"Caminé directo a donde encontraría a mi abuela. No la había visto desde la última vez que cerré los ojos. Escuché una rama romperse y salté del susto. Volteé hacia atrás para luego encontrarla sosteniendo una rosa. Ella tocaba los pétalos y sonreía con ternura.
-Disculpa, pero ¿puedo hacerte preguntas?-me acerqué a ella.
-Ya hiciste una y sí, puedes hacer las que quieras.
-Exactamente ¿en que mundo vivo? Vi una chica convertirse en lobo, mi sangre es un arma y el sudor una cura. ¿Quién soy?
-Tu ternura te tiene encerrada, tu torpeza te mantiene con la mentira y lo que eres te pone en peligro. Yo diría que vives en un mundo diferente al que te dejaron creer. Lo que eres, no me corresponde decírtelo. Pero sí puedo mostrarte en donde vives y respiras.
-Quiero saber todo ahora. No me interesa Zack, Mi Protector y los demás. Solo quiero la verdad.-digo firme.
"Despierta"-decía otra voz.-Despierta Lyceth.-repitió.
-Nos veremos en otro sueño.-se despide Denaile."
La chica abrió los ojos y para su sorpresa, estaba en un vehículo. Se sentó acomodando el cinturón de seguridad, le molestaba. Observó el interior, por fuera del cristal y visualizó que no estaba cerca de su hogar. Miró hacia adelante y habían dos personas. El conductor y una chica de cabello castaño.
-Hola cariño. ¿Te sientes mejor?-pregunta la castaña.
-Supongo.-responde confusa.-¿A dónde me llevan?
-Lejos de este lugar.-le responde el chico.
-Tu voz es familiar.-le comenta mientras intenta recordar.
-Soy tu Protector.-le responde.
-¡Eres tú! No puedo creerlo, tanto tiempo sin verte y ahora estás aquí.-le dice feliz.
-¿Cómo va todo con Zack?
Ly se queda en silencio por un minuto.
-Ya no somos amigos, o lo que él creía que éramos. Me enojaba su manera de pensar y actuar conmigo. Tal vez fui muy dura con él, pero necesitaba espacio...
-Y nunca te lo cedió. -termina la castaña por ella.-Soy Natasha, la mano derecha de tu amigo. Trabajo como médico en un hospital en Washington.-se presenta.-Por cierto, tu problema respiratorio lo arreglé. -le guiña el ojo.-Ya puedes correr sin problemas.
-¿No volveré a caerme?-pregunta riendo.
-No.-le responde sonriendo.
-Entonces, ¿vamos a Washington?
-No.-responde el chico. -Por cierto me llamo Christian.-se presenta.-Nosotros vamos a Pennsylvania, ella irá a su trabajo. Solo me acompañó para que te ayudara con tu problema de salud.
-Está bien.-dice mientras jugaba con sus dedos.
-Iremos a tomar un vuelo, el viaje es muy extenso. Recomiendo que descanses.
-No quiero dormir ahora, estoy bien.
-Lo siento.-le dice Natasha mientras sacaba de su bolso una aguja.
-¿Por qué?
-Por esto.-dice inyectando el sedante para que durmiera por todo el viaje.
"-¡Denaile!-grité su nombre.
-Tranquila mi niña, estoy aquí.-sale entre los árboles.
-¿Sabes qué me sucederá?
-No puedo ver el futuro cariño. Solamente tengo como misión orientarte.
-¿Cómo es realmente el mundo?
-Malvado, frío, seco, oscuro, sangriento y lleno de mentiras.-quema la rosa que sostenía en sus manos.-El mundo está lleno de diferentes razas. Existen los ángeles, demonios, vampiros, hombres lobos, hadas, sirenas, brujas negras y blancas, entre otras criaturas. Además, se está creando una nueva generación con especies híbridas.
-¿Qué soy?-pregunta preocupada.
-Te había respondido anteriormente que no me corresponde decirte. Sé que quieres saber todo de una vez,pero vive tu alrededor y disfruta. Ahora que sabes de que estas rodeada, tendrás más cuidado. Hablaremos en otro sueño, ya debo irme.-dice desvaneciéndose en un humo negro.
-¡Denaile!
No tiene caso, ahora me pregunto si debo confiar en Christian. ¿Y si es una criatura de esas? ¿Y si quiere matarme? Dudo mucho de este encuentro y mudanza. Tal vez debí quedarme con Zack, me arrepiento abandonarlo de la nada. Yo lo extraño..."
En Alaska, Zack tomó a su hermana por el brazo, debían hablar acerca de lo que sucedió. Katya golpeó el pecho de su hermano, ya que quería escapar. No hablaría, nunca lo hará. La chica se convirtió en su forma lobuna y con sus garras lastimó el rostro de su hermano. Zack se enojó y se transformó en el bello azabache de ojos grises. Ahora ambos luchaban entre sí, olvidando la verdadera razón por la que estarían hablando.
Por otro lado, Lyceth estaba despierta. Se encontraba en una habitación con las paredes de color blanco. La cama, mesa de noche, buro, silla y estante con libros eran color marrón. A su lado, en la mesa de noche, tenía un jarrón lleno de rosas blancas. Se sentó sobre la cama y se dio cuenta que llevaba la vestimenta que Christian le dejó con la carta. El complemento hacia que Lyceth luciera tierna e inocente. Ella dio una vuelta al levantarse de la cama y cuando paró tenía de frente a una chica,obviamente se asustó.
-¡Hola!-saluda la chica con los brazos extendidos.
-¿Hola?-saluda confundida.
-Soy Catherine, la hermana mayor de Christian. Yo también te cepille el cabello cuando pequeña.-comenta con una sonrisa.
-¿De dónde saliste?
-Entré por la chimenea.
-¿Cuál chimenea? Oh...entendí,
lo siento.
-Christian es igual, entiende mis respuestas después de cinco minutos.
Lyceth ríe un poco.
-Vamos a la sala, te esperan y tienen ansias de conocerte. -dice tomándola del brazo.
Lyceth se extrañaba que ella al igual que Christian fueran muy jóvenes. Comenzó a analizar el área, en caso de que fueran una especie como las que le mencionó Denaile. Al estar en la sala, que era bastante espaciosa y acogedora, vio a un hombre junto con una chica rubia. Ambos charlaban, al parecer, de algo muy importante. Catherine llama la atención de ellos con un ruido que hizo con la boca, todos observaron al instante a Lyceth.
-Ly, ellos son Brad, mi esposo y Jessie, mi mejor amiga.-dice presentado a los presentes.
-Un gusto.-dice moviendo su mano en símbolo de saludo.
-¿Te sucede algo?-pregunta Catherine.-No te preocupes, nosotros no nos transformamos en perros.-le guiña el ojo.
<<¿Cómo lo sabe?>> se preguntó Lyceth en sus adentros.
-Chicos, ¿dónde está Christian?-pregunta la chica para desviar el tema.
-Está afuera, en la casa del árbol.-le responde Jessie.
-Gracias.
Ly salé en busca de Christian. Necesitaba que le respondiera varias preguntas. Si su abuela no podría responder, ¿por qué Christian no lo haría? Sube las escaleras de madera y se encuentra con el chico. Christian le sonríe, mientras Lyceth se sienta en una de las sillas de madera.
-¿Qué eres?-le pregunta Lyceth al chico.
El silencio, era lo que abundaba en la escena. Las miradas se desviaban y Lyceth sospechaba. La chica llamaba a Christian para que respondiera su pregunta. Él no deseaba responder y buscaba otras alternativas. Lyceth se estaba enojando, odiaba las mentiras y que no le respondieran.
-Quiero volver a Alaska.-le comenta enojada.
-No volverás al país donde no eras feliz. Yo no deseo para ti lo peor y por eso estás conmigo.-Christian toma las manos de ella.
-¿Cómo saben tantas cosas? ¿Por qué son tan jóvenes? ¿Por qué hacen que quede como una tonta antes ustedes? ¿Qué rayos soy?-lloraba por el enojo de tantas preguntas que quería que respondiera.
Christian besó a Ly para que dejara de llorar y dejara atrás sus dudas. La chica mordió el labio del vampiro para que la dejara ir. Él no le molestó y comenzó a besar el cuello de ella. Lyceth soltó un pequeño gemido, pero luego empujó con sus fuerzas al chico. A ella le cambiaron los ojos a un color negro y estaba pálida. Su demonio interior era quien estaba dominando su cuerpo ahora.