan en cada mejilla riendo.

―¡Feliz cumpleaños, Iona! ―dicen.

Kick y el dátrus esperan su turno para luego tirar de mis orejas ya enrojecidas.

―¡Felices veintidós, sobrina! Y feliz año, preciosa ―dice el caballero con una sonrisa que abarca toda su cara.

―Vamos, pá. Suelta, que es mi turno ―Chloe reclama con sus pecas rebosadas de un rosa pálido debido a la bebida. Su cuerpo largo se contornea acompañado de un fantástico vestido de color cielo.

Unos momentos después, como era de esperar, Chloe menciona una fiesta en una playa cerca de Celestia, en la casa de uno de sus ex (ricachones). Ajena a todo, la oigo decir que será una fiesta épica. Así los llama, pero para mí son una masa de "descerebrados simios" con altos niveles de alcohol y ciertas drogas que los llevan a inventar cosas aún más estúpidas.

Y ella insiste en que vayamos juntas.

Mi amiga es rica, incluso más que algunos de ellos, pero es única en ese lugar. Puede haber chicas similares a ella, altas y delgadas, modelos, pero a Chloe no le importa. Ella tiene un porte delicado y elegante, como un cuervo. En cambio, yo dudo. No soy tan alta, pero mis curvas hacen que destaque, y aunque me siento segura al respecto, estar ahí me hace sentir como si estuviera rodeada de miles de lobos, siendo yo los siete enanitos juntos.

Pero aquí y ahora, ella me obliga a asistir.

Chloe parpadea de manera coqueta, lo cual resulta gracioso e irresistible. Además, asegura que no estaremos solas, ya que Erika y Javier nos encontrarán allí. Javier llegó ayer de Sombraire y no lo he visto desde el último día que nos despedimos en Navidad, antes de dejar mi trabajo. Durante mi tiempo de reclutamiento como zombi en diciembre, Chloe insinuó que Erika y él estaban saliendo. Me alegra mucho por ambos, finalmente algo bueno triunfa en estos días.

Juro que me quitaré el fantástico vestido rojo carmesí que me han regalado para mi vigesimosegundo cumpleaños. Es hermoso, las piedrecitas de imitación en el pecho brillan con la luz, iluminando mi rostro como un espejo. Es largo y tiene un corte recto en la parte delantera, con la espalda descubierta y se ajusta por encima de mi cintura. Me hace lucir sensual.

No me interesa en lo más mínimo lucir así en esa fiesta, insisto.

A pesar de que trato de distraerme de todo con Chloe a mi lado, mis sentimientos internos siguen revolviéndose. No he podido sacudirme la sensación que me persigue, como un tatuaje en mi mente, sí, así es, desde aquel desafortunado encuentro con Baco. Me ha seducido tanto que no puedo dejar de pensar en él.

Pero con Chloe encima, intento relajarme y, en este momento, me acompaña hasta mi habitación. Elijo unas mallas negras clásicas, mis zapatillas y una sudadera azul marino con letras que dicen algo insultante para esta ocasión: "Prefiero el cielo antes que la tierra infectada de zombis, XD". Espero que al leerlo, quede claro mi deseo de mantenerme alejada de algunos personajes de esa fiesta. Dios quiera que funcione.

Con una expresión seria en mi rostro, salgo del baño y mi seriedad se desvanece al ver a Chloe, especialmente cuando sus ojos se abren de par en par y, después de unos segundos, la veo abrazar su estómago mientras se retuerce de risa, con su rostro enrojecido. Sus carcajadas son largas y se mezclan con resoplidos característicos. Sin poder evitarlo, me uno a ella y nos brotan lágrimas de tanto reír.

Adoro estos momentos de mi vida, no tan patética. Los días buenos y simples también existen, ¿verdad?

Páxus nos da consejos antes de salir sobre cómo manejar el automóvil, mientras mára ciñe los ojos ante cada frase de pá, y Báez apenas puede contener la risa con la mano sobre la boca. No es que se preocupe menos, simplemente evita decir cosas porque Arturo siempre se adelanta exagerando.

―¿Lista, Iona? ―pregunta Chloe mientras me mira con expectación.

Asiento con determinación, aunque una punzada de ansiedad se hace presente en mi estómago. No estoy segura de lo que me espera en esa fiesta, pero sé que estoy dispuesta a disfrutar. Después de todo, la vida está llena de experiencias, y aunque algunas puedan resultar abrumadoras, son esas mismas que nos ayudan a crecer y descubrir quiénes somos realmente.

Mi progenitor se estira y deposita las llaves en mis manos, murmurando algunas palabras más sobre seguridad vial y señales de tránsito, pero no las escucho. Mis oídos bloquean sus palabras mientras ya me encuentro sentada en el interior del vehículo, agarrando el volante con ambas manos. Cuando él finalmente termina de hablar, nos da permiso para partir. Ambas suspiramos, aliviadas, ya nos dirigimos hacia la hermosa finca en las afueras de Celestia.

A medida que avanzamos en el auto, la majestuosa mansión se revela ante nuestros ojos. Me inclino ligeramente sobre el volante, observando los gruesos tirantes, las paredes de piedra con dinteles de madera y las ventanas curvas y salientes en la planta baja. Está coronada por un techo de tejas y un césped impecablemente cuidado durante todo el año. Los bosques cercanos son hermosos y desprenden un fresco aroma a cipreses. Aunque las farolas iluminan la noche brillante, no logran disipar por completo la oscuridad que se cierne a su alrededor.

Unos organizadores nos guían hacia el estacionamiento y caminamos por senderos verdes rodeados de helechos hasta llegar a la recepción, donde nos identificamos en la lista. "¡Hay una lista!", exclamo, con los ojos bien abiertos, al ver la impresionante multitud. Chloe sonríe con picardía y luego amplía su sonrisa al notar mi asombro.

―¡Vaya! Te dije que sería algo épico, ¿no? ―grita cerca de mi oído.

Poco a poco, mi mandíbula se eleva en respuesta. A lo lejos, diviso un escenario adornado con máscaras gigantes venecianas, tan realistas que casi puedo vislumbrar los rostros detrás de ellas. En una cabina, el DJ hace sonar música a través de enormes altavoces, y su nombre brilla en neón en las pantallas. Las luces destellan en el oscuro cielo, creando un ambiente lleno de magia y misterio.

Sorprendida, giro cuando siento un toque en mi hombro. Una mujer me mira y tardo un momento en tomar las dos máscaras de su mano. Ruedo los ojos, pensando que esto es típico de una fiesta misteriosa y excesivamente ostentosa para mi gusto.

―Una para tu amiga ―dice en tono serio, pero rápidamente cambia a una sonrisa fingida―. ¡Feliz Año Nuevo! Disfruten de la fiesta.

Y sin decir más, se aleja hacia su próximo cliente.

―Ponte la máscara, Chloe ―le digo mientras le entrego una de las máscaras―. ¿Cuánto te pagarán por hacer eso? Yo me apuntaría ―ambas reímos.

―Estará un poco enfadada contigo si te pones la misma y le quitas el puesto ―dice, mientras con su dedo abre paso entre la multitud tocando las espaldas de los desconocidos.

Por un segundo, bajo la mirada hacia la "moretta" que tengo en la palma de la mano. Debo admitir que es bastante impresionante, parece importada directamente desde Venecia. Cubre todo el rostro y en el dorso tiene tallado un antifaz dorado con delicados detalles y relieves, mientras que el resto es de un blanco con grietas que le dan la apariencia de porcelana rota. Sus labios están sellados y pintados de dorado, y además lleva hermosas plumas azules que sobresalen a su alrededor. La coloco con sumo cuidado, temiendo que se rompa debido a lo delicada que es.

―¿Cómo me veo? ―pregunta Chloe, girando para que pueda apreciarla, mientras toca con la punta de sus ansiosos dedos su propia máscara.

La suya es similar, pero sin grietas, un blanco perfecto. Tiene una rejilla azul sobre los ojos y los labios delineados en un rojo carmesí, como la boca de Betty Boop. Las plumas que la rodean son de un negro azabache, creando un llamativo contraste con su cabello pelirrojo.

—¡Hermosa! —exclamo admirada al ver la moretta en su rostro. Hago una reverencia exagerada con las manos y me alegra escuchar su risa—. Dime, ¿dónde encontraremos a Erika y Javier? —pregunto con entusiasmo.

—No lo sé, estoy intentando buscarlos por TalkTango —responde Chloe mientras envía el mensaje.

Mientras tanto, aprovecho para observar el escenario con detenimiento. En el centro del parque, puedo ver túneles verticales de viento y una pareja de bailarines vestidos artísticamente, parecidos al Circo del Sol, flotando con trajes brillantes que combinan perfectamente con la temática del lugar. Sus máscaras venecianas añaden un toque misterioso a su actuación. Los tonos perlados y celestes se reflejan en todas partes, y sonrío admirada al verlos moverse en el aire, realizando acrobacias al ritmo de la música.

Miro hacia abajo, arrepentida de haberme vestido de manera tan poco apropiada y molesta por no haber dejado mi terquedad de lado para encontrar un atuendo más acorde con la máscara perfecta que llevo puesta. Bufando, pienso: "¿Qué importa?".

Asiento en dirección a la enorme barra que Chloe señala con su dedo índice y medio. Parece un desafío llegar hasta allí, ya que la multitud se mueve en oleadas, casi amenazando con hacernos caer al suelo. De repente, Chloe salta emocionada al ver a Erika sobre los hombros de Javier. Erika nos sonríe ampliamente y puedo ver sus dientes desde aquí.

Saco la cabeza de mis pensamientos y me alegra ver que nadie nota mis gestos bajo la máscara. Estoy agradecida de tener a este grupo de amigos con los que puedo disfrutar de momentos como este.

Erika luce impresionante, su cuerpo tiene la elegancia de una bailarina. Su suave cabello castaño en un corte carré cae sobre su rostro, y su sonrisa rosa muestra unos labios grandes y auténticos. Sus dientes con espacios entre ellos crean un encanto especial. Sus ojos verdes brillan con simpatía. Lleva un top a rayas que resalta su busto y unos pantalones ajustados que realzan su figura. Me pregunto cómo no tiene frío con ese atuendo, considerando que el aire de enero se siente fresco, aunque estemos protegidos entre la multitud.

Javier, con su máscara "bauta" de larga nariz, sonríe como un tonto tratando de ocultar su estado. La máscara tiene ilustraciones de partituras musicales y colores rojos en la boca.

Erika salta al bajar de los hombros de Javier y se acerca emocionada hacia nosotras.

—¡Iona, Chloe! ¡Feliz año! —exclama mientras nos abraza a ambas—. ¡Qué bueno verlas... wow! ¡Y feliz cumpleaños también! ¡Oh, Dios mío, Iona, tus ojos! ¡¿Son de un intenso color amarillo?!

Mis manos se mueven nerviosamente por mi rostro al sentir las miradas fijas en mí. Javier y Chloe asienten, confirmando la sorpresa de Erika.

—Iona, se aclararon al llegar, no lo creía ver antes... —Chloe es interrumpida por alguien que la abraza por detrás y le susurra algo al oído en voz baja.

El hombre sonríe al deslizar ligeramente su máscara y, cuando lo reconozco, suspiro irritada. Es Thomas.

Ha pasado tanto tiempo desde que lo vi por última vez que casi no lo reconocí.

—Chloe, eres una hermosa dama —dice de manera melodramática—. ¿Me permites ver tu pecoso rostro?

Me muerdo los labios para contener la risa. Es demasiado descarado. Sus ojos azules parecen desnudar a cualquier mujer presente en la fiesta. Thomas, el rey, el ex de Chloe. Con su piel tan blanca, su considerable altura y su cabello cobrizo, liso y brillante que cae sobre su frente, atractivo de largas pestañas, claros y profundos como el mar, que aparentan inocencia.

Ellos son amigos, en muy buenos términos. Después de desaparecer durante dos años, noto que Chloe parece emocionada al verlo. Levanto las manos mientras me quito lentamente la máscara y, cuando Thomas me ve, no parece sorprendido. ¡Pero me odia y yo a él!

Lo saludo con desgana.

—Hola, Thomas.

—Hola, Iona —dice con tensión en su rostro.

Sin embargo, en un abrir y cerrar de ojos, me ignora y se dirige hacia Chloe, invitándola a bailar. Balbuceo algo, pero antes de que me dé cuenta, ya se están alejando. Chloe voltea para mirarme, sus mejillas sonrojadas, y me saluda antes de perderse entre la multitud. Me doy cuenta de que todos tenemos un desliz amoroso en nuestras vidas.

Suspiro.

—Y ustedes dos, compruebo que se llevan muy bien, ¿eh? —les digo a Erika y Javier, quienes aprovecharon la interrupción de Thomas para empezar con sus arrumacos. Tomando mis manos en un gesto suplicante, les digo—: Por favor. ¡Uff, esto es lo que me faltaba, ya sobro! —hago pucheros de forma exagerada.

Javier suelta a Erika con disgusto y me mira frunciendo el ceño mientras sonríe con picardía.

—Ay, ay, ay, Iona, qué haremos contigo, pero ya se nos ocurrirá algo, ¿no? —ambos me miran sospechosos, con expresiones tensas mientras me toman de los hombros. Javier me guía hacia la barra—. Vamos, te invitaremos a una copa.

—Solo una, o si no verán cómo bailo en el aire con los bailarines —señalo hacia los tubos.

Erika chasquea la lengua, pero también sonríe.

—Ya lo veremos, Iona, ya lo veremos.


***

Tras una hora, me muevo con soltura entre la multitud, entregándome por completo al ritmo de la música mientras bailo. Admiro a parejas manifestando distintas emociones y a grupos de amigos perdidos en la música. Me dejo llevar por el ritmo, recordando los momentos pasados con Baco que resurgen en mí como remolinos en la arena.

Con la máscara puesta para evitar ser reconocida, dejo mi sudadera afuera y solo llevo una musculosa de tirantes, el calor humano es suficiente aquí.

Bailo moviendo mi cuerpo como las olas en la orilla del río, balanceándome sobre mis pies y agitando mis puños en el aire. Siento la electricidad recorriendo mi columna mientras inclino la cabeza hacia atrás y contemplo el cielo, agradecida por la magia que las luces crean sobre él.

Escucho un susurro insistente desde detrás de la barra. Apenas puedo ver a alguien que parece temeroso. Señala en diferentes direcciones con su dedo índice. Parece asustado.

—¿Qué? —le reprocho, frustrada.

"Sigue", murmura con voz temblorosa. "Sigue bailando. No los mires".

Perpleja, sigo su consejo y me sumerjo nuevamente en el torbellino de la música. Bailo con energía, dejándome llevar por el frenético ritmo que llena el aire.

La noche avanza y la fiesta se intensifica. Los bailarines en los tubos de viento realizan acrobacias impresionantes, desafiando la gravedad y asombrando a todos. Los colores perlados y celestes se reflejan por doquier, creando un ambiente mágico y enérgico.

En medio de la pista de baile, diviso a Erika y Javier, disfrutando de su compañía. Sus movimientos fluidos y descoordinados demuestran su conexión y alegría compartida.

Por otro lado, Chloe y Thomas se han unido a otro grupo de personas y parecen disfrutar de la fiesta sin preocupaciones. Aunque su presencia me molesta, decido no dejar que arruine mi noche.

La música sigue vibrando en mis oídos y mis pies no pueden dejar de moverse. La emoción en el aire se mezcla con la adrenalina de la danza. Cierro los ojos y me dejo llevar por el ritmo, liberando tensiones y preocupaciones.

La noche avanza y la multitud estalla en aplausos y vítores, celebrando el inicio de un nuevo ciclo. Cuando la música se desvanece para mí y la euforia se calma, observo y busco algo a mi alrededor.

Noto a mi Yo nuevamente, pero lo ignoro y cierro los ojos otra vez, sintiendo cómo cambian y brillan como el sol. ¿Qué me está sucediendo? Siento cómo mi centro se cierra, como agujas afiladas clavándose en mi pecho, y en ese momento arranco la piedra ónix que arde en mi interior, dejando una marca en mi piel.

Un escalofrío recorre mi cuerpo al escuchar voces susurrantes e inmorales retumbando en mis sienes. Agarro mi cabeza con las manos, tratando de aliviar el dolor. Cuando la incomodidad se extiende por mi cerebro, decidí examinar, y entonces veo a un joven con una excéntrica máscara que me observa con curiosidad, aunque está conversando con una joven que invade su área personal. Sus ojos brillan en tonalidades rojas, y la boca sellada en su máscara se curva en una siniestra sonrisa.

¡Oh, demonios! ¿Me estoy volviendo loca? Froto la vista para mirar de nuevo, pero ya no están.

Respiro profundamente.



CONTINURÁ... 


* App ficticia (TalkTango: idea de una aplicación de mensajería ágil.)



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